Occidente redobla su guerra financiera contra Putin: apunta a las reservas para asfixiar a la econom¨ªa
Estados Unidos proh¨ªbe las operaciones del Banco Central de Rusia y congela todos los activos en d¨®lares de la entidad. El alcance de las medidas puede verse mitigado por la alianza con China, las criptomonedas y el rearme aut¨¢rquico de Mosc¨²
La tercera ronda de sanciones contra Rusia, anunciada este fin de semana por Estados Unidos, el Reino Unido, Canad¨¢ y la UE, supone una escalada considerable en la guerra financiera dise?ada para parar los pies a Vlad¨ªmir Putin en Ucrania. Occidente ha puesto al Banco Central de Mosc¨² en el punto de mira, con un plan para dificultar que pueda echar mano de sus gigantescas reservas para financiar la guerra y sostener al rublo, y ha ...
La tercera ronda de sanciones contra Rusia, anunciada este fin de semana por Estados Unidos, el Reino Unido, Canad¨¢ y la UE, supone una escalada considerable en la guerra financiera dise?ada para parar los pies a Vlad¨ªmir Putin en Ucrania. Occidente ha puesto al Banco Central de Mosc¨² en el punto de mira, con un plan para dificultar que pueda echar mano de sus gigantescas reservas para financiar la guerra y sostener al rublo, y ha expulsado a una lista de bancos del sistema de pagos internacional SWIFT, clave para gestionar sus transacciones. Este lunes, Washington redobl¨® el castigo con la prohibici¨®n a las entidades estadounidenses de operar con el Banco Central ruso y la congelaci¨®n de los activos de este organismo en d¨®lares, lo que corta el acceso a sus reservas en la divisa americana en todo el mundo.
El rublo se derrumb¨® un 30% tras el anuncio, que supone una acci¨®n coordinada con Reino Unido y la Uni¨®n Europea y tambi¨¦n afecta al Fondo Nacional de Inversi¨®n Ruso. Seg¨²n la Administraci¨®n de Joe Biden, Rusia cuenta con alrededor de 630.000 millones de d¨®lares en reservas en el extranjero en divisas for¨¢neas.
Expertos estadounidenses y europeos coinciden en que se trata de una ofensiva econ¨®mica sin precedentes para forzar a Rusia a una salida negociada, pero dudan que logre detener la maquinaria militar invasora en Ucrania, al menos en el corto plazo. Tambi¨¦n apuntan a que habr¨ªa una manera efectiva de intentarlo, pero de consecuencias impredecibles: atacar sus exportaciones de energ¨ªa.
Las medidas contra el Banco Central son una muestra de que Occidente quiere que Putin pague un alto coste por la guerra. ¡°En los ¨²ltimos d¨ªas ha habido un claro cambio de paradigma en Europa en c¨®mo se est¨¢ percibiendo y procediendo ante el conflicto¡±, afirma Mujtaba Rahman, director para Europa de Eurasia Group. ¡°La escalada de la violencia y la actitud claramente agresiva de Mosc¨² han llevado a tomar medidas m¨¢s duras para aislar a Putin; en especial ha habido un cambio de actitud en Alemania, que finalmente ha accedido a una expulsi¨®n de una lista de bancos del sistema SWIFT, no todos, pero es un comienzo¡±, a?ade.
Hace una semana, desconectar a los bancos de este sistema de pagos parec¨ªa impensable. Ahora, aunque parcialmente, se ha hecho. La desconexi¨®n total sigue lejos, porque los Estados europeos recurren a este sistema para pagar las facturas del gas y el petr¨®leo. ¡°Esa es una posibilidad, hoy por hoy, inviable¡±, advierte Ignacio de la Torre, socio y economista jefe de Arcano Partners. ¡°La dependencia del gas y del petr¨®leo es muy elevada¡±, a?ade. Cortar ese suministro ¡°ser¨ªa activar un bot¨®n nuclear¡±, seg¨²n De la Torre, que Europa ahora no se puede permitir el lujo de soportar. Aun as¨ª, la combinaci¨®n de congelar los activos del Banco Central en el extranjero y de otras instituciones est¨¢ destinada a asfixiar el sistema, restringir su liquidez y, a su vez, tambi¨¦n el de las empresas rusas. ¡°No tener acceso a liquidez te puede provocar un infarto¡±, a?ade el economista.
El paquete de castigos impuesto en la ¨²ltima semana, en varias tandas, incluye la expulsi¨®n de los mercados financieros globales del Gobierno de Mosc¨², de sus principales bancos y de 13 de sus grandes compa?¨ªas, as¨ª como el corte del suministro de tecnolog¨ªa, medida que afectar¨¢ a varias industrias clave, de la defensa a la aeron¨¢utica. Adem¨¢s, se congelaron los activos en el extranjero de oligarcas rusos, incluyendo a Putin y a su ministro de Exteriores, Segu¨¦i Lavrov, mientras el Reino Unido amenaza con hacer la vida imposible a los plut¨®cratas cercanos al Kremlin que han hecho de Londres su patio de recreo. Otra medida consiste en prohibir a los ciudadanos rusos abrir dep¨®sitos en bancos europeos de m¨¢s de 100.000 euros y restringir la emisi¨®n de los llamados pasaportes dorados, que permiten obtener la ciudadan¨ªa a cambio de invertir determinadas cantidades de dinero en el pa¨ªs.
