Lapid se reivindica desde el poder contra Netanyahu
Una d¨¦cada despu¨¦s de dejar el periodismo, el pol¨ªtico centrista desaf¨ªa como primer ministro en funciones la hegemon¨ªa electoral del veterano l¨ªder conservador
La inusual magnanimidad de sus renuncias en favor de otros aliados pol¨ªticos parece haber sido finalmente recompensada. El centrista Yair Lapid, jefe de filas del segundo mayor partido de Israel y desde este viernes primer ministro en funciones, ha tardado una d¨¦cada en alcanzar el liderazgo del Estado jud¨ªo, si bien de forma provisional. Desde que aparc¨® una carrera estelar en el periodismo, su trayectoria pol¨ªtica hab¨ªa estado jalonada de sacrificios. En 2019 dio un paso atr¨¢s para ceder el liderazgo del centro a Benny Gantz, entonces un exgeneral sin experiencia de gobierno y hoy ministro de Defensa. En 2021 entreg¨® el cargo de jefe del Ejecutivo, que le correspond¨ªa por n¨²mero de esca?os en la alianza de fuerzas que ¨¦l mismo hab¨ªa forjado, a Naftali Bennett. Pero este socio ultranacionalista ha acabado tirando la toalla ante la descomposici¨®n de su propio partido, que ha dejado en minor¨ªa a la coalici¨®n m¨¢s heterog¨¦nea en la historia israel¨ª.
La perseverancia de Lapid, de 58 a?os, considerado uno de los dirigentes m¨¢s carism¨¢ticos de Israel, se ve ahora reivindicada con una posici¨®n privilegiada. Desde la residencia oficial del primer ministro en Jerusal¨¦n se dispone a desafiar en las urnas este oto?o la hegemon¨ªa del l¨ªder conservador Benjam¨ªn Netanyahu, de 72 a?os, el jefe de Gobierno que durante m¨¢s tiempo (14 a?os) ha ejercido el cargo y con quien ya se ha batido electoralmente seis veces.
C¨¦lebre presentador de televisi¨®n y columnista, el empuje de su popularidad catapult¨® al partido Yesh Atid (Hay Futuro, en hebreo), que acababa de fundar, como segunda fuerza de la Kneset (Parlamento) en las legislativas de 2013, surfeando la ola de las protestas econ¨®micas de los j¨®venes. Netanyahu no tuvo m¨¢s remedio que incorporarlo a su coalici¨®n como ministro de Finanzas, pese a su reconocida ausencia de conocimientos econ¨®micos. Se libr¨® de ¨¦l dos a?os despu¨¦s en una nueva ronda electoral.
La experiencia del fracaso en la gesti¨®n y el retroceso en las urnas, as¨ª como la traves¨ªa de los p¨¢ramos de la oposici¨®n durante siete a?os, le aportaron sabidur¨ªa para desenvolverse con soltura en la Kneset, una de las C¨¢maras legislativas m¨¢s fragmentadas y cainitas del planeta. Del mismo modo, la derrota y la marginaci¨®n han limado su apariencia fr¨ªvola de boxeador aficionado, cantante pop y actor ocasional para perfilar una figura de hombre de Estado, apuntalada como jefe de la diplomacia desde hace un a?o, posici¨®n que seguir¨¢ reteniendo. Adem¨¢s, un l¨ªder que antepone la cohesi¨®n de un equipo a su propia proyecci¨®n personal es una apreciada rareza en la actividad pol¨ªtica, en particular en la de Israel.
En contra de las habituales estrategias electorales, centradas en la defensa y la seguridad de un Estado que se siente bajo amenaza existencial, Lapid parece apostar por una campa?a m¨¢s enfocada en la vida cotidiana. Sin descuidar el peligro que representa la presencia de Ham¨¢s, en Gaza; Hezbol¨¢, en L¨ªbano, y de los Guardianes de la Revoluci¨®n iran¨ª, en Siria, su mensaje pretende concentrarse en el disparado coste de la vida y la carest¨ªa de la vivienda en uno de los pa¨ªses calificados como m¨¢s onerosos en los baremos de las revistas econ¨®micas. Y, sobre todo, presentarse como palad¨ªn ¡°ante las fuerzas que amenazan convertir a Israel en una naci¨®n no democr¨¢tica¡±, una nada velada alusi¨®n a Netanyahu. Sus detractores achacan al ex primer ministro conservador que solo busca seguir en pol¨ªtica para ponerse a salvo de su juicio por corrupci¨®n.
Nacido y asentado en Tel Aviv, en un ambiente laico e informal en las ant¨ªpodas del rigor religioso de Jerusal¨¦n, el nuevo primer ministro en funciones, es hijo de Tomy Lapid, un superviviente del Holocausto que emigr¨® a Israel desde la extinta Yugoslavia, y que ejerci¨® tambi¨¦n el periodismo y lleg¨® a ser ministro. Su madre es una reconocida autora literaria, emparentada con los propietarios de uno de los principales diarios hebreos. Aunque abandon¨® los estudios, se form¨® con esmero en las redacciones de diarios y canales de televisi¨®n. Cumpli¨® hace 40 a?os el servicio militar como corresponsal del peri¨®dico de las Fuerzas Armadas en la invasi¨®n de L¨ªbano.
