Pakist¨¢n busca consolidarse como interlocutor preferente de los talibanes
El jefe de los servicios secretos paquistan¨ªes, Faiz Hameed, visita Kabul acompa?ado de una delegaci¨®n de altos cargos
Pakist¨¢n ha reclamado este s¨¢bado su puesto como interlocutor preferente en el Afganist¨¢n de los talibanes. Despu¨¦s de tres semanas de un discreto segundo plano, el principal respaldo pol¨ªtico y militar de la guerrilla islamista ha enviado a Kabul al jefe de sus poderosos servicios secretos, el general Faiz Hameed. Aunque el militar evit¨® confirmar a los periodistas si se iba a reunir con los dirigentes ...
Pakist¨¢n ha reclamado este s¨¢bado su puesto como interlocutor preferente en el Afganist¨¢n de los talibanes. Despu¨¦s de tres semanas de un discreto segundo plano, el principal respaldo pol¨ªtico y militar de la guerrilla islamista ha enviado a Kabul al jefe de sus poderosos servicios secretos, el general Faiz Hameed. Aunque el militar evit¨® confirmar a los periodistas si se iba a reunir con los dirigentes talibanes, se trata del m¨¢s alto cargo extranjero que ha visitado el pa¨ªs desde el cambio de r¨¦gimen que se produjo el pasado 15 de agosto. La v¨ªspera, el embajador paquistan¨ª en Qatar se entrevist¨® con uno de los miembros de la Oficina Pol¨ªtica del grupo.
El general Faiz, a quien acompa?aba una delegaci¨®n de altos cargos paquistan¨ªes, no se escondi¨®. ¡°Hemos venido para que [nuestro] embajador nos informe de los ¨²ltimos acontecimientos¡±, declar¨® a un grupo de periodistas con los que se cruz¨® en un hotel de la capital afgana. El militar, que viaj¨® invitado por el Consejo Talib¨¢n (shura), no quiso decir si iba a reunirse con alg¨²n l¨ªder del grupo, aunque mencion¨® entre los asuntos de com¨²n inter¨¦s la seguridad y los lazos econ¨®micos y comerciales, seg¨²n Tahir Khan, uno de los reporteros presentes. ¡°Hemos trabajado por la paz en Afganist¨¢n y seguiremos haci¨¦ndolo en el futuro; no hay nada que temer¡±, a?adi¨®.
Pol¨ªticos y militares paquistan¨ªes tampoco han ocultado su satisfacci¨®n por el ¨¦xito de los talibanes afganos. Tras la intervenci¨®n de EE UU que los ech¨® del poder en 2001, quedaron muy defraudados con Washington por la marginaci¨®n en el nuevo sistema pol¨ªtico del sector moderado del grupo y de la comunidad past¨²n, en general. Desde entonces han atribuido la inestabilidad en el pa¨ªs vecino a ese pecado original. As¨ª, sus servicios secretos, Interagency Services Intelligence (ISI), que en los a?os noventa del siglo pasado impulsaron el nacimiento de la guerrilla, volvieron a prestarle apoyo, o como m¨ªnimo a cerrar los ojos a sus bases en las zonas fronterizas donde los lazos familiares y tribales con los pastunes paquistan¨ªes facilitaban sus movimientos.
Sin embargo, desde que los talibanes entraron en Kabul el pasado 15 de agosto, Pakist¨¢n se hab¨ªa quedado en un aparente segundo plano frente al intenso despliegue diplom¨¢tico de Qatar. Las tensas relaciones con Estados Unidos (que acusa a Islamabad de haber apoyado a los talibanes en su lucha contra el Gobierno prooccidental de Kabul), el riesgo de una nueva oleada de refugiados y el temor a un efecto contagio entre sus propios talibanes parec¨ªan haber aconsejado prudencia. Pero para Islamabad resulta clave marcar el territorio, en especial, cuando el resto de vecinos y potencias regionales empiezan a tomar posiciones.
