Merkel sale al rescate de Laschet y llama a la movilizaci¨®n en la recta final de la campa?a
Los conservadores advierten contra un tripartito de izquierdas y piden aprovechar las ¨²ltimas 48 horas
Los democristianos de Angela Merkel est¨¢n convencidos de que todav¨ªa pueden mantener la Canciller¨ªa. Se ven fuertes; son el partido del centro, el que arregla la econom¨ªa, el que el votante alem¨¢n asocia a la estabilidad y la solvencia. O al menos esa impresi¨®n dieron este viernes en el ¨²ltimo acto de campa?a en M¨²nich. La sensaci¨®n era de sprint final, de que no es demasiado tarde para acabar de convencer a los indecisos, m¨¢s numerosos a estas alturas que en otras elecciones. ¡°Faltan 50 horas para que cierren los colegio...
Los democristianos de Angela Merkel est¨¢n convencidos de que todav¨ªa pueden mantener la Canciller¨ªa. Se ven fuertes; son el partido del centro, el que arregla la econom¨ªa, el que el votante alem¨¢n asocia a la estabilidad y la solvencia. O al menos esa impresi¨®n dieron este viernes en el ¨²ltimo acto de campa?a en M¨²nich. La sensaci¨®n era de sprint final, de que no es demasiado tarde para acabar de convencer a los indecisos, m¨¢s numerosos a estas alturas que en otras elecciones. ¡°Faltan 50 horas para que cierren los colegios electorales¡±, dijo muy seria Angela Merkel. ¡°Hay que usarlas todas¡±. La canciller sali¨® una vez m¨¢s al rescate del candidato de su partido, Armin Laschet, al que hasta hace escasas semanas se hab¨ªa resistido a apoyar p¨²blicamente. Hasta la recta final no le ha lanzado un salvavidas, con tres actos de campa?a en cinco d¨ªas. Este s¨¢bado tambi¨¦n le acompa?ar¨¢ en Aquisgr¨¢n, su ciudad natal.
¡°No da lo mismo qui¨¦n gobierne Alemania¡±, advirti¨® en al menos cuatro ocasiones Merkel durante su intervenci¨®n, en referencia a la posible coalici¨®n de izquierdas que podr¨ªa liderar el socialdem¨®crata Olaf Scholz si consigue pactar un tripartito con Los Verdes y Die Linke (La Izquierda), la formaci¨®n poscomunista. Ellos quieren subir los impuestos; los conservadores bajarlos. Ellos quieren lidiar con la crisis clim¨¢tica a golpe de prohibici¨®n; la uni¨®n de CDU y CSU apuesta por los progresos tecnol¨®gicos. Tras dejar claro c¨®mo tampoco la seguridad interna ni el papel internacional de Alemania estar¨ªa en buenas manos con un Gobierno de izquierdas, Merkel resumi¨® lo que ofrece Laschet: continuidad, certidumbre. ¡°Para que Alemania siga siendo estable tiene que gobernar Armin Laschet¡±, exclam¨®.
A ese concepto van a apelar los conservadores en los ¨²ltimos dos d¨ªas ¡ªen Alemania no hay jornada de reflexi¨®n¡ª antes de los comicios. La elecci¨®n del lugar para cerrar la campa?a no fue casual. Adem¨¢s de contar con el apoyo de Merkel, la figura m¨¢s respetada de la pol¨ªtica alemana, a la que los electores todav¨ªa votar¨ªan una vez m¨¢s si pudieran, Laschet estuvo arropado por otro peso pesado conservador, Markus S?der. El b¨¢varo, presidente de la Uni¨®n Socialcristiana (CSU), el partido hermano de la Uni¨®n Cristianodem¨®crata (CDU), intent¨® arrebatar a Laschet la candidatura conjunta que presentan las dos formaciones. La pugna, aireada en p¨²blico para disgusto de los alemanes, poco acostumbrados a tanto drama, afect¨® a la imagen de Laschet. Sali¨® vencedor, pero con el estigma de ser un l¨ªder d¨¦bil al que no apoyaba ni su propio partido.
Luego todo fue cuesta abajo. Su manejo de la pandemia como presidente de Renania del Norte-Westfalia, el Estado m¨¢s poblado del pa¨ªs (18 millones de habitantes) y de las inundaciones de julio pasado pusieron en cuesti¨®n su capacidad para gestionar crisis. El ¨²ltimo clavo del ata¨²d se lo clav¨® ¨¦l mismo. Las c¨¢maras captaron su imagen en segundo plano, ri¨¦ndose a carcajadas, mientras el presidente alem¨¢n, Frank-Walter Steinmeier, mostraba sus condolencias a las v¨ªctimas. El v¨ªdeo se hizo viral y sus disculpas no han podido borrar esa imagen de la cabeza de los alemanes. La CDU-CSU vivi¨® semanas de p¨¢nico cuando Scholz les adelant¨® en intenci¨®n de voto a finales de agosto. Una encuesta lleg¨® a dar un 19% de intenci¨®n de voto a un partido que siempre crey¨® que su suelo era el 30%.
