El virus vuelve a deslucir la fiesta del Ramad¨¢n
Las medidas preventivas sanitarias condicionan la pr¨¢ctica religiosa para gran parte de los casi 2.000 millones de musulmanes en el mundo
Los casi 2.000 millones de musulmanes que hay en el mundo, seg¨²n el Pew Research Center, celebran por segundo a?o consecutivo el Ramad¨¢n bajo los efectos de la pandemia. El mes en el que fue revelado el Cor¨¢n, el libro m¨¢s sagrado para los seguidores del islam, el m¨¢s espiritual, el de mayor compasi¨®n hacia los pobres, llega acompa?ado este a?o de un aumento de la pobreza sin precedentes en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
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Los casi 2.000 millones de musulmanes que hay en el mundo, seg¨²n el Pew Research Center, celebran por segundo a?o consecutivo el Ramad¨¢n bajo los efectos de la pandemia. El mes en el que fue revelado el Cor¨¢n, el libro m¨¢s sagrado para los seguidores del islam, el m¨¢s espiritual, el de mayor compasi¨®n hacia los pobres, llega acompa?ado este a?o de un aumento de la pobreza sin precedentes en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El Ramad¨¢n empez¨® en la mayor¨ªa de los pa¨ªses musulmanes el pasado martes. Durante 30 d¨ªas la comunidad musulmana mantiene un ayuno que suele romperse al caer la tarde. Constituye un ejercicio f¨ªsico y espiritual que hace sentir al creyente las necesidades que padecen los pobres. En el momento de la ruptura del ayuno ¨Cel iftar en ¨¢rabe¨C las calles se llenan de gente y las terrazas de comensales. El iftar suele mantenerse con reuniones familiares y sociales que exaltan la celebraci¨®n de la vida. Pero este mes, en muchos pa¨ªses, esa alegr¨ªa quedar¨¢ mermada en las calles debido a las restricciones por la covid.
En Marruecos, toque de queda para evitar afluencias masivas en las mezquitas
El Gobierno de Marruecos ha decretado un toque de queda desde las ocho de la tarde a las seis de la ma?ana. Ya exist¨ªa esta medida desde hace varios meses, a causa del virus. Pero, al implantarla a las ocho de la tarde y no a las nueve, como antes, las autoridades evitan sin mencionarlo siquiera que se produzcan las aglomeraciones que habitualmente se forman en las mezquitas con ocasi¨®n de la plegaria conocida como tarawih, que se celebra aproximadamente una hora despu¨¦s de la ruptura del ayuno.
La medida del toque de queda durante el Ramad¨¢n no ha estado exenta de pol¨¦mica. El jueves por la noche se registraron enfrentamientos en T¨¢nger entre fuerzas de seguridad y manifestantes que reclamaban la celebraci¨®n de la plegaria de tarawih, en el barrio de Warda.
El art¨ªculo editorial del semanario Telquel acusaba al Gobierno, de mayor¨ªa islamista, de haber pecado esta vez de poca firmeza. Porque, seg¨²n afirma, el Ejecutivo no se ha atrevido a prohibir directamente esas reuniones masivas en las mezquitas. Y lo ha hecho, de forma indirecta a trav¨¦s del toque de queda. Con lo cual, quedan perjudicados tambi¨¦n los restaurantes. La mayor¨ªa de ellos no percibir¨¢n ning¨²n ingreso durante todo el mes. Hay quienes proponen en las redes sociales que cuando termine el Ramad¨¢n se les deje a los camareros las propinas equivalentes a 30 d¨ªas tomando caf¨¦. ¡°El buen sentido econ¨®mico ha sido sacrificado sobre el altar de la religi¨®n¡±, se?ala el editorial.
En Egipto, las mezquitas abiertas y sin toque de queda
El proceso de vacunaci¨®n en Egipto es lento y ca¨®tico: apenas se ha vacunado un 0,3% de la poblaci¨®n, seg¨²n el ministerio de Salud, frente al 11% de Marruecos o el 42% de Emiratos ?rabes Unidos. Y el calendario ha querido que durante el Ramad¨¢n se celebre tambi¨¦n la Pascua de los cristianos coptos y una tercera fiesta nacional, Sham El Nessim, que marca el inicio de la primavera y que, como a la estaci¨®n, se la recibe con encuentros al aire libre.
