Olaf Scholz, el inesperado canciller de la guerra, pasa por sus horas m¨¢s bajas
El Gobierno alem¨¢n de coalici¨®n entre socialdem¨®cratas, verdes y liberales cumple seis meses marcados por la invasi¨®n rusa de Ucrania y el giro hist¨®rico en las pol¨ªticas de exterior y defensa
Olaf Scholz contaba con una crisis, no con dos. Cuando tom¨® posesi¨®n, el 8 de diciembre pasado, el sucesor de Angela Merkel al frente del Gobierno alem¨¢n enumer¨® las cuestiones a las que iba a dedicarse como nuevo canciller: superar la pandemia, pilotar la transici¨®n energ¨¦tica, digitalizar de una vez al pa¨ªs¡ La covid y sus consecuencias para la econom¨ªa eran todav¨ªa la preocupaci¨®n y el desaf¨ªo n¨²mero uno para el in¨¦dito Gobierno de coalici¨®n a tres bandas que el socia...
Olaf Scholz contaba con una crisis, no con dos. Cuando tom¨® posesi¨®n, el 8 de diciembre pasado, el sucesor de Angela Merkel al frente del Gobierno alem¨¢n enumer¨® las cuestiones a las que iba a dedicarse como nuevo canciller: superar la pandemia, pilotar la transici¨®n energ¨¦tica, digitalizar de una vez al pa¨ªs¡ La covid y sus consecuencias para la econom¨ªa eran todav¨ªa la preocupaci¨®n y el desaf¨ªo n¨²mero uno para el in¨¦dito Gobierno de coalici¨®n a tres bandas que el socialdem¨®crata acababa de sellar ¨Den detalle y por contrato, como se hacen las cosas en Alemania¨D con verdes y liberales. La invasi¨®n rusa de Ucrania, el 24 de febrero, torci¨® los planes. Con la primera crisis todav¨ªa coleando, lleg¨® una segunda, mucho m¨¢s brutal y de una capacidad transformadora inaudita para un pa¨ªs que llevaba muchos a?os, tal vez demasiados, instalado en una c¨®moda par¨¢lisis.
La respuesta de Scholz, que muchos consideran dubitativa e insuficiente, ha hundido su popularidad y propiciado la derrota el mes pasado de su partido, el socialdem¨®crata SPD, en su gran feudo hist¨®rico de Renania del Norte-Westfalia.
A punto de cumplirse seis meses al frente de la primera econom¨ªa europea, se podr¨ªa decir que Scholz dirige hoy una Alemania distinta de la que le entreg¨® Merkel. Tras d¨¦cadas de un m¨¢s o menos declarado desarme de sus Fuerzas Armadas, Berl¨ªn se dispone a invertir masivamente en su depauperado Ej¨¦rcito. Uno de sus m¨¢s arraigados tab¨²es, el de no enviar armas a zonas de conflicto, ha ca¨ªdo gracias en buena medida a los ministros del antiguo partido pacifista de Los Verdes. El abastecimiento energ¨¦tico que apuntal¨® el poder¨ªo de la industria alemana es historia; se acab¨® apostarlo casi todo al gas y el petr¨®leo baratos que llegaban por tuber¨ªa directamente desde Rusia. El propio Scholz calific¨® el efecto que ha tenido la invasi¨®n como zeitenwende, algo as¨ª como punto de inflexi¨®n en la historia.
¡°La guerra en Ucrania domina la escena pol¨ªtica en Alemania, por lo que los primeros seis meses solo se pueden juzgar por los ¨²ltimos tres, es decir, desde que empez¨® el conflicto¡±, asegura Daniel Gros, director del Centro de Estudios de Pol¨ªtica Europea. A Scholz no se le est¨¢ juzgando por la subida del salario m¨ªnimo a 12 euros la hora, ni por aprobar millonarios paquetes de ayuda para contrarrestar la subida de la energ¨ªa. La inflaci¨®n, que ha alcanzado r¨¦cords nunca vistos en 40 a?os, desde mucho antes de la reunificaci¨®n alemana (7,4% en abril), tiene en vilo a los hogares de rentas medias y bajas. Pero cuando en las encuestas se pregunta a los alemanes cu¨¢l es su principal preocupaci¨®n, no es esa la m¨¢s nombrada. Tampoco el cambio clim¨¢tico, como ha ocurrido en otros momentos. Es la guerra, que perciben como muy cercana, casi a las puertas de Berl¨ªn.
La vara con la que se mide a Scholz es la respuesta a esa guerra. Y si, como ha ocurrido hasta ahora, el canciller se muestra dubitativo, dilata la toma de decisiones y da la sensaci¨®n de no querer cumplir lo que promete, la opini¨®n p¨²blica lo refleja. M¨¢s de la mitad de los alemanes cree que su Gobierno no est¨¢ haciendo lo suficiente para ayudar a los ucranios. Y la popularidad de Scholz ha ca¨ªdo al nivel m¨¢s bajo desde que tom¨® posesi¨®n. Tambi¨¦n se ha notado en las urnas. El primer gran examen del canciller, las elecciones del mes pasado en Renania del Norte-Westfalia, se sald¨® con una derrota y el peor resultado hist¨®rico de su partido, el SPD, en este Estado del noroeste, el m¨¢s poblado de Alemania (18 millones de habitantes) y que hasta hace pocos a?os era el gran feudo de los socialdem¨®cratas. Una semana antes, en Schleswig-Holstein, el SPD qued¨® por primera vez en este Estado federado fronterizo con Dinamarca en tercer lugar, despu¨¦s de Los Verdes.
