La fiebre de las prisiones en el Egipto de Al Sisi
La fuerte expansi¨®n del sistema penitenciario egipcio en la ¨²ltima d¨¦cada genera alarma entre organizaciones de derechos humanos
Mediante cuatro decretos publicados a finales de junio en la gaceta oficial, el ministro del Interior de Egipto, Mahmud Tawfiq, hizo p¨²blica la decisi¨®n de establecer ocho nuevas prisiones centrales en el pa¨ªs. Apenas 20 d¨ªas antes, Tawfiq hab¨ªa firmado un decreto similar, en este caso para aprobar otras dos nuevas prisiones centrales. Y desde enero, hab¨ªan sido seis las prisiones centrales que el ministro ya hab¨ªa mandado construir.
Aunque el futuro de todas ellas es a¨²n incierto, la fiebre por presentar nuevas c¨¢rceles es ilustrativa de la expansi¨®n que ha experimentado en la ¨²ltima d¨¦cada el costoso sistema penitenciario egipcio. Durante ese per¨ªodo, el n¨²mero de prisiones principales en el pa¨ªs se ha casi duplicado, de 43 a 78, seg¨²n un estudio de abril de la Red ?rabe de Informaci¨®n sobre Derechos Humanos (ANHRI), que no incluye las anunciadas m¨¢s recientemente.
El fuerte aumento de grandes c¨¢rceles genera alarma entre grupos de derechos humanos, que ven en ¨¦l el reflejo de un incremento igualmente vertiginoso de detenidos y encarcelados, as¨ª como una dificultad a?adida para poder supervisarlas. ¡°El n¨²mero de prisiones construidas en 10 a?os es gigante para cualquier pa¨ªs¡±, considera Gamal Eid, director ejecutivo de la ANHRI.
Conocer con exactitud cu¨¢ntas c¨¢rceles hay en Egipto no es posible por el secretismo con el que el r¨¦gimen envuelve todo lo que tiene que ver con su sistema penitenciario. En este sentido, en la ¨²ltima d¨¦cada la existencia de algunas prisiones solo se ha descubierto tras la difusi¨®n de noticias de protestas en su interior y por la propia experiencia de personas presas. Ni siquiera saber si finalmente se han construido las c¨¢rceles previstas suele ser posible. ¡°[En Egipto] no se trata de una ciencia exacta¡±, desliza el director de la Comisi¨®n Egipcia para los Derechos y Libertades, Mohamed Lotfy.
A pesar de ello, la ANHRI calcula que antes de la revoluci¨®n del 2011 hab¨ªa 43 prisiones principales en Egipto. Desde entonces, se han decidido establecer 35, solo tres antes de que el presidente, Abdelfat¨¢ al Sisi, tomara el poder en 2013, elevando la cifra total a 78. En la p¨¢gina web del ministerio del Interior solo aparecen listadas 44 c¨¢rceles, que se corresponden mayoritariamente a las anteriores al 2011.
¡°[Esta tendencia] refleja que el ¨ªndice de detenciones, tanto pol¨ªticas como de delitos, es mayor que hace unos a?os. Y que hay un exceso de personas detenidas en las comisar¨ªas, que han alcanzado su capacidad m¨¢xima, por lo que, [seg¨²n el criterio oficial], en lugar de disminuir las detenciones, es necesario construir [nuevas prisiones]¡±, considera Lotfy.
Oficialmente, la expansi¨®n del sistema penitenciario se justifica en base a la necesidad de mejorar el estado de las prisiones y al fuerte aumento demogr¨¢fico de Egipto. ¡°Egipto es un pa¨ªs de m¨¢s de 100 millones [de personas], por lo que es de esperar que haya presi¨®n para acomodar el n¨²mero de presos¡±, asegura Yaser Abdelaziz, miembro del oficialista Consejo Nacional de Derechos Humanos. ¡°La autoridad penitenciaria realiza grandes esfuerzos en este sentido, y nosotros hacemos seguimiento y visitamos peri¨®dicamente las prisiones. La construcci¨®n de nuevas prisiones representa un paso positivo para activar la voluntad del Estado de mejorar el estado de las prisiones¡±, agrega.
