?Est¨¢ dispuesto Putin a usar el arma at¨®mica? Claves de la l¨®gica nuclear del Kremlin
El presidente ruso ha proferido amenazas claras y ha ordenado incrementar el estado de alerta de los arsenales
El presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, orden¨® el pasado 27 de febrero a los m¨¢ximos responsables de Defensa rusos disponer las fuerzas nucleares ¡°en un modo especial de servicio de combate¡±. La madrugada del d¨ªa 24 de febrero, en la declaraci¨®n con la que dio luz verde a la invasi¨®n de Ucrania, el mandatario lanz¨® la siguiente, poco velada, amenaza: ¡°Quien pretenda obstaculizarnos debe saber que la respuesta de Rusia ser¨¢ inmediata. Y conducir¨¢ a consecuencias que no hab¨¦is afrontado nunca en vuestra historia¡±. D¨ªas antes del ataque, las Fuerzas Armadas rusas hab¨ªan llevado a cabo maniobras con armamento con capacidad nuclear.
?Qu¨¦ supone t¨¦cnicamente la orden impartida al ministro de Defensa y al jefe del Estado mayor? ?Cu¨¢l es la l¨®gica subyacente a la escalada ret¨®rica nuclear de Putin? ?Est¨¢ realmente dispuesto el mandatario ruso a ser el primero en volver a detonar un arma at¨®mica para golpear a un enemigo desde Hiroshima y Nagasaki? La agitaci¨®n de la amenaza nuclear por parte del l¨ªder de una superpotencia, la m¨¢s inquietante en d¨¦cadas, agrava profundamente la tensi¨®n desatada por la agresi¨®n rusa a Ucrania.
Los dirigentes occidentales, de momento, han reaccionado con contenci¨®n. EE UU no ha incrementado sus niveles de alerta nuclear, y los mensajes oficiales condenan la escalada de Putin pero buscan transmitir tranquilidad. Una parte significativa de los expertos creen que la opci¨®n nuclear es tan delirante que no es plausible. ¡°Todos sabemos que Putin es imprevisible, que hace cosas que nadie cree que har¨ªa, pero pienso que esto no es posible. Expondr¨ªa a Rusia a unas consecuencias tremendas¡±, dice William Alberque, director de Estrategia, Tecnolog¨ªa y Control de Armas en el Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos (IISS) de Londres.
Pero hay otros que discrepan. Francesca Giovannini, directora ejecutiva del Proyecto sobre la Gesti¨®n del ?tomo del Belfer Center de Harvard, cree que, aunque no sea probable, la opci¨®n del recurso al arma at¨®mica no debe descartarse con rotundidad. ¡°Las circunstancias son muy complejas, y ¨¦l est¨¢ sometido a una enorme presi¨®n¡±, comenta.
No es posible conocer la disposici¨®n de fondo del alma de quien puede dar la orden de disparar, pero varios elementos de contexto ayudan a interpretar la situaci¨®n. A continuaci¨®n, algunos de ellos.
El significado t¨¦cnico de la orden de Putin
La instrucci¨®n impartida por Putin el pasado domingo no encaja de forma clara en las categor¨ªas nucleares rusas conocidas en Occidente. Funcionarios gubernamentales y expertos se?alan que no se corresponde a una nomenclatura estandarizada como los Defcon estadounidenses y coinciden en destacar que en cualquier caso no supone un estado m¨¢ximo de alerta y constituye m¨¢s bien un nuevo mensaje pol¨ªtico.
El lunes por la noche, fuentes del Pent¨¢gono citadas por la agencia Reuters se?alaban no haber detectado ning¨²n movimiento f¨¢ctico relevante en materia de armamento. El ministro de Defensa ruso, Sergu¨¦i Shoig¨², report¨® al presidente Putin el lunes que se hab¨ªa implementado su medida y que en ese marco se hab¨ªa reforzado el personal en los puestos de mando nuclear, informa la agencia TASS. De tratarse solo de eso, ser¨ªa una medida sustancialmente irrelevante.