Pero m¨¢s all¨¢ de la suspensi¨®n la semana pasada del gasoducto Nord Stream 2, proyectado para abastecer a Alemania de gas sin pasar deliberadamente por Ucrania, las sanciones siguen sin atacar directamente a la principal fuente de riqueza de Mosc¨²: la energ¨ªa. La tercera parte del presupuesto de Rusia, la und¨¦cima econom¨ªa del mundo, que tambi¨¦n destaca por sus exportaciones de n¨ªquel, paladio y trigo, proviene del gas y del petr¨®leo. El problema es que Europa tendr¨ªa serias dificultades para llegar siquiera al final de este invierno si se hiciera efectiva una medida tan dr¨¢stica: es altamente dependiente de Rusia, a quien le compra el 40% de los combustibles f¨®siles que consume. No solo eso: la econom¨ªa mundial sufrir¨ªa un estr¨¦s inmanejable y el presidente Joe Biden ya dej¨® claro el jueves en su ¨²ltima comparecencia que su prioridad era ¡°limitar el da?o¡± para sus compatriotas ¡°al pagar en la gasolinera¡±.
El problema econ¨®mico m¨¢s acuciante de Estados Unidos es la inflaci¨®n, que registra niveles nunca vistos en cuatro d¨¦cadas, niveles que esta guerra agravar¨¢ con toda seguridad. Tambi¨¦n la ola inflacionista azota a la UE, cuyas relaciones comerciales con Rusia son adem¨¢s m¨¢s estrechas. ¡°La cuesti¨®n es hasta d¨®nde llegar para plantar cara a Mosc¨² y, a la vez, hasta d¨®nde estamos dispuestos que impacte el conflicto en la econom¨ªa europea y estadounidense, porque todo indica que habr¨¢ m¨¢s inflaci¨®n y ya se est¨¢ deteriorando el poder adquisitivo¡±, explica Raham.
Ese equilibrio casi imposible en un mundo globalizado (infligir el mayor da?o posible al adversario causando el menor destrozo en casa) ha determinado inevitablemente el alcance y la efectividad de los castigos. ¡°Las sanciones no restringen los flujos existentes de comercio de energ¨ªa, pero [la paralizaci¨®n de Nord Stream 2] corta las compras adicionales de gas por parte de los consumidores europeos. Y las restricciones a las exportaciones de alta tecnolog¨ªa a Rusia afectar¨¢n con el tiempo la capacidad de explotar las reservas de combustibles f¨®siles en aguas profundas y en el ?rtico¡±, aclara Jeffrey Schott, del Instituto Peterson de Econom¨ªa Internacional.
Schott escribi¨® a principios de mes un art¨ªculo titulado ?Lograr¨¢n unas sanciones estadounidenses duras parar la agresi¨®n rusa en Ucrania? (y la respuesta corta a esa pregunta es que no). En ese texto, el experto acertaba con la mayor parte de las medidas que los aliados estaban preparando, y a?ad¨ªa otra que lleg¨® este fin de semana, al menos en parte: la exclusi¨®n de Rusia del sistema mundial de pagos SWIFT, que ordena y dota de seguridad a una buena porci¨®n del tr¨¢fico global de transacciones de dinero (realizado por 11.000 bancos en 200 pa¨ªses).
Cuando Rusia se anexion¨® Crimea en 2014, el castigo de expulsar al pa¨ªs del sistema SWIFT ya estuvo encima de la mesa, por lo que su Gobierno empez¨® a trabajar en su propio sistema de pagos (adem¨¢s, llegado el caso, podr¨ªa recurrir a la alternativa china), aunque su operativa es hoy por hoy muy limitada. Por otra parte, el Kremlin lleva ocho a?os blind¨¢ndose para hacer frente a posibles sanciones y ha acumulado reservas r¨¦cord de divisas (m¨¢s de 630.000 millones de d¨®lares), las cuartas mayores del mundo, un tesoro estrat¨¦gico para financiarse en caso de necesidad y apuntalar el rublo durante un tiempo considerable si fuera necesario. Las medidas contra los bancos anunciadas el fin de semana llevaron a miles de rusos a ir a sacar dinero a los cajeros ante el temor de falta de liquidez.
