El reparto de poder retrasa la formaci¨®n del Gobierno talib¨¢n
Abdulghani Baradar, l¨ªder del brazo pol¨ªtico y cofundador del grupo, se perfila al frente del Ejecutivo
La toma del poder de los talibanes ha supuesto un vac¨ªo de poder en Afganist¨¢n. El anuncio del nuevo Gobierno se est¨¢ haciendo esperar ante la b¨²squeda de equilibrios que contenten a las diferentes facciones del movimiento y de apoyos fuera del mismo. De momento, todo apunta a que al frente del Ejecutivo estar¨¢ Abdulghani Baradar, cofundador del grupo y l¨ªder de su brazo pol¨ªtico. Falta por ver qu¨¦ peso van a tener los sectores m¨¢s radicales y c¨®mo van a distribuirse las carteras.
Faiz Zaland, profesor de la Universidad de Kabul y muy pr¨®ximo a los talibanes, precisa que ¡°Baradar no va a tener el t¨ªtulo de primer ministro, sino de rasul waziran¡± (literalmente, mensajero de los ministros), una locuci¨®n de resonancias religiosas. Pero concede que ¡°dirigir¨¢ el equipo¡± de Gobierno. ¡°Debemos esperar al anuncio oficial, que se har¨¢ en los pr¨®ximos dos o tres d¨ªas¡±, subraya durante una conversaci¨®n telef¨®nica.
Desde la llegada de Baradar a Kabul hace dos semanas, sus reuniones con otros pol¨ªticos afganos se han visto como un signo de que estaba buscando apoyos m¨¢s all¨¢ del movimiento talib¨¢n, aunque no est¨¢ claro que hayan pasado de visitas de cortes¨ªa. Las verdaderas negociaciones sobre la composici¨®n del Ejecutivo se llevan a cabo en Kandahar bajo la direcci¨®n del l¨ªder supremo del grupo, el maulana Hibatullah Akhundzada. Varios dirigentes talibanes dan por hecho que ser¨¢ la m¨¢xima autoridad del Estado, sin adoptar tampoco el republicano cargo de presidente.
Seg¨²n Zaland, ¡°el Gobierno solo va a incluir a miembros del movimiento talib¨¢n y tendr¨¢ 25 ministerios¡±, aunque considera posible que representantes no talibanes tengan alg¨²n cargo en los segundos y terceros niveles de la Administraci¨®n. Habr¨¢ tambi¨¦n un Consejo Consultivo (Shura), formado por 12 ulemas. Con posterioridad, se convocar¨ªa una Loya Jirga, o Gran Asamblea tradicional, en la que notables y representantes de la sociedad afgana debatir¨¢n una Constituci¨®n y la estructura del futuro r¨¦gimen.
Las im¨¢genes de preparativos en el palacio presidencial que empezaron a circular el pasado mi¨¦rcoles anticipaban la inminencia del anuncio. Algunas fuentes fijaban el momento tras el rezo del mediod¨ªa de este viernes. ¡°Siguen negociando; ha sido todo muy r¨¢pido porque nadie, ni siquiera los talibanes, esperaban que Kabul se rindiera tan pronto. No estaban preparados¡±, justifica Zaland. Otros interlocutores apuntan a un tira y afloja por el reparto del poder. ¡°Cada facci¨®n quiere el control de varias provincias, pero Afganist¨¢n tiene 34 y para satisfacer a todos ser¨ªan necesarias 80¡±, ejemplifica un analista paquistan¨ª.
Los dirigentes talibanes han dejado claro que no van a incluir en el Ejecutivo a pol¨ªticos que tuvieron cargos en la Administraci¨®n del huido Ashraf Ghani, pero han indicado que la mayor¨ªa de los funcionarios podr¨¢n seguir en sus puestos. Seg¨²n la fuente paquistan¨ª, tampoco van a contar con quienes, como Abdullah Abdullah y el expresidente Hamid Karzai, se pusieron al servicio de una transici¨®n pac¨ªfica. ¡°Est¨¢n demasiado asociados con la intervenci¨®n estadounidense y ser¨ªa imposible gestionar tantos egos¡±, explica con la convicci¨®n de que ¡°van a dar m¨¢s autonom¨ªa a los gobernadores provinciales¡±.
Existe una gran expectaci¨®n internacional por conocer la composici¨®n del Gobierno. De ello depende en buena medida el reconocimiento por parte de otros pa¨ªses, aunque algunos vecinos ya han indicado el camino. ¡°Colaboraremos con un Gobierno que tenga el respaldo de los afganos¡±, ha declarado este viernes el ministro de Exteriores de Pakist¨¢n, Shah Mahmood Qureshi.
