Steve Bannon trata de torpedear su juicio
¡°El acusado crey¨® que estaba por encima de la ley¡±, dice la fiscal sobre el exasesor de Donald Trump, que se enfrenta a una pena de hasta un a?o por desacato. Sus abogados dilatan el proceso de selecci¨®n de los jurados e impugnan las primeras pruebas presentadas
A Steve Bannon le gusta vivir al l¨ªmite. Pero esta vez lo cruz¨®. El l¨ªmite era el juicio que arranc¨® este lunes en el palacio de justicia federal E. Barrett Prettyman, de Washington. Exasesor y pigmali¨®n de Donald Trump metido a incendiario altavoz de la derecha radical estadounidense con un exitoso podcast llamado War Room, est¨¢ acusado de dos delitos de desacato, por negarse hace 10 meses a declarar ante el comit¨¦ del Congreso que investiga el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2021.
En el ¨²ltimo minuto anunci¨® hace un par de semanas que hab¨ªa cambiado de idea, porque Donald Trump le hab¨ªa dado por fin permiso, y dijo que estaba listo para presentarse ante los nueve miembros de la C¨¢mara de Representantes que este jueves tienen previsto celebrar su octava (y, de momento, ¨²ltima) sesi¨®n, en horario de m¨¢xima audiencia y todo indica que sin la presencia de su presidente, el dem¨®crata de Misisipi Bennie Thompson, que ha dado positivo por coronavirus. Pero ya era demasiado tarde. Esta vez el truco (conseguir un aplazamiento del juicio hasta octubre) no le sali¨® al gran prestidigitador del populismo. El proceso ech¨® a andar, pero Bannon y sus abogados parecen de momento decididos a obstruir un juicio que podr¨ªa acarrearle una pena de prisi¨®n de entre dos meses y un a?o.
El lunes se fue en seleccionar al jurado, asunto espinoso en este caso. La defensa despleg¨® ah¨ª la primera de sus t¨¢cticas dise?adas para torpedear el proceso. Hab¨ªa 60 ciudadanos convocados; y la cosa qued¨® en 22 al final de la jornada. Qued¨® para el d¨ªa siguiente reducir la n¨®mina a 12. La defensa trat¨® de descartar a cualquiera que hubiera seguido las sesiones de la comisi¨®n del 6 de enero: dado que Washington es una ciudad volcada con la pol¨ªtica, y sus habitantes la siguen con la pasi¨®n que en otros lugares se dedica al deporte o a la m¨²sica pop, es casi imposible dar con alguien virgen en lo tocante a las conclusiones de la investigaci¨®n parlamentaria. Tambi¨¦n les preguntaron si piensan que esa comisi¨®n es un organismo guiado por el partidismo. Y ah¨ª la respuesta tambi¨¦n tiene trampa: si siete de sus miembros son dem¨®cratas, frente a solo dos republicanos, se debe a que el partido conservador trat¨® de boicotear la formaci¨®n de una comisi¨®n cuando se plante¨® la necesidad de una investigaci¨®n sobre aquellos hechos en el seno del Capitolio.
El martes, los abogados del hombre que manej¨® los hilos de la Administraci¨®n de Trump durante sus primeros seis meses probaron a poner nuevos obst¨¢culos en el camino del juez, con una impugnaci¨®n de las cartas intercambiadas por Bannon y Thompson cuando lleg¨® la citaci¨®n para que aquel hablara de lo que sucedi¨® el 5 de enero en el Willard, un refinado hotel a dos calles de La Casa Blanca. La comisi¨®n maneja registros telef¨®nicos que sugieren que Bannon habl¨® por tel¨¦fono con el a¨²n presidente al menos dos veces el d¨ªa anterior al ataque. Despu¨¦s de la primera de las dos conversaciones, Bannon dijo: ¡°ma?ana se desatar¨¢ el infierno¡±, en referencia a lo que pod¨ªa pasar (y acab¨® pasando) el 6 de enero. Thompson y los suyos est¨¢n en consecuencia interesados en saber si aquel d¨ªa en el Willard se dedicaron a planificar una insurrecci¨®n que dej¨® m¨¢s de 140 agentes heridos, mientras Trump lo contemplaba todo por el televisor del Despacho Oval sin hacer nada por detener a sus simpatizantes.
