La hora de confrontar la realidad

Las expectativas a este lado del Atl¨¢ntico con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca eran tan altas que casi necesariamente ten¨ªan que verse frustradas. Despu¨¦s del enfrentamiento vivido durante la presidencia de Donald Trump, los europeos confiaban en reconducir la relaci¨®n con sus socios naturales con la llegada del dem¨®crata, pero muchas se?ales indican que nada volver¨¢ a ser como era, si es que alguna vez lo fue.

La antigua comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstr?m, aseguraba este mi¨¦rcoles en una charla virtual en el European Policy Center que ¡°las se?ales de la Administraci¨®n de Biden son muy similares a las de la anterior Administraci¨®n aunque la ret¨®rica sea m¨¢s suave¡± y desgranaba un buen pu?ado de razones: el ¡°Am¨¦rica primero¡± impulsado por Biden, la nueva legislaci¨®n que prioriza a sus empresas en los concursos de la Administraci¨®n p¨²blica, la ausencia de avances para reformar la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. Hay m¨¢s. Como gesto de buena voluntad, Biden suspendi¨® la aplicaci¨®n de los aranceles al acero y el aluminio impuestos por Trump a los productos europeos, pero si no hay un acuerdo en las pr¨®ximas semanas los aranceles volver¨¢n a entrar en vigor el pr¨®ximo 1 de diciembre.

Francia a?adir¨ªa a ese listado el acuerdo firmado por EE UU con el Reino Unido y Australia que le ha dejado sin un jugoso contrato de fabricaci¨®n de submarinos con Canberra. Tanto que el presidente franc¨¦s Emmanuel Macron amenaz¨® con boicotear el Consejo de Comercio y Tecnolog¨ªa (TTC, en sus siglas en ingl¨¦s) que se celebra este mi¨¦rcoles y jueves en Pittsburgh. Solo una llamada de Biden logr¨® ablandar la posici¨®n francesa y reconducir la cita.

La UE y EE UU abren este nuevo foro tras el fracaso del TTIP, el acuerdo comercial que trataron de cerrar Bruselas y Washington durante el mandato de Barack Obama. Lo cierto es que la institucionalizaci¨®n de un foro de di¨¢logo entre las dos potencias resulta fundamental en un momento en el que se est¨¢ dibujando un nuevo orden geopol¨ªtico. Son muchas las materias que exigen cooperaci¨®n en materias que van a definir el futuro: el cribado de inversiones, el establecimiento de est¨¢ndares comunes en la inteligencia artificial, la producci¨®n de semiconductores, el control de las exportaciones... Y sin canales de negociaci¨®n directa es dif¨ªcil reconducir la relaci¨®n y recuperar la confianza mutua.

De fondo, c¨®mo no, China, aunque no se nombre. Las autoridades europeas quieren evitar que el TTC se convierta en un foro de ataque verbal a Pek¨ªn, pero comparten la preocupaci¨®n estadounidense por la visi¨®n china en comercio y tecnolog¨ªa. ¡°China es un socio importante aunque complicado¡±, recordaba Malmstr?m. Pero los intereses de una y otra orilla no siempre coinciden y si algo ha ense?ado la pandemia ¡ªy el aterrizaje abrupto del idilio con Biden¡ª es que la autonom¨ªa estrat¨¦gica europea es inaplazable. La ley europea de semiconductores anunciada por la presidenta de la Comisi¨®n Ursula von der Leyen puede ser un primer paso.

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