Por ahora, y a falta de que el nuevo r¨¦gimen anuncie su nombre y estructura, ning¨²n pa¨ªs ha procedido a reconocerlo (aunque a diferencia de los occidentales, China, Rusia, Ir¨¢n y Pakist¨¢n no han cerrado sus embajadas en Kabul). Sin embargo, la v¨ªspera, tanto Pek¨ªn como Mosc¨² dieron a entender que las cosas van por buen camino. Seg¨²n los talibanes, el viceministro chino de Exteriores, Wu Jianghao, asegur¨® a Abdul Salam Hanafi, uno de sus responsables, que van a mantener su legaci¨®n diplom¨¢tica e incrementar su ayuda humanitaria, en especial contra la covid-19. El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, por su parte, mostr¨® su confianza en que los talibanes se comporten para poder seguir manteniendo relaciones.
El ministro de Exteriores paquistan¨ª, Shah Mahmood Qureshi, ha dicho que su pa¨ªs no se puede dar el lujo de elegir si relacionarse o no con su vecino occidental, con quien comparte 2.600 kil¨®metros de frontera. ¡°Tenemos que coexistir. Nuestra geograf¨ªa nos une¡±, dijo durante la visita de su hom¨®logo brit¨¢nico, Dominic Raab, el pasado viernes. Qureshi inst¨® a la comunidad internacional a ¡°aceptar la nueva realidad¡± y trabajar con los talibanes. ¡°Nuestro objetivo es ayudar a la gente de Afganist¨¢n¡±, subray¨®.
Sin embargo, el Gobierno de Islamabad, como el resto de los vecinos de Afganist¨¢n, mantiene cerradas sus fronteras ante la eventualidad de una avalancha de refugiados. De momento, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) no ha detectado movimientos significativos de poblaci¨®n ni hacia Pakist¨¢n ni hacia Ir¨¢n, los dos destinos m¨¢s frecuentes y que ya albergan a varios millones de afganos huidos de las guerras que se han sucedido desde 1979.
Las autoridades paquistan¨ªes saben que la presi¨®n migratoria puede aumentar en las pr¨®ximas semanas, en especial si los europeos logran su prop¨®sito de abrir un corredor humanitario para sacar de Afganist¨¢n a quienes no se sienten seguros bajo la f¨¦rula talibana. Pero esta vez, a diferencia de 2001, no tienen un interlocutor en la Embajada afgana en Islamabad, donde como en otras legaciones, han quedado en el limbo (y sin sueldo) los funcionarios de la anterior Administraci¨®n.
As¨ª que el embajador paquistan¨ª en Qatar, Ahsan Raza Shah, ha seguido el mismo ritual que los enviados occidentales y acudi¨® el viernes a la Oficina Pol¨ªtica que los talibanes tienen en Doha para tratar ese y otros asuntos bilaterales con el n¨²mero dos de la delegaci¨®n, Mohammad Abbas Stanekzai.
El actual aislamiento de Afganist¨¢n puede reducirse no obstante en los pr¨®ximos d¨ªas con la reapertura del aeropuerto internacional de Kabul. Como primer paso, el equipo t¨¦cnico enviado por Qatar ha logrado que este s¨¢bado pudieran despegar los dos primeros aviones civiles, sendos vuelos nacionales a Mazar-i-Sharif (al norte) y Kandahar (al sur), tras recibir la v¨ªspera un primer cargamento humanitario procedente de Emiratos ?rabes Unidos. Se espera ahora que el aer¨®dromo, que qued¨® da?ado tras la salida de las tropas estadounidenses, pueda garantizar la seguridad t¨¦cnica para las conexiones internacionales.
En otro signo de progresiva recuperaci¨®n de la normalidad, se ha reanudado el cambio de divisas en el llamado Mercado del Pr¨ªncipe, de Kabul. Pero los bancos a¨²n limitan el dinero que la gente puede sacar de sus cuentas ante la escasez de efectivo. Abdulghani Baradar, el l¨ªder talib¨¢n que se espera dirija el Gobierno, ha declarado que la econom¨ªa va a ser su prioridad.
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