Las siete horas de registros telef¨®nicos perdidos de Trump durante el ataque al Capitolio
La comisi¨®n que investiga el asalto del 6 de enero descubre un hueco en los archivos de la Casa Blanca en el que no consta ninguna comunicaci¨®n del expresidente
?A qui¨¦n llam¨® Donald Trump entre las 11:17 y las 18:54 del 6 de enero de 2021? ?Con qui¨¦n habl¨® mientras se desarrollaba el ataque al Capitolio que ¨¦l mismo hab¨ªa instigado en un mitin previo con miles de sus seguidores? No hay respuesta para esas preguntas en los archivos de la Casa Blanca. La comisi¨®n del Congreso de Estados Unidos que trata de reconstruir lo que sucedi¨® aquel d¨ªa se ha encontrado con un hueco en los registros telef¨®nicos del entonces presidente, seg¨²n ha desvelado una exclusiva conjunta del diario The Washington Post y la cadena televisiva CBS News. M¨¢s de siete horas y media. 457 minutos. Una eternidad para los investigadores, durante la que la sede de la democracia en Washington fue asaltada violentamente por una turba, y el vicepresidente Mike Pence y los congresistas tuvieron que buscar refugio.
?Significa eso que Trump destruy¨® esos registros de llamadas, que el Supremo le oblig¨® a entregar en enero con el resto de los documentos presidenciales? Es una de las hip¨®tesis que se baraja. Otra es que el presidente pudo usar distintos tel¨¦fonos para comunicarse con sus colaboradores, lo cual est¨¢ prohibido por la ley. Lo que parece claro es que no permaneci¨® callado. Los datos sobre las llamadas enviadas o recibidas por la centralita de la Casa Blanca ocupan 11 p¨¢ginas, que confirman que el magnate tuvo una jornada telef¨®nica intensa durante el resto del d¨ªa. Telefone¨® a ocho personas por la ma?ana y 11 por la noche, antes y despu¨¦s del hueco que ahora se ha conocido. Adem¨¢s, hay evidencias p¨²blicas de que durante esas siete horas se comunic¨® o intent¨® comunicarse con, al menos, los senadores republicanos Mike Lee (Utah) y Tommy Tuberville (Alabama), adem¨¢s de con el l¨ªder de la minor¨ªa de la C¨¢mara de Representantes, el tambi¨¦n republicano Kevin McCarthy (California).
En los registros supervivientes del seis de enero, que pueden consultarse aqu¨ª, consta que Trump habl¨® o pidi¨® hablar con algunos de los actores principales de la trama: su asesor Steve Bannon, que en noviembre se entreg¨® al FBI tras haber sido acusado de desacato al Congreso por no comparecer ante la comisi¨®n que investiga el ataque al Capitolio; el abogado Ruddy Giulianni, citado a declarar por haber promovido teor¨ªas falsas sobre el supuesto fraude electoral, y su jefe de gabinete, Mark Meadows, de quien se ha sabido que recibi¨® presiones de Ginni Thomas, esposa del juez del Supremo Clarence Thomas, para que hiciera lo posible por revertir el triunfo electoral dem¨®crata. Tambi¨¦n, con el representante de Kentucky Mitch McConnell, l¨ªder de los republicanos en el Senado, y con el entonces vicepresidente Mike Pence, de quien pretend¨ªa ese d¨ªa que impidiera, empleando unas facultades que no est¨¢ claro que posea quien ostenta ese cargo, el traspaso de poderes leg¨ªtimo al vencedor de las elecciones de noviembre de 2020, Joe Biden.
El comit¨¦ del 6 de enero est¨¢ indagando si en esas siete horas, Trump se comunic¨® a trav¨¦s de otros canales, de tel¨¦fonos de sus ayudantes o de terminales de usar y tirar, seg¨²n explica la noticia de The Washington Post, que firman el venerable Bob Woodward, que hace medio siglo destap¨® junto a Carl Bernstein el esc¨¢ndalo del Watergate, y Robert Costa, corresponsal pol¨ªtico de CBS News. Juntos lanzaron a finales del a?o pasado Peligro (Roca Editorial), sobre la accidentada transici¨®n entre Trump y Biden. El republicano a¨²n sostiene, sin pruebas, que la elecci¨®n de 2020 en la que perdi¨® la Casa Blanca le fue robada.
Trump no se distingui¨® durante su presidencia por el respeto a la Ley de Registros Presidenciales, que determina que esas comunicaciones son propiedad del Estado, y no del inquilino de la Casa Blanca. En febrero se supo que ten¨ªa por costumbre hacer trizas papeles con informaci¨®n sensible y que, al dejar el cargo, se llev¨® documentos clasificados e informaci¨®n valiosa para la seguridad nacional a su mansi¨®n de Mar-a-Lago, en Florida, seg¨²n confirm¨® la Organizaci¨®n Nacional de Archivos y Registros (NARA, por sus siglas en ingl¨¦s). Tambi¨¦n era usual, seg¨²n fuentes de su Administraci¨®n, que empleara diferentes tel¨¦fonos para comunicarse con sus funcionarios, que recib¨ªan llamadas desde la centralita de la Casa Blanca o de diferentes n¨²meros. En ocasiones, la voz del presidente sonaba tras descolgar un n¨²mero oculto.
En un comunicado, Trump dijo el lunes por la noche: ¡°No tengo idea de qu¨¦ es un tel¨¦fono desechable, que yo sepa, nunca o¨ª hablar de tal cosa¡±. Una portavoz del magnate explic¨® a Woodward y Costa que este no hab¨ªa tenido que ver con la manipulaci¨®n de los registros y que, hasta donde ¨¦l sabe, todas sus llamadas fueron grabadas y preservadas.
La semana comenz¨® para el expresidente con la noticia de que un juez federal, David Carter, considera ¡°m¨¢s probable que no¡± que Trump y John Eastman, uno de sus asesores legales, a quien Carter ha obligado a entregar m¨¢s de un centenar de correos electr¨®nicos al comit¨¦ del seis de enero, ¡°conspiraron¡± para evitar la certificaci¨®n de votos en el Congreso. El d¨ªa del asalto al Capitolio, Trump presion¨® al vicepresidente Mike Pence con aquel mitin en Washington para que emplease su cargo para no validar el triunfo dem¨®crata, un proceso que suele ser un mero tr¨¢mite democr¨¢tico y que aquel d¨ªa se convirti¨® en uno de los episodios m¨¢s negros de la historia reciente de Estados Unidos.
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