El pr¨ªncipe Andr¨¦s se enfrenta a un largo proceso judicial y al repudio social tras ser despojado de sus t¨ªtulos militares

Cuando el pr¨ªncipe Andr¨¦s recorri¨® el mi¨¦rcoles, a bordo de un veh¨ªculo Range Rover, la escasa distancia que separa su residencia habitual en las dependencias del castillo de Windsor de las estancias donde habita Isabel II, le acompa?aba en el asiento trasero el abogado Gary Bloxsome. El duque de York iba a mantener un encuentro de noventa minutos con su madre para abordar la demanda por abuso sexual presentada en su contra en un tribunal estadounidense por Virginia Giuffre, y, sobre todo, las consecuencias que el caso pod¨ªa tener para la reputaci¨®n de la familia real brit¨¢nica. El entorno de la reina oblig¨® al abogado a esperar solo, dentro del veh¨ªculo. No entr¨® a la reuni¨®n en la que la monarca anunci¨® a su hijo que le despojaba de t¨ªtulos militares y patronatos reales. Y en la que le dej¨® claro que, en su particular traves¨ªa judicial del desierto, iba a estar solo. Se defender¨ªa ¡°como un ciudadano privado¡±, dijo el duro comunicado emitido por el Palacio de Buckingham.

Fuentes del equipo jur¨ªdico del pr¨ªncipe Andr¨¦s han asegurado a distintos medios brit¨¢nicos, siempre desde el anonimato, que el duque mantiene su voluntad de pelear en los tribunales. Hasta ahora ha negado rotundamente las acusaciones de Giuffre, quien asegura que sufri¨® hasta en tres ocasiones los abusos sexuales del pr¨ªncipe. Ten¨ªa entonces 17 a?os ¡ªhoy tiene 38¡ª y era una de las muchas menores que formaban parte de la red de ¡°esclavas sexuales¡± del multimillonario ped¨®filo Jeffrey Epstein, y de su novia y c¨®mplice, Ghislaine Maxwell. El primero se acab¨® suicidando en una celda policial de Nueva York. La segunda fue declarada culpable de cinco delitos de tr¨¢ficos sexual de menores por un jurado popular estadounidense.

El abogado de Giuffre, David Boies, con fama de h¨¢bil y puntilloso en los interrogatorios, ya ha dejado entrever que quiere llamar a declarar ¨Dposiblemente por videoconferencia, desde Londres, como tambi¨¦n lo har¨¢ el pr¨ªncipe¨D a la exesposa de Andr¨¦s, Sarah Ferguson, y a sus dos hijas, Beatriz y Eugenia. En su desastrosa entrevista de 2019 a la BBC, el duque de York neg¨® que el 10 de marzo de 2001 fuera a bailar con Giuffre al club londinense Tramp, y acabaran teniendo un encuentro sexual en el apartamento de la vieja amiga del pr¨ªncipe, Ghislaine Maxwell. Puso como coartada que aquella tarde hab¨ªa llevado a su hija Beatriz a una fiesta de cumplea?os en el restaurante Pizza Express, en el barrio de Woking. El abogado de la demandante quiere ahora que la exesposa e hijas de Andr¨¦s confirmen esa cuesti¨®n y maticen horarios.

Aunque desde el entorno de la reina se sugiere, siempre a trav¨¦s de declaraciones sin nombre en los tabloides, que Andr¨¦s deber¨ªa llegar a un acuerdo extrajudicial con su demandante, le cueste lo que le cueste, y eliminar as¨ª este esc¨¢ndalo del a?o en que su madre celebra el Jubileo de Platino ¡ª70 a?os de reinado¡ª, el duque de York insiste en proclamar su inocencia y quiere litigar. El juicio comenzar¨¢ en oto?o, y se prev¨¦ largo y complicado. Andr¨¦s ha vendido su chalet en los Alpes suizos, valorado en unos 20 millones de euros, para hacer frente al enorme costo que supone entablar una batalla judicial as¨ª en los tribunales estadounidenses.

Iniciativa

El pr¨ªncipe Andr¨¦s recibi¨® el t¨ªtulo de duque de York el d¨ªa en que se cas¨® con Sarah Ferguson, el 23 de julio de 1986. Su abuelo, el rey Jorge VI, y su tatarabuelo, el rey Jorge V, hab¨ªan ostentado previamente el t¨ªtulo m¨¢s prestigioso de la aristocracia brit¨¢nica. Ahora, varios pol¨ªticos de la ciudad del condado de Yorkshire han puesto ya en marcha una iniciativa para desvincular el nombre de su municipio del hijo de la reina ca¨ªdo en desgracia. ¡°Aunque el pr¨ªncipe Andr¨¦s sigue siendo inocente mientras no se demuestre su culpabilidad, el Palacio de Buckingham y el Gobierno deber¨ªan tomar en consideraci¨®n las serias consecuencias de las acusaciones a las que se enfrenta¡±, ha dicho el concejal liberaldem¨®crata de York, Darryl Smalley. ¡°Despu¨¦s de haber sido despojado de sus t¨ªtulos militares y patronatos reales, deber¨ªa renunciar a su t¨ªtulo de duque de York¡±, ha exigido. A su iniciativa se ha sumado la diputada laborista de la circunscripci¨®n de York Central, Rachael Maskell, y los concejales del mismo partido. Todos trabajan en la posible elaboraci¨®n de una moci¨®n, que deber¨ªa ser votada en el pleno municipal. Los concejales conservadores, de momento, han mostrado su rechazo a la propuesta.

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