Mujeres afrodescendientes en el trabajo dom¨¦stico
La CIDH reconoce el aporte de las empleadas del hogar a la econom¨ªa e insta a garantizar condiciones de trabajo dignas e igualitarias
En Am¨¦rica Latina y el Caribe hay alrededor de 14,8 millones de personas trabajadoras remuneradas del hogar, de las cuales el 91% son mujeres, seg¨²n cifras de la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL). De este porcentaje, la mayor¨ªa son mujeres, ni?as y adolescentes afrodescendientes, afrolatinas, afrocaribe?as e ind¨ªgenas, quienes se enfrentan a condiciones laborales desiguales, indignas y precarias.
Como resultado de una cultura patriarcal y machista que desvaloriza el trabajo dom¨¦stico y justifica pr¨¢cticas sociales de discriminaci¨®n hacia las trabajadoras del hogar; millones de mujeres dedicadas a este trabajo se enfrentan a una serie de violencias, incluyendo la violencia sexual, la trata de personas, e inclusive el feminicidio; as¨ª como otros tipos de abusos como el no pago de salarios o pago de salarios por debajo del m¨ªnimo establecido por ley, la negaci¨®n de alimentaci¨®n, exceso de horas de trabajo sin d¨ªas de descanso, explotaci¨®n y acoso laboral, diferentes formas de esclavitud, maltrato psicol¨®gico y emocional.
Adem¨¢s, las pr¨¢cticas heredadas del colonialismo y la esclavizaci¨®n contin¨²an permeando la regi¨®n, pues existe una racializaci¨®n del trabajo dom¨¦stico remunerado, en donde d¨ªa a d¨ªa quienes se enfrentan a estas condiciones laborales, a la violencia de g¨¦nero, al racismo, a la exclusi¨®n social y a la discriminaci¨®n al realizar sus labores son principalmente las mujeres y ni?as afrolatinas, afrocaribe?as e ind¨ªgenas; situaci¨®n que puede verse agravada por la migraci¨®n y el desplazamiento forzado.
Seg¨²n datos de la CEPAL, solo en Ecuador una de cada cinco mujeres que realiza trabajo dom¨¦stico remunerado es afrodescendiente, mientras que en Brasil el 68,4% de las trabajadoras dom¨¦sticas remuneradas son afrodescendientes. En pa¨ªses como Bvia, Brasil, Colombia, Costa Rica, y Ecuador las mujeres afrodescendientes son la mayor¨ªa de quienes ejercen el trabajo dom¨¦stico remunerado, en comparaci¨®n con mujeres no afrodescendientes. Mientras que, en Uruguay, el 72% de las mujeres afrodesendientes ocupadas se dedica al trabajo domestico. Estas cifras muestran las desigualdades ¨¦tnico-raciales, socioec¨®nomicas, y de g¨¦nero que aquejan a las mujeres afrolatinas y afrocaribe?as trabajadoras del hogar en el hemisferio. Frente a la precaria situaci¨®n de derechos laborales y discriminaci¨®n estructural, la pandemia del COVID-19 tuvo un impacto mayor en las vidas de las trabajadoras remuneradas del hogar, debido a la falta de prestaciones de seguridad social, as¨ª como p¨¦rdida de entre el 25 y 50% de empleos en la regi¨®n, seg¨²n cifras de ONU Mujeres, afectando sus econom¨ªas familiares. As¨ª, la pandemia exhibi¨® la impostergable necesidad de que los Estados garanticen la cobertura en salud y las prestaciones por desempleo para todas las trabajadoras dom¨¦sticas.
Desde el 2011, la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) ha impulsado el Convenio No. 189 para mejorar las condiciones laborales y erradicar pr¨¢cticas abusivas contra las personas trabajadoras dom¨¦sticas. Actualmente, 18 de los 35 pa¨ªses que han ratificado el Convenio se encuentran en Am¨¦rica Latina y el Caribe. No obstante, en el hemisferio persiste un patr¨®n de vulneraci¨®n de derechos en contra de las mujeres; muestra de ello son las altas tasas regionales de violencia de g¨¦nero en general, y especialmente contra las trabajadoras del hogar.
Al tiempo, en el marco normativo interamericano ¨Cen particular la Convenci¨®n Americana sobre Derechos Humanos, el Protocolo de San Salvador la Convenci¨®n de Bel¨¦m do Par¨¢ y la Convenci¨®n Interamericana contra el racismo, la discriminaci¨®n racial y formas conexas de intolerancia ¨C establecen obligaciones para erradicar la discriminaci¨®n y la violencia basada en el g¨¦nero y el origen ¨¦tnico-racial, con el fin de garantizar el goce efectivo de todos sus derechos, incluyendo el derecho a condiciones dignas y equitativas de trabajo. Sin embargo, los marcos legales y las pol¨ªticas p¨²blicas vigentes en algunos Estados no toman en cuenta est¨¢ndares internacionales en la materia.
En el D¨ªa Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribe?a y de la Di¨¢spora reiteramos las obligaciones de los Estados para garantizar condiciones de trabajo dignas e igualitarias a las m¨¢s de 14 millones de mujeres trabajadoras del hogar en la regi¨®n, particularmente llamamos a combatir los patrones de discriminaci¨®n racial que persisten en el trabajo dom¨¦stico y que impactan a las mujeres afrodescendientes en la regi¨®n. Reconocemos la importancia de su labor, as¨ª como sus aportes a la econom¨ªa y al cuidado de las familias del hemisferio.
Destacamos que las mujeres trabajadoras del hogar, afrodescendientes, afrolatinas, afrocaribe?as e ind¨ªgenas tienen derecho a una vida digna, a un trabajo decente, con igualdad de condiciones y a vivir una vida libre de violencias.
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