La vicepresidenta dice que Colombia no puede ¡°seguir asimilando¡± migrantes venezolanos

La capacidad de Colombia para acoger nuevos migrantes venezolanos ha llegado a su l¨ªmite, advirti¨® la vicepresidenta y canciller Marta Luc¨ªa Ram¨ªrez durante una sesi¨®n virtual del consejo permanente de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), adem¨¢s de se?alar que el pa¨ªs no se ha ¡°beneficiado¡± del perfil de migrantes que han llegado a Norteam¨¦rica y Europa. Su mensaje contrast¨® con el tono que suele usar el Gobierno de Iv¨¢n Duque en torno a la implementaci¨®n del estatuto temporal de protecci¨®n que ha echado a andar para regularizar a 1,7 millones de venezolanos que ya se encuentran en Colombia, una pol¨ªtica que le ha valido frecuentes elogios internacionales.

¡°Es algo desproporcionado, son casi el 30% del total de migrantes venezolanos que han salido hasta hoy. ?Sabemos si no van a salir m¨¢s?, ?sabemos si no est¨¢n saliendo todos los d¨ªas nuevos migrantes?, ?c¨®mo poder entonces asimilarlos?, ?qui¨¦n va a hacerlo? Colombia no tiene la capacidad de seguir asimilando nuevos migrantes ni refugiados provenientes de Venezuela y por eso tenemos que trabajar todos¡±, dijo Ram¨ªrez ante la OEA, al apelar al principio de ¡°corresponsabilidad¡±. Tambi¨¦n se lament¨® de que, a diferencia de Estados Unidos, Canad¨¢ o Espa?a, a Colombia le han ¡°tocado los sectores menos pudientes, menos calificados¡±.

La vicepresidenta ha pedido a los dem¨¢s pa¨ªses de la OEA ¡°alzar la voz¡± frente a los ¡°atropellos¡± del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro. Bogot¨¢ no mantiene relaciones con Caracas, y Duque ha sido el principal promotor de un ¡°cerco diplom¨¢tico¡± contra la ¡°dictadura¡± chavista, en lo que sus cr¨ªticos consideran una ideologizaci¨®n excesiva de la pol¨ªtica exterior. ¡°Mientras Latinoam¨¦rica siga enfrentando la crisis generada por el ¨¦xodo de nuestros hermanos venezolanos, tendremos que asumir que el compromiso y la obligaci¨®n moral de todos es asumir al menos una parte de esta poblaci¨®n venezolana¡±, sostuvo Ram¨ªrez.

M¨¢s de seis millones de venezolanos han huido de su pa¨ªs empujados por una profunda crisis pol¨ªtica, social y econ¨®mica en los ¨²ltimos a?os. De ellos, aproximadamente un tercio se ha asentado en busca de oportunidades en la vecina Colombia, con la que Venezuela comparte una porosa frontera de m¨¢s de 2.200 kil¨®metros, en la que abundan los cruces informales conocidos como trochas. La pandemia ha dejado a¨²n m¨¢s en evidencia las precarias condiciones de los migrantes venezolanos dispersos por Am¨¦rica Latina. En Colombia, muchos forman parte de las franjas vulnerables de la sociedad que han sentido con m¨¢s fuerza la crisis econ¨®mica provocada por el coronavirus, al punto de que, seg¨²n algunos estudios, nueve de cada diez alimentan las filas de la informalidad.

El Gobierno de Colombia lanz¨® hace un a?o el Estatuto Temporal de Protecci¨®n para Migrantes Venezolanos (ETPV), con una vigencia de 10 a?os, con el que se propone regularizarlos a todos, cerca de un mill¨®n de ellos indocumentados. Su implementaci¨®n ratifica la pol¨ªtica de acogida y flexibilidad migratoria que el pa¨ªs ha mantenido en medio de enormes esfuerzos fiscales, y se convierte en una puerta de entrada a la oferta de servicios del Estado. Tambi¨¦n puso a Colombia a la vanguardia de las pol¨ªticas migratorias en Am¨¦rica Latina, y de paso le otorg¨® a Duque una considerable reputaci¨®n internacional.

Aunque Colombia ha pedido con insistencia un mayor compromiso internacional, el tono de la vicepresidenta caus¨® extra?eza. En el af¨¢n por argumentar la necesidad de desembolso de recursos, Ram¨ªrez cometi¨® errores, se?ala Ronal Rodr¨ªguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, en Bogot¨¢. El primero, decir que el Estado ya no puede recibir m¨¢s migrantes. ¡°Ante un fen¨®meno de movilidad humana como el proveniente de Venezuela solo hay dos alternativas. Por un lado, asumir la postura que han tomado gobiernos como el de Donald Trump, de levantar un muro, pero la realidad es que la frontera entre Colombia y Venezuela no permite eso. As¨ª que la ¨²nica alternativa que ha tenido el Estado colombiano es comportarse solidariamente¡±, apunta.

¡°Muchas veces el Gobierno colombiano se muestra como si esa solidaridad fuera una especie de acto bondadoso, pero la realidad es que es un acto de pragmatismo. Por ejemplo, si los ni?os, ni?as y adolescentes venezolanos no son insertados en el sistema educativo eso representar¨ªa una bomba social para Colombia en el mediano y el largo plazo¡±, argumenta. El estatuto, valora este experto, viene dando muy buenos resultados.

Las declaraciones de la vicepresidenta y canciller ri?en con los principios que ha esbozado el Estado colombiano en la atenci¨®n a esta crisis migratoria, y que se manifiestan con el estatuto, se?ala por su parte Andr¨¦s Segura, consultor en temas de asuntos p¨²blicos y migraci¨®n. ¡°La idea de que a Colombia le ¡®toc¨®¡¯ la parte m¨¢s m¨¢s pobre y menos preparada de los migrantes es una simplificaci¨®n poco rigurosa. En efecto, estos migrantes llegan en una condici¨®n de profunda vulnerabilidad, pero traen una serie de capacidades que los convierte en una oportunidad para las comunidades que los acojan, por ejemplo, un porcentaje importante de ellos llegan con formaci¨®n t¨¦cnica¡±, explica. ¡°Permitir que crezca un discurso apor¨®fobo frente a la migraci¨®n, sobre todo en ¨¦poca electoral, puede ser peligroso para el proceso de integraci¨®n que est¨¢ viviendo el pa¨ªs, y que puede ser un motor para el desarrollo de Colombia en el mediano plazo¡±.

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