Boris Johnson busca desesperadamente una tregua navide?a para calmar a los diputados rebeldes
El grupo parlamentario exige cambios en la actuaci¨®n del Gobierno y advierte de una posible moci¨®n de confianza interna contra el l¨ªder conservador para el a?o que viene
Boris Johnson deb¨ªa enfrentarse este mi¨¦rcoles a una humillante sesi¨®n de control, apenas unas horas despu¨¦s de haber sufrido la mayor rebeli¨®n interna en su grupo parlamentario desde que lleg¨® al Gobierno. Y el gran escapista de la pol¨ªtica brit¨¢nica ha echado mano del ¨²nico truco que, hasta ahora, le ha funcionado: el fantasma de la Uni¨®n Europea. ¡°Si escuch¨¢ramos al l¨ªder de la oposici¨®n, que no deja de bambolearse en sus planteamientos, ni siquiera hubi¨¦ramos podido poner en marcha la campa?a de vacunaci¨®n, porque seguir¨ªamos formando parte de la Agencia Europea del Medicamento. No hubi¨¦ramos podido abrir todo el 19 de julio, y seguir¨ªamos bajo confinamiento¡±, gritaba Johnson en busca de los aplausos y el jaleo de sus diputados. Nada de lo dicho era cierto, pero funcionaba para calentar un ambiente en el que el primer ministro ten¨ªa mucho que perder.
Porque la primera intervenci¨®n del laborista Keir Starmer resum¨ªa, desde la iron¨ªa y el reproche, el golpe a su autoridad que hab¨ªa sufrido Johnson la tarde anterior. 98 de sus diputados, casi un 30% de su grupo parlamentario, hab¨ªan votado en contra de la medida sanitaria estrella para hacer frente a la amenaza de la variante ¨®micron: el certificado covid para acceder a determinados espacios p¨²blicos. El Gobierno solo pudo sacar adelante la propuesta, con 369 votos frente a 126, gracias al apoyo de los diputados de la izquierda. ¡°Quiero aprovechar esta oportunidad para asegurar al primer ministro que, si son necesarios nuevos votos para salvar vidas o proteger al NHS [el Servicio Nacional de Salud], los diputados laboristas obedecer¨¢n siempre mi liderazgo y pondr¨¢n por encima de todo el inter¨¦s nacional¡±, le dec¨ªa Starmer a Johnson en su enfrentamiento parlamentario. ¡°?Puedo pedir al primer ministro que ponga orden en su casa, para que est¨¦ en condiciones de decir lo mismo de todos los diputados que tiene a su espalda?¡±, remataba el l¨ªder laborista.
Johnson ha aprovechado el ambiente prefestivo que reinaba este mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de los Comunes, a punto de dar inicio al receso navide?o, para intentar dejar atr¨¢s, con bromas y exageraciones, la humillaci¨®n del d¨ªa anterior. Reprochaba a Starmer ¡°lo mucho que le gusta hacer comparaciones con Europa¡±, para presumir de las cifras de la campa?a brit¨¢nica de vacunaci¨®n con la tercera dosis de refuerzo; y para despachar todas las recientes acusaciones que han minado su credibilidad como ¡°banalidades partidistas¡± en las que no iba a perder el tiempo.
Johnson, sin embargo, no hab¨ªa salvado a¨²n la semana. Este jueves se celebrar¨¢ la votaci¨®n parcial en el distrito electoral de North Shropshire. All¨ª lograba, sin problemas, su esca?o el diputado Owen Paterson, quien se vio forzado a dimitir por presunta corrupci¨®n. Johnson intent¨® salvarle con un cambio de las reglas de control ¨¦tico del Parlamento, y la jugada se volvi¨® en su contra. Aquel fue el primero de una cadena de esc¨¢ndalos, al que siguieron las fiestas prohibidas en Downing Street durante la pandemia, o el dinero gastado en la decoraci¨®n de su residencia oficial, que han puesto contra las cuerdas al primer ministro. La votaci¨®n se produce en una regi¨®n rural inglesa de tradici¨®n conservadora. La mayor¨ªa de los tories, en las ¨²ltimas elecciones, fue de 23.000 votos respecto a sus rivales. Ser¨ªa una monta?a insuperable para laboristas o liberal-dem¨®cratas, si no fuera porque la popularidad de Johnson y de los conservadores se halla en estos momentos bajo m¨ªnimos en las encuestas. Nadie descarta la sorpresa de un vuelco que pondr¨ªa las cosas a¨²n m¨¢s complicadas a Johnson.
La amenaza del Comit¨¦ 1922
Basta con que los diputados husmeen que sus esca?os corren peligro para que las lealtades se tambaleen. Y Johnson no solo se ha granjeado enemigos en su partido que le tienen ganas desde hace tiempo. Pr¨¢cticamente una treintena de los parlamentarios conservadores de nueva hornada que entraron en la C¨¢mara de los Comunes en las pasadas elecciones de diciembre de 2019 provienen de territorios tradicionalmente laboristas. El famoso ¡°muro rojo¡±, que el Brexit, y la simpat¨ªa del candidato Johnson lograron franquear. No son esca?os en absoluto asegurados, as¨ª que los j¨®venes representantes no van a tolerar ni una broma que los ponga en riesgo. El Comit¨¦ 1922 es la organizaci¨®n que concentra a la mayor¨ªa del grupo parlamentario conservador. Se congregan en ¨¦l los llamados backbenchers (diputados de los esca?os de atr¨¢s), parlamentarios sin cargo en el Gobierno y cuya lealtad es principalmente con sus votantes.
Seg¨²n las costumbres parlamentarias, si 54 diputados entregan una carta -secreta, en un principio- a la direcci¨®n del comit¨¦, reclamando una moci¨®n de confianza interna al l¨ªder del partido, el proceso se activa autom¨¢ticamente. Es lo que pas¨® con la anterior primera ministra, Theresa May, o con Margaret Thatcher. Ambas superaron una prueba tan humillante, pero para las dos fue el principio del fin de su carrera. Nadie sabe nunca cu¨¢ntas cartas se acumulan en cada momento, pero los medios brit¨¢nicos recogen ya rumores, en el caso de Johnson, que hablan de cifras de dos d¨ªgitos. ¡°La votaci¨®n de esta noche [por el martes] refleja una gran divisi¨®n en el seno del Partido Conservador, y ya sabemos lo que ocurre cuando los partidos se dividen¡±, advert¨ªa este mi¨¦rcoles en Sky News el tesorero del Comit¨¦ 1922, Geoffrey Clifton-Brown. ¡°Si el primer ministro no hace algo para enderezar su liderazgo, surgir¨¢n miembros del partido que reclamar¨¢n un cambio¡±, anunciaba, con lo que la posibilidad de una competici¨®n por el liderazgo ¡°es algo que est¨¢ claramente en las cartas barajadas para el a?o que viene¡±.
Johnson busca la salvaci¨®n y el apaciguamiento de los suyos con una triple estrategia: una victoria en la elecci¨®n parcial de este jueves, aunque sea por la m¨ªnima; la intensificaci¨®n de la campa?a de vacunaci¨®n de la tercera dosis, para frenar la amenaza de ¨®micron; y que la investigaci¨®n interna sobre las fiestas prohibidas en Downing Street le exonere a ¨¦l. Pero sobre todo, debe lograr convencer a los suyos de que sigue siendo la mejor baza que tienen para ganar elecciones.
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