El multimillonario Mikati recibe el encargo de formar Gobierno en L¨ªbano tras a?os de crisis
El dirigente sun¨ª urge a los partidos confesionales a aparcar las disputas para poder salvar al pa¨ªs de la ruina con ayuda internacional
El hombre m¨¢s rico de L¨ªbano, el pa¨ªs m¨¢s arruinado de Oriente Pr¨®ximo, ha vuelto a recibir el encargo de formar Gobierno. El multimillonario musulm¨¢n sun¨ª Nayib Mikati, que ejerce como primer ministro en funciones desde la convocatoria de las elecciones del 15 de mayo, ha sumado este jueves el respaldo de 54 de los 128 diputados del Legislativo de Beirut tras las consultas que ha mantenido el presidente liban¨¦s, el exgeneral cristiano maronita Michel Aoun. Mikati ya ha ejercido el cargo en tres ocasiones ¨Den 2005, entre 2011 y 2014, y desde septiembre del a?o pasado¨D, pero tendr¨¢ muchas dificultades para revalidar un cuarto mandato. Despu¨¦s de tres a?os de crisis econ¨®mica e institucional, los resultados de los pasados comicios han agravado la fragmentaci¨®n del Parlamento, donde el partido-milicia proiran¨ª Hezbol¨¢ y sus aliados han perdido la mayor¨ªa, mientras los representantes de las antiguas falanges cristianas de la guerra civil de L¨ªbano (1975-1990) han salido reforzados.
¡°Afrontamos un desaf¨ªo: vamos hacia una gradual salvaci¨®n (de la econom¨ªa) o hacia el colapso¡±, afirm¨® Mikati nada m¨¢s recibir el encargo presidencial. ¡°Hemos perdido demasiado tiempo y muchas oportunidades de recibir apoyo de otros pa¨ªses¡±, advirti¨® en declaraciones citadas por Reuters. ¡°El mensaje que nos env¨ªan es muy claro: nos ayudar¨¢n si nos ayudamos a nosotros mismos¡±, apostill¨®. El Gobierno saliente que ha dirigido alcanz¨® en abril un principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para recibir un programa de financiaci¨®n de 3.000 millones d¨®lares (2.855 millones de euros) si el nuevo Ejecutivo surgido de las urnas impulsa un amplio paquete de reformas econ¨®micas y pol¨ªticas.
Los pasados comicios, los primeros celebrados tras el estallido de la mayor crisis que vive el pa¨ªs desde la guerra civil, reflejaron el descontento de los libaneses con el sistema de reparto confesional del poder instaurado hace tres d¨¦cadas tras la contienda y dominado por la corrupci¨®n y el clientelismo. La abstenci¨®n alcanz¨® al 59% del censo y una decena de candidatos independientes, surgidos de las protestas de 2019 contra el modelo de r¨¦gimen sectario, derrotaron a los aspirantes de los partidos tradicionales, que han conducido a L¨ªbano al borde del abismo de un Estado fallido. Ocho de cada 10 ciudadanos se han visto arrojados por debajo del umbral de la pobreza severa, con la libra libanesa devaluada en m¨¢s de un 90% en los tres ¨²ltimos a?os, que acumulan una inflaci¨®n que supera el 200%, y con los dep¨®sitos bancarios congelados en un corralito.
La explosi¨®n que devast¨® el puerto de Beirut en 2020, con un saldo de m¨¢s de 200 muertos y 5.000 millones de euros en da?os materiales, actu¨® como catalizador de la movilizaci¨®n electoral en favor de candidatos independientes. L¨ªbano ya solo ofrece la emigraci¨®n como alternativa a la pobreza. El 63% de los ciudadanos con edades comprendidas entre los 18 y los 30 a?os reconoce que est¨¢ pensando en dejar el pa¨ªs, seg¨²n una encuesta.
Los resultados de las legislativas anticipan la prolongaci¨®n del bloqueo pol¨ªtico para investir a un primer ministro, que necesariamente debe pertenecer a la comunidad sun¨ª. Mikati, de 66 a?os, se convirti¨® en la principal fortuna libanesa tras vender en 2005 su compa?¨ªa de telecomunicaciones, Investcom, por 4.650 millones de euros. De perfil moderado dentro del campo sun¨ª ¨Dliderado por el ex primer ministro Saad Hariri hasta su retirada pol¨ªtica a comienzos de 2022¨D, encarna tambi¨¦n el sistema de reparto de poder entre 18 grupos confesionales y ¨¦tnicos que ha conducido a L¨ªbano a la ruina y el desgobierno. El fin del mandato presidencial de Aoun, el 31 de octubre, amenaza con dar al traste con las expectativas de Mikati de formar un Gobierno estable, un proceso que suele llevar meses en el complejo equilibrio de poder interconfesional liban¨¦s.
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