Egipto intensifica su asalto a la libertad acad¨¦mica
La detenci¨®n de una destacada historiadora egipcia que trabaja en Berl¨ªn vuelve a poner el foco en la escalada de la represi¨®n contra los investigadores que residen en el extranjero
La madrugada del pasado domingo, Alia Mosallam, una historiadora egipcia, acababa de aterrizar en El Cairo con su marido y sus tres hijos procedentes de Berl¨ªn, donde trabaja becada en una prestigiosa fundaci¨®n, cuando fue detenida en el aeropuerto de la capital. Las autoridades la retuvieron all¨ª 17 horas, algunas de ellas incomunicada y durante las que fue interrogada varias veces, seg¨²n explic¨® su c¨®nyuge al medio independiente ...
La madrugada del pasado domingo, Alia Mosallam, una historiadora egipcia, acababa de aterrizar en El Cairo con su marido y sus tres hijos procedentes de Berl¨ªn, donde trabaja becada en una prestigiosa fundaci¨®n, cuando fue detenida en el aeropuerto de la capital. Las autoridades la retuvieron all¨ª 17 horas, algunas de ellas incomunicada y durante las que fue interrogada varias veces, seg¨²n explic¨® su c¨®nyuge al medio independiente Mada Masr.
La noticia de la detenci¨®n de Mosallam, que investiga las canciones revolucionarias de la historia egipcia, fue recibida con una ola de denuncias y solidaridad en las redes sociales, seguida de un alivio relativo cuando, la tarde del d¨ªa siguiente, la Fiscal¨ªa de Seguridad del Estado decidi¨® ponerla en libertad tras el pago de una fianza y a la espera de nuevas investigaciones, seg¨²n anunci¨® un abogado.
Su arresto se enmarca en una escalada de la represi¨®n de las autoridades egipcias contra acad¨¦micos del pa¨ªs, en particular aquellos que estudian y trabajan en el extranjero, como parte de la degradaci¨®n sistem¨¢tica de la libertad acad¨¦mica, seg¨²n denuncian analistas y grupos de derechos humanos. El caso de Mosallam, ejemplo de brillantez intelectual, se ha interpretado, adem¨¢s, como parte de la voluntad de las autoridades de promover la ignorancia en un pa¨ªs que ha sufrido una enorme fuga de cerebros en los ¨²ltimos a?os. Y la ¨²ltima muestra de que, para los que se van, las puertas est¨¢n cerradas.
¡°Es una forma del Estado de controlar la narrativa y la producci¨®n de conocimiento de lo que ocurre en Egipto¡±, considera Mohamed Mandour, investigador en el Instituto Tahrir para la Pol¨ªtica de Oriente Pr¨®ximo (TIMEP), con sede en Washington.
A partir del 2014, y con el actual presidente de Egipto, Abdelfat¨¢ Al Sisi, asentado en el poder, los avances en materia de autonom¨ªa y libertad acad¨¦mica logrados desde la revoluci¨®n del 2011 se cortaron de ra¨ªz. El pa¨ªs entr¨® entonces en una espiral de control, represi¨®n, vigilancia y censura que acarre¨® una regresi¨®n en este ¨¢mbito sin precedentes, seg¨²n han documentado y denunciado analistas y organizaciones de derechos humanos.
La semana antes del arresto de Mosallam, unas vagas declaraciones de la ministra egipcia de Emigraci¨®n, Nabila Makram, sobre los j¨®venes que estudian en el extranjero ya hab¨ªan generado pol¨¦mica. Makram dijo que estos egipcios en el exterior, y los de segunda y tercera generaci¨®n, corren mayor riesgo de exponerse a la influencia de ideas negativas sobre Egipto y perder su v¨ªnculo con el pa¨ªs, despu¨¦s de una noticia sobre unas supuestas declaraciones en las que inicialmente los hab¨ªa calificado en realidad como los inmigrantes ¡°m¨¢s peligrosos¡±.