Una primera pista de las inclinaciones de los talibanes ser¨¢ la distribuci¨®n del poder entre el sector pol¨ªtico, que bajo la batuta de Baradar negoci¨® la retirada de Estados Unidos en Doha, y los comandantes militares. La atenci¨®n se centra sobre todo en qu¨¦ peso van a tener Mohammad Yacoob, hijo del fallecido cl¨¦rigo Omar (fundador del grupo y su m¨¢ximo l¨ªder cuando se produjo la intervenci¨®n norteamericana en 2001), y Sirajjudin Haqqani, que encabeza una de sus ramas m¨¢s extremas.
En medios diplom¨¢ticos y de inteligencia occidentales preocupa el peso que ha adquirido Haqqani desde el 15 de agosto. ¡°Se ha hecho con el control de Kabul y de buena parte del noreste de Afganist¨¢n¡±, se?ala una fuente. A diferencia de los talibanes, Estados Unidos considera organizaci¨®n terrorista a la Red Haqqani, como se conoce a la milicia que Sirajuddin hered¨® de su padre, Jalaluddin, y ofrece recompensas a quien ayude a capturar a sus cabecillas.
?Y las mujeres? Zaland considera que a la comunidad internacional no le importan tanto como dice. ¡°Arabia Saud¨ª no tiene ninguna en el Gobierno y no pasa nada. Occidente mira sobre todo a sus intereses y eso se traduce lo primero en cooperaci¨®n contra el Estado Isl¨¢mico, algo en lo que los talibanes est¨¢n contentos de ayudar; en segundo lugar, estabilidad regional, y, solo despu¨¦s, proteger los derechos de las mujeres¡±, declara.
Aun as¨ª, se muestra convencido de que los islamistas van a respetar los derechos de las afganas y permitir que trabajen en las administraciones p¨²blicas. ¡°Son la mitad de la poblaci¨®n y desaprovechar esa mano de obra ser¨ªa un desastre. Lo saben, pero la r¨¢pida ca¨ªda de Kabul cre¨® mucho p¨¢nico y les va a llevar alg¨²n tiempo hasta que sepan c¨®mo gestionar esto¡±, responde cuando se le menciona el deseo de escapar del pa¨ªs de decenas de miles de mujeres profesionales.
¡°Ha sido un gran cambio, una revoluci¨®n. Es normal que haya provocado miedo. Pero ha sido una transici¨®n sin precedentes en nuestra historia. La expulsi¨®n de los sovi¨¦ticos dej¨® el pa¨ªs destruido. Las guerras anglo-afganas, lo mismo. Y mire c¨®mo han quedado Siria, Irak o Libia. Sin embargo, en los 10 d¨ªas que llev¨® a los talibanes llegar hasta Kabul, solo murieron en combate un centenar de combatientes, seg¨²n me dijo un responsable¡±, resume.
Se intensifican los combates en Panshir
Los combates entre los talibanes y los resistentes en Panshir se han intensificado desde el mi¨¦rcoles. Medios pr¨®ximos a los nuevos gobernantes de Kabul aseguraban en la noche del viernes que sus fuerzas hab¨ªan conquistado todas las comarcas de la ¨²nica provincia de Afganist¨¢n que no se rindi¨® a su avance. Los rebeldes, por su parte, afirmaban controlar todas las entradas al valle, y haber matado a decenas de milicianos talibanes.
El Frente Nacional de Resistencia est¨¢ liderado por Ahmad Masud, hijo del legendario Ahmad Shah Masud, a quien se han unido milicias locales y miembros de las desaparecidas fuerzas de seguridad afganas, adem¨¢s del exvicepresidente Amrullah Saleh. Este ha denunciado en Twitter que ¡°los talibanes han bloqueado el acceso humanitario al Panshir¡±, utilizan a los lugare?os para que les abran paso en los campos de minas y han cortado la electricidad y el tel¨¦fono.
El pasado mi¨¦rcoles, el centro quir¨²rgico de la ONG italiana Emergency en Kabul, el hospital de referencia para heridos de guerra, anunci¨® haber recibido cuatro cad¨¢veres y cinco heridos procedentes de Gulbahar, a la entrada del valle de Panshir, a unos 75 kil¨®metros al norte de Kabul. Pero desde entonces no ha informado de nuevos ingresos, lo que da credibilidad a la denuncia de Saleh, un furibundo antitalib¨¢n.
El portavoz talib¨¢n, Zabihullah Mujahid, dijo el mi¨¦rcoles que sus combatientes hab¨ªan avanzado hacia el Panshir tras el fracaso de las negociaciones. Ambas partes ten¨ªan muy diferentes posiciones. Al parecer, los resistentes solicitaban una participaci¨®n en la nueva Administraci¨®n muy superior a su peso num¨¦rico y situaci¨®n. Para los talibanes, ser¨ªa importante tener cerrado este cap¨ªtulo antes de anunciar el Gobierno, pero Faiz Zaland, de la Universidad de Kabul, estima que quieren evitar una soluci¨®n militar y saben que, con el invierno a las puertas, su rendici¨®n es una cuesti¨®n de tiempo.
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