La C¨¢mara de Representantes de EE UU aprueba una gran reforma electoral para ampliar el acceso al voto
El proyecto de ley elaborado por los dem¨®cratas responde a las restricciones impulsadas por Estados republicanos y afronta una dif¨ªcil confirmaci¨®n en el Senado
La batalla sobre el acceso al voto, que subyace en todas las elecciones estadounidenses, ha vuelto a comenzar en el Congreso de Estados Unidos. La mayor¨ªa dem¨®crata de la C¨¢mara de Representantes ha aprobado, pasadas las once de la noche de este mi¨¦rcoles en Washington, la que ser¨ªa la mayor reforma electoral en una generaci¨®n si logra la luz verde en el Senado, algo a¨²n complicado. Toda la bancada republicana ha votado en contra de la propuesta que modifica m¨²ltiples aspectos del sistema: contrarresta alguna de las ¨²ltimas limitaciones al sufragio impulsadas desde Estados republicanos, restringe el dibujo partidista de los distritos congresionales e introduce m¨¢s transparencia a la financiaci¨®n de campa?as, entre otras medidas.
El proyecto de ley ha salido adelante con 220 votos a favor y 210 en contra (republicanos y un dem¨®crata de Mississippi). En 2019 otra reforma dem¨®crata vio tambi¨¦n la luz en la C¨¢mara baja, pero se dio de bruces con un Senado controlado por los republicanos. Ahora los dem¨®cratas cuentan con una mayor¨ªa de facto en la C¨¢mara alta (est¨¢n igualados 50-50 con la oposici¨®n, pero la vicepresidenta, Kamala Harris, tiene voto de desempate), si bien a¨²n no disponen de los 60 necesarios, seg¨²n las normas. Muchos dem¨®cratas piden cambiar las normas para que solo se requiera una mayor¨ªa simple.
Esta vez, el debate tiene lugar en un contexto muy espinoso, con el fresco recuerdo del asalto al Capitolio por una turba de seguidores de Donald Trump que sostiene, sin base, que las elecciones fueron robadas. La votaci¨®n de esta noche, de hecho, ha tenido lugar despu¨¦s de una jornada especialmente larga porque la C¨¢mara baja decidi¨® cancelar la sesi¨®n del jueves debido a la alerta de la polic¨ªa sobre un posible ataque.
En Estados Unidos, cada Estado tiene sus propias normas sobre los requisitos necesarios para poder votar, en persona o por correo, el d¨ªa de los comicios o de forma anticipada. Tradicionalmente, los republicanos han tendido a imponer restricciones argumentando la necesidad de frenar irregularidades, si bien todas esas limitaciones se traducen en una menor participaci¨®n de las minor¨ªas, menos inclinadas a votarles. Las autoridades pueden, por ejemplo, requerir una justificaci¨®n para permitir el voto por correo o pueden obligar a votar ante notario.
En las presidenciales de noviembre, a consecuencia de la pandemia, m¨¢s de la mitad de los territorios flexibilizaron sus normas para favorecer los sufragios anticipados y a distancia, lo que hizo posible ese r¨¦cord de casi 160 millones de votantes y dio alas a la campa?a de bulos por parte de Trump y sus ac¨®litos sobre un supuesto fraude masivo en las urnas. Tras la derrota, varios territorios cambiaron las reglas de juego para dificultar el voto. Iowa, por ejemplo, ha impulsado una legislaci¨®n para reducir el plazo del voto anticipado de 29 a 18 d¨ªas (hace un a?o ya lo recortaron desde 40 d¨ªas) y previno a las autoridades locales de instalar m¨¢s lugares de voto para facilitarlo. En la C¨¢mara legislativa de Georgia, otra normativa permite que los condados proh¨ªban el voto anticipado los domingos, que es cuando las personas negras votan m¨¢s a menudo.
Con el control de la C¨¢mara baja, los dem¨®cratas han movido ahora ficha. El proyecto de ley, titulado ¡°Ley para el pueblo¡±, busca sentar unas reglas de juego iguales en todo el pa¨ªs en cuanto al acceso al voto. Estas fijan un plazo de al menos 15 d¨ªas de voto anticipado para los comicios de ¨¢mbito federal, restablecen el derecho a voto para los convictos que hayan cumplido sus sentencias y consagran una de las grandes novedades que introdujeron muchos Estados en 2020, que no haya que justificar el voto anticipado. Adem¨¢s, obliga a los Estados a registrar autom¨¢ticamente para el voto a los ciudadanos con derecho.
Otros cambios tienen que ver con la financiaci¨®n (eleva las exigencias de transparencia y control), con las plataformas tecnol¨®gicas (deben hacer p¨²blica la informaci¨®n sobre los anuncios pol¨ªticos) y obliga a los candidatos presidenciales a hacer p¨²blicas sus declaraciones de la renta. Esto ¨²ltimo es una tradici¨®n, pero no un mandato, y Trump lo rompi¨®.
En 2019, el l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Mitch McConnell, rehus¨® incluso programar el voto sobre la reforma impulsada por los dem¨®cratas. Ahora, con el juego de llaves en sus manos, los dem¨®cratas s¨ª pueden imponer el voto, pero buena parte de ellos no ven con buenos ojos cambiar esa norma para rebajar de 60 a 51 la mayor¨ªa necesaria de la C¨¢mara alta. Es otra batalla por el voto.
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