El Egipto de Al Sisi no quiere recordar la revoluci¨®n
El r¨¦gimen trata de borrar de la memoria del pa¨ªs las protestas que acabaron con la dimisi¨®n de Mubarak hace ahora una d¨¦cada
El 25 de enero de 2012, en el primer aniversario de la revoluci¨®n que destron¨® al dictador Hosni Mubarak, miles de egipcios se congregaron en la ic¨®nica plaza Tahrir de El Cairo, epicentro del levantamiento, para conmemorar la haza?a. Un a?o antes, aquellas manifestaciones hab¨ªan obligado en pr¨¢cticamente 10 d¨ªas al rais a renunciar. Era el segundo mandatario tras el tunecino Ben Ali en caer en lo que se conoci¨® como la primavera ¨¢rabe. Durante el acto del primer aniversario, en 2012, unos activistas egipcios trasladaron hasta Tahrir un gran obelisco de madera en el que aparec¨ªan grabados los nombres de los m¨¢rtires del a?o anterior, las v¨ªctimas mortales de la represi¨®n de las protestas, con la voluntad de mantener vivo su recuerdo.
Ocho a?os despu¨¦s, Tahrir luce otro obelisco en el centro con una breve referencia a la revoluci¨®n de 2011, pr¨¢cticamente inaccesible. El entorno ahora es muy distinto. En verano de 2019, las autoridades empezaron la ¨²ltima renovaci¨®n de la plaza para convertirla en un museo al aire libre. Hoy, rodeando el obelisco se encuentran cuatro esfinges tra¨ªdas del templo de Karnak. Palmeras, plantas del Antiguo Egipto, c¨¦sped, fachadas pintadas del mismo color, y seguridad ¨Cmucha seguridad¨C completan la postal.
¡°Hay un intento deliberado de borrar su historia con este dise?o que pretende ser neutral¡±, considera Nezar Al Sayyad, profesor em¨¦rito de arquitectura y dise?o e historia urbana de la Universidad de Berkeley, en California. ¡°Pretende borrar la memoria de la revoluci¨®n del 25 de enero y enfatizar de alg¨²n modo la historia m¨¢s antigua de Egipto¡±, agrega el acad¨¦mico de origen egipcio.
El escritor y artista visual bajo el pseud¨®nimo Gigi, experto en el estudio de la narrativa en Egipto, afirma por su parte que la actual imagen de la plaza ¡°es una tentativa de reforzar un pasado muy distante para justamente no pensar en el ahora¡±, afirma.
Tahrir no es un caso aislado. En sus reflexiones sobre invenci¨®n, memoria y lugar, el intelectual palestino Edward Said suger¨ªa que la memoria y sus representaciones est¨¢n muy vinculadas a cuestiones de identidad y poder. Con la ca¨ªda de Mubarak, Egipto se adentr¨® tambi¨¦n en una lucha por reescribir la historia de los ¨²ltimos 60 a?os, hasta entonces controlada por el r¨¦gimen.
Una de las maniobras simb¨®licas del r¨¦gimen ha sido vaciar de significado el aniversario de la revoluci¨®n recuperando el D¨ªa de la Polic¨ªa. Ambos son el 25 de enero. La oposici¨®n eligi¨® esa fecha en 2011 para denunciar la brutalidad policial. En su discurso el pasado a?o, el presidente Abdelfat¨¢ Al Sisi dijo, sin embargo, que polic¨ªa y revoluci¨®n compart¨ªan la ¡°noble demanda de lograr una vida digna para los egipcios¡±. Al Sisi destac¨® haber hecho de Egipto un ¡°oasis de estabilidad¡±, en contraste con la inestabilidad ¨Cy las dosis de complot extranjero¨C que la narrativa oficial atribuye a la revoluci¨®n.
El r¨¦gimen tambi¨¦n equipara 2011 con el 30 de junio de 2013, fecha de las manifestaciones contra el primer presidente civil elegido democr¨¢ticamente, el islamista Mohamed Morsi. Las protestas llevaron a Al Sisi a suspender la Constituci¨®n y deponer a Morsi. Esto fue ampliamente considerado un golpe de Estado.
