Grupos paramilitares unionistas de Irlanda del Norte retiran su apoyo al acuerdo de paz de 1998
El Consejo de Comunidades Lealistas exige la eliminaci¨®n de los controles aduaneros del Brexit, reclama tener la misma voz que los gibraltare?os y se compromete con una oposici¨®n ¡°pac¨ªfica¡±
De momento suena m¨¢s a bravuconada o maniobra de presi¨®n que a una amenaza real, pero la carta enviada este mi¨¦rcoles a Boris Johnson por un grupo de paramilitares unionistas de Irlanda del Norte, adelantada por The Irish News, es otra patada al avispero que el Brexit despert¨®. David Campbell (Belfast, 55 a?os) fue hasta 2012 presidente del Partido Unionista del Ulster, y uno de los negociadores de esa formaci¨®n en las c...
De momento suena m¨¢s a bravuconada o maniobra de presi¨®n que a una amenaza real, pero la carta enviada este mi¨¦rcoles a Boris Johnson por un grupo de paramilitares unionistas de Irlanda del Norte, adelantada por The Irish News, es otra patada al avispero que el Brexit despert¨®. David Campbell (Belfast, 55 a?os) fue hasta 2012 presidente del Partido Unionista del Ulster, y uno de los negociadores de esa formaci¨®n en las conversaciones que llevaron al Acuerdo de Viernes Santo de 1998, tambi¨¦n conocido como Acuerdo de Belfast. Hoy preside el Consejo de Comunidades Lealistas [el t¨¦rmino que designa a los norirlandeses probrit¨¢nicos]. Acaba de anunciar que esta asociaci¨®n, bajo cuyo paraguas se congregan varias de las formaciones unionistas del ?lster, ¡°retira su apoyo al Acuerdo de Belfast y a sus instituciones hasta que se restablezcan los derechos contemplados en ese acuerdo y se corrija el Protocolo de Irlanda [el documento anexo al Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE], para asegurar un movimiento sin l¨ªmites de bienes, servicios y ciudadanos por todo el Reino Unido¡±.
La resucitada tensi¨®n en Irlanda del Norte tiene todo el aspecto de una maniobra orquestada con tres escenarios. Los partidos unionistas que ya gozan de respetabilidad institucional reclaman oficialmente que se modifique por completo el Protocolo de Irlanda; el Gobierno de Johnson anuncia cambios graduales de modo unilateral camuflados como soluciones pr¨¢cticas, sin consultar a la UE, y los grupos paramilitares en la sombra alientan pintadas de protesta y proponen una campa?a de desobediencia. Aunque se apresuren en recalcar, a continuaci¨®n, que ser¨¢ una maniobra ¡°pac¨ªfica y democr¨¢tica¡±, dice la misiva. Bruselas ha dejado ya claro que lo firmado no es negociable, aunque se abre a buscar soluciones flexibles dentro del Comit¨¦ Conjunto que supervisa el Acuerdo de Retirada del Reino Unido de la UE.
Johnson accedi¨® a firmar el Protocolo de Irlanda como ¨²nica v¨ªa para sacar adelante su anhelado Brexit. Establece que Irlanda del Norte seguir¨¢ siendo parte, por un largo plazo, del Mercado Interior y del espacio aduanero de la UE. Era el modo de evitar una nueva frontera entre las dos Irlandas que resucitara fantasmas de divisi¨®n y pusiera en peligro la paz alcanzada en 1998. Desde entonces, la frontera entre protestantes y cat¨®licos es invisible y, en el d¨ªa a d¨ªa pr¨¢ctico, Irlanda solo es una. El nuevo mecanismo conlleva controles aduaneros y sanitarios entre las mercanc¨ªas y servicios que cruzan el mar de Irlanda. Como si Irlanda del Norte formara parte de la UE. Y los unionistas, con un sentimiento de pertenencia brit¨¢nico l¨®gicamente profundo, se sintieron traicionados desde el primer momento. Hasta el punto, se?ala la carta, de encontrar agravios comparativos con otros territorios como Gibraltar.
¡°No se ha pedido el consentimiento de la poblaci¨®n de Irlanda del Norte para poner en marcha el Protocolo (...) en un dr¨¢stico contraste con el Protocolo de Gibraltar, en el que el Gobierno gibraltare?o form¨® parte de las negociaciones entre el Reino Unido y la UE, donde se busc¨® y se obtuvo el consenso de sus representantes, y en el que sus representantes forman parte de los comit¨¦s de supervisi¨®n del acuerdo junto con Espa?a y la UE¡±, dice la carta del Consejo de Comunidades Lealistas.
El Gobierno de Johnson no ha movido a¨²n ficha, pero puede utilizar este malestar unionista para reforzar su ¨²ltima jugada. El ministro para Irlanda del Norte, Brandon Lewis, anunci¨® este mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de los Comunes que Downing Street iba a prorrogar hasta octubre el ¡°periodo de gracia¡± acordado con Bruselas (previsto hasta abril), por el que los controles aduaneros y sanitarios no ser¨ªan desplegados hasta que las empresas afectadas ajustaran su funcionamiento a la nueva norma. Lewis se refiri¨®, en especial, a cadenas de supermercados y empresas concretas que dependen del suministro agroalimentario directo de Gran Breta?a. ¡°Hemos escuchado las preocupaciones de las empresas y los ciudadanos de Irlanda del Norte y queremos mostrar sensibilidad hacia las realidades econ¨®micas, sociales y pol¨ªticas de la regi¨®n¡±, asegur¨® Lewis.
La respuesta de la Comisi¨®n Europea (CE), y tambi¨¦n del Gobierno de Dubl¨ªn (afectado muy directamente por el asunto) no se hizo esperar. Maros Sefcovic, el vicepresidente de la CE expres¨® su protesta por tel¨¦fono a David Frost, el hombre de Johnson (con rango ministerial) que negoci¨® el acuerdo comercial con Bruselas y hoy lleva todos los asuntos relacionados con el Brexit. ¡°La decisi¨®n unilateral adoptada por el Gobierno brit¨¢nico supone una violaci¨®n de cl¨¢usulas importantes del Protocolo de Irlanda y de la obligaci¨®n de buena fe del Acuerdo de Retirada. Es la segunda vez que el Reino Unido incumple la ley internacional¡±, aseguraba Sefcovic en un duro comunicado. Se refer¨ªa a la maniobra llevada a cabo en noviembre por Johnson para alterar, a trav¨¦s de un proyecto de ley interno, parte de lo acordado sobre Irlanda del Norte. Downing Street se vio obligado a dar marcha atr¨¢s despu¨¦s de que Bruselas pusiera en marcha una respuesta legal. La misma que amenaza con emprender ahora, ante la nueva jugada de Londres.
El primer ministro de la Rep¨²blica de Irlanda, Micha¨¦l Martin, y su ministro de Exteriores, Simon Coveney, transmitieron tambi¨¦n a Frost su malestar y decepci¨®n ante una maniobra ¡°extremadamente poco ¨²til¡±.