Per¨² acude a las urnas con sensaci¨®n de urgencia hist¨®rica
El pa¨ªs andino elige entre dos candidatos populistas, Pedro Castillo y Keiko Fujimori, protagonistas de una campa?a muy ¨¢spera que ha dividido a la sociedad
Per¨² vota este domingo con la sensaci¨®n de encontrarse en el momento m¨¢s trascendental de su historia reciente. Los dos candidatos a presidir el pa¨ªs durante los pr¨®ximos cinco a?os son percibidos por parte de la sociedad como un peligro para el inestable sistema pol¨ªtico peruano. El Gobierno ha tenido cinco presidentes distintos en el ¨²ltimo lustro. Todos los jefes de Estado electos desde 1986 han pasado un tiempo en prisi¨®n por casos de corrupci¨®n. En este punto, ahora toca elegir entre Keiko Fujimori, la hija del aut¨®crata Alberto Fujimori, una pol¨ªtica conservadora y populista cuyo partido y ella misma est¨¢n involucrados en corruptelas, y un profesor radical de izquierdas, Pedro Castillo, conservador en lo social e imprevisible en lo dem¨¢s. Llegan empatados en las encuestas despu¨¦s de una campa?a ¨¢spera y agresiva. El vencedor, previsiblemente, lo lograr¨¢ por un pu?ado de votos.
Por la ma?ana, mientras la gente votaba, los candidatos cumplieron con la tradici¨®n y organizaron un desayuno electoral, una costumbre el d¨ªa de elecciones. Rodeado de su familia, en una mesa al aire libre colocada en la puerta de su casa, en la sierra andina, Castillo asegur¨® que respetar¨¢ el resultado de las elecciones. Desde el comienzo ha existido el temor de que cualquiera de los dos se oponga al resultado. Fujimori, en las pasadas elecciones, dijo que le hab¨ªan robado la presidencia e hizo ingobernable la actividad parlamentaria. El maestro rural se alej¨® de esa posici¨®n. ¡°Tenemos que ser respetuosos con el marco democr¨¢tico¡±, explic¨®, ¡°estamos ac¨¢ para poner el hombro. No solo vamos a respetar los resultados, tambi¨¦n hay que llamar a la tranquilidad¡±.
Algunos comercios de Lima, en previsi¨®n de saqueos y vandalismo, amanecieron tapiados con planchas de madera. En cierto modo, puede ser una formas m¨¢s de proselitismo. El cambio, que lo representa Castillo, es una puerta a lo desconocido para muchos de los votantes. Fujimori es sin¨®nimo de continuidad, incluso para muchos antifujimoristas hist¨®ricos que ahora la defienden. Acompa?ada de su marido y sus dos hijas, Keiko desayun¨® en San Juan de Lurigancho, el distrito con m¨¢s electores pobres de Lima, al aire libre, rodeada de cerros llenos de chabolas envueltas en la neblina. Quiso transmitir una sensaci¨®n de austeridad y sencillez, la bandera de su oponente. Se expres¨® en el mismo sentido que Castillo: ¡°No sabemos cu¨¢l ser¨¢ el resultado, pero sea cual sea, primero ratifico nuestro compromiso de respetar la voluntad popular¡±.
La elecci¨®n llega en un momento de crisis. Per¨² ha registrado m¨¢s de 185.000 muertes por la covid-19, lo que le coloca como el pa¨ªs con m¨¢s fallecidos per capita del mundo. La pandemia ha evidenciado los fallos del sistema de salud p¨²blico. Mucha gente ha muerto sin supervisi¨®n m¨¦dica ni tanques de ox¨ªgeno. Los que han acudido a la sanidad privada en ocasiones se han endeudado para siempre. Hay casos de peruanos que no recogen el cad¨¢ver de sus familiares porque no pueden afrontar los gastos de la cl¨ªnica, de hasta 300.000 d¨®lares.