La historia en los libros
Donde queda m¨¢s claramente impresa esta versi¨®n del pasado es en los libros de historia de la escuela. Desde 2011, apenas se han hecho cambios curriculares, y estos se han centrado en borrar referencias a los Mubarak, seg¨²n algunos estudios.
El ¨²nico libro de secundaria que recoge hoy la historia reciente de Egipto, revisado por EL PA?S, dedica tres p¨¢ginas y ninguna imagen a los eventos de 2011 y 2013, que se presentan como equiparables. Las ¨²nicas tres causas expuestas en la revoluci¨®n de 2011 que recoge son el fraude electoral del partido de Mubarak, la situaci¨®n econ¨®mica y la ley de emergencia, y se?ala que los objetivos de las protestas se satisficieron con la ca¨ªda de Mubarak, convirti¨¦ndolo en cabeza de turco. El Ej¨¦rcito aparece como protector del levantamiento y no como parte enfrentada. Y de 2013, el libro no detalla c¨®mo se apart¨® al presidente Morsi del poder. Al Sisi es retratado como un pilar de estabilidad en tiempos de mal gobierno y como ganador de los comicios de 2014.
M¨¢s sutil, pero de igual calado, es la intervenci¨®n del r¨¦gimen en el espacio p¨²blico. En 2011 se inici¨® un proceso de renombramiento de muchos lugares que llevaban el nombre de los Mubarak. Pero las referencias a la revoluci¨®n de 2011 se han evitado en las calles, plazas, museos, escuelas u otros espacios p¨²blicos. Proyectos de infraestructuras nuevas por ahora no llevan el nombre de Al Sisi, aunque han recibido nombres con esl¨®ganes del r¨¦gimen, como Tahya Masr (Larga vida a Egipto), y de figuras en su ¨®rbita, como militares.
¡°De forma muy inteligente no est¨¢n poniendo su nombre, y ah¨ª est¨¢ la genialidad. Con Hosni y Suzanne [Mubarak], que ten¨ªan 549 escuelas con su nombre, se ha cambiado todo. Porque ten¨ªa el nombre. Y eso deb¨ªa cambiarse¡±, considera Gigi.
Paralelamente, s¨ªmbolos de la revoluci¨®n, como los grafitis, a menudo con clara vocaci¨®n de formar parte de la memoria de lo que pas¨®, se han ido borrando de las calles, muy patrulladas y exentas de interpretaciones hist¨®ricas divergentes con la oficial. A la renovada plaza Tahrir se unen la sede del partido de Mubarak, convertida en un s¨ªmbolo de ¨¦xito de la revoluci¨®n de 2011 y demolida en 2015, o la plaza de Rabaa, escenario de una matanza de opositores islamistas por las fuerzas de seguridad en 2013, que hoy luce un monumento a la polic¨ªa y los militares.
El espacio virtual, m¨¢s din¨¢mico, se erige como la gran excepci¨®n. Pese a la estricta vigilancia y censura del r¨¦gimen, en Internet han aparecido numerosas iniciativas que combaten el olvido y preservan la memoria mediante documentos como fotos, v¨ªdeos, escritos y pel¨ªculas. El m¨¢s reciente, y uno de los m¨¢s ambiciosos, es el Archivo 858, de 2017, que busca ¡°presentar miles de historias de revueltas contadas desde centenares de perspectivas¡±. Otros ejemplos son Tahrir Documents, 18 Days in Egypt o Wiki-Thawra.
Judy Barsalou, una polit¨®loga estadounidense que ha investigado la justicia transicional y la memoria en Egipto tras la revoluci¨®n de 2011, se?ala que el paso del tiempo ser¨¢ un factor clave. ¡°La memoria se erosiona, es natural. As¨ª que cuanto m¨¢s tiempo pase, m¨¢s f¨¢cil ser¨¢ para el Gobierno tratar de borrar el recuerdo. Pero para los que sean curiosos, y esa es la parte positiva de Internet, habr¨¢ millones de personas publicando, almacenando y presentando documentos que se recopilaron durante el levantamiento de manera deliberada para mantener vivos los recuerdos de la gente¡±, concluye. ¡°Y eso es muy dif¨ªcil de borrar¡±.
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