Las elecciones en Noruega arrojan una amplia mayor¨ªa de izquierdas, pero ?ahora qu¨¦?
El resultado de los comicios en el pa¨ªs escandinavo consolida un aumento de la fragmentaci¨®n pol¨ªtica, especialmente en las fuerzas progresistas. Construir coaliciones mayoritarias resultar¨¢ complejo
Durante los ¨²ltimos ocho a?os, Noruega ha sido gobernada por varias coaliciones de derechas dirigidas por el partido conservador y su l¨ªder, la primera ministra Erna Solberg. Como en muchos otros pa¨ªses, el principal partido gobernante recibi¨® un impulso decisivo en su apoyo cuando la Covid sumi¨® a Noruega en la crisis m¨¢s importante a la que se hab¨ªa enfrentado desde la segunda guerra mundial. Sin embargo, al normalizarse la agenda pol¨ªtica, el coste de gobernar se hizo evidente tambi¨¦n para los conservadores. Junto con el otro gran partido de derechas, el Partido del Progreso (a pesar de su nombre, de corte nacional-conservador), resultaron ser los principales perdedores de las elecciones, a pesar de que la mayor¨ªa de los votantes noruegos estaban bastante satisfechos con la gesti¨®n de la pandemia por parte de Solberg. Hasta ahora, se han registrado menos de 900 muertes en total en Noruega. Sin embargo, una victoria de Solberg hubiese sido de lo m¨¢s extraordinaria. Los Primeros Ministros noruegos rara vez, si es que alguna vez, ocupan el cargo durante tres mandatos, con o sin pandemia. La ca¨ªda del Partido del Progreso era m¨¢s o menos predecible. En las anteriores elecciones de 2017, su tema principal -la inmigraci¨®n- estaba en lo m¨¢s alto de la agenda noruega tras la crisis de los refugiados. En 2021, los votantes ya no consideraban relevante este tema, ya que la pandemia fren¨® esencialmente la mayor parte de la inmigraci¨®n a Noruega.
Si a estas derrotas se a?ade el hecho de que el partido democristiano, por primera vez desde 1936, ha quedado justo por debajo del umbral electoral, el desastre para los partidos burgueses es casi total. En la Democracia Cristiana han surgido conflictos internos por la decisi¨®n de apoyar a los gobiernos de derechas, mientras que el Partido del Progreso particip¨® en ellos. El ¨²nico partido de derechas que obtuvo buenos resultados fue el peque?o partido liberal, que parece haber sacado provecho de la agenda clim¨¢tica, y potencialmente de su apoyo a una reforma de la pol¨ªtica de drogas inspirada en la despenalizaci¨®n de Portugal.
El casi colapso de los partidos de la derecha no deja lugar a dudas: el nuevo gobierno estar¨¢ formado por Jonas Gahr St?re y su partido laborista de centro-izquierda, con lo que todos los pa¨ªses escandinavos ser¨¢n gobernados por los socialdem¨®cratas. Si bien los socialdem¨®cratas han obtenido malos resultados en las elecciones, el considerable crecimiento de los dem¨¢s partidos de la oposici¨®n asegura una fuerte mayor¨ªa de izquierdas en el Stortinget, el parlamento noruego. Este fue el caso del Partido del Centro, un partido que defiende los intereses rurales. El Partido del Centro ha crecido enormemente en los ¨²ltimos a?os, ya que ha liderado la oposici¨®n m¨¢s fuerte contra las reformas centralizadoras de los gobiernos conservadores. Estas reformas han sido muy impopulares en ciertas regiones y zonas rurales.
Adem¨¢s, los dos partidos de izquierda radical crecieron significativamente en una campa?a dominada por algunos de sus temas centrales relacionados con el clima y las desigualdades sociales tras la pandemia. El m¨¢s radical de ellos, Rojo, va camino de obtener su mejor resultado de la historia con casi un 5%, mientras que su partido hermano SV, algo menos radical, tambi¨¦n ha obtenido buenos resultados con casi un 8%.