Tanto Rusia como Estados Unidos ¡ªlas dos principales potencias nucleares¡ª siempre tienen listo para el uso un porcentaje de sus arsenales. Estos se componen de un segmento estrat¨¦gico, de largo alcance, que cuenta como medios de entrega con misiles lanzados desde tierra (en silos o m¨®viles), mar (en submarinos) o aire (en bombarderos); y un segmento t¨¢ctico, de menor alcance, con cabezas nucleares de menor potencia. La capacidad disuasoria depende de la credibilidad de la respuesta, y por ello una parte del arsenal est¨¢ en condiciones de ser usado con rapidez. El pasado mes de diciembre, el jefe del Estado Mayor ruso, Valeri Guer¨¢simov, se?al¨® que un 95% de los misiles de la fuerza nuclear estrat¨¦gica rusa est¨¢n constantemente listos para combate. El nivel de alerta puede incrementarse aumentando el n¨²mero de cabezas cargadas en las lanzaderas, elevando el n¨²mero de submarinos armados desplegados, etc. Pero, al menos de momento, no parecen haberse producido medidas de ese tipo.
La l¨®gica de la escalada ret¨®rica
El razonamiento detr¨¢s de la escalada ret¨®rica de Putin es bastante evidente. ¡°Lo que se?ala su mensaje es que quiere ganar esta guerra con Ucrania, teme que Occidente intervenga directamente y quiere asegurarse de que estemos fuera del conflicto¡±, comenta Alberque, que trabaj¨® en la OTAN antes de incorporarse al IISS.
Los pa¨ªses occidentales han dejado claro que no tienen intenci¨®n de combatir contra Rusia, pero Putin observa una creciente disposici¨®n a armar Ucrania. La amenaza busca, de entrada, introducir la variable m¨¢s extrema e inquietante en el c¨¢lculo de Occidente, con la esperanza de que sirva como elemento de inhibici¨®n en futuras decisiones.
La doctrina nuclear rusa
La doctrina vigente rusa que entr¨® en vigor con una orden ejecutiva de Putin del 2 de julio de 2020 establece cuatro condiciones bajo las cuales Rusia usar¨ªa sus armas nucleares:
a) llegada de datos fiables del lanzamiento de misiles bal¨ªsticos contra el territorio de la Federaci¨®n Rusa y/o sus aliados;
b) uso de armas nucleares u otros tipos de armas de destrucci¨®n masiva por parte de un adversario contra la Federaci¨®n Rusa y/o sus aliados;
c) ataque de un adversario contra infraestructura militar o gubernamental cr¨ªtica de la Federaci¨®n Rusa, cuya disrupci¨®n minar¨ªa la capacidad de respuesta nuclear;
d) agresi¨®n contra la Federaci¨®n Rusa con el uso de armas convencionales cuando pongan en peligro la existencia del Estado.
Ninguna de estas condiciones parece ni remotamente concebible. Para justificar su decisi¨®n, Putin ha alegado ¡°declaraciones agresivas¡± por parte de altos mandos de pa¨ªses de la OTAN.
La disposici¨®n a lo inimaginable
La l¨®gica normal induce a pensar que es inconcebible que Putin ordene un ataque nuclear en circunstancias como las actuales. No es plausible que se den las condiciones planteadas por la doctrina rusa, y las represalias que podr¨ªa desencadenar ser¨ªan inauditas. Este es uno de los argumentos que esgrime Alberque para descartar la opci¨®n.
¡°Creo que desencadenar¨ªa una reacci¨®n generalizada que conducir¨ªa a un aislamiento total de Rusia. Incluso pa¨ªses como China dar¨ªan pasos en ese sentido. Se plantear¨ªan cosas como la expulsi¨®n de Rusia del Consejo de Seguridad de la ONU y ser¨ªa realmente el inicio del fin de Rusia. Y creo que Putin sabe que ese es un escenario cre¨ªble¡±, considera el experto.
Alberque subraya adem¨¢s argumentos de corte militar. ¡°?D¨®nde disparar¨ªa la bomba? ?En el mar Negro o en una foresta, en plan advertencia con consecuencias radiactivas? ?O una monstruosidad en una ciudad? Las fuerzas ucranias no se concentran de forma masificada como para dar sentido a un golpe preciso contra ellas¡ no hay un uso que tenga sentido¡±. Adem¨¢s, observan muchos especialistas, las Fuerzas Armadas rusas disponen de una potencia de fuego convencional enorme como para causar destrucci¨®n masiva sin tener que recurrir al arma at¨®mica.
