El presidente de T¨²nez asume plenos poderes en medio de las protestas y abre una crisis constitucional
El dirigente depone al primer ministro y suspende un mes la actividad en el Parlamento, mientras la oposici¨®n habla de golpe de Estado
La joven democracia tunecina vive sus horas m¨¢s delicadas despu¨¦s de que el presidente del pa¨ªs, Kais Saied, abriera una grave crisis constitucional la noche del domingo al cesar al primer ministro, Hichem Mechichi, suspender durante un mes las actividades del Parlamento, y arrogarse plenos poderes. Saied, un pol¨ªtico populista que fue elegido en 2019 con m¨¢s del 70% de los votos, ha justificado su ¨®rdago en una dudosa interpretaci¨®n del art¨ªculo 80, que permite al presidente tomar ¡°medidas excepcionales¡± ante una situaci¨®n de peligro inminente para el pa¨ªs. La mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos ha denunciado sus acciones, calificadas como ¡°golpe de Estado¡± por Ennahda, el primer partido del Parlamento.
Despu¨¦s del anuncio de Saied, retransmitido por la televisi¨®n p¨²blica, miles de personas salieron a la calle por la noche para mostrar su apoyo al presidente haciendo sonar las bocinas de sus coches y ondeando banderas tunecinas. La celebraci¨®n fue permitida por la polic¨ªa a pesar de que est¨¢ en vigor el toque de queda entre las 20.00 y las 5.00 de la ma?ana, una de las medidas adoptadas por las autoridades para contener la explosi¨®n de infecciones de Covid-19. Los hospitales del pa¨ªs se hallan desbordados, y muchos de ellos no poseen de suficiente ox¨ªgeno para subministrarlo a los pacientes de Covid. En un pa¨ªs de 11 millones de personas, las muertes registradas por el nuevo coronavirus oscilan alrededor de las 200 diarias.
La crisis sanitaria es la ¨²ltima de la serie de crisis que ha acumulado el pa¨ªs y han condensado el malestar popular. Al borde de la bancarrota tras diez a?os de crecimiento an¨¦mico, y con un ¨ªndice de paro y pobreza al alza, T¨²nez arrastra tambi¨¦n una grave crisis pol¨ªtica que se constituye la ra¨ªz del conflicto institucional actual. Desde finales del a?o pasado, el presidente Saied y el primer ministro Mechichi libran una dura pugna respecto a la delimitaci¨®n de sus respectivas competencias. Saied se ha negado a sancionar una remodelaci¨®n del Ejecutivo decidida por Mechichi pues considera que tiene un derecho de veto no explicitado por la Constituci¨®n. El golpe de fuerza del domingo representa un intento de Saied por deshacerse de Mechichi a trav¨¦s de un atajo constitucional de muy dudosa validez legal.
Watch: Here are the 3 presidential decisions as announced by #Tunisia¡¯s Kais Saied following a day of mass protests against the government and the Islamist Ennahda-led parliament:https://t.co/mPjizWekJo pic.twitter.com/8Q21EGIpIb
— Al Arabiya English (@AlArabiya_Eng) July 25, 2021
El presidente dirigi¨® un discurso muy duro, con un tono desafiante, casi violento. ¡°Mucha gente ha sido enga?ada por la hipocres¨ªa, la traici¨®n y el robo de los derechos del pueblo ¡ Advierto a cualquiera que piense en recurrir a las armas ¡ a cualquiera que dispare una bala, las fuerzas armadas le responder¨¢n con balas¡±, dijo elevando la voz y con gesto muy serio. El primer partido que conden¨® de forma contundente la decisi¨®n de Saied fueron los islamistas de Ennahda, socio de Mechichi. Su l¨ªder hist¨®rico y presidente del Parlamento, Rachid Ghannouchi, acus¨® al Jefe de Estado de lanzar un ¡°golpe contra la revoluci¨®n y la Constituci¨®n¡±. ¡°Consideramos que las instituciones todav¨ªa en pie, los seguidores de Ennahda y el pueblo tunecino defender¨¢n la Constituci¨®n¡±, afirm¨® Ghannouchi a la agencia Reuters.
Durante la madrugada de este lunes, Rachid Ghannouchi, presidente del Parlamento y l¨ªder hist¨®rico del partido moderado Ennahda, intent¨® entrar junto con otros diputados de diversos partidos en la sede parlamentaria, pero se lo impidieron miembros de las fuerzas de seguridad. Con el paso de las horas, y a pesar de unas t¨®rridas temperaturas cercanas a los 40 grados cent¨ªgrados y el hecho de que las calles estuvieran cortadas al tr¨¢fico, centenares de militantes islamistas se acercaron este lunes por la ma?ana al Parlamento para protestar contra ¡°el golpe de Saied¡±.
¡°El pueblo quiere la apertura del Parlamento!¡±, y ¡°Con nuestra alma y nuestra sangre nos sacrificaremos por la libertad!¡± eran los esl¨®ganes m¨¢s repetidos entre los asistentes. En el transcurso de la jornada se han producido algunos altercados menores con los seguidores de Saied y tambi¨¦n con la polic¨ªa. No obstante, la tensi¨®n no se ha desbordado y, de momento, no hay que lamentar heridos graves ni tampoco ninguna v¨ªctima mortal.