Fuera como fuese, Mosallam no era la primera joven en el extranjero en ser arrestada al volver a Egipto. El pasado 1 de febrero, Ahmed Samir Santawy, investigador sobre derechos reproductivos de las mujeres que est¨¢ estudiando un m¨¢ster en la Universidad Centroeuropea de Viena (Austria), fue detenido mientras se encontraba en Egipto para visitar a su familia. El 22 de junio, y tras un juicio r¨¢pido, Santawy fue condenado a cuatro a?os de prisi¨®n por ¡°difundir noticias falsas¡±, seg¨²n un grupo de apoyo. Y desde aquel momento ha mantenido una huelga de hambre que ha deteriorado r¨¢pidamente su estado de salud.
Antes que ellos, Patrick George Zaki, un investigador sobre derechos de g¨¦nero que est¨¢ estudiando un m¨¢ster en la Universidad de Bolonia (Italia), tambi¨¦n fue detenido en el aeropuerto de El Cairo en febrero del 2020 y todav¨ªa permanece en prisi¨®n preventiva.
El hecho de que ninguno de ellos estuviera investigando un tema pol¨ªtico sensible y de que, en el caso de Mosallam, su trabajo sea ampliamente elogiado en el extranjero ha provocado especial aflicci¨®n, ya que algunos creen que precisamente estos elementos refuerzan el efecto disuasorio que buscan las autoridades. Estas recurren a numerosas t¨¢cticas para vigilar y controlar a los egipcios en el extranjero, asegura Mandour, que actualmente est¨¢ elaborando un estudio sobre este tipo de pr¨¢cticas. Estas incluyen detener o intimidar a sus familias en Egipto, reclutar esp¨ªas, recurrir a la Interpol, utilizar su relaci¨®n con otros pa¨ªses o lanzar ciberataques, detalla. ¡°La represi¨®n transnacional se ha convertido en uno de los componentes m¨¢s importantes de la pol¨ªtica exterior de Egipto¡±, asegura.
El arresto de Mosallam, adem¨¢s, se produce en un momento de recrudecimiento general de la represi¨®n. ¡°En una sola semana hemos presenciado el acoso judicial, la acusaci¨®n, las detenciones y el mantenimiento de las designaciones en la llamada lista de terroristas de varios defensores de derechos humanos, acad¨¦micos y pol¨ªticos¡±, se?ala Hussein Baoumi, investigador para el norte de ?frica en Amnist¨ªa Internacional (AI).
La detenci¨®n de la historiadora, al igual que las de Zaki y Santawy, tambi¨¦n se ha interpretado como un reflejo de las consecuencias que conlleva la permisividad internacional frente a la sistem¨¢tica vulneraci¨®n de derechos humanos en Egipto, incluso cuando los afectados se convierten en el blanco de las autoridades por sus actividades en el exterior, en el ¨²ltimo caso Alemania.
¡°La comunidad internacional debe adoptar una postura p¨²blica y rechazar el deterioro de la situaci¨®n de los derechos humanos en Egipto, denunciando p¨²blicamente la represi¨®n y adoptando un enfoque coordinado que incluya establecer un mecanismo de supervisi¨®n y presentar informes sobre la situaci¨®n de los derechos humanos en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas¡±, considera Baoumi.
Otros casos anteriores que tambi¨¦n acapararon especial atenci¨®n, y que se han recordado los ¨²ltimos d¨ªas, son el del periodista e investigador Ismail Alexandrani, especializado en grupos islamistas y en la pen¨ªnsula del Sina¨ª. Alexandrani fue arrestado a finales del 2015 en un aeropuerto egipcio a su llegada de Berl¨ªn, donde hab¨ªa acudido a una conferencia, y a mediados del 2018 fue condenado a 10 a?os de prisi¨®n por un tribunal militar. Sobre estas ¨²ltimas fechas, Walid Salem, un doctorando de la Universidad de Washington que hab¨ªa regresado a Egipto para realizar su trabajo de campo sobre la independencia judicial, fue detenido y permaneci¨® varios meses en prisi¨®n preventiva antes de ser puesto en libertad provisional y con la prohibici¨®n de viajar a la espera de m¨¢s investigaciones.