Si la Uni¨®n tiene miedo de pasar a la oposici¨®n, en el recinto del Nockherberg, un conocido restaurante de cocina tradicional b¨¢vara, no se les not¨®. En una sala cerrada, donde se ve¨ªan pocas mascarillas, los delegados aplaudieron durante minutos a Merkel, primero, y despu¨¦s a S?der y Laschet, que fue ovacionado antes y despu¨¦s de su intervenci¨®n. El lema por el que se guiar¨¢n los conservadores estos ¨²ltimos dos d¨ªas colgaba de dos enormes carteles: ¡°Para que Alemania se mantenga estable¡±.
Pese a ser el final de campa?a, no fue un acto p¨²blico. Fuera, en el jard¨ªn del restaurante, grupos de muniqueses, muchos vestidos con dirndl y lederhosen, los trajes tradicionales b¨¢varos, celebraban el Oktoberfest ajenos al encuentro de los pol¨ªticos. ¡°Me han dicho que est¨¢n aqu¨ª Merkel y Laschet, pero no les he visto. A ella la respeto, pero no votar¨¦ a su partido ni a su candidato¡±, dec¨ªa Klaus, estudiante de Ingenier¨ªa, sentado frente a una jarra de un litro de cerveza. Por la ma?ana hab¨ªa estado en la manifestaci¨®n por el clima organizada por Fridays for Future: ¡°Tengo 20 a?os y s¨ª, para m¨ª es la mayor preocupaci¨®n¡±. Solo en M¨²nich unas 12.000 personas ¡ªseg¨²n la Polic¨ªa; la organizaci¨®n habl¨® de 29.000¡ª exigieron m¨¢s decisi¨®n a los pol¨ªticos para combatir el cambio clim¨¢tico. Si estas elecciones dependieran de los j¨®venes de entre 18 y 29 a?os, el pa¨ªs tendr¨ªa su primera canciller verde.
El l¨ªder b¨¢varo, muy en¨¦rgico, asegur¨® que los conservadores podr¨¢n darle la vuelta a los pron¨®sticos. ¡°Alemania no puede volver a ser el campo de experimentaci¨®n de las ocurrencias de la izquierda. Esa tropa no puede gobernar el pa¨ªs¡±, exclam¨®. En las escasas horas que quedan para que cierren los colegios, los democristianos apelar¨¢n a sus cl¨¢sicos: bajada de impuestos, facilidades a las empresas y creaci¨®n de empleo. Y continuidad del legado de Merkel. Todav¨ªa hay tiempo para alguna foto m¨¢s con la canciller.
Laschet tambi¨¦n alert¨® contra un gobierno de izquierdas y, como S?der, agradeci¨® a Merkel sus 16 a?os de Gobierno. Al principio se reivindic¨®. Dijo que ¨¦l no es como Merkel, ni como Kohl, ni como nadie m¨¢s, que tiene sus propias ideas. Durante la campa?a quien ha conseguido capitalizar el legado de la canciller, presentarse a los electores como su sucesor natural, ha sido Scholz, pese a ser de otro partido.
El largo camino hacia un probable tripartito
A dos d¨ªas de las elecciones, la incertidumbre es total. Aunque las predicciones de las casas de encuestas sean correctas ¡ªen elecciones recientes han errado el tiro, a la ajustad¨ªsima ventaja de Scholz hay que a?adir el margen de error que tienen todos los sondeos, el elevado n¨²mero de indecisos y el mayor de todos los suspenses: las posibles coaliciones. Todos los expertos coinciden en que las habitualmente aburridas elecciones alemanas son este a?o de v¨¦rtigo. Es complicad¨ªsimo hacer pron¨®sticos.
Sacar el mayor n¨²mero de votos este domingo no garantiza llevarse la Canciller¨ªa. La situaci¨®n est¨¢ tan abierta que el segundo m¨¢s votado podr¨ªa formar coalici¨®n antes y acabar en el Gobierno. Todo depender¨¢ de las habilidades y la astucia pol¨ªtica de los candidatos. Si las encuestas no se equivocan ser¨¢ necesario un tripartito, lo que probablemente implicar¨¢ largas negociaciones. Los primeros movimientos se observar¨¢n con lupa: qui¨¦n se re¨²ne con qui¨¦n y en qu¨¦ orden. La llave del nuevo Gobierno la tendr¨¢n los partidos peque?os. Verdes y liberales van a ser decisivos para inclinar la balanza hacia un lado u otro.
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