Reformista radical, con rasgos socialdem¨®cratas en econom¨ªa y conservadores en seguridad, Lapid se inspira en el programa de superaci¨®n de la dial¨¦ctica entre los partidos tradicionales que predica el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, a quien proyecta visitar la semana que viene en su primera salida al exterior. Su referente en Espa?a era Ciudadanos, partido que auspici¨® su visita a las Cortes para exponer su rechazo a la campa?a propalestina de Boicot, Desinversi¨®n y Sanciones (BDS) al Estado israel¨ª.
Uno de sus sellos distintivos es el laicismo a ultranza en un pa¨ªs que se autotitula como Estado jud¨ªo. En su primer acto p¨²blico tras transmisi¨®n formal de poderes, el viernes acudi¨® al Museo y Centro del Holocausto de Jerusal¨¦n, para rendir homenaje a sus familiares aniquilados por el nazismo, en lugar de cubrirse con la tradicional kip¨¢ (casquete redondo religioso) y orar ante el Muro de las Lamentaciones, como es costumbre entre los nuevos mandatarios israel¨ªes. Su oposici¨®n a las imposiciones de los ultraortodoxos jud¨ªos (un 12% de la poblaci¨®n) a la mayor¨ªa laica ha sido una de sus banderas pol¨ªticas. A su paso por el Gobierno impuls¨® en 2014 la incorporaci¨®n al servicio militar de los estudiantes de las yeshivas (escuelas rab¨ªnicas), del que estaban exentos.
Immediately after the vote in the Knesset I went to @yadvashem, the World Holocaust Remembrance Center.
— ???? ???? - Yair Lapid (@yairlapid) June 30, 2022
There I promised my late father that I will always keep Israel strong and capable of defending itself and protecting its children. pic.twitter.com/40LsrF1TYJ
Despu¨¦s de haber presentado durante a?os un programa estrella de televisi¨®n del fin de semana, y de escribir cientos de columnas en el diario hebreo Yedioth Ahronot, el de mayor difusi¨®n, el conocido rostro cincelado y la cabellera gris de Lapid se asocian ahora en Israel a la figura de un l¨ªder pol¨ªtico. El impacto de su popularidad en la sociedad se aproxima al de Netanyahu, veterano dirigente que ha dominado la pol¨ªtica de Israel durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas. Tambi¨¦n ha dejado de lado su habitual indumentaria negra informal en la pantalla para enfundarse el traje de estadista en las canciller¨ªas del mundo.
Favorable a la soluci¨®n de los dos Estados
Lapid es el primer jefe de Gobierno desde 2009 que se declara favorable a la soluci¨®n de los dos Estados para el conflicto palestino. De ¨¦l se espera una actitud m¨¢s moderada y favorable que sus predecesores Netanyahu y Bennett, opuestos a la negociaci¨®n con los palestinos y favorables a la expansi¨®n de los asentamientos jud¨ªos en Cisjordania y Jerusal¨¦n Este. Pero no es previsible que pueda avanzar en el proceso de paz al tener las manos atadas por las restricciones que implican su interinidad en el Gobierno. Respecto a Ir¨¢n, mantendr¨¢ el rechazo frontal al acuerdo nuclear de 2015 entre Teher¨¢n y las grandes potencias, que EE UU y la UE aspiran a reactivar ahora despu¨¦s de la suspensi¨®n dictada por Donald Trump desde la Casa Blanca en 2018.
Por primera vez tambi¨¦n desde 2009, Netanyahu no protagonizar¨¢ asentado en el poder la pr¨®xima campa?a electoral del conservador Likud, el partido con m¨¢s esca?os en la Kneset. El gambito de Lapid para apearle del cargo hace un a?o, fraguando una heterog¨¦nea coalici¨®n de ocho partidos, con el precedente de un partido ¨¢rabe, y los pactos internos que suscribi¨® con Bennett, le han servido en bandeja el puesto de primer ministro antes de la batalla en las urnas.
Su proyecci¨®n no dejar¨¢ de crecer en ese nuevo puesto, pese a las limitaciones de ejercerlo en funciones. Dentro de dos semanas recibir¨¢ al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en Jerusal¨¦n, dentro de su gira por Oriente Pr¨®ximo. Y en v¨ªsperas de las elecciones del 1 de noviembre, ser¨¢ ¨¦l quien se dirija al mundo en nombre de Israel desde la tribuna de la Asamblea General de Naciones Unidas, un papel en el que los israel¨ªes m¨¢s j¨®venes no han conocido otro protagonista que Netanyahu.
¡°En Israel no necesitamos grandes reformas constitucionales¡±, anticip¨® Lapid la esencia de su programa, la semana pasada cuando ya se hab¨ªa anunciado el fracaso de la coalici¨®n de Bennett. ¡°Lo que nos hace falta es recuperar la unidad e impedir que las fuerzas de la oscuridad (de Netanyahu y sus aliados ultraortodoxos y de la extrema derecha) nos hagan saltar en pedazos¡±.
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