Ucrania, centro del tablero geopol¨ªtico y emocional de Putin
Tras la amenaza de una nueva invasi¨®n, algunos expertos ven no solo la intenci¨®n del l¨ªder del Kremlin de impedir la expansi¨®n de la OTAN sino su visi¨®n del pa¨ªs vecino como un ¡®hermano peque?o¡¯ al que recuperar
El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, parece tener una fijaci¨®n especial con Ucrania. La idea del pa¨ªs vecino cercano a Occidente y fuera de su ¨®rbita perturba al jefe del Kremlin, que en los ¨²ltimos tiempos ha ahondado en su tesis de que rusos y ucranios son ¡°un solo pueblo¡±, que Ucrania es un estado fallido gobernado por personas que lo est¨¢n convirtiendo en ¡°anti-ruso¡± y que va camino de ser un portaaviones de la OTAN. Como demostr¨® en 2014, al anexionarse la pen¨ªnsula de Crimea con un refer¨¦ndum considerado ilegal por la comunidad internacional y al apoyar a los separatistas prorrusos de Donetsk y Lugansk que luchan contra el Ej¨¦rcito de Kiev, para el l¨ªder del Kremlin, Ucrania es un tema existencial. Uno, adem¨¢s, que tiene que resolver ahora ¨Dque se acera a su s¨¦ptima d¨¦cada de vida y est¨¢ cimentando su legado¨D o nunca.
La inusual concentraci¨®n de tropas rusas a lo largo de las fronteras con Ucrania, las amenazas del Kremlin y la furiosa ret¨®rica de Putin contra Kiev han desatado las alarmas de Occidente, que teme una nueva invasi¨®n. Y no solo porque Ucrania sea un pa¨ªs geoestrat¨¦gico y aliado ¨Dno es miembro de la OTAN, pero tiene la promesa de una eventual adhesi¨®n¨D, sino porque en diversos corrillos diplom¨¢ticos se baraja que si hay guerra abierta ¡ªaunque el presidente estadounidense, Joe Biden, ha dejado claro que el env¨ªo de tropas ¡°no est¨¢ sobre la mesa¡±¡ª el conflicto quedar¨ªa dif¨ªcilmente entre el Ej¨¦rcito ucranio y el ruso. Podr¨ªa ser la mayor guerra en el continente desde la Segunda Guerra Mundial. Kiev, que es uno de los principales receptores de ayuda militar de Washington y que tambi¨¦n tiene sustanciales acuerdos con Londres, ha recibido esta semana, por ejemplo, apoyo en forma de equipamiento militar de los pa¨ªses b¨¢lticos.
Ahondando en la dial¨¦ctica de Vlad¨ªmir Putin y en sus gestos, queda claro que Ucrania es sobre todo un veh¨ªculo para alcanzar un punto fundamental de su legado: resucitar el papel de Rusia como potencia mundial. Aunque sea a trav¨¦s de mostrar su m¨²sculo militar y con el esp¨ªritu del miedo de fondo. La tesis del l¨ªder ruso sobre el pa¨ªs vecino, tambi¨¦n una antigua rep¨²blica sovi¨¦tica, aglutina otra de las claves que le ha atormentado: la de luchar contra la expansi¨®n de la OTAN, se?ala la analista Tatyana Stanovaya.
Tras la esperada videoconferencia esta semana de Putin con Biden ¨Dque despach¨® despu¨¦s con aliados de la OTAN y con el presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, siguiendo la l¨®gica premisa de que no se discute de Ucrania sin Ucrania¡ª, para tratar de destensar la situaci¨®n, el Ministerio de Exteriores ruso ha hecho p¨²blica su lista de deseos en la que exige que la Alianza Atl¨¢ntica desinvite a Georgia y a Ucrania, adem¨¢s de que garantice la promesa de no desplegar armas en pa¨ªses lim¨ªtrofes a Rusia que podr¨ªan amenazar su seguridad.
¡°La relaci¨®n de la OTAN con Ucrania la decidir¨¢n los 30 miembros de la OTAN y Ucrania, nadie m¨¢s¡±Jens Stoltenbert, secretario general de la OTAN
La segunda petici¨®n, si se trata de Ucrania o Georgia, podr¨ªa llevar a alg¨²n tipo de compromiso, apunta un alto diplom¨¢tico occidental. Pero considerar siquiera la primera supondr¨ªa una concesi¨®n demasiado grande a Putin. ¡°Toda naci¨®n tiene el derecho elegir su propio camino¡±, recalc¨® el secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, Jens Stoltenbert, el viernes. ¡°La relaci¨®n de la OTAN con Ucrania la decidir¨¢n los 30 miembros de la OTAN y Ucrania, nadie m¨¢s¡±, insisti¨®. Adem¨¢s, ser¨ªa un disparo contra la l¨ªnea de flotaci¨®n de Ucrania, que consagra en su Constituci¨®n la intenci¨®n de unirse a la Alianza Atl¨¢ntica. Aunque esa membres¨ªa sea un horizonte demasiado lejano y apenas se haya movido desde la cumbre de Bucarest de abril de 2008, cuando Kiev y Tbilisi recibieron la promesa de que alg¨²n d¨ªa ser¨ªan parte. Cuatro meses despu¨¦s, Rusia libr¨® una breve pero devastadora guerra en el peque?o pa¨ªs del C¨¢ucaso.
