El crimen organizado pone en la diana al primer ministro holand¨¦s Mark Rutte
El pol¨ªtico liberal ha hecho bandera de su cercan¨ªa, pero ha tenido que aceptar el refuerzo de su protecci¨®n ante los indicios de que pod¨ªa ser objeto de un atentado o un secuestro
Pa¨ªses Bajos afronta un problema de seguridad nacional por culpa del crimen organizado asociado al narcotr¨¢fico. A los asesinatos cruzados entre miembros de distintas bandas que operan tambi¨¦n desde B¨¦lgica, se han sumado en los tres ¨²ltimos a?os tres ataques mortales. El hermano de un testigo de cargo, su abogado y un conocido periodista de investigaci¨®n ¨DPeter R. de Vries¨D han sido tiroteados en plena calle. Y la cosa no para ah¨ª. El ¨²ltimo en ser objeto de amenazas es el primer ministro, Mark Rutte, que ha pasado de ir en bici a todas partes a estar fuertemente vigilado. La polic¨ªa nacional prefiere no entrar en detalles, pero los datos que maneja apuntan a un supuesto atentado o un secuestro del mandatario por parte de las mafias que distribuyen la coca¨ªna llegada desde Sudam¨¦rica. Con tres puertos clave en Europa -Amberes, R¨®terdam y Hamburgo-, la pugna por el control de un negocio multimillonario es calificado por agentes e investigadores de un intento de golpe a la democracia holandesa, de la que Rutte es su principal representante electo.
Ante una alerta de esta clase por raz¨®n de su cargo Rutte no puede rechazar la protecci¨®n. Aunque hasta ahora era discreta y ¨¦l prefiere la cercan¨ªa de la gente -accede si le piden un selfi y hace largos recorridos callejeros a pie- ¡°pasar¨¢ tiempo hasta que pueda moverse con la soltura de antes¡±, explica por tel¨¦fono Jan Struijs, presidente del Sindicato Nacional de Polic¨ªa. La vigilancia para los cargos electos empez¨® a reforzarse en 2002, tras el asesinato de Pim Fortuyn, el l¨ªder ultraconservador que fue tiroteado por un ecologista radical. Ya entonces hubo rechazo por parte de algunos ministros a esa seguridad, y Rutte no ha ocultado el suyo. Este lunes, cuando su riesgo se convirti¨® en el tema de d¨ªa, cubri¨® andando el camino hasta su despacho, en el centro de La Haya. ¡°No har¨¦ comentarios sobre la seguridad, otra pregunta¡±, dijo, sonriente. Con una manzana a medio comer en una mano y la cartera de documentos en la otra, su jovialidad contrastaba con los uniformados apostados en la zona.
A Jelle van Buuren, experto en temas de seguridad de la Universidad de Leiden, le parece que ¡°la amenaza no es como la del terrorismo pol¨ªtico, o bien pol¨ªtico-religioso, pero s¨ª compromete la seguridad nacional porque el crimen organizado amaga con atacar el orden democr¨¢tico¡±, asegura. Hay otro detalle de gran valor simb¨®lico asociado al hecho de que los pol¨ªticos se muevan con libertad en Pa¨ªses Bajos. ¡°Es un poderoso mensaje cultural de c¨®mo se desea gobernar y ser fiable, aunque el mundo cambia y no somos una isla¡±, asevera. En este punto, el jefe policial Struijs recuerda que en el narcotr¨¢fico hay grupos grandes y peque?os, ¡°y gente joven metida tambi¨¦n en B¨¦lgica y en Espa?a que lo consideran una forma r¨¢pida de ganar mucho dinero. No podemos pecar de ingenuos. No se trata de terrorismo sino de avaricia y de drogas, pero es evidente que subyace un intento de desestabilizar la sociedad¡±.
