La polic¨ªa rusa detiene a una superviviente del nazismo por oponerse a la guerra en Ucrania

La pintora de 78 a?os Elena Osipova conoce bien las consecuencias de una guerra. La artista naci¨® tras el asedio de 900 d¨ªas a Leningrado, y su familia y las de sus amigas cargaron toda su vida con las heridas que dej¨® la invasi¨®n nazi. Ayer volvi¨® a ser detenida por la polic¨ªa rusa en San Petersburgo por portar con ella sendos carteles a favor de la paz y la destrucci¨®n de los arsenales nucleares de todo el planeta. Y junto a ella fueron arrestadas otras 285 personas, seg¨²n las cifras que ha podido recopilar el peri¨®dico de la ciudad, Fontanka.

El presidente Vlad¨ªmir Putin anunci¨® la invasi¨®n de Ucrania con el pretexto de su ¡°desmilitarizaci¨®n¡±, lo mismo que ped¨ªa la anciana, una conocida activista que ya hab¨ªa sido arrestada en abril de 2020 por salir sola a la calle con un cartel donde denunciaba 100 a?os de represi¨®n en Rusia, desde la NKVD sovi¨¦tica (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) al FSB (Servicio Federal de Seguridad) actual. Su sanci¨®n, como la de muchos otros ahora, se justific¨® con las restricciones por coronavirus que muy pocos cumplen en el pa¨ªs.

Desde aquel a?o se han endurecido las condiciones para protestar, e incluso un piquete individual con un eslogan como ¡°no a la guerra¡± puede suponer una multa o, en el peor de los casos, la c¨¢rcel. Estos d¨ªas, la Fiscal¨ªa, el Ministerio del Interior y alcaldes como el de Mosc¨², Sergu¨¦i Sobianin, hab¨ªan amenazado repetidas veces con la pena de prisi¨®n a los organizadores de las protestas.

Elena Osipova fue arrestada este mi¨¦rcoles por la noche por al menos siete pol¨ªc¨ªas antidisturbios ataviados con cascos y chalecos protectores. Tras negarse a moverse, la pintora fue forzada a caminar hacia el furg¨®n que la sac¨® de las protestas y la llev¨® a su casa, seg¨²n dijo al diario Bumaga la direcci¨®n general del Ministerio del Interior para San Petersburgo. El organismo no aclar¨® si se abrir¨¢ un procedimiento sancionador contra la pensionista, aunque en ese caso no ser¨ªa el primero en su contra por denunciar la represi¨®n y la guerra.

Elena Osipova recibi¨® los aplausos de decenas de manifestantes que estaban cerca, en pleno centro de San Petersburgo, y no hizo el adem¨¢n en ning¨²n momento de soltar sus carteles, donde estaba escrito ¡°La simp¨¢tica Ucrania rechaz¨® en el acto las armas nucleares, mientras que en Rusia no se han dado de baja los veh¨ªculos con ojivas nucleares desde la guerra de Vietnam¡±. La activista hac¨ªa referencia as¨ª al Tratado de Budapest de 1994, donde Kiev y Mosc¨² firmaron la integridad territorial de Ucrania a cambio de deshacerse de todas las armas de destrucci¨®n masiva acumuladas desde los tiempos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El Kremlin, sin embargo, ha justificado su invasi¨®n con que Ucrania podr¨ªa desarrollar un arsenal as¨ª en el futuro, y Putin activ¨® ¡°en modo especial de combate¡± su fuerza de contenci¨®n nuclear tres d¨ªas despu¨¦s de comenzar su ataque.

Esta no era la primera protesta de la activista contra la guerra. El pasado 27 de febrero ya se hab¨ªa plantado sola en la famosa avenida Nevski con tres carteles confeccionados por ella misma. En uno aparec¨ªa un busto de Putin escoltado por dos cuervos sobre una l¨¢pida donde dec¨ªa en verso que ¡°la momia de la guerra lleva a la destrucci¨®n y a la locura a Rusia¡±. En otro dibuj¨® una madre entregando fusiles a j¨®venes vendados en un cementerio; y ella misma sosten¨ªa otra cartulina con un mensaje sencillo: ¡°?Soldado! ?Tira el arma y ser¨¢ un h¨¦roe real para el pa¨ªs!¡±

M¨¢s de 7.000 detenidos desde el inicio de la guerra

Una de las principales fuentes para intuir la represi¨®n de las manifestaciones es OVD-INFO, un portal fundado por periodistas que recopila las detenciones de las protestas. Las autoridades lo declararon agente extranjero recientemente y el acceso a su p¨¢gina web est¨¢ bloqueado en Rusia. Sus cifras arrojaban 7.626 arrestados desde que comenzaron a caer las bombas en Ucrania la madrugada del 24 de febrero hasta el mediod¨ªa de este 3 marzo, jornada en la que ambas partes intentar¨¢n negociar un alto el fuego por segunda vez.