La econom¨ªa no va mejor. Dos semanas despu¨¦s de la primera vuelta electoral, el 26 de abril, Per¨² registr¨® el m¨¢ximo hist¨®rico del tipo de cambio interbancario ¨D3,84 soles la venta por d¨®lar¨D. Cifras similares se han repetido en la semana previa a las urnas. El 3 de junio la moneda nacional se depreci¨® hasta llegar a 3.86 soles por d¨®lar. La econom¨ªa peruana cay¨® 11% en 2020 ¨Del mayor retroceso en tres d¨¦cadas¨D debido al confinamiento estricto por causa de la pandemia entre marzo y junio, y caus¨® adem¨¢s un incremento de 10 puntos porcentuales de pobreza respecto de 2019: actualmente casi 10 millones de personas no pueden cubrir sus necesidades esenciales, es decir el 30% de la poblaci¨®n.
Las dos opciones de voto parec¨ªan las m¨¢s improbables cuando arranc¨® la campa?a de la primera vuelta. Keiko Fujimori hab¨ªa dilapidado casi todo su capital pol¨ªtico en los ¨²ltimos a?os despu¨¦s de que en 2016 asegurara que le hab¨ªan robado las elecciones y desde entonces, con mayor¨ªa en el Congreso, dificultara la gobernabilidad del pa¨ªs. En paralelo le rodearon casos de corrupci¨®n, que sumados a su nombre, ahond¨® en la idea de que es la cabeza de una cleptocracia. Sin embargo, el voto estuvo tremendamente fragmentado y ella sobresali¨®, con un 13% de votos, sobre el resto de opciones de derecha.
El m¨¢s votado entonces, por sorpresa, fue Castillo, que se hizo conocido en 2017 al liderar una huelga de maestros. Cuatro a?os despu¨¦s no muchos lo recordaban. Pero Castillo, con un discurso en beneficio de los pobres y la desigualdad hist¨®rica que existe en el pa¨ªs, en contra de las oligarqu¨ªas empresariales y el sistema de castas, se recorri¨® el pa¨ªs, de punta a punta. Exhibi¨® un desacomplejado discurso contra libertades como el matrimonio homosexual o el aborto, y lleg¨® a decir que implantar¨ªa la pena de muerte. Despu¨¦s rectific¨®. Esa ha sido una constante en su campa?a. Est¨¢ adscrito a un partido marxista-leninista que lidera un pol¨ªtico muy dogm¨¢tico, pero ¨¦l no se dice comunista aunque abraza muchas de sus tesis. En ese enredo de s¨ª, pero no, se ha pasado el ¨²ltimo mes. Fue a depositar su voto en la urna subido a un caballo que se asust¨® al ver a la multitud que esperaban al candidato.
As¨ª, quedaron los dos, frente a frente. La campa?a ha sido dur¨ªsima. El establishment peruano se ha decantado masivamente a favor de Keiko. Las grandes ciudades se han llenado de paneles alertando de la llegada del comunismo, de un Per¨² chavista en el horizonte, de que nos encontramos a las puertas de ver a peruanos huyendo en balsa como en Cuba. No hace falta explicar que eran indirectas contra Castillo, cualquier transe¨²nte se pispaba. Casi a cualquier hora que se encienda la televisi¨®n aparece Keiko, en programas de magazines y en realities. Se la ha visto a mediod¨ªa cocinando una receta de seco, un plato t¨ªpico; por la tarde en un programa con sus hijas y una celebridad. Dos d¨ªas antes fue entrevistada durante dos horas por Magaly Medina, quien conduce el programa de mayor audiencia. En otros programas los presentadores, aunque ella no estuviera, vest¨ªan la camiseta de la selecci¨®n peruana de f¨²tbol, que ha sido la indumentaria de Fujimori. Llamaban a pensar ¡°en la libertad, en la inversi¨®n y contra el comunismo¡±.
Castillo no ha dado apenas entrevistas a los medios. Cuando quiere hacer alguna precisi¨®n sobre alguna pol¨¦mica entra brevemente en una cadena de radio que se llama Exitosa. Su campa?a ha sido m¨¢s cl¨¢sica. Como sus adversarios lo quieren emparentar con Maduro, retransmiti¨® en vivo una entrevista con Jos¨¦ Mujica, el expresidente uruguayo convertido en santo laico de la izquierda democr¨¢tica y austera.
Las encuestas favorecieron a Castillo durante todo el mes. En la ¨²ltima semana Fujimori le ha alcanzado. Hay un empate t¨¦cnico. La foto finish decidir¨¢ cu¨¢l de los dos se hace con el poder.
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