Mosc¨² ha reducido en general su dependencia de Occidente: solo un 16% de las divisas de Rusia est¨¢n en d¨®lares, frente al 40% de hace cinco d¨ªas, mientras el porcentaje en yuanes ha crecido al 13%. Aun as¨ª, contando d¨®lares y euros, el 48% de sus reservas est¨¢ vinculadas a Occidente (el 30% es oro y el resto moneda china) y su exposici¨®n a las nuevas sanciones sigue ah¨ª. ¡°La congelaci¨®n de las reservas del Banco Central de Rusia es un punto de inflexi¨®n y creo que tendr¨¢ consecuencias bastante negativas para el sistema financiero ruso¡±, opina el economista Guntram Wolff, director del centro de an¨¢lisis Bruegel, con sede en Bruselas. Sobre un posible corte del gas por parte de Rusia como represalia, el experto opina: ¡°Putin podr¨ªa cortar el grifo en respuesta a las sanciones y la UE podr¨ªa lidiar con esta situaci¨®n, pero tendr¨ªa un elevado coste¡±.
Rusia tambi¨¦n podr¨ªa recurrir a las criptomonedas para evitar algunos de los efectos m¨¢s gravosos de las sanciones, seg¨²n los expertos, al poder ser utilizadas para realizar transacciones sin dejar rastro.
Robert Person, profesor de Relaciones Internacionales y experto en Rusia y en pol¨ªtica exterior, discrepa sobre la imagen de Rusia como un pa¨ªs aut¨¢rquico listo para ser confortablemente un ¡°paria¡± en el orden internacional, adjetivo algo gastado que endos¨® Biden a Mosc¨² en uno de sus dos discursos de esta semana. ¡°Es cierto que Rusia ha tomado medidas desde 2014 para reducir su dependencia de las redes financieras occidentales y del d¨®lar estadounidense, pero no puede separarse por completo de la econom¨ªa global¡±, considera Person. ¡°Adem¨¢s, las nuevas sanciones son m¨¢s duras que las de 2014. Da?ar¨¢n mucho m¨¢s seriamente al Gobierno ruso, a los bancos y empresas estatales y a las ¨¦lites rusas¡±.
¡°Claramente, en este tiempo han aprendido a vivir con las sanciones, y a sortearlas¡±, opina Paul Stronski, investigador especializado en las relaciones internacionales del Kremlin de la oficina de Washington del Carnegie Endowment for International Peace. ¡°Desgraciadamente, esas medidas se ceban m¨¢s en la gente corriente que en los oligarcas, plut¨®cratas cercanos a Putin que acabar¨¢n sacando ventaja de la nueva situaci¨®n, en la que sin duda crecer¨¢n los intercambios il¨ªcitos con China. Rusia tendr¨¢ por fuerza que aumentar su dependencia de Pek¨ªn, que no parece muy feliz con la idea de que Putin haya violado la integridad territorial de otro pa¨ªs. China habr¨ªa preferido una soluci¨®n diplom¨¢tica, y aunque quiere claramente dejar atr¨¢s un mundo dominado por Occidente, en su pragmatismo no estoy seguro de que desee una vuelta a la guerra fr¨ªa¡±.
Cu¨¢nto tardar¨¢n en hacer efecto esas sanciones (y, por lo tanto, cu¨¢nto har¨¢ falta mantenerse unidos en su aplicaci¨®n) y tambi¨¦n cu¨¢nto le durar¨¢ a Putin el dinero necesario para financiar una guerra. Ante el primer interrogante, Person responde que, pese a que las medidas han tenido efectos inmediatos para, por ejemplo, el rublo, ¡°costar¨¢ varias semanas o meses que el paquete se active por completo y las instituciones financieras occidentales relevantes cumplan con su parte¡±. Rahman a?ade: ¡°?Ser¨¢n suficientes las sanciones? A corto plazo, no creo. El presidente ruso ha dejado claro que tiene una misi¨®n y nada le detendr¨¢¡±.
Sobre la paciencia de Putin, Schott opina que los pasos que ha dado ¡°para intentar mejorar sus defensas ante las sanciones occidentales, solo servir¨¢n para darle algo de tiempo¡±. ¡°Tiene la esperanza de que Estados Unidos y Europa desistir¨¢n para entonces en su apoyo pol¨ªtico a esas medidas. Pero sospecho que en ese an¨¢lisis se confunde¡±, a?ade. De la Torre advierte, por su parte, que ¡°[el aut¨®crata ruso] ha acumulado un super¨¢vit de cuenta corriente de 600.000 millones de d¨®lares. Eso se guarda para cuando las cosas vienen mal dadas, pero tambi¨¦n puede esfumarse muy r¨¢pidamente en un conflicto como este en el que se ha embarcado¡±.
La respuesta a cu¨¢nto le durar¨¢ ese dinero est¨¢ seguramente, como casi todo en esta historia, solo en la cabeza del propio Putin. Un espacio aparentemente insensible a las sanciones que se ha demostrado un enigma a¨²n m¨¢s indescifrable en estos meses.
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