El Brexit no se toca, los impuestos se bajan: la lucha por gestionar el legado de Boris Johnson
Ninguno de los candidatos a liderar el Partido Conservador aborda las consecuencias negativas de la salida del Reino Unido de la UE. La batalla por el puesto se libra en torno a la presi¨®n fiscal
Los primeros mensajes p¨²blicos de los candidatos a liderar el Partido Conservador del Reino Unido dan la impresi¨®n de que ha sido necesario liquidar a Boris Johnson para descubrir que, efectivamente, exist¨ªa algo llamado johnsonianismo. En el mejor de los casos. En el peor, la cruda revelaci¨®n de que, m¨¢s all¨¢ de acabar a pu?aladas con un C¨¦sar cuyo comportamiento resultaba ya insoportable para mucha gente, en el campo de las ideas, los contendientes tienen poco nuevo que ofrecer. El Brexit no se toca, y los impuestos deben bajarse. La batalla se librar¨¢ en los matices.
¡°No existe ninguna posibilidad de que regresemos a la Uni¨®n Europea. Nunca votar¨ªa a favor de nuestra reincorporaci¨®n a las instituciones de Bruselas¡±, declaraba a primera hora de este domingo en SkyNews Tom Tugendhat, presidente de la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores del Parlamento brit¨¢nico y uno de los primeros en lanzar oficialmente su candidatura para liderar el partido. Tugendhat fue uno de los ¨²ltimos mohicanos a la hora de combatir el Brexit duro impulsado en su momento por el ala m¨¢s conservadora ¨Dla corriente interna tory del Grupo de Investigaciones Europeas¨D, con Boris Johnson a la cabeza.
Sus posibilidades de hacerse con el liderazgo, si se atreviera a cuestionar las consecuencias negativas de la salida del Reino Unido de la UE, se reducir¨ªan a cero. Esa es la sensaci¨®n general. Y por eso Tugendhat, adem¨¢s de presentar sus credenciales impecables como exmilitar y como parlamentario, apenas va m¨¢s all¨¢ de prometer ¡°un nuevo comienzo¡± y un plan econ¨®mico de diez a?os que a¨²n no ha esbozado.
¡°Gracias al Brexit, somos una naci¨®n libre¡±. No se puede expresar en menos palabras el fundamentalismo anti-UE que se ha asentado en el Partido Conservador. Es el inicio del discurso con el que el actual ministro de Econom¨ªa, Nadhim Zahawi ¨Del hombre al que se aferr¨® Johnson para salvar su Gobierno cuando comenz¨® la cascada de dimisiones¨D, quiere presentar p¨²blicamente su candidatura. Ya ha adelantado una parte sustancial a la revista The Spectator, que, junto al diario Daily Telegraph, es la guardiana de las esencias del conservadurismo m¨¢s duro. ¡°Limitarnos a gestionar la mayor subida de impuestos desde 1949 no es la v¨ªa conservadora de hacer las cosas. No podemos construir nuestro camino a la prosperidad a base de presi¨®n fiscal¡±, proclama Zahawi. Es uno m¨¢s de los candidatos que se ha aferrado a esa bandera para contraponer su programa al del favorito.
Rishi Sunak, el exministro de Econom¨ªa que junto al de Sanidad, Sajid Javid, provoc¨® el hundimiento de Downing Street con su dimisi¨®n, retiene de momento, seg¨²n el recuento que maneja ConservativeHome (la p¨¢gina web que sirve de foro de ideas del partido), un claro liderazgo. 27 diputados le han dado su respaldo oficial. Penny Mourdant, la secretaria de Estado de Comercio, cuenta con 16. Liz Truss, la ministra de Exteriores, que cuenta ya con doce y previsiblemente sumar¨¢ muchos m¨¢s -es muy popular entre los afiliados del partido- ha lanzado este domingo su campa?a con la promesa inicial de bajar impuestos desde el primer d¨ªa si resulta elegida. ¡°Lograr¨¦ que el sector privado crezca m¨¢s r¨¢pido que el p¨²blico, con un plan a largo plazo para rebajar el tama?o del Estado y disminuir la carga fiscal¡±, ha escrito en el Daily Telegraph.
Sunak ha querido presentarse como el aspirante m¨¢s serio en materia econ¨®mica. El que, desde su puesto en la dura traves¨ªa de la pandemia y su visi¨®n a la salida de esa crisis sanitaria, ha entendido mejor que el resto la necesidad de cierta ortodoxia fiscal frente a una inflaci¨®n galopante y un horizonte de recesi¨®n. ¡°?Nos enfrentamos al momento actual con honestidad, seriedad y firmeza? ?O nos contamos a nosotros mismos cuentos de hadas reconfortantes que nos hagan sentir mejor ahora, pero que arruinen el futuro de nuestros hijos?¡±, se pregunta el exministro en el v¨ªdeo con que ha comenzaba su campa?a oficial para liderar a los conservadores, el primero en dar el paso en la contienda.
La respuesta de muchos de sus rivales ha sido clara. Jeremy Hunt, exministro de Exteriores y destacado pol¨ªtico tory, o Sajid Javid quieren congelar de inmediato los planes elaborados por Sunak para aumentar el Impuesto de Sociedades del 19% al 25% el pr¨®ximo mes de abril. Lo mismo que Zahawi o que Grant Shapps, ministro de Transporte, que presionan adem¨¢s para reducir la presi¨®n fiscal sobre los ciudadanos y rebajar los tipos del impuesto sobre la renta.
Ninguno cuestiona siquiera la herencia m¨¢s conflictiva de Johnson: la ley que tramita actualmente el Parlamento, con la que se pretende anular de modo unilateral gran parte de los compromisos firmados entre Londres y Bruselas cuando acordaron el Protocolo de Irlanda del Norte. La C¨¢mara de los Comunes concluye el pr¨®ximo 21 de julio su actual periodo de sesiones, con lo que la pr¨®xima o el pr¨®ximo l¨ªder de los conservadores, que ocupar¨¢ autom¨¢ticamente el puesto de primer ministro, deber¨¢ decidir si, adem¨¢s de mantener la esencia del legado de Johnson ¨Dun Brexit sin vuelta atr¨¢s¨D, mantiene la parte gamberra y conflictiva de esa pol¨ªtica, que ha llevado al Reino Unido a su peor relaci¨®n en d¨¦cadas con su socio m¨¢s importante, la UE.
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