Un Senado dividido aprueba el plan de est¨ªmulos de Joe Biden tras una marat¨®n parlamentaria
El presidente su logra su primera gran y sufrida victoria legislativa. La ajustada mayor¨ªa dem¨®crata saca adelante un paquete de rescate de 1,9 billones de d¨®lares
El Senado de Estados Unidos aprob¨® este s¨¢bado, despu¨¦s de una extenuante jornada de todo un d¨ªa, el tercer gran paquete de est¨ªmulos para salvar la econom¨ªa frente a la pandemia, el primero de la Administraci¨®n de Joe Biden y el que m¨¢s divisi¨®n ha suscitado, pese a ser su primera gran victoria legislativa. El paquete, de 1,9 billones de d¨®lares (1,59 billones de euros), ha salido adelante con los votos de los 50 votos dem¨®cratas a favor y los 49 republicanos presentes en contra. Incluye cheques directos a los ciudadanos y fondos para acelerar la vacunaci¨®n, entre una larga lista de medidas.
El presidente, que quer¨ªa impulsar un gran programa econ¨®mico en sus primeros 100 d¨ªas, hab¨ªa prometido luchar por recuperar el clima de di¨¢logo parlamentario, tras a?os de hostilidad, pero esta tortuosa tramitaci¨®n da pistas sobre las dificultades que se avecinan pese a controlar las dos C¨¢maras, y no solo por la exigua mayor¨ªa, o la distancia con republicanos y dem¨®cratas, sino tambi¨¦n por la necesidad de estos ¨²ltimos de conciliar el ala progresista con la moderada.
El Capitolio, a¨²n blindado con fuertes medidas de seguridad por la amenaza de ataques, vivi¨® una jornada para la posteridad gracias, en parte, al uso de algunos de los mecanismos m¨¢s pintorescos del Legislativo. Las objeciones del senador dem¨®crata Joe Manchin, representante de un feudo trumpista como Virginia Occidental y considerado el m¨¢s centrista del partido, provocaron un bloqueo de casi 10 horas durante el viernes que solo se solucion¨® cuando sus compa?eros de partido accedieron a reducir las ayudas al desempleo. Se hab¨ªan estipulado en 400 d¨®lares semanales (336 euros) y le concedieron dejarlas en 300 d¨®lares (251 euros).
Tras el pacto, sigui¨® igualmente una jornada imposible debido a que los republicanos forzaron un procedimiento llamado vote-a-rama, que obliga a presentar y dirimir de forma individual enmienda por enmienda. Y eran decenas. Era una forma de obligar a los dem¨®cratas a retratarse en cada asunto, lograr material para reproche futuros y tratar de dividirlos. As¨ª que la votaci¨®n se prolong¨® toda la noche, hasta el mediod¨ªa del s¨¢bado.
El proyecto de ley debe ahora pasar de nuevo por la C¨¢mara de Representantes, que la semana pasada hab¨ªa dado luz verde a una versi¨®n previa, para que ambas C¨¢maras hayan ratificado el mismo texto. El objetivo es enviarlo al Despacho Oval para la firma de Biden antes del 14 de marzo, cuando expiran las ¨²ltimas ayudas por desempleo. Atr¨¢s quedan d¨ªas para el recuerdo.
A las tres de la madrugada de este s¨¢bado, algunos senadores deambulaban por la sala de plenos con aspecto exhausto, otros aguardaban en sus esca?os cabizbajos pero admirablemente enteros, mientras se votaba una enmienda sobre el transoleoducto Keystone. As¨ª siguieron hasta el amanecer, con todas las enmiendas de muy diversa ¨ªndole, en uno de esos arcaicos procedimientos que permite el reglamento del Senado. El jueves, los republicanos ya hab¨ªan echado mano de otra norma arcaica y obligado a leer en voz alta las 628 p¨¢ginas del proyecto de ley, lo que llev¨® cerca de 12 horas, artima?a que buscaba demorar el proceso y mostrar lo voluminoso del plan, que tachan de excesivo. ¡°El Senado nunca se ha gastado casi dos billones de d¨®lares de una forma m¨¢s arbitraria¡±, critic¨® el l¨ªder de la minor¨ªa republicana, Mitch McConnell. El rifirrafe con Manchin, sin embargo, demostr¨® que tambi¨¦n puede ser peligroso el fuego amigo.
El primer plan de rescate, el mayor de la historia con un volumen de 2,2 billones, sali¨® adelante de forma un¨¢nime en el Congreso hace casi un a?o pese al clima de crispaci¨®n pol¨ªtica del momento. Mostr¨® c¨®mo el consenso era capaz de abrirse paso con el pa¨ªs en medio de una calamidad ins¨®lita. El segundo paquete de est¨ªmulos, de 900.000 millones, tambi¨¦n logr¨® un apoyo casi total en diciembre. En este, con la nueva legislatura en marcha, los republicanos ocupan la bancada de la oposici¨®n y no han cedido un solo voto ante el primer plan dise?ado por Biden, alegando que la econom¨ªa ya se encuentra en v¨ªas de recuperaci¨®n y no es necesario semejante dispendio p¨²blico.
Los propios dem¨®cratas han tenido que redefinir y podar su proyecto de ley para disipar los recelos del sector centrista del partido. Es una buena cata de las dificultades a las que se enfrenta la agenda pol¨ªtica de Biden pese a que su partido controla tanto la C¨¢mara de Representantes como el Senado. Con la poda, el colectivo beneficiario de los cheques directos de hasta 1.400 d¨®lares (1.175 euros) se ha reducido: en la primera versi¨®n los destinatarios eran todos los individuos con hasta 100.000 d¨®lares (unos 84.000 euros) de ingresos anuales, pero el mi¨¦rcoles se rebaj¨® a los 80.000 d¨®lares.
Y la enmienda del senador izquierdista Bernie Sanders, que elevar¨ªa el salario m¨ªnimo federal de 7,25 a 15 d¨®lares la hora en un plazo de cinco a?os fue rechazada por 58-42 votos, con ocho dem¨®cratas alineados con los republicanos, en lo que ha supuesto una de las grandes derrotas del flanco progresista del partido.
Los dos partidos se hallan igualados en el Senado, con 50 senadores cada uno, pero como la vicepresidenta Kamala Harris puede votar para romper cualquier empate, los dem¨®cratas disponen de un control de facto. La presencia de Harris no fue necesaria en esta marat¨®n porque uno de los senadores republicanos se hab¨ªa ausentado, pero la d¨¦bil aritm¨¦tica hace que el partido de Joe Biden no se pueda permitir ninguna deserci¨®n entre sus filas si no gana apoyos republicanos para compensar. Al constatar que no iba a lograr acuerdo con la oposici¨®n, los dem¨®cratas optaron aprobar el rescate mediante un procedimiento de ¡°reconciliaci¨®n¡±, que permite hacerlo con una minor¨ªa simple en lugar de por 60 de 100 votos.
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