La poblaci¨®n de Ucrania organiza la resistencia contra el invasor ruso
La sociedad se prepara ante la ofensiva de Mosc¨². Unos se alistan a fuerzas de defensa, otros fabrican ¡®c¨®cteles molotov¡¯ o preparan comida para los soldados
Semyon se echa a la espalda varias ruedas de pl¨¢stico y las apila a las puertas de un edificio de la Administraci¨®n de Dnipr¨®, la cuarta ciudad m¨¢s poblada de Ucrania, a orillas del r¨ªo Dni¨¦per. El inmueble est¨¢ rodeado de sacos de arena y la entrada casi bloqueada por una trampa antitanque. Pocos metros m¨¢s all¨¢, en la plaza de los H¨¦roes, en el c¨¦sped, decenas de personas rellenan botellas de vidrio y cortan mechas caseras para preparar c¨®cteles molotov. Junto al r¨ªo, un restaurante prepara macarrones con queso para los soldados ucranios y las milicias ciudadanas. Dnipr¨® se prepara para la llegada de las tropas enviadas por el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Y lo hace con todo lo que tiene: un contable que ha pasado a empu?ar un arma en las fuerzas de defensa territorial, una ingeniera que se ha hecho conductora para llevar suministros, una red de donaci¨®n de sangre, otra que prepara comida, voluntarios que construyen barricadas.
La ciudad, de un mill¨®n de habitantes, en el centro del pa¨ªs, estrat¨¦gico nudo de comunicaciones y que Rusia trata de cercar para impedir el paso de suministros enviados por los aliados desde Polonia y de tropas ucranias hacia el sur y hacia Kiev, se alista para la guerra total. La imagen se repite por todo el pa¨ªs. Ucrania, el pa¨ªs m¨¢s grande de Europa, donde viven 44 millones de personas, teje redes de resistencia activa, que se han revelado fundamentales para afrontar el ataque ruso cuando las tropas de Putin avanzan en su ofensiva y se incrementan los ataques. Las im¨¢genes de civiles enfrentando a tanques rusos o tratando de impedir el paso de las tropas a sus ciudades se multiplican.
El presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, cuya popularidad se ha disparado desde la invasi¨®n, ha pedido a la poblaci¨®n que ayude a contener la ofensiva con cualquier medio que est¨¦ en sus manos. Dnipr¨® es una ciudad volcada en ello. ¡°En el quinto d¨ªa de la guerra rusa a gran escala contra el pueblo de Ucrania nos mantenemos firmes¡±, dijo Zelenski este lunes. ¡°Cada crimen que los ocupantes cometen contra nosotros nos acerca cada vez m¨¢s. Rusia nunca imagin¨® que se enfrentar¨ªa a tanta solidaridad¡±, recalc¨®.
A las puertas del hospital militar de Dnipr¨®, Elena y su esposo, Alexander, hacen cola para llevar ropa, pa?ales y comida a los enfermos. A su lado, una mujer de unos 50 a?os carga una gran bolsa de cucharas de pl¨¢stico blancas. ¡°Tengo un puesto de caf¨¦ y es lo que he pensado que ser¨ªa m¨¢s ¨²til¡±, afirma. El centro sanitario, en el centro de la ciudad, est¨¢ designado para tratar a los heridos (sobre todo a los graves) del frente sur y del este. Tiene 400 camas, pero en los ¨²ltimos d¨ªas ha superado esa cifra y han tenido que usar tambi¨¦n las salas de recuperaci¨®n, explica Sergi Bachinski, subdirector del centro, al que llegan sanitarios de toda la zona para ofrecerse a ayudar a tratar a los heridos. No pueden trasladarles en helic¨®ptero por los ataques a¨¦reos rusos ¡ªlas alarmas antia¨¦reas de la ciudad se han convertido en una m¨²sica constante en los ¨²ltimos d¨ªas¡ª, as¨ª que usan autobuses y trenes, dice Bachinski.
Anna Fedicheva, una ingeniera civil de 37 a?os, ha ofrecido su coche, amplio, para transportar ¡°lo que haga falta¡±. En Dnipr¨® y otra muchas localidades se ha creado un grupo en las redes sociales de conductores para ayudar en temas log¨ªsticos. Con una mascarilla de tela negra, que tiene impreso en brillantina un ¨¢rbol de Navidad, la mujer cuenta que se plante¨® unirse a las Fuerzas de Defensa Territorial, gestionadas por el Ministerio de Defensa, brigadas de milicias que tienen como misi¨®n proteger las infraestructuras de las ciudades, pero no se encontr¨® en condiciones. Tampoco se plante¨® salir del pa¨ªs. ¡°Trato de pensar que [los rusos] no nos van a ocupar, creo en nuestra patria y en nuestra libertad¡±, asegura Fedicheva, que cuenta que, antes de esta pesadilla, estaba contenta su vida: ¡°Me gustaba mi trabajo, salir a bailar con los amigos, ir al cine, una vida simple. A veces crees que todo es un sue?o y de repente te despiertas y no; es real¡±.
