Las fricciones entre la izquierda y los liberales amenazan la alianza de Petro

No han pasado ni 12 horas desde que Gustavo Petro anunciara a su n¨²mero dos y ya enfrenta las primeras consecuencias de esa decisi¨®n. El movimiento de izquierdas que lidera vive una crisis may¨²scula con el Partido Liberal, un potencial aliado de cara a la primera vuelta de las elecciones en Colombia. Francia M¨¢rquez, la elegida por Petro, una l¨ªder social afro de reconocido prestigio que pag¨® sus estudios de derecho trabajando como empleada del hogar, arremeti¨® contra el l¨ªder de ese partido, el expresidente C¨¦sar Gaviria, de quien dijo que representa el neoliberalismo y ¡°m¨¢s de lo mismo¡± en un pa¨ªs que requiere un cambio.

Petro ha tenido diez d¨ªas de intenso debate entre los suyos sobre a qui¨¦n escoger como f¨®rmula presidencial. Por un lado estaba M¨¢rquez, la segunda m¨¢s votada en las primarias de la izquierda. Una voz nueva, representante de la Colombia olvidada. Por otro, alguien de los liberales af¨ªn a Gaviria, que tiene fama de arrastrar un par de millones de votos que pueden resultar decisivos en la primera votaci¨®n. Petro aspira a vencer a la primera, sin pasar a una segunda vuelta, para lo que necesita una mayor¨ªa simple. Solo alguien lo ha conseguido antes, ?lvaro Uribe en dos ocasiones. Una y otra elecci¨®n conllevaba riesgos. Dejarla fuera a ella supon¨ªa decepcionar a parte de su electorado fiel, con el peligro de que encontraran abrigo en el centro, con Sergio Fajardo. No contar con Gaviria y los suyos supone arrinconarse y quedarse sin posibilidad de nuevos aliados. Si ellos acaban y¨¦ndose con Federico Gutierrez, Fico, el binomio Petro-M¨¢rquez navegar¨¢ en solitario.

Lo que no se esperaba, al menos tan pronto, es el choque entre las dos facciones que parec¨ªan destinadas a entenderse. Gaviria se tom¨® las palabras de M¨¢rquez como una afrenta y emiti¨® un comunicado dur¨ªsimo: ¡°Las declaraciones groseras, falsas y malintencionadas que hizo la se?ora Francia M¨¢rquez, candidata a la Vicepresidencia del Pacto, en presencia del candidato Gustavo Petro, constituyen una ofensa inaceptable. Y hacen inviable cualquier di¨¢logo con ese sector pol¨ªtico¡±. En el texto asegura que es la segunda vez que ella se expresa en esos t¨¦rminos contra ¨¦l y que d¨ªas atr¨¢s le hab¨ªa pedido a Petro que no se repitiera una escena semejante. Como no ha sido as¨ª, contin¨²a, rompe conversaciones con ellos.

[¡°Siento mucho que el Pacto Hist¨®rico (la coalici¨®n de izquierdas) piense que su lenguaje incendiario es algo que podemos celebrar¡±, agrega. En cambio, s¨ª se reunir¨¢ con otros candidatos. Queda la duda de si Gaviria se ha ofendido realmente o su decisi¨®n de apoyar eventualmente al centro ¨Calgo poco probable, dado su historial de enfrentamientos con Sergio Fajardo¨C o a la derecha estaba tomada y esta no ha sido m¨¢s que una excusa. Su protagonismo en un d¨ªa tan se?alado tambi¨¦n deja al descubierto la importancia que tienen los expresidentes en la pol¨ªtica. Gaviria acab¨® su mandato en 1994, hace casi tres d¨¦cadas. La opini¨®n de Uribe, que dej¨® el poder en 2008, contin¨²a siendo relevante, cuando no decisiva. Ahora parece haber perdido peso por la baja popularidad del Gobierno de Iv¨¢n Duque, a quien ¨¦l eligi¨® como candidato hace cuatro a?os.

M¨¢rquez matiz¨® que no tiene ning¨²n problema con el Partido Liberal, que lo considera necesario para el cambio. Se refiri¨® en exclusiva a Gaviria. Petro intent¨® suavizar lo dicho. En Twitter dijo no querer descalificar a nadie y que reconoc¨ªa a Gaviria como el representante de los liberales. Los invit¨® a sumarse al proyecto y a asumir las cr¨ªticas. ¡°Si el liberalismo quiere abrazar el fascismo, no podemos impedirlo. La historia lo juzgar¨¢ severamente¡±. Otros aliados como el veterano senador Roy Barreras escribieron que ofenderlo era un error, pues Gaviria hab¨ªa defendido el acuerdo de paz y hab¨ªa gestionado la Constituci¨®n de 1991, el andamio de la pol¨ªtica moderna colombiana. ¡°Espero que comprenda que no todo el mundo tiene experiencia en construir unidad¡±, sentenci¨®.

La relaci¨®n queda, como poco, muy deteriorada. Las opciones de Petro se estrechan. Ahora queda la duda de si el impulso del cambio le bastar¨¢ para vencer o si romper toda relaci¨®n con la pol¨ªtica tradicional resultar¨¢ un movimiento fatal. Las elecciones pueden acabar siendo una pelea que enfrente en solitario.

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