Informes desclasificados en EE UU detallan la ¡°simbiosis¡± del Ej¨¦rcito de Colombia con los paramilitares
Los documentos emergieron durante un juicio al exjefe paramilitar Macaco por el asesinato del l¨ªder y periodista Eduardo Estrada
El 27 de septiembre, durante un juicio contra Carlos Mario Jim¨¦nez, Macaco, temido exjefe paramilitar, en una corte federal en Florida salieron a la luz documentos desclasificados de la CIA y el departamento de Estado que confirman que en Colombia hubo una ¡°relaci¨®n simbi¨®tica¡± entre las fuerzas del Estado y los grupos paramilitares.
¡°Los actores estatales apoyaron activamente las operaciones del Bloque Central Bol¨ªvar BCB (que encabez¨® Jim¨¦nez) mediante el intercambio de inteligencia, armas y uniformes militares¡±, escribi¨® el juez federal Edwin Torres en su fallo, considerado un hito. La sentencia responsabiliz¨® a Macaco del asesinato de Eduardo Estrada, un l¨ªder social y periodista baleado en 2001 en el departamento de Bol¨ªvar, y de la tortura de su esposa, como parte de una demanda civil presentada a nombre de varias v¨ªctimas.
Para llegar a esa conclusi¨®n, Torres se apoy¨® en al menos una decena de informes desclasificados de la CIA y el departamento de Estado, que han sido publicados por el portal informativo National Security Archive en distintos momentos. Se trata de una serie de informes, memos y cables diplom¨¢ticos que dan cuenta de la colaboraci¨®n entre esos escuadrones y el Estado colombiano, una verdad a voces en el pa¨ªs que era conocida tambi¨¦n por el Gobierno estadounidense, como ahora se demuestra.
¡°El Ej¨¦rcito los trat¨® ¡®bien¡±
En 2001, la CIA report¨® que meses antes del asesinato de Estrada, el Ej¨¦rcito colombiano ¡°trat¨® bien¡± a los paramilitares del BCB y a otro bloque de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia). El documento indica que debido a una operaci¨®n estatal los paramilitares fueron ¡°temporalmente obligados a reubicarse¡±, y algunos fueron detenidos. Sin embargo, ¡°los capturados durante la operaci¨®n fueron posteriormente liberados, junto con sus armas¡±.
¡°Esta decisi¨®n (el fallo contra Macaco) es el resultado de la incansable lucha de las v¨ªctimas por su derecho a la verdad y a la justicia, cuando por poco les fue arrebatado este derecho al ser Macaco extraditado exclusivamente por cargos de narcotr¨¢fico¡±, se?ala a EL PA?S Gustavo Gall¨®n, director de la Comisi¨®n Colombiana de Juristas (CCJ), que acompa?¨® el caso junto al Center for Justice and Accountability (CJA). ¡°La decisi¨®n demostr¨® lo que Macaco por muchos a?os neg¨® en tribunales colombianos, su participaci¨®n y responsabilidad en el asesinato de Eduardo Estrada, ya que argumentaba que no se encontraba en la regi¨®n del Magdalena Medio para la ¨¦poca de estos hechos¡±, explica Gall¨®n.
¡°No los persiguen activamente¡±
Otro de los documentos divulgados por NSA es un an¨¢lisis de la embajada de Estados Unidos en Bogot¨¢ fechado en 1999 que asegura que ¡°las Fuerzas Armadas de Colombia no han perseguido activamente a los miembros de los grupos paramilitares porque los ven como aliados en la lucha contra la guerrilla¡±.
El mismo informe se?ala que los paramilitares controlan los cultivos de uso il¨ªcito en la regi¨®n del sur de Bol¨ªvar, la zona de operaciones de Macaco. El exjefe paramilitar empez¨® su vida criminal escud¨¢ndose en el oficio de ganadero, y ascendi¨® hasta encabezar el Bloque Central Bol¨ªvar, uno de los m¨¢s poderosos de las extintas AUC, que se desmovilizaron entre 2003 y 2006 bajo el Gobierno del ?lvaro Uribe.
Militares y su versi¨®n de la aterradora masacre de El Salado
Documentos del mismo a?o refuerzan la idea de que los altos mandos del Ej¨¦rcito colombiano no ve¨ªan necesario combatir a los paramilitares. El general (N¨¦stor) Ram¨ªrez dijo durante la reuni¨®n que no era asunto del Ej¨¦rcito perseguirlos ¡°porque estos eran delincuentes apol¨ªticos y por lo tanto no amenazaron el orden constitucional a trav¨¦s de actividades subversivas¡±, se lee en el cable.
Mientras el Ej¨¦rcito hac¨ªa la vista gorda, miles de poblaciones colombianas eran azotadas por las masacres. Una de las m¨¢s crueles fue la de El Salado, en la que 450 integrantes de las AUC asesinaron a 60 personas despu¨¦s de torturarlas durante 6 d¨ªas sin que el Ej¨¦rcito ni la Polic¨ªa intervinieran. La prensa llam¨® a esa matanza ¡°fiesta de sangre¡±, por los detalles macabros de c¨®mo obligaron a los habitantes a tocar m¨²sica de tambores antes de ejecutarlos en la cancha de f¨²tbol del pueblo; o la cruel loter¨ªa en la que los obligaban a contar hasta 30 para definir el orden de los asesinatos.
