La crisis constitucional de T¨²nez entra en punto muerto
El presidente Said se resiste a nombrar a otro primer ministro y a aclarar su hoja de ruta para el pa¨ªs
Los d¨ªas inmediatamente posteriores al 25 de julio, cuando el presidente Kais Said abri¨® una profunda crisis pol¨ªtica al arrogarse plenos poderes en base a un art¨ªculo de la Constituci¨®n reservado para situaciones de ¡°peligro inminente¡±, los acontecimientos se desarrollaron en T¨²nez a un ritmo fren¨¦tico: miles de personas celebraron el ¨®rdago de Said ...
Los d¨ªas inmediatamente posteriores al 25 de julio, cuando el presidente Kais Said abri¨® una profunda crisis pol¨ªtica al arrogarse plenos poderes en base a un art¨ªculo de la Constituci¨®n reservado para situaciones de ¡°peligro inminente¡±, los acontecimientos se desarrollaron en T¨²nez a un ritmo fren¨¦tico: miles de personas celebraron el ¨®rdago de Said en las calles; el principal partido opositor, los islamistas de Ennahda, lo calific¨® de ¡°golpe de Estado¡±; hubo altercados entre manifestantes de distinto signo frente al Parlamento; la polic¨ªa cerr¨® la sede de la cadena Al Jazeera y arrest¨® a varios diputados¡ Pasada esta fase inicial, la crisis constitucional ha ca¨ªdo en punto muerto, ya sea porque los actores pol¨ªticos han templado sus comportamientos o porque est¨¢n midiendo con cuidado los pr¨®ximos pasos a dar.
La parsimonia de Said, un populista heterodoxo elegido en las urnas en 2019, es la que despierta una mayor atenci¨®n tanto dentro como fuera del pa¨ªs. Casi dos semanas despu¨¦s de haber sacudido la escena pol¨ªtica destituyendo al primer ministro, Hichem Mechichi, y congelando las labores del Parlamento durante un mes, Said todav¨ªa no ha nombrado un nuevo primer ministro, ni tampoco ha explicado cu¨¢l es su hoja de ruta. Ni las presiones de los aliados occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, ni de las principales organizaciones de la sociedad civil tunecina, como el poderoso sindicato UGTT, apremi¨¢ndole para escoger un nuevo jefe del Ejecutivo han surtido efecto. En varias latitudes existe preocupaci¨®n por el futuro del experimento democr¨¢tico tunecino, el ¨²nico que todav¨ªa sobrevive entre los pa¨ªses de la llamada Primavera ?rabe.
¡°Es posible que a Said le est¨¦ costando formar un Gobierno. Su c¨ªrculo de personas de confianza es muy estrecho. No tiene partido pol¨ªtico ni conexiones con el ¨¢mbito empresarial¡±, explica la polit¨®loga Rosa ?lvarez, afincada en T¨²nez. Seg¨²n varias fuentes, la primera opci¨®n de Said para presidir el nuevo Gobierno es Marouane Abbassi, director del Banco Central de T¨²nez, con el que se entrevist¨® el pasado domingo. Entre los otros nombres que ha barajado la prensa tunecina figuran tambi¨¦n aspirantes de marcado perfil econ¨®mico, lo que da una idea de cu¨¢l es la prioridad del presidente. De hecho, antes del golpe de fuerza de Said, el Gobierno se hallaba en una fase avanzada de la negociaci¨®n de un cr¨¦dito con el FMI que aleje el escenario de la bancarrota.
Si bien el presidente tunecino no ha tomado todav¨ªa ninguna decisi¨®n de calado, s¨ª que ha ido anunciando nombramientos con cuentagotas y, entre otros cargos, ya ha relevado a los ministros de Econom¨ªa, Tecnolog¨ªa, Interior y Defensa. En teor¨ªa, sus sustitutos no tienen el rango de ministros, sino de ¡°encargados interinos¡± de los diversos ministerios, pues seg¨²n la Constituci¨®n, solo el primer ministro puede escoger a los miembros de su Gabinete.
El sistema pol¨ªtico de T¨²nez es semipresidencialista como el franc¨¦s, y cuenta con un Ejecutivo bic¨¦falo formado por un presidente elegido en las urnas y un primer ministro nombrado por el Parlamento. Precisamente, el conflicto de competencias entre estas dos figuras, unido a la grave crisis econ¨®mica, social y sanitaria que padece el pa¨ªs, se halla en la ra¨ªz del conflicto actual. El hecho de que T¨²nez no disponga todav¨ªa de Tribunal Constitucional ha complicado la salida al conflicto actual entre instituciones.
Entre las medidas excepcionales adoptadas por Said el 25 de julio figura la retirada de la inmunidad a todos los miembros del Parlamento. Ello se tradujo enseguida en la detenci¨®n de varios diputados opositores, lo cual, sumado al interrogatorio a dos dirigentes de Ennahda, hizo temer una caza de brujas. No obstante, tan solo un diputado, Yacine Ayari, condenado en 2018 por insultar al Ej¨¦rcito y al presidente, ha sido finalmente encarcelado. El resto de parlamentarios, pertenecientes a la ultraconservadora Coalici¨®n Karama, han sido puestos en libertad y se han retirado los cargos en su contra. ¡°Es posible que la presi¨®n de Francia o EEUU se haya dejado sentir. Pero la situaci¨®n a¨²n es fluida, y se podr¨ªa perseguir a otros diputados bajo una campa?a anticorrupci¨®n. Eso s¨ª, dudo que se atrevan con la gran corrupci¨®n, la de los poderes f¨¢cticos¡±, sostiene ?lvarez.
Tambi¨¦n Ennahda ha hecho marcha atr¨¢s hacia posiciones m¨¢s moderadas. Tras rectificar y renunciar a convocar protestas en las calles, sus principales l¨ªderes ya no hablan de ¡°golpe de Estado¡±, sino m¨¢s bien de ¡°golpe constitucional¡±, y apelan a un di¨¢logo nacional para solventar la crisis. La formaci¨®n islamista moderada experimenta una rebeli¨®n interna, y crecen las voces que exigen la retirada de su l¨ªder hist¨®rico, Rachid Ghannouchi.
El principal ¨¦xito de Said hasta la fecha ha sido arrancar un compromiso por parte de varias asociaciones empresariales de rebajar los precios de algunos productos b¨¢sicos, como la leche, el queso, los derivados de los cereales o las verduras. Adem¨¢s, el presidente tunecino ha tomado varias decisiones con el objetivo de controlar la grave crisis sanitaria provocada por la Covid-19 , y que se ha saldado con una media de unas 200 defunciones diarias en un pa¨ªs de unos 11 millones de habitantes.