Llega la hora de la justicia para Thomas Sankara
El hist¨®rico proceso por el asesinato del l¨ªder revolucionario comienza este lunes en Burkina Faso pese a la ausencia del principal acusado, Blaise Compaor¨¦
Las camisetas con su rostro se venden a miles, sus frases c¨¦lebres se citan en discursos y homenajes y sus ideas siguen inspirando a generaciones de africanos. El capit¨¢n Thomas Sankara, conocido como el Ch¨¦ Guevara africano y presidente de Burkina Faso entre 1983 y 1987, fue brutalmente asesinado hace 34 a?os junto a 12 de sus colaboradores, pero el legado de la revoluci¨®n socialista que puso en marcha alimenta todav¨ªa hoy los sue?os de la izquierda panafricanista. Este lunes comienza en Uagadug¨² el juicio por este crimen sin resolver con 14 acusados, aunque el principal sospechoso del complot, Blaise Compaor¨¦, quien tras el magnicidio se convirti¨® en presidente hasta que fue derrocado por un levantamiento popular en 2014, no se sentar¨¢ en el banquillo.
¡°En todo caso ser¨¢ un proceso hist¨®rico, no debemos subestimarlo¡±, asegura Bruno Jaffr¨¦, bi¨®grafo y gran especialista sobre la figura de Sankara en conversaci¨®n telef¨®nica desde Par¨ªs, ¡°la instrucci¨®n se ha hecho de manera exhaustiva y con independencia, as¨ª que esperamos que se arroje luz sobre los hechos y se produzca una condena¡±, asegura. Todo est¨¢ preparado en el sal¨®n de banquetes de Ouaga 2000, donde un tribunal militar tendr¨¢ que aclarar qu¨¦ sucedi¨® exactamente aquel 15 de octubre de 1987 a primera hora de la tarde cuando un grupo de militares interrumpi¨® una reuni¨®n en la que participaba Sankara y lo acribill¨® a balazos.
Esos soldados estaban a las ¨®rdenes de Blaise Compaor¨¦, quien seguir¨¢ el juicio desde su residencia en Abiy¨¢n (Costa de Marfil), protegido por el r¨¦gimen de Alassane Ouattara pese a la orden de arresto internacional que pesa contra ¨¦l. ¡°No estar¨¢ en el banquillo por la falta de voluntad pol¨ªtica tanto del Gobierno marfile?o como del burkin¨¦s, que no ha presionado lo suficiente¡±, a?ade Jaffr¨¦. En 1987, Compaor¨¦ era ministro de Justicia del gobierno presidido por Sankara, pero era mucho m¨¢s que eso. Durante a?os hab¨ªa sido el m¨¢s estrecho colaborador del l¨ªder revolucionario, su hermano de armas, aquel que contribuy¨® como pocos al triunfo de la revoluci¨®n. Y, sin embargo, ansiaba el poder.
Uno de los aspectos clave en torno al que girar¨¢ el proceso ser¨¢ saber qui¨¦n dio la orden de matar. Seg¨²n todos los testigos, Compaor¨¦ estaba aquella tarde convaleciente en su casa de la capital burkinesa. Pero el comando que cometi¨® la masacre, dirigido por el sargento Hyacinthe Kafando, sali¨® de ese mismo domicilio a bordo de varios veh¨ªculos, uno de ellos conducido por el ch¨®fer de Compaor¨¦, Hamidou Maiga, seg¨²n consta en la instrucci¨®n judicial. En las pocas ocasiones que habl¨® del tema, siempre defendi¨® que su intenci¨®n era desalojar a Sankara del poder, pero no asesinarle, y que su muerte fue el resultado de una refriega ante la resistencia de este a su detenci¨®n.
El problema de esta versi¨®n es que Alouna Traor¨¦, el ¨²nico colaborador de Sankara presente en aquella reuni¨®n que logr¨® sobrevivir, asegura que, tras la irrupci¨®n de los soldados, el presidente sali¨® con las manos en alto diciendo ¡°es a m¨ª a quien quieren¡± y que despu¨¦s fue asesinado a sangre fr¨ªa. Como Hyacinthe Kafando tampoco va a declarar en el juicio porque puso pies en polvorosa tras la ca¨ªda de Compaor¨¦ en 2014, todas las miradas se concentrar¨¢n sobre uno de los acusados m¨¢s jugosos que s¨ª se sentar¨¢ en el banquillo, el general Gilbert Diend¨¦r¨¦, quien en 1987 era la mano derecha de Compaor¨¦ y luego, cuando este se hizo con el poder, se convirti¨® en jefe de su Guardia Presidencial. En la actualidad cumple condena por el intento de golpe de Estado de 2015.