Sin embargo, este a?o, las medidas de prevenci¨®n sanitaria son mucho m¨¢s laxas en Egipto que durante el Ramad¨¢n del a?o pasado. La gran diferencia es la ausencia de toque de queda, que se fij¨® hace un a?o a las nueve de la noche. Ahora, los creyentes pueden acudir a las mezquitas a rezar, e incluso a realizar la plegaria nocturna del tarawih. Pero deber¨ªa hacerse ¨Cal menos, sobre el papel¨C con horarios estrictos, mascarilla, respetando distancias y trayendo cada uno su alfombra. Asimismo, centros comerciales, restaurantes, caf¨¦s y hoteles est¨¢n de nuevo abiertos; pero, excepto los ¨²ltimos, el resto tendr¨¢ que cerrar hacia medianoche, siguiendo los horarios impuestos por el Gobierno en diciembre.
Lo que contin¨²a sin permitirse, sin embargo, son los populares banquetes ben¨¦ficos al romper el ayuno, sobre todo dirigidos a los m¨¢s necesitados, lo que ha obligado a organizaciones de caridad del pa¨ªs a esforzarse, otra vez, para distribuir cajas de alimentos b¨¢sicos para compensarlo. Tampoco se pueden organizar los tradicionales eventos deportivos y fiestas en clubes que animaban la noche hasta el suhur, la comida antes del amanecer, ni el retiro de los m¨¢s religiosos en las mezquitas los ¨²ltimos d¨ªas del mes.
En Emiratos se puede comer en el interior de los locales
En Emiratos ?rabes Unidos, el segundo Ramad¨¢n bajo la pandemia ha tra¨ªdo una novedad a Dub¨¢i. Por primera vez, los restaurantes y cafeter¨ªas del emirato pueden servir alimentos y bebidas de forma abierta y sin necesidad de obtener una licencia especial. Hasta ahora, aquellos establecimientos que deseaban seguir funcionando durante las horas de ayuno necesitaban una autorizaci¨®n y estaban obligados a poner cortinas o pantallas que ocultaran a los comensales.
El cambio, sin duda alentado por los efectos econ¨®micos de la pandemia, no se extiende a las terrazas. Despu¨¦s de que el martes estas funcionaran con normalidad, una circular del Gobierno del emirato ha precisado que la norma solo se aplica a los interiores. La prohibici¨®n de consumir en p¨²blico, habitual en los pa¨ªses isl¨¢micos, obligaba a los numerosos trabajadores no musulmanes (o musulmanes no practicantes) y a los turistas a esconderse cuando quer¨ªan echar un trago de agua, algo m¨¢s que necesario con las elevadas temperaturas locales.
No habr¨¢ dulces ni para libaneses ni para sirios
Tanto en Siria como en L¨ªbano, en estas fechas, las familias sol¨ªan hacer cola ante las pasteler¨ªas para comprar baklawa, u otros dulces tradicionales ¨¢rabes, hoy vendidos en Beirut a unos precios prohibitivos: el kilo puede alcanzar los 150 euros al cambio oficial. Ahora, las puertas de las confiter¨ªas est¨¢n vac¨ªas, y tan solo se agolpa gente en supermercados que venden productos subvencionados. Este Ramad¨¢n, conforme la libra libanesa pierde el 85% de su valor frente al d¨®lar, el ayuno diario se hace m¨¢s severo y el tradicional fest¨ªn gastron¨®mico nocturno del iftar, mucho menos dulce.
La brutal crisis econ¨®mica que azota tanto a Siria como a L¨ªbano ha vaciado tanto los bolsillos de sus ciudadanos como las estanter¨ªas de los supermercados. A diferencia del a?o pasado, el primero en pandemia que estuvo marcado por el miedo al coronavirus y el repliegue hacia los hogares para evitar los contagios, este comienza marcado por violentas peleas en las tiendas de alimentaci¨®n y puntos de distribuci¨®n de ayudas.
Un joven de 23 a?os muri¨® este martes en L¨ªbano y otros dos hombres fueron heridos al surgir una trifulca durante una distribuci¨®n de ayuda humanitaria que termin¨® en tiroteo. ¡°Es un ramad¨¢n muy triste y en el que estamos sintiendo la pobreza de verdad¡±, dice en Beirut Hussein Ashaar, padre de dos hijos y guardia de seguridad en un edificio del centro de la ciudad. ¡°Llegamos a final de mes gracias a las cajas de comida que nos dan las asociaciones¡±, admite Ashaar.
El 55% de los libaneses han ca¨ªdo por debajo del umbral de la pobreza, seg¨²n datos del Banco Mundial, mientras que en Siria lo ha hecho el 80% de la poblaci¨®n tras una d¨¦cada de guerra, seg¨²n la ONU. ¡°?Qui¨¦n tiene miedo del coronavirus con todo lo que hemos visto y la de gente que ha muerto?¡±, reprocha al tel¨¦fono y desde Damasco Rana Chahban, ama de casa de 35 a?os con tres hijos menores. Su marido, funcionario estatal, apenas cobra el equivalente a 10 euros mensuales. Imposible llevar carne a la mesa.
