Mark Rutte, el primer ministro incombustible
El jefe de Gobierno holand¨¦s logra reeditar una nueva coalici¨®n que le coloca entre los l¨ªderes que m¨¢s tiempo ha ocupado la jefatura de gobierno tanto en su pa¨ªs como en la Uni¨®n Europea
Mark Rutte, que se estren¨® como primer ministro holand¨¦s en octubre de 2010, est¨¢ a punto de repetir en el cargo por cuarta vez. Si nada se tuerce, a sus 54 a?os encabezar¨¢ de nuevo un cuatripartito de centroderecha. Rutte es ya un ejemplo de supervivencia: con sus m¨¢s de 4.000 d¨ªas en el poder se acerca al democristiano Ruud Lubbers, que lider¨® el pa¨ªs entre 1982 y 1994, y que es por ahora el primer ministro m¨¢s duradero en la historia de Pa¨ªses Bajos. Con la retirada de la alemana Angela Merkel, tan solo el h¨²ngaro V¨ªktor Orb¨¢n ha pasado m¨¢s tiempo que ¨¦l a la cabeza de un Gobierno en un pa¨ªs de la Uni¨®n Europea.
Pese a su habilidad para mantenerse en el poder, Rutte tendr¨¢ que ganarse al mismo electorado que ha dado muestras de irritaci¨®n y rechazo por errores pasados. Otro tanto ocurre con el resto de los pol¨ªticos que desean seguir juntos despu¨¦s de casi un a?o de reproches, reprobaciones parlamentarias y negaciones mutuas en los despachos. Est¨¢ previsto que el acuerdo de Gobierno llegue este mi¨¦rcoles al Parlamento y se discuta ma?ana.
El nuevo Ejecutivo busca recuperar la confianza del ciudadano, y promete un papel destacado y constructivo en la UE, seg¨²n el mensaje que recorre el borrador del pacto de coalici¨®n, formada por viejos conocidos, el cuarteto de la pasada legislatura: los liberales de derecha de Rutte (VVD), los liberales de izquierda (D66), los democristianos (CDA) y la Uni¨®n Cristiana (ChristenUnie) de inspiraci¨®n protestante. El lema que presidir¨¢ el Gobierno ser¨¢: ¡°Cuidarnos unos a otros y mirar hacia el futuro¡±.
Rutte se ha hecho un hueco en la historia parlamentaria de su pa¨ªs. Es proverbial su jovialidad, que mostr¨® incluso en septiembre, cuando se reforz¨® su protecci¨®n por la amenaza de un ataque del crimen organizado. Sus tablas, sin embargo, no le sirvieron para remontar el esc¨¢ndalo de las ayudas familiares que provoc¨® en enero la dimisi¨®n en bloque de su tercer Gabinete. Lo ocurrido con m¨¢s de 47.000 padres y 97.000 ni?os, seg¨²n los ¨²ltimos c¨¢lculos del Ministerio de Hacienda, acusados err¨®neamente de fraude entre 2013 y 2019 por la Agencia Tributaria, es uno de los mayores traumas colectivos de la historia reciente holandesa.
Los afectados son, en su mayor¨ªa, de origen inmigrante, y asumida la responsabilidad pol¨ªtica, la secretar¨ªa de Estado de Hacienda cifra en ¡°5.200 millones de euros el monto previsto para las indemnizaciones previstas hasta 2025¡å. Es una cantidad dif¨ªcil de olvidar y su eco alcanza a la nueva coalici¨®n. Seg¨²n los medios holandeses, se contempla la reforma del subsidio y la posible gratuidad del cuidado infantil fuera del hogar hasta los 12 a?os.
El nuevo equipo que Rutte recibir¨¢ el encargo de formar tendr¨¢ mayor¨ªa en el Parlamento, pero no en el Senado. Pretende ser un Gobierno que recupere el tiempo perdido y aborde problemas enquistados, como la falta de vivienda o la contaminaci¨®n, y asuma grandes inversiones. La econom¨ªa est¨¢ en un buen momento, con un crecimiento del PIB que este a?o puede ascender al 4,5%, aunque las restricciones por la nueva ola de la pandemia y la alta inflaci¨®n pueden rebajar la cifra en 2022 al 2,9%, seg¨²n prev¨¦ el banco Rabobank. La lucha contra el cambio clim¨¢tico figura de forma prominente en el pacto. Era ineludible, despu¨¦s de que varias sentencias judiciales ordenaran al Gobierno ¡ªy tambi¨¦n a empresas como la petrolera Shell¡ª la reducci¨®n de las emisiones de CO2 al vincular la protecci¨®n del medio ambiente con el ejercicio de los derechos fundamentales.
Los cuatro l¨ªderes de los partidos de la coalici¨®n han medido los adjetivos para el acuerdo. Sigrid Kaag, a la cabeza de los liberales de izquierda, ha dicho que ¡°tiene un tono equilibrado¡±. Wopke Hoekstra, jefe de los democristianos, ministro de Finanzas en funciones y bestia negra de los pa¨ªses del sur cuando se estaba decidiendo el fondo de rescate para solventar la crisis de la pandemia, admiti¨® que est¨¢ contento con el resultado aunque habl¨® de ¡°momentos en los que parec¨ªa un parto con f¨®rceps¡±. Gert-Jan Segers, de ChristenUnie, se fija m¨¢s en el futuro y conf¨ªa en ¡°un giro hacia la apertura y el servicio al ciudadano¡±. Un deseo que alcanza de lleno a Rutte, reprobado en abril por el Congreso por haber mentido supuestamente durante las negociaciones para llegar a este acuerdo. Tuvo que pelear entonces por su vida pol¨ªtica en plena gesti¨®n de la pandemia. Una posici¨®n an¨®mala a la que ha contribuido la lentitud en la campa?a vacunaci¨®n, en algunos momentos a la cola europea. Pero tambi¨¦n porque el cumplimiento de las restricciones se ha relajado entre la poblaci¨®n, algo que constataron los expertos que asesoran al Gobierno.
Rutte prev¨¦ tener la lista del Gobierno en enero. No ser¨¢ f¨¢cil. En la anterior legislatura hubo retiradas por agotamiento y dimisiones; y algunos candidatos han dejado la pol¨ªtica. Es previsible que haya igualdad de g¨¦nero. La duda es c¨®mo encontrar caras nuevas entre los mismos socios en nombre de la renovaci¨®n.
La imagen de Rutte es distinta de puertas afueras que en su pa¨ªs. El primer ministro holand¨¦s fue en 2020 uno de los principales obst¨¢culos para aprobar el fondo europeo de recuperaci¨®n contra la crisis de la pandemia. Exig¨ªa que los 27 miembros del Consejo Europeo aprobasen por unanimidad los planes nacionales y desembolsos de las ayudas, una condici¨®n inaceptable para los principales beneficiarios (Italia y Espa?a) y para la mayor¨ªa de socios comunitarios. A la cabeza de los halcones, se aline¨® con los llamados frugales, como Suecia, Austria y Dinamarca.
Pa¨ªses Bajos es la quinta econom¨ªa de la UE y, tras la marcha del Reino Unido, ha percibido que su tradicional disciplina fiscal era bien acogida en las capitales n¨®rdicas y b¨¢lticas. La dureza mostrada en Bruselas contaba con amplio apoyo parlamentario en La Haya. De ah¨ª que Rutte contrarrestase las cr¨ªticas del exterior con el argumento de que la solidaridad va de la mano de las reformas y los controles.
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