El Papa visita en Irak al l¨ªder chi¨ª Ali Sistani y agradece su defensa de ¡°los perseguidos¡± por el Estado Isl¨¢mico
El hist¨®rico encuentro, punto ¨¢lgido de la visita de Francisco al pa¨ªs ¨¢rabe, consolida las relaciones entre el Vaticano y el mundo isl¨¢mico para formar un frente com¨²n contra los extremismos
El papa Francisco se ha reunido este s¨¢bado en la ciudad sagrada de Nayaf con el gran ayatol¨¢ Ali Sistani, l¨ªder de la comunidad chi¨ª de Irak. Un encuentro hist¨®rico que ampl¨ªa el per¨ªmetro del prolongado trabajo de Francisco para tender puentes con el islam y hacer un frente com¨²n contra el extremismo. La reuni¨®n, a puerta cerrada y definida como una visita cordial, completa el c¨ªrculo que el Papa comenz¨® a trazar con el acuerdo de hermandad firmado en 2019 con el gran imam de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, l¨ªder de la rama sun¨ª del Islam.
El programa oficial describ¨ªa el encuentro con Ali Sistani, de 90 a?os, como una reuni¨®n de cortes¨ªa. Pero su magnitud trascend¨ªa lo meramente protocolario. Los carteles en las calles de Nayaf, con una fotograf¨ªa de cada uno de los l¨ªderes que iban a reunirse, sintetizaba la misi¨®n de la visita. ¡°Vosotros sois parte de nosotros y nosotros parte de vosotros¡±. Sistani no aparece en p¨²blico y apenas recibe visitas. Desde que Sadam Husein fue derrocado, se ha convertido en una de las figuras de referencia del pa¨ªs. Tambi¨¦n en lo pol¨ªtico, especialmente en el conflicto con EE UU y el trasfondo de violencia de algunas milicias que han bombardeado bases internacionales y que han anunciado el alto el fuego durante la visita del Papa. Es el caso de Los guardianes de la sangre, que lanzaron 14 cohetes contra una base de la coalici¨®n internacional junto al aeropuerto de Erbil el pasado 15 de febrero.
El encuentro, que dur¨® unos 55 minutos, no fue retransmitido. Solo se pudo ver al Papa entrando en una vivienda humilde en un barrio popular de Nayaf, rodeado de las fuerzas de seguridad. Francisco se quit¨® los zapatos para acceder a la residencia del l¨ªder chi¨ª, respetando las normas isl¨¢micas. Al parecer, Ali Sistani se levant¨® para recibirle y acompa?arle hasta los sillones donde se sentaron con sus int¨¦rpretes, algo completamente inusual en ¨¦l y que hizo como reconocimiento al Pont¨ªfice. Nacido en Ir¨¢n, el gran ayatol¨¢ fue clave en 2014 a trav¨¦s de sus fetuas para combatir al Estado Isl¨¢mico. Pero tambi¨¦n en su papel para convencer a los iraqu¨ªes para votar en 2005, justo despu¨¦s de la intervenci¨®n militar e invasi¨®n liderada por EE UU.
El comunicado del Vaticano tras la reuni¨®n se?ala que el Papa ¡°le ha agradecido a ¨¦l y a la comunidad chi¨ª su defensa de los m¨¢s d¨¦biles y perseguidos ante la violencia y las grandes dificultades de los ¨²ltimos a?os, reafirmando lo sagrado de la vida humana y la unidad del pueblo iraqu¨ª¡±. El ayatol¨¢, por su parte, respondi¨® al papa que los cristianos deben ¡°vivir en paz y seguridad¡± y beneficiarse de ¡°todos los derechos constitucionales¡±. Una declaraci¨®n que satisface con creces uno de los prop¨®sitos principales del viaje.
Ali Sistan¨ª, sin embargo, tambi¨¦n marc¨® su propia agenda en la conversaci¨®n y, seg¨²n el comunicado de su oficina, hizo referencia a las ¡°injusticias, asedios econ¨®micos y desplazamientos que sufren muchos pueblos de la regi¨®n, especialmente el pueblo palestino en los territorios ocupados¡±, apunt¨® en referencia al conflicto con Israel. Un tema delicado, pese a que el Vaticano reconoce como estado a Palestina, por los v¨ªnculos geopol¨ªticos que tiene tambi¨¦n con Ir¨¢n y EE UU.
El Papa vol¨® despu¨¦s del encuentro hasta la llanura de Ur, una regi¨®n situada en Mesopotamia meridional, al sur de la cuenca del ?ufrates y el Tigris. Aqu¨ª, junto a los desiertos que sobrevolaban los helic¨®pteros del Ej¨¦rcito iraqu¨ª para brindar seguridad al evento, se situar¨ªa el inicio de una historia de uni¨®n hace unos 4.000 a?os a trav¨¦s de la figura de Abraham, en el centro del origen del islam, el juda¨ªsmo y el cristianismo. Pisar este suelo fundacional fue un viejo anhelo de Juan Pablo II, que quiso realizar este viaje en 1999, pero fue disuadido a la hora de la verdad por la incomodidad que generaba tanto a EE UU como al r¨¦gimen de Sadam Husein.
El Papa ha decidido liderar una revoluci¨®n religiosa en el mundo basada en la fraternidad entre confesiones y distintas espiritualidades. Francisco se ha colocado al frente de una liga que busca recoser las distintas maneras de acercarse a Dios y trazar la l¨ªnea de puntos que las une. Es la ¨²nica manera, cree, de frenar la violencia y hacer un frente com¨²n contra la deriva materialista del mundo. Y ese, creen en el Vaticano, ser¨¢ uno de sus grandes legados. ¡°Hostilidad, extremismo y violencia no nacen de un espi?ritu religioso; son traiciones a la religio?n. Y nosotros creyentes no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religio?n. Es ma?s, nos corresponde a nosotros resolver con claridad los malentendidos. No permitamos que la luz del Cielo se ofusque con las nubes del odio. Sobre este pai?s se cernieron las nubes oscuras del terrorismo, de la guerra y de la violencia. Todas las comunidades e?tnicas y religiosas sufrieron¡±, ha dicho.
Francisco critic¨® algunos comportamientos extremistas de parte de la poblaci¨®n iraqu¨ª en los ¨²ltimos a?os. Pero, como el d¨ªa anterior, tambi¨¦n defendi¨® su soberan¨ªa y critic¨® el papel de la comunidad internacional y de algunas fuerzas econ¨®micas. ¡°No es digno que, mientras todos estamos sufriendo por la crisis pande?mica, y especialmente aqui? donde los conflictos han causado tanta miseria, alguno piense a?vidamente en su beneficio personal. No habra? paz sin compartir y acoger, sin una justicia que asegure equidad y promocio?n para todos, comenzando por los ma?s de?biles. No habra? paz sin pueblos que tiendan la mano a otros pueblos. No habra? paz mientras los dema?s sean ellos y no parte de un nosotros. No habra? paz mientras las alianzas sean contra alguno, porque las alianzas de unos contra otros solo aumentan las divisiones¡±, se?al¨® recordando tambi¨¦n el conflicto b¨¦lico en ¡°la martirizada¡± siria.
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