Al igual que en L¨ªbano, en Siria son una minor¨ªa los ciudadanos que usan la mascarilla pero, a diferencia de L¨ªbano, donde las autoridades sanitarias libanesas han impuesto el toque de queda conforme los n¨²meros de casos positivos se disparan saturando los hospitales, en Siria el Gobierno ha cedido ante la presi¨®n popular de una mayor¨ªa que sobrevive por jornada trabajada.
Am¨¢n, ciudad fantasma en el inicio del mes sagrado
En cuanto a Jordania, despu¨¦s de m¨¢s de dos meses de escalada de los contagios, la vida se detiene cada d¨ªa partir de las siete de la tarde, cuando comienza la prohibici¨®n de salir de casa, hasta las seis de la ma?ana del d¨ªa siguiente. Los viernes, el toque de queda se prolonga toda la jornada. Am¨¢n era una ciudad fantasma de noche al inicio del Ramad¨¢n, cuando a¨²n coleaba entre sus ciudadanos el sobresalto por la detenci¨®n de miembros de la familia real y ex altos cargos por una presunta intentona golpista. Las estrictas restricciones ¨Cque solo se levantan de s¨¢bado a jueves para poder dirigirse a pie a una mezquita cercana al anochecer y al amanecer¨C, se extender¨¢n durante todo el mes sagrado.
Fiesta nocturna en Jerusal¨¦n, toque de queda en Palestina
El segundo Ramad¨¢n bajo la pandemia se vive de forma bien distinta en Tierra Santa. Mientras los 1,8 millones de musulmanes de Israel (cerca de una quinta parte de la poblaci¨®n) y los 350.000 palestinos de Jerusal¨¦n se echan otra vez de noche a la calle en las celebraciones del mes sagrado de ayuno, en los territorios palestinos de Cisjordania y Gaza la proliferaci¨®n de los contagios ha forzado la imposici¨®n de un toque de queda nocturno para sus 5,5 millones de habitantes, al igual que en la vecina Jordania (10 millones).
Las calles de Jerusal¨¦n oriental, y en particular de la Ciudad Vieja ¨Cque alberga la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar m¨¢s sagrado del islam¨C, han recobrado la magia de las iluminaciones festivas y los farolillos ceremoniales, que el estallido de la covid-19 apag¨® en la primavera del a?o pasado. La mezquita de Al Aqsa y el emblem¨¢tico Domo de la Roca permanecieron clausurados durante m¨¢s de dos meses entonces.
Los palestinos de la Ciudad Santa ¨Cintegrados bajo la ocupaci¨®n en el sistema sanitario de Israel, que ha impulsado una acelerada campa?a de vacunaci¨®n para inmunizar a m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n¨C, se re¨²nen de nuevo en amplios clanes familiares en los iftar para romper el ayuno al atardecer en sus casas. O en restaurantes y hoteles, adonde pueden acceder con certificado vacunal.
En Palestina, como en la mayor parte Oriente Pr¨®ximo, la vacunaci¨®n apenas ha avanzado. Hay cerca de 120.000 inmunizados en Cisjordania hasta ahora, sin contar a otros tantos trabajadores palestinos empleados por israel¨ªes, y menos de 50.000 personas inoculadas en la franja de Gaza. En el primer viernes de Ramad¨¢n 10.000 musulmanes ya vacunados han recibido permiso de las autoridades militares de Israel para viajar desde Cisjordania a Jerusal¨¦n con el fin de orar en la Explanada de las Mezquitas.
La tasa de infecciones por coronavirus se ha disparado en Palestina en las semanas previas al Ramad¨¢n, que comienza marcado por confinamientos y restricciones. La Autoridad Palestina ha impuesto un toque de queda que solo se aligera los s¨¢bados en el comercio y los servicios p¨²blicos. El viernes la clausura es total, aunque se permite el rezo colectivo en espacios abiertos. El resto de la semana se puede rezar en las mezquitas, pero con limitaciones de aforo y medidas de separaci¨®n f¨ªsica.
El movimiento islamista Ham¨¢s, que gobierna de facto en Gaza, ha decretado tambi¨¦n un toque de queda nocturno que estar¨¢ en vigor durante todo el mes sagrado desde las nueve de la noche hasta las seis de la ma?ana. Restaurantes y pasteler¨ªas, que ofrecen en Ramad¨¢n tradicionales platos y dulces, solo pueden prestar servicio de reparto a domicilio.
Con informaciones de: Francisco Peregil (Rabat), Marc Espa?ol (El Cairo), ?ngeles Espinosa (Dub¨¢i), Natalia Sancha (Beirut) y Juan Carlos Sanz (Jerusal¨¦n).