La indecisi¨®n gana en Per¨², seg¨²n las encuestas

A menos de un mes de la de la elecci¨®n presidencial peruana, el dato m¨¢s n¨ªtido y contrastado en los sondeos electorales realizados antes no va para ning¨²n candidato, sino para la indecisi¨®n. M¨¢s de un tercio de los votantes potenciales est¨¢n en las categor¨ªas ¡°blanco¡±, ¡°viciado¡± o ¡°nulo¡±, ¡°indefinido¡± y otras similares: no saben, no han decidido, qu¨¦ hacer con su voto. Este casi 35% de indecisi¨®n contrasta fuertemente con la media de los presidenciables que, a d¨ªa de hoy, lideran t¨ªmidamente las encuestas: Yohny Lescano (10,8%); George Forsyth (9,2%); Keiko Fujimori (7,1%) y Ver¨®nika Mendoza (6,9%).

Esta configuraci¨®n ha sido una constante en las encuestas peruanas desde el tumultuoso fin de a?o que atraves¨® el pa¨ªs, con tres presidentes en apenas unas semanas y una movilizaci¨®n p¨²blica que el polit¨®logo peruano Alberto Vergara calific¨® entonces como de ¡°ciudadanos sin rep¨²blica¡±: una acci¨®n espont¨¢nea para sacar al pa¨ªs del borde del abismo en el que le hab¨ªan colocado parte de sus ¨¦lites pol¨ªticas tras vacar a Mart¨ªn Vizcarra mediante un proceso que a¨²n genera serias dudas entre los constitucionalistas peruanos, y sustituirlo por el cuestionado congresista Manuel Merino, que apenas durar¨ªa unos d¨ªas en el cargo debido a dichas protestas.

Estos ciudadanos en busca de una rep¨²blica, de una estructura democr¨¢tica m¨¢s estable, tienen la elecci¨®n del pr¨®ximo 11 de abril como primer hito. Pero las encuestas no arrojan luz alguna sobre a qui¨¦n prefieren, a d¨ªa de hoy, confiarle la responsabilidad de reconstrucci¨®n institucional. De hecho, en estas mismas encuestas, la media del candidato m¨¢s votado en cualquiera de ellas no hace sino descender: est¨¢ ya en un irrisorio 11%.

La causa es la enorme fragmentaci¨®n de voto que se mantiene en todas las encuestas. Ahora mismo, los dos candidatos de referencia apenas lo son: Yohny Lescano (Acci¨®n Popular) y George Forsyth (Victoria Nacional) han seguido tendencias opuestas; el primero al alza, el segundo a la baja. Ambos han anclado sus campa?as en un mensaje anticorrupci¨®n, centrado, y de cambio de liderazgos, pero esto no dice mucho al parecer en una elecci¨®n marcada precisamente por la desconfianza hacia las ¨¦lites establecidas.

Tambi¨¦n trata de anclarse en esa conversaci¨®n Keiko Fujimori, que mantiene un aparente tercer puesto sin variaci¨®n en los sondeos. La hija del expresidente peruano m¨¢s conocido en la regi¨®n est¨¢ en mitad de un proceso jur¨ªdico en el que el Ministerio P¨²blico solicita 30 a?os de c¨¢rcel precisamente por lavado de activos, obstrucci¨®n a la justicia, organizaci¨®n criminal y falsedades en procedimiento administrativo. Esta carga, adem¨¢s de todo su pasado personal, institucional y familiar, dificulta enormemente su encaje en una campa?a marcada por el eje nueva-vieja pol¨ªtica; es probablemente debido a ello que cada vez apalanca m¨¢s su discurso en una posici¨®n cercana a la derecha reaccionaria.

A la par est¨¢ la otra mujer que concurre con ciertas posibilidades demosc¨®picas a esta primera vuelta: Ver¨®nika Mendoza tiene apenas 41 a?os pero lleva buena parte de ellos haciendo pol¨ªtica desde la izquierda en el Partido Nacionalista Peruano; ahora en la coalici¨®n Juntos por el Per¨². Su candidatura es la m¨¢s n¨ªtida ideol¨®gicamente de todas las que destacan por ahora en las encuestas (asisti¨®, por ejemplo, a la investidura del presidente evista Luis Arce en Bolivia). Con el permiso de Rafael L¨®pez Aliaga, cuya intenci¨®n de voto viene creciendo durante 2021: empresario primero, pol¨ªtico conservador despu¨¦s, est¨¢ fundamentando su ascenso (a¨²n t¨ªmido en niveles pero decidido en tendencia) en valores tradicionales con un fuerte sabor cat¨®lico.

Los vol¨²menes medios de intenci¨®n de voto para todos ellos y varios m¨¢s son, en cualquier caso, tan exiguos que permanecen dentro del margen de error no s¨®lo t¨¦cnico, sino inevitablemente pol¨ªtico ante una elecci¨®n que se desarrolla sin br¨²jula clara. En los discursos de las candidaturas entrechocan, m¨¢s que entrelazarse, los par¨¢metros ideol¨®gicos habituales con un denodado intento por maridar la posici¨®n anti-¨¦lite con la necesidad de fundamentos institucionales estables.

En un intento por aclarar un poco m¨¢s el panorama, la casa de encuestas Ipsos publicaba el pasado 11 de marzo un ejercicio algo distinto. En lugar de preguntar por intenci¨®n de voto dejando el espacio abierto para las opciones de indecisos, obligaban a los sondeados a depositar un tarjet¨®n en una urna simulada. El resultado: 21% para Lescano, 14% con Forsyth, 11,6% con L¨®pez Aliaga. Fujimori y Mendoza se quedaron por encima del 10%. Con cinco candidaturas comprimidas en apenas diez puntos, y ninguna acumulando si quiera un cuarto de los votos, ni as¨ª se logra disipar la enorme incertidumbre con la que Per¨² avanza hacia una votaci¨®n decisiva.