Finalmente, llegaron por la tarde los argumentos orales iniciales de las dos partes. La fiscal¨ªa insisti¨® en que Bannon viol¨® la ley al no presentarse a declarar. ¡°No era opcional, no era una solicitud y no era una invitaci¨®n, era obligatorio¡±, expuso Amanda Vaughn. ¡°El acusado decidi¨® que estaba por encima de la ley y no ten¨ªa que seguir las ¨®rdenes del gobierno como sus conciudadanos¡±. M. Evan Corcoran, abogado de la defensa, dijo que lo del comit¨¦ no era una orden. ¡°Probaremos que la fecha de la citaci¨®n fue objeto de controversia¡±, dijo el Sr. Corcoran. ¡°Las fechas eran flexibles¡±.
Bannon ha llegado ambos d¨ªas a pie al juzgado, visiblemente relajado y con esa apariencia suya de estar perpetuamente riendo por dentro. Salud¨® al enjambre de periodistas que lo esperaban. Tambi¨¦n aguardaban miembros del Movimiento de Restauraci¨®n 1776, grup¨²sculo de reciente creaci¨®n que juega con una referencia a la fecha de la declaraci¨®n de la Independencia, se define como ¡°patriota¡± y persigue recuperar la ¡°rep¨²blica constitucional y el retorno a una sociedad moral¡±. El martes, el ide¨®logo populista apareci¨® con un respetable ejemplar del Financial Times bajo el brazo, que no se puede decir que se encuentre entre las fuentes informativas a las que suele recurrir en su podcast, War Room (habitaci¨®n de guerra), cuyas emisiones no se han visto interrumpidas con la llegada del juicio. M¨¢s bien al contrario. En su programa lleva d¨ªas invitando a sus seguidores a ver el documental que la CNN emiti¨® el domingo Divided We Fall (Divididos caemos), una investigaci¨®n sobre el papel de Bannon ¡°en la formaci¨®n y divisi¨®n del sistema pol¨ªtico estadounidense y la amenaza potencial para la democracia estadounidense¡±. El protagonista de la pel¨ªcula no sale especialmente favorecido, pero Bannon, como Salvador Dal¨ª, es de los que creen que es mejor que hablen mal de uno a que no lo hagan en absoluto. La emisi¨®n de War Room del martes se refiri¨® espec¨ªficamente al proceso como ¡°un juicio espect¨¢culo¡±.
No es la primera vez que Bannon define sus cuentas pendientes con la justicia. La semana pasada prometi¨® que ser¨ªa un ¡°juicio medieval¡± y que los cargos de desacato al Congreso en su contra se convertir¨ªan en un ¡°delito menor del infierno para Merrick Garland [fiscal general], Nancy Pelosi [presidenta de la C¨¢mara de Representantes] y para [el presidente] Joe Biden¡±. El juez federal del distrito Carl J. Nichols, a cargo del caso, no est¨¢ dispuesto a permitirlo, y ha prometido que la cosa ser¨¢ m¨¢s r¨¢pida de lo que pretende la defensa. El abogado David Schoen se ha quejado por eso. Nichols, que fue nombrado por Trump, parece inclinado a condenar a Bannon, al que el 45? presidente indult¨® in extremis en los cargos de conspiraci¨®n, fraude electr¨®nico y lavado de dinero a los que se enfrentaba en un tribunal de Manhattan relacionados con un esquema de recaudaci¨®n de fondos para el muro de la frontera con M¨¦xico.
A la pila de pruebas conspirativas que se acumulan contra el exasesor hubo que sumar una grabaci¨®n obtenida y publicada el martes pasado por la revista de izquierda Mother Jones y registrada el 31 de octubre de 2020, d¨ªas antes de las elecciones. En ella, se escucha a Bannon decir que Trump iba a ¡°declarar su victoria¡± sin esperar al resultado. ¡°Va a hacerlo. Pero eso no significa que sea el ganador¡±, a?adi¨® Bannon ante un grupo de personas. ¡°Simplemente va a decir que ha ganado¡±.
Pese a evidencias como esa, si el juez de Washington lo considera culpable de desacato y lo condena, eso no significar¨¢, parad¨®jicamente, que est¨¦ obligado a declarar ante el comit¨¦.
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