¡°Los burkineses tenemos sed de justicia y de verdad, queremos saber qu¨¦ pas¨® exactamente¡±, asegura Karim Traor¨¦, miembro de la Red Justicia para Sankara, ¡°habr¨¢ una movilizaci¨®n popular para que el proceso sea transparente y se emita por la radio y la televisi¨®n¡±. Est¨¢ previsto que los abogados de la defensa se aferren a cuestiones de procedimiento o en la imposibilidad de identificar los restos de Sankara mediante pruebas de ADN, pero m¨¢s all¨¢ de algunos retrasos no parece que esta estrategia impida la celebraci¨®n del juicio, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas pr¨®ximas al caso.
Tras su llegada al poder en 1983 mediante un golpe de Estado, Sankara emprendi¨® un ambicioso y radical plan de reformas que incluy¨® la nacionalizaci¨®n de tierras y riquezas minerales, amplias campa?as de alfabetizaci¨®n y vacunaci¨®n, estimulaci¨®n de la industria local para evitar depender de la ayuda exterior y promoci¨®n del papel de la mujer. Su revoluci¨®n panafricanista y antiimperialista fue tan profunda que hasta cambi¨® el nombre del pa¨ªs, que se llamaba Alto Volta, rebautiz¨¢ndolo Burkina Faso, que significa el pa¨ªs de los hombres ¨ªntegros. ¡°Era alguien incorruptible, su vida fue un ejemplo¡±, a?ade Traor¨¦. Sin embargo, su negativa a pagar la deuda externa y sus intentos de que ning¨²n pa¨ªs africano lo hiciera le situaron en el punto de mira de los organismos internacionales, as¨ª como sus excelentes relaciones con Cuba o la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
El papel de Francia
Precisamente uno de los aspectos que sobrevolar¨¢ todo el proceso y que se abordar¨¢ solo de manera tangencial, ya que se ha separado de la causa principal, es la participaci¨®n de otros pa¨ªses en el magnicidio, de manera muy destacada Francia. La animadversi¨®n del entonces presidente franc¨¦s Fran?ois Mitterrand y su primer ministro Jacques Chirac hacia el l¨ªder revolucionario que cuestionaba las constantes injerencias francesas en ?frica est¨¢ fuera de toda duda. Los intentos galos de desestabilizaci¨®n fueron constantes. En noviembre de 2017, el presidente Emmanuel Macron se comprometi¨® a levantar el secreto de documentos oficiales claves guardados en Par¨ªs. Sin embargo, no mantuvo su promesa. La Justicia burkinesa s¨ª ha encontrado trazas de agentes galos en el complot.
Pero Francia no estaba sola y contaba con aliados en suelo africano, unos previsibles y otros inesperados, cuyo rol est¨¢ por dilucidar: la Costa de Marfil de F¨¦lix Houphou?t-Boigny, la Mal¨ª del dictador Moussa Traor¨¦, la Libia de Gadafi y, sobre todo, los mercenarios a sueldo del guerrillero Charles Taylor a quien Sankara deneg¨® ayuda para hacerse con el poder en Liberia. De una manera o de otra todos estos nombres aparecen una y otra vez en las declaraciones de testigos y en las revelaciones de agentes de inteligencia o diplom¨¢ticos presentes en Burkina Faso en aquella ¨¦poca. La propuesta revolucionaria de Thomas Sankara resultaba inc¨®moda y los enemigos florecieron tanto dentro como fuera del pa¨ªs.
¡°La idea es que este juicio hist¨®rico se celebre y podamos cerrar una p¨¢gina sombr¨ªa de la historia de Burkina Faso. No es un proceso pol¨ªtico frente a lo que algunos quieren argumentar, es un juicio por un crimen. Hay dos dosieres emblem¨¢ticos abiertos en este pa¨ªs, el del asesinato del periodista Norbert Zongo y el de Sankara, hasta que no se cierren ambos no se restaurar¨¢ la confianza de los ciudadanos en la Justicia burkinesa¡±, asegura el rapero Smockey, l¨ªder del movimiento ciudadano Balai Citoyen. Han tenido que pasar 34 a?os y el levantamiento popular que en 2014 acab¨® con el r¨¦gimen de Compaor¨¦ para que fuera posible, pero el ansia de justicia de los familiares de las 13 v¨ªctimas y de todos aquellos que vieron en Sankara una esperanza quebrada para ?frica, se mantiene intacto.
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