Los detalles, sin embargo, sugieren una realidad m¨¢s compleja. Aparte de la falta de transparencia, el baile de cifras tambi¨¦n se debe a los tipos de c¨¢rcel que existen en Egipto. La ley de prisiones del pa¨ªs contempla cuatro categor¨ªas: las generales y penitenciar¨ªas, sujetas a la Autoridad Penitenciaria del Ministerio del Interior; las especiales, establecidas por decreto presidencial; y las centrales, sujetas a las Direcciones de Seguridad del ministerio. Existen otros lugares de detenci¨®n de civiles, contabilizados aparte, como prisiones militares, comisar¨ªas, departamentos de la polic¨ªa o campamentos de las fuerzas de seguridad.
De todas las prisiones ordenadas a establecer desde 2011, seg¨²n la ANHRI, la gran mayor¨ªa son prisiones centrales, que son las que han experimentado un mayor cambio. En esta l¨ªnea, Eid se?ala que, antes de la revoluci¨®n, hab¨ªa muy pocas prisiones centrales que pudieran albergar a centenares de personas, ya que legalmente est¨¢n pensadas para quienes cumplen bajas condenas, a menudo de hasta tres meses, lo que incluye a personas en detenci¨®n preventiva. Ahora, en cambio, se han empezado a establecer grandes prisiones centrales, algunas con capacidad para miles, y que son m¨¢s dif¨ªciles de supervisar porque no suelen depender de la Autoridad Penitenciaria. Solo estas grandes prisiones centrales figuran entre las 78 principales que cuenta ANHRI.
Abogados de derechos humanos e investigadores creen que esta apuesta se debe a que las prisiones centrales son m¨¢s baratas y r¨¢pidas de establecer, y m¨¢s seguras como lugares de detenci¨®n que las comisar¨ªas, que en 2011 fueron atacadas con frecuencia. Adem¨¢s, se cree que podr¨ªa deberse tambi¨¦n a que estas prisiones pueden albergar a detenidos de diferentes comisar¨ªas, lo que permite mover y repartir a la poblaci¨®n reclusa por el pa¨ªs, as¨ª como al extendido uso de la detenci¨®n preventiva, bajo cuyo r¨¦gimen se estima que permanecen hoy miles de personas. ¡°La detenci¨®n preventiva se asume que ser¨¢ simple, pero como ya no es as¨ª, y el n¨²mero aumenta, se empez¨® la expansi¨®n de prisiones¡±, detalla Eid. Lotfy, por su parte, observa que, paralelamente, y pese a las divergencias legales entre las categor¨ªas de c¨¢rceles, la diferencia entre ellas se est¨¢ difuminando. ¡°Es un poco una mezcla¡±, apunta.
Al mismo tiempo, la expansi¨®n de la red de c¨¢rceles no se ha traducido en mejores condiciones para los presos, particularmente para aquellos considerados pol¨ªticos, seg¨²n denuncian grupos de derechos humanos. Y organizaciones como ANHRI se?alan que, en realidad, Egipto no cuenta con una cifra especialmente elevada de personas presas por motivos que no se consideren pol¨ªticos. ¡°El n¨²mero de reclusos no es gigante, sino que el n¨²mero de presos pol¨ªticos es gigante. M¨¢s que los criminales¡±, se?ala Eid.
¡°El aumento de la poblaci¨®n tambi¨¦n requiere la construcci¨®n de m¨¢s hospitales y escuelas¡±, achaca Yasmin Omar, experta legal del Instituto Tahrir para la Pol¨ªtica de Oriente Pr¨®ximo (TIMEP), con sede en Washington. ¡°Pero vemos que la prioridad del Gobierno es construir c¨¢rceles, lo cual es un testimonio del nivel de opresi¨®n en Egipto¡±.
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