En 2009 el portal NSA public¨® un cable de la Embajada que evidenciaba su preocupaci¨®n por el rol que las fuerzas militares tuvieron en esta masacre. ¡°El Ej¨¦rcito sab¨ªa por inteligencia que los paramilitares estaban en el ¨¢rea, pero se fueron antes de la masacre¡±, dice una fuente a la Embajada en el texto. De los 450 paramilitares apenas fueron capturados 11. A?os despu¨¦s, la Corte Suprema de Colombia conden¨® a un capit¨¢n y otros oficiales de la Primera Brigada de Infanter¨ªa de Marina por ¡°permitieron el accionar violento de los grupos paramilitares que se tomaron El Salado¡±
El General Del R¨ªo y la ¡°cooperaci¨®n¡± con los paramilitares
En un documento de 1998, se registr¨® que un oficial del Ej¨¦rcito le dijo a la Embajada, en calidad confidencial, que el general Rito Alejo del R¨ªo, comandante para esa ¨¦poca de la Brigada 17 en la regi¨®n del Urab¨¢, era uno de los dos militares m¨¢s corruptos del Ej¨¦rcito. ¡°La fuente afirm¨® que Del R¨ªo le dijo al personal de la Brigada que cooperaran con los paramilitares cuando ¨¦l estuviera f¨ªsicamente ausente del ¨¢rea¡±, indica el cable. Tambi¨¦n, que el general hoy retirado y que fue condenado a 25 a?os por el homicidio del campesino Marino L¨®pez Mena hab¨ªa desviado ¡°un avi¨®n cargado de armas y municiones a los paramilitares en el Regi¨®n del Magdalena Medio en 1985¡å.
Actualmente Del R¨ªo entrega su versi¨®n ante la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) por la masacre de Mapirip¨¢n, ocurrida en 1997, en la que 120 paramilitares de las Autodefensas Campesinas de C¨®rdoba y Urab¨¢ (Accu), se desplazaron en dos aviones militares desde el Urab¨¢ antioque?o, sede de la brigada 17, hasta San Jos¨¦ del Guaviare, en el suroriente de Colombia, para asesinar a 49 personas. Ante la JEP, que investiga los delitos cometidos en el conflicto armado, Del R¨ªo neg¨® su participaci¨®n.
Macaco exploraba una nueva alianza paramilitar desde prisi¨®n
Entre el 2004 y el 2006, los jefes paramilitares se desmovilizaron bajo el Gobierno de ?lvaro Uribe. A cambio de entregar las armas, ofrecer la verdad sobre los cr¨ªmenes y no reincidir pod¨ªan acceder a un tipo de justicia transicional y pagar una pena de c¨¢rcel de ocho a?os. Sin embargo, en 2008, por orden de Uribe, varios de los m¨¢s sanguinarios fueron extraditados a Estados Unidos. Durante el proceso por su responsabilidad en el asesinato de Eduardo Estrada, fue citado otro cable de 2007 que indicaba que este exjefe paramilitar habr¨ªa seguido delinquiendo desde la c¨¢rcel.
En Estados Unidos, Macaco cumpli¨® 11 a?os de prisi¨®n ¨Cde una sentencia original de 33 a?os¨C por cargos relacionados con narcotr¨¢fico, no con violaciones de derechos humanos, y en 2019 fue repatriado a Colombia, donde permanece bajo custodia. A principios de este a?o reconoci¨® violencia sexual, homicidios, desplazamientos, desapariciones, torturas y otras conductas il¨ªcitas en las que habr¨ªa participado el Bloque Central Bol¨ªvar, con un saldo de al menos 250 v¨ªctimas, de acuerdo con la Fiscal¨ªa. Un proceso que sigue en marcha. Entre los a?os de 1997 y el 2006, solo esa estructura paramilitar, la mayor de cuantas se agrupaban bajo la sombrilla de las AUC, oper¨® en 13 de los 32 departamentos de Colombia, de acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica.
A pesar de reconocer su responsabilidad en el caso de Estrada, su defensa ha solicitado la preclusi¨®n de la investigaci¨®n, ya que han pasado m¨¢s de 20 a?os desde que se dieron estos hechos, explica Gustavo Gall¨®n. ¡°De esta forma, la sentencia proferida por la Corte Distrital del Sur de Florida debe ser un referente para el fiscal encargado de la investigaci¨®n en el caso colombiano, ya que demuestra que el asesinato de Eduardo Estrada se dio en un contexto de sistematicidad y generalidad, gracias a la ayuda y tolerancia de las fuerzas armadas colombianas, catalog¨¢ndose este homicidio como un crimen de lesa humanidad y por lo tanto, un delito imprescriptible¡±, apunta.
Puede leer los diez documentos desclasificados (en ingl¨¦s) aqu¨ª
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