M¨¢s y m¨¢s coches se acercan a la Avenida Bourguiba, coraz¨®n de la capital, para celebrar la asunci¨®n de todos los poderes por parte del presidente Saied. Las im¨¢genes de esta noche reforzar¨¢n su posici¨®n en las negociaciones que vendr¨¢n. pic.twitter.com/lfen869X1W
— Ricard Gonzalez i Samaranch (@RicardGonz) July 25, 2021
Con la excepci¨®n del Partido al-Chab, de izquierdas y de ideolog¨ªa panarabista, el resto de los principales partidos pol¨ªticos presentes en el Parlamento que se han ya manifestado han condenado el golpe de fuerza de Saied. La mesa de la Asamblea de los Representantes del Pueblo emiti¨® un comunicado en el que denuncia que las medidas tomadas por el presidente Saied ¡°son contrarias a la Constituci¨®n¡±, por lo que deben ser consideradas ¡°nulas¡±. El constitucionalista m¨¢s prestigioso del pa¨ªs, Yad ben Achour, tambi¨¦n se ha mostrado en contra del presidente, y no ha dudado en calificar la concentraci¨®n en sus manos de todos los poderes como ¡°un golpe de Estado en el verdadero sentido del t¨¦rmino¡±.
El inesperado ¨®rdago de Saied del domingo por la noche llegaba despu¨¦s de una jornada de protestas antigubernamentales que solicitaban la disoluci¨®n del Parlamento y una profunda reforma del sistema pol¨ªtico por la mala gesti¨®n de la pandemia, entre otras cosas. En la capital, las protestas, que hab¨ªan sido convocadas en internet por grupos ciudadanos y no contaban con el apoyo de ning¨²n partido de peso, fueron disueltas por la polic¨ªa en la capital frente a la sede de la Asamblea Popular. En diversas ciudades, como Susa o Tozeur, los manifestantes irrumpieron en la sede de Ennahda y realizaron destrozos materiales. Desde la revoluci¨®n de 2011, Ennahda ha estado en mayor o menor grado presente en todos los Ejecutivos, por lo que es percibido como la quintaesencia del establishment por muchos tunecinos.
¡°Estoy muy contenta. Saied nos ha librado de los hermanos de Ennahda. Ya era hora de que actuara¡±, comenta Jamila, una mujer de mediana edad que caminaba anoche por el centro de T¨²nez envuelta en una bandera tunecina. ¡°No, no me preocupa que Saied pueda convertirse en un dictador. Hasta Hitler ser¨ªa mejor que Ennahda¡±, espeta. Sin embargo, aunque puedan ser minor¨ªa, algunos recelan del golpe de fuerza de Saied. ¡°Estoy preocupado. No creo que un golpe de Estado y un presidente que se arroga todos los poderes pueda solucionar los problemas que tenemos¡±, sostiene sentado en un caf¨¦ semi-abierto Wael, un joven de izquierdas que se implic¨® a fondo con la Revoluci¨®n. El cliente de la mesa de al lado lo reprende: ¡°Esto no es un golpe de Estado! ?l es el presidente electo!¡±, proclama, abriendo un debate que, con toda probabilidad, sacudir¨¢ el pa¨ªs los pr¨®ximos d¨ªas.
La posibilidad de que el presidente Saied se acogiera al art¨ªculo 80 de la Constituci¨®n para asumir plenos poderes ya fue sugerida por un asesor en un informe que se filtr¨® el mes de mayo. Entonces, se desat¨® una fuerte pol¨¦mica, y el presidente se desmarc¨® de la iniciativa p¨²blicamente. Por esta raz¨®n, en las horas previas al ¨®rdago de Saied, nadie pod¨ªa prevenir este desarrollo de los acontecimientos.
Crisis tras crisis
El recurso al art¨ªculo 80 hab¨ªa sido defendido por algunos seguidores de Saied como una forma de salir de la crisis pol¨ªtica que vive el pa¨ªs desde el pasado mes de enero. El conflicto se desat¨® despu¨¦s de que el Jefe de Estado se negar¨¢ a sancionar el nombramiento de los nuevos ministros en una remodelaci¨®n del Ejecutivo decidida por el primer ministro, Hichem Mechichi. La Constituci¨®n no otorga al presidente la potestad de vetar la remodelaci¨®n del gabinete, pero ante la ausencia de un Tribunal Constitucional por la falta de qu¨®rum en el nombramiento de sus miembros, nadie puede obligarle a hacerlo. Desde entonces, el pa¨ªs vive sumergido en la par¨¢lisis pol¨ªtica.
La combinaci¨®n de crisis que arrastra el pa¨ªs ¨Dla sanitaria se sum¨® a la econ¨®mica, social y pol¨ªtica previas¨D ha disparado el malestar entre la ciudadan¨ªa. La elecci¨®n de Saied, un veterano profesor de Derecho Constitucional sin experiencia pol¨ªtica, ya fue producto de la insatisfacci¨®n popular y la falta de confianza en la clase pol¨ªtica. Dos a?os despu¨¦s, el hast¨ªo de los tunecinos con el Gobierno es todav¨ªa mayor, lo que ha abierto una ventana de oportunidad al presidente para asentar su primac¨ªa. En parte, el ¨¦xito del ¨®rdago de Saied depender¨¢ de la reacci¨®n del resto de actores pol¨ªticos y de los pa¨ªses occidentales, cuyo apoyo ha sido fundamental para que el pa¨ªs no caiga en la bancarrota.
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