Si bien tanto la presidencia del Gobierno como el coordinador de la lucha antiterrorista evitan hacer comentarios, que el primer ministro est¨¦ en la diana de los narcotraficantes muestra que el problema de la droga puede entrar en una espiral fuera de control. ¡°Hemos visto c¨®mo se degradaba la situaci¨®n a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, y desde 2019 es a¨²n m¨¢s grave. En 2018 ya publicamos un informe donde dec¨ªamos que Pa¨ªses Bajos presenta los rasgos de un ¡®narcoestado¡¯¡±, explica Struijs. Intimidando a los representantes de la justicia y del Gobierno, ¡°estas bandas tratan de demostrar que controlan el negocio de la droga y no piensan soltarlo¡±, a?ade. Peter R. de Vries hab¨ªa recibido se?ales de amenazas de los bajos fondos, pero dec¨ªa que la seguridad entorpec¨ªa su trabajo. De ah¨ª que su asesinato, a la luz del d¨ªa y en el centro de ?msterdam, generase un debate sobre si contaba con guardaespaldas o prefer¨ªa ir por su cuenta.
Las consecuencias penales, m¨¦dicas y sociales del narcotr¨¢fico cuestan entre 3.200 y 4.100 millones de euros anuales, revela un informe remitido por el Ministerio de Justicia al Parlamento. Los bancos, por otra parte, gastan 550 millones de euros al a?o en combatir el blanqueo de capitales. El Ministerio calcula, adem¨¢s, que la mayor¨ªa de los cerca de 16.000 millones de euros en dinero negro que circulan todos los a?os en el pa¨ªs proceden del fraude y el tr¨¢fico de drogas. Van Buuren sostiene que no hay soluciones definitivas y recuerda que la amenaza alcanza a varios alcaldes, jueces y abogados holandeses. Para ilustrar las dificultades, se?ala el aprovechamiento, por parte del narcotr¨¢fico, de la buena infraestructura digital holandesa y un sistema financiero atractivo, junto con la facilidad geogr¨¢fica del transporte de mercanc¨ªas. ¡°Disponemos de expertos con capacidad para ocuparse de la seguridad de la Casa Real, de pol¨ªticos y diplom¨¢ticos. De lo que se trata ahora es de mejorar la informaci¨®n y el an¨¢lisis de los datos, y eso lleva tiempo y cuesta dinero¡±.
Actividad portuaria
Adem¨¢s del puerto de R¨®terdam ¨Del mayor de Europa¨D como v¨ªa de entrada de los cargamentos, Pa¨ªses Bajos encabeza la fabricaci¨®n mundial de drogas de dise?o, seg¨²n la academia holandesa de polic¨ªa. Destinadas en su mayor¨ªa a la exportaci¨®n, en la segunda participan tambi¨¦n ciudadanos mexicanos y colombianos, indican las mismas fuentes. Este a?o se han desmantelado ya 30 laboratorios clandestinos. ¡°El Gobierno est¨¢ en funciones, pero ha presentado unas cifras econ¨®micas saneadas. No hay excusa para no inyectar los fondos que necesitan polic¨ªas y expertos para combatir el crimen organizado¡±, advierte Jan Struijs.
Un an¨¢lisis de las aguas residuales ha mostrado que en ?msterdam y R¨®terdam se esnifan ¡°alrededor de 40.000 rayas de coca¨ªna diarias¡±, seg¨²n Fred Westerbeke, comisario jefe de esta ¨²ltima ciudad. El a?o pasado, se requisaron en R¨®terdam 43 toneladas de coca¨ªna. En septiembre, una decena de recogedores de esta droga pidieron ayuda al servicio de urgencias por tel¨¦fono. Llevaban medio d¨ªa metidos en un contenedor mar¨ªtimo de troncos de madera a la espera de hacerse con la carga que hab¨ªa dentro de otro, y les faltaba ox¨ªgeno. Fueron rescatados a tiempo en una terminal portuaria, atendidos por los sanitarios y luego detenidos. En lo que va de a?o, ha habido ya 325 arrestos similares.
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