La guerra de Georgia, que dej¨® dos territorios con presencia militar de Rusia ¨Dlas separatistas Osetia del Sur y Abjasia¨D, sale continuamente a colaci¨®n estos d¨ªas como una advertencia funesta para Kiev. En la l¨ªnea del frente del Donb¨¢s, los soldados ucranios est¨¢n en alerta m¨¢xima. ¡°Rusia nos mantiene en tensi¨®n desde hace ocho a?os, pero estamos cada vez m¨¢s preparados para hacerles frente¡±, dice el teniente Ivan Skuratovski, de la 25? Brigada Aerotransportada.
En un puesto avanzado cercano a la ciudad de Avd¨ªivka, a solo unos pocos metros de posiciones de los separatistas prorrusos y rodeado de los coloridos dibujos que ni?os de distintas partes del pa¨ªs han enviado a los soldados de la zona roja, Skuratovski, de 30 a?os y padre de dos hijos, reconoce que tiene miedo. ¡°Pero un miedo bueno, que act¨²a como un escudo protector que hace que uno piense las cosas dos veces¡±, dice.
Fuera, en el fr¨ªo de la noche y la oscuridad de las trincheras, convertidas en un lodazal, se escuchan tres r¨¢fagas de disparos. En cierta manera, dice el teniente, f¨ªsico de formaci¨®n, el conflicto empez¨® en 2013, cuando millones de personas salieron a la calle en Kiev y en otras ciudades de Ucrania en movilizaciones proeuropeas que consolidaron la intenci¨®n euroatl¨¢ntica de Kiev y lograron derrocar al presidente V¨ªktor Yanukovich, aliado del Kremlin, que huy¨® a Rusia. Despu¨¦s, se producir¨ªa la anexi¨®n ilegal de la estrat¨¦gica pen¨ªnsula de Crimea ¨Ddefinida por el entorno de Putin como ¡°la vuelta a casa¡±¨D, y la movilizaci¨®n de los independentistas prorrusos en el Este que, con el apoyo pol¨ªtico y militar del Kremlin, deriv¨® en la guerra del Donb¨¢s.
El conflicto se ha cobrado ya unas 14.000 vidas, seg¨²n la ONU, y ha dejado m¨¢s de 1,5 millones de desplazados. El fuego cotidiano en el frente demuestra que est¨¢ lejos de ser un conflicto congelado, pese a los innumerables pactos de alto el fuego y los acuerdos de paz de Minsk (de 2015), que ambas partes insisten en que deben cumplirse pero que no avanzan. El Kremlin, que lo define como una ¡°guerra civil¡± pese a que distintos informes determinan su apoyo e incluso la transferencia de armas, ha repartido m¨¢s de 600.000 pasaportes rusos en las regiones de Donetsk y Lugansk ¨Duna jugada que ha utilizado en el pasado como argumento para intervenir para ¡°defender¡± a sus ciudadanos¡±¡ª y ha incrementado sus advertencias al Gobierno de Volod¨ªmir Zelenski que si act¨²a para recuperar los territorios recibir¨¢ una respuesta rusa. El desarrollo de los acuerdos de Minsk determinan la celebraci¨®n de elecciones locales en los territorios controlados por los separatistas pero tambi¨¦n recogen un alto el fuego, la retirada de los combatientes respaldados por el Kremlin, que esas elecciones sean reconocidas por la OSCE como libres y justas y que Ucrania recupere el control sobre la frontera oriental. Todo est¨¢, de momento, congelado.
Coraz¨®n eslavo del imperio
Pero para el jefe del Kremlin, Ucrania no trata solo de geopol¨ªtica, sino tambi¨¦n de la restauraci¨®n del coraz¨®n eslavo del antiguo imperio. Y es algo personal, estrat¨¦gico y generacional, se?alan Eugene Rumer y Andrew S. Weiss en un comentado art¨ªculo para el centro Carnegie. ¡°Ninguna parte de los imperios ruso y sovi¨¦tico ha jugado un papel m¨¢s grande e importante en la estrategia rusa hacia Europa que la joya de la corona, Ucrania¡±, dicen los expertos. El pa¨ªs es esencial para la seguridad rusa por su tama?o y poblaci¨®n (44 millones de habitantes), su posici¨®n de amortiguador entre Rusia y otras grandes potencias europeas y su papel como pieza central de las econom¨ªas imperiales rusa y sovi¨¦tica.