Estos argumentos inducen a muchos dirigentes y expertos a descartar de plano la perspectiva de un ataque nuclear.
Pero hay otros que no lo tienen tan claro. Primero est¨¢ el comprobado historial de Vlad¨ªmir Putin de romper l¨ªmites, de moverse en lo imprevisible, de estar dispuesto a asumir crecientes riesgos para defender sus intereses. Despu¨¦s, algunos apuntan a una posible p¨¦rdida de cierto sentido de la realidad, imposible de comprobar, pero que revolotea en el aire. La prolongada soledad del aut¨®crata, instalado en una cultura de paranoia muy difundida en la URSS y, desde luego, en la KGB, cunas de la formaci¨®n del l¨ªder ruso. Tras encontrarse con ¨¦l, en 2014, Angela Merkel dijo a Obama que le pareci¨® que Putin viv¨ªa en otro mundo, seg¨²n The New York Times.
Y despu¨¦s est¨¢n las circunstancias extremas del momento. ¡°Creo que est¨¢ sometido a una presi¨®n interna enorme¡±, dice Giovannini. ¡°No es un loco. No pienso que disparar¨ªa una bomba estrat¨¦gica. Pero me preocupa que pueda considerar la opci¨®n de una t¨¢ctica. Para enviar un mensaje de que est¨¢ dispuesto a todo para defender los intereses rusos. Pensando que quiz¨¢ un ataque con cabeza t¨¢ctica en Ucrania no desencadenar¨ªa una reacci¨®n militar de la OTAN contra Rusia¡±. Otros respetados expertos, como Fran?ois Heisbourg, tambi¨¦n han se?alado que la amenaza no puede descartarse de plano, entre otras cosas porque la historia muestra que Putin no va de farol.
El arsenal disponible
Rusia dispone del mayor arsenal del mundo junto con EE UU, e incluso algo superior en t¨¦rminos cuantitativos ¡ªunas 6.000 cabezas nucleares entre desplegadas y otros conceptos, seg¨²n datos del Bulletin of the Atomic Scientists¡ª. El despliegue de armas estrat¨¦gicas est¨¢ limitado por el pacto New START, que vincula a ambas potencias. La dimensi¨®n nuclear ha sido fundamental en el proyecto de modernizaci¨®n de las Fuerzas Armadas rusas impulsado por Putin. Shoig¨² inform¨® en diciembre de que, como resultado de a?os de esfuerzos, las armas y el equipamiento modernos ya constituyen un 89% del tr¨ªo nuclear ¡ªtierra, mar y aire¡ª. Rusia ha desarrollado nuevos veh¨ªculos de entrega, incluso hipers¨®nicos, y dispone de un amplio arsenal de cabezas nucleares t¨¢cticas.
Panorama internacional
La escalada ret¨®rica nuclear se inscribe en un contexto preocupante. Por un lado, debe notarse que Bielorrusia acaba de celebrar un refer¨¦ndum para modificar su Constituci¨®n y permitir su conversi¨®n en Estado nuclear. Fue aprobado por un 65% de votos a favor, seg¨²n los datos del r¨¦gimen.
Por otra parte, el momento es de gran importancia en la renegociaci¨®n del pacto nuclear con Ir¨¢n, un proceso en marcha desde hace meses y lleno de dificultades.
Adem¨¢s, en otro plano, la Administraci¨®n de Biden trabaja en la definici¨®n de su doctrina nuclear, y las amenazas de Putin pueden influenciarla y dar argumentos a quienes empujan para que fije l¨ªneas m¨¢s agresivas. Y, sin lugar a dudas, consolidar¨¢ la perspectiva de una muy prolongada permanencia de armas nucleares estadounidenses en bases europeas, asunto que en el pasado ha sido objeto de intensos debates. Otro efecto contrario a lo deseado por el Kremlin vinculado a sus propias iniciativas. Es, ya, una lista muy larga.
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