Poner en pr¨¢ctica el giro
El celebrado discurso de Scholz del 27 de febrero en el Bundestag, que cosech¨® los aplausos de sus socios de coalici¨®n ¡ªy tambi¨¦n de la oposici¨®n conservadora¡ª marc¨® el inicio del giro hist¨®rico que ha emprendido Alemania. Pero es m¨¢s f¨¢cil anunciar un punto de inflexi¨®n que ponerlo en pr¨¢ctica, como se ha visto estas semanas. El ritmo de env¨ªos de armamento se ha reducido, seg¨²n ha publicado la prensa alemana. El armamento pesado que Scholz accedi¨® a entregar todav¨ªa no ha llegado a su destino. Las cr¨ªticas arrecian m¨¢s que en cualquier otro pa¨ªs, pese a que Alemania est¨¢ entre los que m¨¢s contribuye financieramente a apoyar a Ucrania y a que en realidad ning¨²n aliado se ha atrevido todav¨ªa a mandar a Kiev tanques modernos de fabricaci¨®n occidental por miedo a que el presidente Vlad¨ªmir Putin lo entienda como un ataque.
¡°Este Gobierno ha tenido que madurar, y r¨¢pido. La facilidad y el entusiasmo de las primeras semanas han sido sustituidos por la seriedad y la gravedad¡±, apunta Daniela Schwarzer, directora ejecutiva para Europa y Eurasia de Open Society Foundations. La experta recuerda que a las cr¨ªticas por no entregar armas a Ucrania con la suficiente rapidez se han sumado ¡°las dudas sobre su estrategia real frente a Rusia y su compromiso con la capacidad de Ucrania para proteger su soberan¨ªa y su naci¨®n¡±. Scholz suele afirmar en sus intervenciones que Rusia no debe ganar la guerra, pero se resiste a decir claramente que debe hacerlo Ucrania, algo que ha provocado suspicacias. Aunque las cr¨ªticas puedan estar sobredimensionadas, Schwarzer cree que ¡°hay que hacer m¨¢s¡±, como adelantarse a las necesidades de apoyo militar a Ucrania, empezando la formaci¨®n antes o poniendo a punto el armamento que se vaya a entregar.
P¨¦rdida de influencia internacional
La guerra ha propiciado cambios fundamentales en Alemania, pero no ha fortalecido su papel internacional. M¨¢s bien al contrario. El Gobierno de Scholz ha perdido peso con respecto al de su predecesora Merkel. ¡°La invasi¨®n cogi¨® por sorpresa a Alemania, que no ha proporcionado ning¨²n liderazgo en la Uni¨®n Europea¡±, afirma Gros. Mientras la UE trata de intensificar su propia cooperaci¨®n en materia de defensa entre los Estados miembros, Schwarzer opina que el Ejecutivo de Scholz deber¨ªa invertir en la relaci¨®n con sus vecinos del centro y del este, as¨ª como los del B¨¢ltico, ¡°que tienden a mirar m¨¢s hacia Estados Unidos y el Reino Unido para la provisi¨®n de seguridad¡±.
La comunicaci¨®n, coinciden los expertos, ha sido otra de las asignaturas pendientes de Scholz en estos seis meses. ¡°Se ha mostrado dubitativo, como si no supiera qu¨¦ hacer. A los ciudadanos no les gusta un l¨ªder que piensa mucho y no act¨²a¡±, asegura Uwe Jun, polit¨®logo de la Universidad de Tr¨¦veris. Al mencionar las similitudes con la excanciller Merkel, tambi¨¦n muy criticada por su estrategia de esperar y sopesar todas las posibles soluciones antes de decidirse, Jun responde veloz: ¡°Nunca en una situaci¨®n de crisis¡±. Y pone varios ejemplos, desde el accidente de la central de Fukushima en 2011, que propici¨® el abandono de la energ¨ªa nuclear, hasta las restricciones por la pandemia, pasando por la crisis migratoria de 2015, en la que Merkel ¡°reaccion¨® relativamente r¨¢pido¡± abriendo las fronteras.
Frente a la actitud de Scholz, los ministros de Los Verdes Annalena Baerbock (Exteriores) y Robert Habeck (Econom¨ªa y Clima) han conseguido comunicar mejor. Por eso su popularidad se ha disparado mientras la del canciller ca¨ªa en picado. ¡°Han sabido explicar sus pol¨ªticas, incluso las que van en contra de lo que tradicionalmente se esperaba de su partido. Scholz, en cambio, no ha sido capaz. Ya sabemos que sus habilidades ret¨®ricas son limitadas¡±, a?ade Jun.
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