La filtraci¨®n de im¨¢genes de presos torturados en c¨¢rceles sacude Rusia
Las autoridades han abierto una investigaci¨®n penal y despedido a varios funcionarios, mientras el filtrador est¨¢ en busca y captura y la ONG que public¨® las im¨¢genes, amenazada
Una de las oscuras im¨¢genes muestra a un hombre atado en el suelo mientras varios agentes uniformados le orinan en la cara. En otro v¨ªdeo, un tipo vestido de negro viola a un hombre con un largo palo rojo mientras el abusado, atado a una cama y desnudo, grita de dolor. En un tercero, un guarda mantiene a un recluso inmovilizado contra el suelo. ¡°?Qui¨¦n eres t¨²?¡±, le inquiere en ruso pisote¨¢ndole la espalda con la bota. ¡°?Nadie, un vagabundo!¡±, gime el preso. Las dur¨ªsimas im¨¢genes, difundidas por una organizaci¨®n de derechos humanos y grabadas supuestamente en un hospital penitenciario de la regi¨®n rusa de Saratov (en el Volga) como material para chantajear despu¨¦s a los reclusos, han sacudido Rusia. Los v¨ªdeos, que son solo parte de un denso archivo reunido por los activistas, reflejan la terrible realidad del sistema penitenciario ruso, donde los abusos y los casos de torturas no son episodios aislados sino un problema sist¨¦mico, alertan las organizaciones de derechos civiles.
Tras la filtraci¨®n de los v¨ªdeos, las autoridades han abierto siete casos penales por abuso generalizado de prisioneros, abuso de poder y agresi¨®n sexual. El Servicio Federal de Prisiones ha despedido al director del hospital penitenciario de Saratov y a varios funcionarios; tambi¨¦n ha abierto su propia investigaci¨®n sobre torturas, filmadas supuestamente no solo en Saratov, tambi¨¦n en otras regiones como Vlad¨ªmir o Irkutsk desde 2018. Incluso el Kremlin ha prometido velar por que haya una investigaci¨®n seria sobre el caso.
A la vez, sin embargo, la ONG que ha filtrado los v¨ªdeos, Gulagu.net, especializada en derechos de los presos, est¨¢ en la diana de las autoridades. Tambi¨¦n el hombre que logr¨® recopilar las grabaciones desde dentro de prisi¨®n ¨Cahora ya est¨¢ fuera¡ª: un inform¨¢tico bielorruso que cumpl¨ªa condena por un caso de drogas en una de las c¨¢rceles se?aladas y que, dentro de las tareas asignadas como parte de su trabajo obligatorio dentro de la colonia penal, hac¨ªa el mantenimiento inform¨¢tico del centro y tuvo acceso a la red de datos y la intranet de Prisiones. Se llama Sergu¨¦i Savelyev, tiene 31 a?os, y ha huido a Francia, donde en los ¨²ltimos d¨ªas ha solicitado asilo. El Ministerio del Interior ruso le ha puesto en su lista de busca y captura, aunque sin especificar de qu¨¦ delito se le acusa.
Las informaciones y esc¨¢ndalos sobre abusos en la densa red de prisiones se producen de manera peri¨®dica en Rusia. Y, de cuando en cuando, se abre alg¨²n caso que termina en despidos o alguna condena. Pocas y leves. Pero el archivo en poder de Gulagu.net, que prepara su entrega a la ONU y que coincide con filtraciones anteriores, es uno de los mayores hasta el momento, seg¨²n los especialistas. Y se suma a la cada vez mayor evidencia de los abusos en los centros penitenciarios de Rusia. Los casos de torturas en las c¨¢rceles, dice Tanya Lokshina, de la ONG Human Rights Watch, son ¡°una epidemia¡± en Rusia. Lo que ha aflorado no son episodios aislados sino una muestra de un problema mucho mayor, remarca.
El director de Gulagu.net, Vlad¨ªmir Osechkin, asegura que tienen m¨¢s de mil archivos de al menos ocho regiones rusas, grabados en una veintena de centros de detenci¨®n preventiva y colonias penales masculinas. ¡°El material prueba que se cometen cr¨ªmenes graves contra los presos¡±, incide por tel¨¦fono desde Francia, donde se exili¨® junto a su familia hace unos a?os por temor a ser procesado por su trabajo. ¡°Proporciona evidencia directa de que el personal de las c¨¢rceles rusas a menudo usa la violencia, golpea a los presos y encuentra excusas formales para justificar el abuso para quebrar la voluntad de los reclusos y reprimirlos¡±, dice Osechkin. En julio, la web de Gulagu.net fue bloqueada en Rusia.