Las protestas de San Petersburgo siguen el mismo patr¨®n que en otras ciudades como Mosc¨². Cientos de personas comienzan a concentrarse en el centro, en torno al hist¨®rico edificio de Gostiny Dvor, donde act¨²an bandas de m¨²sica callejeras. Cuando acaban, la multitud comienza a gritar consignas contra la guerra, y la polic¨ªa comienza con sus detenciones.

Las protestas, aunque no son masivas, comienzan a dejar im¨¢genes que calan en el subconsciente de toda la poblaci¨®n. Es el caso de las fotos de dos madres y sus cinco hijos encerrados primero en un furg¨®n policial y despu¨¦s en comisar¨ªa varias horas por haber llevado unas flores a la embajada de Ucrania en Mosc¨² y tra¨ªdo consigo un cartel donde pon¨ªa ¡°no a la guerra¡±.

El partido Y¨¢bloko, uno de los pocos verdaderamente opositores, aunque sin presencia en la Duma Estatal, ha promovido una petici¨®n de paz que ya han firmado m¨¢s de 85.000 personas. ¡°La ret¨®rica estatal hace pensar que est¨¢ en marcha una nueva Gran Guerra Patria, que es necesario luchar contra el fascismo, pero a diferencia de aquella guerra, aqu¨ª nadie atac¨® a Rusia. Las tropas rusas entraron en Ucrania, no al rev¨¦s¡±, denunci¨® en su canal de Telegram el l¨ªder de la formaci¨®n en San Petersburgo, Bor¨ªs Vishnevski, m¨¢s conocido en Espa?a por ser uno de los pol¨ªticos a los que suplantaron la identidad otras personas con nombres y rostros similares en las ¨²ltimas elecciones para robarles votos.

Y¨¢bloko fue v¨ªctima de un ataque contra su sede en Nizhni N¨®vgorod el pasado 2 de marzo. Seg¨²n el partido, ¡°unos desconocidos destrozaron la oficina donde recog¨ªan firmas contra la guerra de Ucrania mientras gritaban ¡®?Donetsk, Lugansk, no abandonemos lo nuestro!¡¯ y ¡®?Los nazis deben ser asesinados!¡±.

Otra figura importante que ha llamado a protestar ha sido el opositor Alex¨¦i Navalni, que a pesar de estar encarcelado logr¨® publicar una serie de mensajes en Twitter a trav¨¦s de su equipo. ¡°Que no sea estar contra la guerra. Luchemos contra la guerra¡±, dijo en un mensaje para animar a manifestarse en la calle.

Las protestas no solo se han expresado con manifestaciones por las calles. En numerosos puntos del pa¨ªs han comenzado a aparecer grafitis y carteles con el lema ¡°No a la guerra¡± que las autoridades se han afanado en retirar a toda prisa. Uno de los que se hizo virales era un letrero enorme de San Petersburgo con el lema pintado como si fuera sangre sobre un fondo blanco. Su autora, Evguenia, cont¨® a The Village que hab¨ªa sido multada con 20.000 rublos (250 euros antes de la guerra, 166 al cambio actual).

En la persecuci¨®n de las protestas participa el conocido ¡°Centro E¡±, el departamento del Ministerio del Interior ¡°para combatir el extremismo¡±. Seg¨²n el portal OVD-INFO, el organismo inici¨® una acci¨®n administrativa contra un ciudadano de la peque?a ciudad de Vlad¨ªmir, Yuri Aleks¨¦yev, por pintar el mismo eslogan sobre una tela en mitad del campo.

Sin embargo, estas im¨¢genes no llegan a la poblaci¨®n porque no son difundidas por la mayor¨ªa de la prensa rusa, af¨ªn al Kremlin. Los medios independientes o bien tratan de sobrevivir ante las presiones de las autoridades y borran hasta la palabra ¡°guerra¡±, como N¨®vaya Gazeta; o son liquidados tras ser bloqueados por el Gobierno por su cobertura de la guerra, como ha sido el caso este jueves de la hist¨®rica radio Eco de Mosc¨² tras 32 a?os de ejercicio del periodismo.

Mientras la guerra contin¨²a cobr¨¢ndose vidas en Ucrania, las protestas se repiten todas las tardes en casi medio centenar de ciudades del pa¨ªs y la presi¨®n aumenta sobre Putin. No solo por las voces que llegan desde la calle, sino tambi¨¦n desde sus propios despachos. El director del Consejo de Asuntos de Exteriores, Andr¨¦i Kortunov, ha sido el primer asesor del presidente en pronunciarse abiertamente contra la guerra. ¡°Es una verg¨¹enza¡±, dijo en una entrevista concedida a Sky News, donde inst¨® a sentarse a negociar desde ya mismo con Occidente.

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