La mesa donde Myroslav Malynovski prepara c¨®cteles molotov tiene una paralela en Lviv, en el oeste del pa¨ªs, donde Kira Shivenko, pintora de 28 a?os, rellena botellas con una mascarilla quir¨²rgica y guantes de l¨¢tex; o en Kramatorsk (este), donde un grupo de j¨®venes se ha organizado para preparar ese explosivo casero del que ya dan la receta las radios y muchos peri¨®dicos. ¡°?Putin se pens¨® que les recibir¨ªamos con flores? Aqu¨ª les tenemos preparadas unas bebidas de bienvenida¡±, dice este jubilado, de 65 a?os, mientras coloca una de las botellas de vidrio en una caja de cart¨®n. ¡°No vamos a huir. Este es nuestro pa¨ªs y ellos son los ocupantes, Ucrania es un pa¨ªs democr¨¢tico, europeo¡±, dice Malynovski. ¡°Resistiremos hasta el final¡±.
Reparto de armas entre la poblaci¨®n
Solo en la regi¨®n de Kiev se han repartido unas 18.000 armas civiles, seg¨²n el Gobierno. Ahora, Zelenski ha propuesto liberar a los presos con experiencia militar si est¨¢n dispuestos a unirse a las fuerzas armadas ucranias. Una medida muy controvertida que da la idea de las ansias y la desesperaci¨®n del Gobierno: el Ej¨¦rcito ucranio tiene muchos menos efectivos que el ruso, tambi¨¦n una menor capacidad en tecnolog¨ªa de defensa. Hace unos d¨ªas, adem¨¢s, Zelenski invit¨® a extranjeros a luchar en Ucrania. ¡°Si tiene experiencia de combate en Europa, venga a nuestro pa¨ªs y defienda Europa junto con nosotros¡±, dijo en un mensaje de v¨ªdeo. El d¨ªa antes de la invasi¨®n, Zelenski moviliz¨® a 36.000 reservistas, 5.000 personas retiradas de la Guardia Nacional y a otras 5.000 de la Polic¨ªa de Fronteras. El armar civiles en un ambiente tan tenso tambi¨¦n puede generar problemas. El Gobierno ucranio ha afirmado que Rusia ha infiltrado a paramilitares y saboteadores en todo el pa¨ªs y los registros de veh¨ªculos y las detenciones son habituales.
El segundo d¨ªa de ofensiva rusa, cuando el alcance de la agresi¨®n estaba claro, Oleg Trubnikov, de 60 a?os, se present¨® en el cuartel de reservistas de Kramatorsk, en la regi¨®n de Donetsk, en la parte controlada por el Gobierno, donde decenas de hombres hac¨ªan cola el viernes para recibir indicaciones y destino. Trubnikov no recibi¨® la llamada. Tiene una discapacidad y cree que no le aceptar¨¢n para la movilizaci¨®n, pero estuvo en el Ej¨¦rcito sovi¨¦tico y cree que puede aportar experiencia. ¡°O ayudar en lo que sea¡±, dice. ¡°Estoy aqu¨ª para defender Ucrania de los rusos. Es lo menos que puedo hacer¡±, a?ade.
En Dnipr¨®, Maxim Shanin se?ala que tan importantes son las fuerzas de defensa como la log¨ªstica. El restaurante que gestiona, en el centro de la ciudad, forma parte de una reci¨¦n creada red de locales que cocina comida para los soldados ucranios y para las personas que se han unido a las milicias y que levantan barricadas con arena muy cerca del local o protegen alguno de los puentes de Dnipr¨®. La red de 11 locales prepara comidas, desayunos y cena para casi 4.000 personas cada d¨ªa. El restaurante de Shanin, el t¨ªpico local de moda de vinos con un aire hipster e industrial, est¨¢ lleno de sacos de patatas, botellas de aceite y paquetes de pasta. En la cocina, un equipo de cocineros prepara los almuerzos que un grupo de voluntarios mete en fiambreras y en bolsas de pl¨¢stico con una carita sonriente y el mensaje: ¡°Gracias por tu labor¡±.
Unos 250 voluntarios se han apuntado al proyecto, que se est¨¢ replicando en otras ciudades, dice Shanin. ¡°Cada uno ponemos nuestro granito de arena. Esta situaci¨®n nos ha unido m¨¢s que nunca frente al agresor. La ciudadan¨ªa quiere trabajar junta para ayudar al Ej¨¦rcito, al Gobierno, al presidente. Algunos pueden ir a luchar con sus propias manos y otros no. Aqu¨ª cocinamos y los haremos hasta la victoria¡±, dice.
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