Bruselas amenaza a Londres con represalias judiciales por la reapertura unilateral del pacto del Brexit
La Comisi¨®n Europea retoma el procedimiento puesto en marcha hace a?o y medio que puede desembocar en una denuncia ante el tribunal comunitario
La Comisi¨®n Europea ha reaccionado con dureza al paso dado por el Gobierno brit¨¢nico para no aplicar los acuerdos del Brexit sobre Irlanda del Norte. Ha puesto en marcha una maquinaria que puede acabar en una o varias denuncias ante el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) y, adem¨¢s, advierte a Londres de que, con el paso dado, ¡°pone en riesgo el acceso¡± sin traba alguna que ahora tienen las empresas de ese ter...
La Comisi¨®n Europea ha reaccionado con dureza al paso dado por el Gobierno brit¨¢nico para no aplicar los acuerdos del Brexit sobre Irlanda del Norte. Ha puesto en marcha una maquinaria que puede acabar en una o varias denuncias ante el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea (TJUE) y, adem¨¢s, advierte a Londres de que, con el paso dado, ¡°pone en riesgo el acceso¡± sin traba alguna que ahora tienen las empresas de ese territorio brit¨¢nico al mercado ¨²nico europeo. La respuesta ha llegado apenas unos minutos despu¨¦s de que Boris Johnson haya lanzado el desaf¨ªo de incumplir lo que ¨¦l mismo pact¨® hace casi tres a?os y es m¨¢s dura de lo que se apuntaba d¨ªas atr¨¢s en la capital comunitaria, donde, con contadas excepciones, siempre han dado respuestas prudentes a las provocaciones brit¨¢nicas para no regalar excusas a los tories en su pregonada intenci¨®n de romper el protocolo a las bravas.
Pese a esta mesura de la UE, la lista de desencuentros entre las dos partes a cuenta del Brexit es larga. De hecho, ya en marzo de 2021 la Comisi¨®n Europea puso en marcha el procedimiento que puede desembocar ante el TJUE, cuando el Reino Unido se adentr¨® por primera vez en el incumplimiento de los acuerdos del Brexit en lo referente a Irlanda del Norte. ¡°Suspendimos esta acci¨®n legal en septiembre de 2021 con un esp¨ªritu constructivo para dar espacio a una b¨²squeda conjunta de soluciones¡±, ha apuntado Maros Sefcovic, el vicepresidente de la Comisi¨®n responsable de la negociaci¨®n con Londres. ¡°La acci¨®n unilateral del Reino Unido va directamente contra este esp¨ªritu¡±, ha continuado. Ahora Bruselas vuelve a poner en marcha este expediente y amenaza con lanzar otros nuevos ¡°para proteger el mercado ¨²nico de los riesgos que crea la violaci¨®n del protocolo para las empresas de la UE y para la salud y la seguridad de los ciudadanos europeos¡±, ha advertido.
Los procedimientos a los que se refiere Sefcovic consisten en el env¨ªo de una carta de emplazamiento al Reino Unido por incumplir el acuerdo vinculante pidi¨¦ndole explicaciones. Si estas no convencen o no se corrige la posici¨®n, Bruselas emite un dictamen motivado que tambi¨¦n requiere respuesta. Y si este paso tampoco tiene ¨¦xito, entonces el Ejecutivo comunitario tiene las manos libres para acudir al TJUE. Este proceso est¨¢ contemplado en los acuerdos generales del Brexit, no solo en el protocolo, la adenda que Londres se propone incumplir, por lo que, en teor¨ªa, Johnson deber¨ªa reconocer la competencia de los jueces de Luxemburgo en este punto. La respuesta de Bruselas se completa con la advertencia de que las empresas de Irlanda del Norte pueden perder la posici¨®n de privilegio que les otorga el protocolo al darles acceso al mercado ¨²nico y al brit¨¢nico.
Cuando la UE y el Reino Unido negociaron el acuerdo de salida del Brexit, el Protocolo de Irlanda del Norte fue la parte m¨¢s compleja. Al abandonar el mercado interior de la UE, aparec¨ªa una frontera entre los 27 Estados europeos y el Reino Unido, es decir, entre la Rep¨²blica de Irlanda e Irlanda del Norte, que es territorio brit¨¢nico. Pero esto contradec¨ªa los Acuerdos de Viernes Santo de 1998, con los que se acab¨® con la violencia terrorista que se vivi¨® durante d¨¦cadas. As¨ª que para sortearlo, ambas partes acordaron que la frontera estar¨ªa en el mar de Irlanda (con controles aduaneros dentro del propio territorio brit¨¢nico) y no en los puntos terrestres que separan los condados norirlandeses del resto de la isla. A cambio de esto, Bruselas exigi¨® que el TJUE fuera el tribunal que dirimiera los conflictos comerciales que pudieran surgir a cuenta de esta soluci¨®n, algo que Londres acept¨® en su momento y de lo que ahora reniega.
La incomodidad de Johnson con lo firmado es patente desde el primer momento. Episodios como la ¡°guerra de las salchichas¡±, los controles que se aplicaban en el puerto de Belfast a los productos que llegaban de Gran Breta?a y el rechazo de los partidos unionistas, tradicionales aliados de los tories, han aumentado ese descontento. Para resolver los problemas generados en el d¨ªa a d¨ªa por la aplicaci¨®n del protocolo, que generaba trabas burocr¨¢ticas, la UE acept¨® abrir este proceso negociador, si bien dejando claro que no se trataba de renegociar lo acordado, sino de resolver los obst¨¢culos que hab¨ªa en su aplicaci¨®n cotidiana. Y esto es lo que ha recordado Sefcovic este lunes: ¡°Renegociar el protocolo no es realista. No se ha encontrado ninguna soluci¨®n alternativa viable para este delicado equilibrio, largamente negociado. Cualquier renegociaci¨®n no har¨ªa m¨¢s que aumentar la inseguridad jur¨ªdica de los ciudadanos y las empresas de Irlanda del Norte. Por estas razones, la Uni¨®n Europea no renegociar¨¢ el protocolo¡±.
Varias fuentes comunitarias advert¨ªan de que el choque se iba a producir, aunque subrayan que siempre intentaron tener una actitud ¡°constructiva y positiva¡±. Hubo una cierta esperanza cuando David Frost, el anterior jefe de la delegaci¨®n brit¨¢nica en estas negociaciones y uno de los conservadores brit¨¢nicos m¨¢s euroesc¨¦pticos, dimiti¨®. A ¨¦l en Bruselas siempre se le ha tenido por alguien que pon¨ªa por delante su ideolog¨ªa a las soluciones y obstinado en llevar las conversaciones a un callej¨®n sin salida. De ah¨ª que la llegada de Liz Truss, la ministra de Asuntos Exteriores, insuflara algo de optimismo por ser, en teor¨ªa, m¨¢s pragm¨¢tica.
Las ilusiones se convirtieron pronto en frustraci¨®n cuando se vio que la actitud brit¨¢nica era la misma. Fuentes comunitarias muestran su hast¨ªo al ver c¨®mo han aflorado nuevos problemas para que la situaci¨®n no avance. Y esto sin llegar siquiera al papel como int¨¦rprete m¨¢ximo del acuerdo por parte del Tribunal de Justicia de la Uni¨®n Europea. Esa sensaci¨®n la tienen, sobre todo, porque han observado que cada vez que el Ejecutivo conservador tiene un problema ¨Dy no han sido pocos ¨²ltimamente¨D, el n¨²mero 10 de Downing Street recurre al Brexit para distraer a la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica.
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