Entre los resultados m¨¢s sorprendentes, el partido de los Verdes parece no haber sabido aprovechar la relevancia persuasiva de la cuesti¨®n clim¨¢tica. El Informe Clim¨¢tico del CIPP anunci¨® un ¡°c¨®digo rojo¡± para la humanidad en plena campa?a electoral, lo que situ¨® las cuestiones del clima y el petr¨®leo en un lugar destacado de la agenda electoral. El Partido Verde, que entr¨® en el parlamento ya en 2013, subi¨® en las encuestas y obtuvo un r¨¦cord de 3.000 nuevos miembros en los d¨ªas siguientes al informe. Se preve¨ªa que finalmente superar¨ªan el umbral electoral con cierto margen, lo que les dar¨ªa acceso a los important¨ªsimos esca?os de nivelaci¨®n. Sin embargo, finalmente se quedaron en el 3,8% (el umbral est¨¢ en el 4%). A pesar de un cierto crecimiento de los apoyos y de su mejor elecci¨®n hasta el momento, el hecho de no haber superado el umbral electoral es una enorme decepci¨®n para el partido, teniendo en cuenta la importancia de las cuestiones clim¨¢ticas en el programa. Si no pueden triunfar en estas circunstancias, ?cu¨¢ndo lo har¨¢n?
El resultado final de las elecciones es un declive de la derecha y un ascenso de la izquierda. Sin embargo, las elecciones consolidan la tendencia que hemos observado en toda Europa Occidental de aumento de la fragmentaci¨®n pol¨ªtica, en este caso especialmente en la izquierda. Los dos partidos principales perdieron votos, mientras que varios de los menores se fortalecieron. Esto conlleva problemas a la hora de intentar construir coaliciones mayoritarias.
La coalici¨®n de gobierno preferida por los laboristas, formada por SV y el partido de centro (con el que gobernaron en 2005-2013), se vio amenazada durante mucho tiempo por el ascenso de los rojos y los verdes, ya que corr¨ªan el riesgo de depender de estos partidos para obtener un apoyo mayoritario a sus presupuestos. Sin embargo, con los decepcionantes resultados de los Verdes, la coalici¨®n de gobierno preferida por los laboristas obtiene la mayor¨ªa en el Parlamento. No obstante, no es seguro que esta coalici¨®n sea sostenible. Mientras que el SV se ha mostrado partidario, el Partido del Centro ha dicho expl¨ªcitamente que no quiere gobernar con el SV, citando las grandes diferencias entre los partidos en una serie de cuestiones, entre ellas las relacionadas con las pol¨ªticas clim¨¢ticas y petroleras.
Los tres partidos se han comprometido con los ambiciosos objetivos del Acuerdo de Par¨ªs, reduciendo las emisiones en un 50-55% para 2030. Sin embargo, los dos partidos no est¨¢n de acuerdo en c¨®mo conseguirlo. Por ejemplo, mientras que SV quiere dejar de buscar nuevos yacimientos de petr¨®leo, el Partido del Centro no. E incluso si el Partido del Centro acepta a SV, ser¨¢ un reto para este ¨²ltimo enfrentarse a las cr¨ªticas de Rojos y Verdes por sus necesarios compromisos en materia de igualdad y pol¨ªticas clim¨¢ticas en una coalici¨®n de este tipo.
Si los partidos no consiguen llegar a un acuerdo en las pr¨®ximas semanas, Noruega puede enfrentarse a un gobierno en minor¨ªa basado en los laboristas y el Partido de Centro, o incluso a que los laboristas gobiernen solos. A pesar de algunas excepciones importantes en los ¨²ltimos a?os, los gobiernos en minor¨ªa son, de hecho, la forma m¨¢s com¨²n de gobernar en Noruega.
Lo que es seguro es que Noruega tendr¨¢ pronto un nuevo Primer Ministro. Los votantes parecen haber exigido una mayor redistribuci¨®n, el fin de la centralizaci¨®n y, tal vez, una transici¨®n hacia una econom¨ªa m¨¢s ecol¨®gica. La cuesti¨®n es c¨®mo el nuevo Primer Ministro cumplir¨¢ con estas cuestiones, y con qui¨¦n.
Peter Egge Langs?ther es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Oslo y analista de Agenda P¨²blica
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