Y un punto fundamental, sobre el que Putin ha escrito mucho y que tambi¨¦n se?alan el 13% de los rusos, seg¨²n sondeos del Centro Levada de Mosc¨²: sus lazos culturales, religiosos y ling¨¹¨ªsticos con Rusia ¨DNikolai G¨®gol, Le¨®n Trotski y muchas grandes figuras eran ucranios, por ejemplo¡ª. Y en particular, la historia de Kiev como la cuna del Estado ruso. Ucrania, se?ala Nina Jruschova, profesora de Relaciones Internacionales de la New School, siempre ha sido importante para todos los jefes del Kremlin. ¡°Para el liderazgo de Rusia, casi siempre ¨Dcon la excepci¨®n del Gobierno de Jruschov¡ª Ucrania ha sido y sigue siendo Malorossiya, la peque?a Rusia; y cuando en Ucrania se reclama otra cosa comienzan los problemas para el Kremlin¡±, dice Jruschova, bisnieta de Nikita Jruschov, bajo cuyo mandato se transfiri¨® la pen¨ªnsula de Crimea ¨Dque hab¨ªa sido parte del imperio uso y antes del otomano¡ª a Ucrania.
Adem¨¢s, ninguna parte de la Uni¨®n Sovi¨¦tica jug¨® un papel m¨¢s importante en su disoluci¨®n que Ucrania. La declaraci¨®n de independencia de Ucrania tras el fallido golpe de Estado de agosto de 1991 supuso el fin de la URRS, que no pod¨ªa continuar sin Ucrania, se?ala Leontiy Sanduliak, coautor de aquella declaraci¨®n. ¡°Rusia no puede vivir sin Ucrania, no puede ser un imperio sin ella. Y por eso claman que Ucrania no existe por s¨ª misma y tratan de destruirla¡±, dice Sanduliak, de 84 a?os. Con voz ronca pero firme, por tel¨¦fono desde su casa a las afueras de Kiev, insiste en que si hay v¨ªnculos de Ucrania con Rusia, los lazos que el pa¨ªs tiene con Europa son ¡°incuestionables¡±.
El hecho de que otras antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas hayan buscado nuevos aliados, como algunas de Asia Central con China, no les importa tanto, remarca Sanduliak, ¡°pero mientras Putin est¨¦ vivo no renunciar¨¢ a la idea de ¡®regresar¡¯ Ucrania¡±. El pa¨ªs vecino, que el l¨ªder ruso considera en parte como el ¡®hermano peque?o¡¯, se ha desconectado de la ¨®rbita rusa; y no para virar hacia cualquier lado, sino a Occidente. Est¨¢ consolidando reformas importantes y ha pavimentado su camino democr¨¢tico con elecciones libres.
Conforme el l¨ªder ruso y su equipo inflaman su discurso contra el Gobierno ucranio, la visi¨®n negativa del pa¨ªs vecino ha aumentado entre la poblaci¨®n rusa. En febrero, un 31% de los rusos dec¨ªan tener una visi¨®n negativa de Ucrania; en agosto eran un 49%, seg¨²n el centro Levada, el ¨²nico independiente de Rusia. En los medios de la ¨®rbita del Kremlin, que a menudo buscan dibujar el pa¨ªs como un ecosistema ¡°nazi¡±, tienen un lugar destacado las cr¨ªticas hacia las leyes de Kiev que promueven el uso el idioma ucranio, tambi¨¦n las medidas que han derivado en el cierre de canales de televisi¨®n prorrusos, con el objetivo de ¡°contrarrestar las amenazas a la seguridad nacional¡±. Esta semana, Putin ha asegurado que lo que est¨¢ sucediendo el Donb¨¢s es un ¡°genocidio¡±.
Tras las conversaciones entre Biden y Putin, algunos funcionarios europeos creen que a¨²n queda una ventana para la diplomacia y se?alan que lo que Putin est¨¢ haciendo es lanzar un ¨®rdago y pedir una lista de m¨¢ximos para conseguir algunos puntos. Sin embargo, la idea de guerra abierta, advert¨ªa el premio Nobel de la Paz Dmitri Muratov el viernes en el discurso de recogida del galard¨®n en Oslo, ¡°ha dejado de ser algo imposible en la cabeza de algunos geopolit¨®logos locos¡±. ¡°En nuestro pa¨ªs, y no solo, se suele pensar que los pol¨ªticos que evitan la sangre son d¨¦biles¡±, recalc¨® el director del diario independiente ruso N¨®vaya Gazeta.
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