La naturaleza cerrada y opaca del sistema penitenciario ruso y de las colonias penales alimenta el problema, apunta Inna Bazhibina, coordinadora de la organizaci¨®n especializada Rusia en Prisi¨®n, que cree que los servicios m¨¦dicos y de otro tipo dentro de las c¨¢rceles deber¨ªan ser civiles para velar por la transparencia y la monitorizaci¨®n de los centros. ¡°Ahora, como suele ocurrir, pasa que nadie del centro se?alado sabe nada¡±, dice Bazhibina, que lleva a?os trabajando escrutando las colonias penales y que ¡°lamentablemente¡± no se sorprendi¨® al ver los ¨²ltimos v¨ªdeos filtrados.
Rusia, en proporci¨®n el pa¨ªs con m¨¢s presos de Europa (unas 483.000 personas cumplen condena en el pa¨ªs de 145 millones de habitantes), basa su sistema penitenciario en colonias penales, en las que los reclusos deben trabajar; como la prisi¨®n en la que est¨¢ el destacado opositor ruso, Alex¨¦i Navalni, desde el pasado febrero. Una pauta que empez¨® en la ¨¦poca zarista pero desarrollada a partir de los campos de trabajos forzados del Gulag sovi¨¦tico que se ha convertido en una estructura mastod¨®ntica, y tambi¨¦n en una poderosa m¨¢quina financiera para el Servicio Penitenciario Federal, ya que las colonias tienen contratos para el trabajo de sus presos con organizaciones estatales.
El caso de las torturas en prisi¨®n est¨¢ ahora candente por las ¨²ltimas filtraciones, pero Bazhibina cree que tras las investigaciones oficiales se dar¨¢ carpetazo al asunto. ¡°Otros casos nos han demostrado que las personas responsables del abuso saben que no recibir¨¢n un castigo¡±, se lamenta. En 2018, tras la filtraci¨®n de im¨¢genes de torturas en la prisi¨®n de Yaroslavl (noreste de Mosc¨²) que caus¨® una oleada de indignaci¨®n nacional e internacional, las autoridades se comprometieron a realizar inspecciones a fondo de todos los centros. Sin embargo, los jefes de la prisi¨®n fueron finalmente absueltos y la mayor¨ªa de los 11 funcionarios procesados ha salido en libertad condicional.
En el caso de los archivos en poder de Gulagu.net, las im¨¢genes proceden de las propias instituciones penitenciarias. Son los guardas, con sus c¨¢maras adosadas al uniforme o con c¨¢maras de v¨ªdeo, quienes graban, o reclusos que colaboran con ellos y que las filman con dispositivos facilitados por los uniformados. Son esos presos en muchas ocasiones quienes someten a malos tratos y violaciones a otros reclusos, siguiendo las indicaciones de los guardas de la colonia penal, explican los expertos.
¡°Y ya no se trata solo de la tortura en s¨ª, sino de que adem¨¢s los funcionarios chantajean a los presos abusados con divulgar esa informaci¨®n¡±, dice Osechkin. ¡°En la cultura carcelaria rusa hay una jerarqu¨ªa muy clara. Y alguien que ha sufrido una violaci¨®n o a quien han orinado en la cara, cae a lo m¨¢s bajo del escalaf¨®n. Estar cinco o seis a?os en ese estado ¡®rebajado¡¯ es un infierno¡±, explica el fundador de Gulagu.net. El prop¨®sito del chantaje es diverso: desde reclutar al preso para que colabore vigilando a otros o en otras tareas, a la extorsi¨®n econ¨®mica.
Sergu¨¦i Savelyev cuenta que nada m¨¢s llegar a la colonia penal de Saratov le dieron una paliza tremenda. ¡°Lo hacen para quebrar tu voluntad, para demostrarte quien manda¡±, cuenta el inform¨¢tico, condenado en 2013 a nueve a?os de c¨¢rcel. Cuando se le asign¨® un trabajo para revisar los sistemas tecnol¨®gicos y de vigilancia de la prisi¨®n fue detectando que las grabaciones de las c¨¢maras corporales de los guardias mostraban en ocasiones abusos violentos a los presos, por los propios uniformados o por esos reclusos colaboradores. Despu¨¦s descubri¨® m¨¢s v¨ªdeos en el sistema. Hace dos a?os empez¨® a recopilar im¨¢genes y a principios de este a?o las envi¨® a Gulagu.net. Cuenta que no pod¨ªa dormir tranquilo sin hacer algo. ¡°Ahora intentar¨¢n silenciarme de alguna manera¡±, dice desde Francia. ¡°Y no excluyo que vayan a usar m¨¦todos que est¨¢n fuera del marco legal¡±.
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