Isabel II, la Inquebrantable, celebra 70 a?os de reinado en el auge de su popularidad

La historia se ha repetido hasta la saciedad, pero resulta irresistible contarla de nuevo. En la noche del 5 de febrero de 1952, la princesa Isabel, de 25 a?os, y su esposo, Felipe de Edimburgo, de 30, dorm¨ªan sobre la copa de una gigantesca higuera en el Parque Nacional de Aberdare, en Kenia. Era la primera etapa de una larga gira de la pareja por varios de los pa¨ªses de la Commonwealth. ¡°Por primera vez en la historia de la humanidad, una joven subi¨® a un ¨¢rbol como princesa y baj¨® al d¨ªa siguiente como reina¡±, escribi¨® el naturalista brit¨¢nico Jim Corbett, que se hospedaba por entonces en e...

La historia se ha repetido hasta la saciedad, pero resulta irresistible contarla de nuevo. En la noche del 5 de febrero de 1952, la princesa Isabel, de 25 a?os, y su esposo, Felipe de Edimburgo, de 30, dorm¨ªan sobre la copa de una gigantesca higuera en el Parque Nacional de Aberdare, en Kenia. Era la primera etapa de una larga gira de la pareja por varios de los pa¨ªses de la Commonwealth. ¡°Por primera vez en la historia de la humanidad, una joven subi¨® a un ¨¢rbol como princesa y baj¨® al d¨ªa siguiente como reina¡±, escribi¨® el naturalista brit¨¢nico Jim Corbett, que se hospedaba por entonces en el mismo hotel. Este domingo se cumplen 70 a?os del reinado de Isabel II (Londres, 95 a?os), que accedi¨® al trono fuera del Reino Unido, al enterarse en otro continente de la muerte de su padre, Jorge VI.

Pasar¨ªa un a?o hasta la coronaci¨®n, en la Abad¨ªa de Westminster, por respeto al luto de un rey querido por sus compatriotas. Ni padre ni hija ten¨ªan en sus planes vitales un destino tan r¨ªgido e inalterable, pero la decisi¨®n de Eduardo VIII de abdicar, por su amor a la divorciada estadounidense Wallis Simpson, impuso sobre su hermano y su sobrina la inapelable obligaci¨®n de reinar sobre los brit¨¢nicos. Y el sentido del deber de ambos dot¨® de una naturalidad casi imperceptible a la tarea. Fueron, en ese sentido, los primeros en configurar sobre la marcha lo que debe ser una Monarqu¨ªa constitucional y democr¨¢tica en la era moderna. Ni un desv¨ªo en la neutralidad necesaria; ni un exceso en la aburrida estabilidad de la instituci¨®n. ¡°La Reina ha cumplido a la perfecci¨®n la idea de aparecer como alguien que est¨¢ por encima de la pol¨ªtica de partidos, y que no se mete en el Gobierno del pa¨ªs¡±, ha dicho la historiadora Cindy McCreery, de la Universidad de Sidney. Australia ha vivido su particular tira y afloja con la idea de seguir siendo una monarqu¨ªa, pero ha acabado siempre por prevalecer el cari?o de los ciudadanos hacia la soberana.

Isabel II preserva una popularidad muy superior a la del resto de miembros de la familia real brit¨¢nica. Un 76% de ciudadanos tienen una visi¨®n positiva de ella y de su reinado, seg¨²n el tracking que mantiene desde hace a?os la empresa de sondeos YouGov. Lo relevante es que, seg¨²n ese mismo sondo, la popularidad de la reina entre la generaci¨®n milenial (de 26 a 40 a?os) es del 65%. Entre los Baby Boomers (de 55 a 75 a?os), la aprobaci¨®n es del 86%.

El Reino Unido marcar¨¢ como fiesta nacional el puente comprendido entre el jueves 2 de junio y el domingo 5 de ese mismo mes. Se adelantar¨¢ a ese jueves el famoso Trooping The Colour, que normalmente se desarrolla el segundo s¨¢bado de junio y sirve para celebrar oficialmente el cumplea?os de la monarca (aunque su verdadera fecha de nacimiento sea el 21 de abril). 1.400 soldados, 400 m¨²sicos militares o 200 caballos desfilar¨¢n por The Mall, la gran avenida que comienza en el Palacio de Buckingham. Habr¨¢ comidas en la calle, fiestas, conciertos, celebraciones religiosas, y hasta un concurso nacional para dar con una nueva receta de pudin, el llamado Pudin del Jubileo, patrocinado por la prestigiosa casa de delicatessen, proveedora durante d¨¦cadas de la casa real, Fortnum&Mason.

Isabel II, que ha cerrado en 2021 su segundo annus horribilis, con la muerte en abril de su esposo, el duque de Edimburgo; una pandemia que le ha obligado a permanecer recluida en Windsor; los quebraderos de cabeza ocasionados por su nieto, el pr¨ªncipe Enrique, y su esposa, Meghan Markle; y el esc¨¢ndalo de su hijo, el pr¨ªncipe Andr¨¦s, acusado en un tribunal estadounidense de abusos sexuales a una menor; encara el 2022 con una agenda intensa que sirva para recordar a los brit¨¢nicos que sigue al pie del ca?¨®n. Del mismo modo que predecesores suyos se ganaron el apelativo real, como Guillermo el Conquistador, Alfredo el Grande o Eduardo el Confesor, tambi¨¦n la reina deber¨ªa tener el suyo propio, ha sugerido el historiador de la realeza Hugo Vickers a la agencia AP. ¡°Siempre he pensado que deber¨ªa ser llamada Isabel la Inquebrantable. Ser¨ªa el modo perfecto de describirla. Nunca esper¨® ser reina, y sin embargo abraz¨® ese deber sin dudarlo¡±, asegura Vickers.

Ha encargado la formaci¨®n de Gobiernos en su nombre, y ha compartido confidencias con 14 primeros ministros. El primero de ellos fue Winston Churchill. El ¨²ltimo, hasta el momento, ha sido Boris Johnson, ¨¦l mismo un admirador del pol¨ªtico que condujo a Isabel II por sus primeros y complejos a?os como reina. Ha conocido a 13 presidentes de Estados Unidos. Y ha visto c¨®mo se desmoronaba un Imperio, se constru¨ªa una compleja asociaci¨®n de naciones amigas, la Commonwealth, bajo su particular amparo, o su pa¨ªs entraba en la Comunidad Econ¨®mica Europea con un refer¨¦ndum y sal¨ªa de la Uni¨®n Europea con otro.

La idea de la monarqu¨ªa en el Reino Unido mantiene una solidez a prueba de bomba, pero es una firmeza un tanto isabelina, como lo fue la firmeza victoriana con una reina que se mantuvo casi 64 a?os en el trono de la que entonces era la naci¨®n m¨¢s poderosa del mundo. Los 45 a?os de Isabel I son considerados por muchos historiadores la ¨¦poca m¨¢s gloriosa de Inglaterra. Como explica el profesor Hogg, el personaje ficticio que en la primera temporada de la serie The Crown contrata la reina para ayudarle con sus lagunas hist¨®ricas y culturales, nada mejor que una monarca para mantener a raya a los pol¨ªticos ingleses: ¡°Porque son ingleses, varones y de clase alta. Una buena rega?ina de la ni?era es lo que m¨¢s les gusta en la vida¡±, explica Hogg. 70 a?os despu¨¦s, Isabel II ha tenido que dar m¨¢s de una.

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