Nicola Lagioia: ¡°Italia no ha hecho cuentas con el fascismo¡±
El autor de ¡®La ciudad de los vivos¡¯ y director del Sal¨®n del Libro de Tur¨ªn cree que la llegada de la ultraderecha al poder pondr¨¢ en peligro derechos civiles importantes
Nicola Lagioia (Bari, 49 a?os) cruza el bar, en el barrio romano del Esquilino, con los brazos en alto y corre hacia el entrevistador para fundirse en un abrazo. Sonr¨ªe e intenta transmitir vitalidad, pero est¨¢ agotado. Lleva semanas viajando y trabajando en distintos proyectos a la vez. Su ¨²ltimo libro, La ciudad de los vivos (Random House, 2022), ha sido un bombazo en Italia. Pero tambi¨¦n en pa¨ªses como Espa?a ¡ªestar¨¢ en Madrid y Segovia el 16 y 17 de septiembre¡ª, donde sus lectores se han entregado a la cr¨®nica de un aterrador suceso ocurrido en Roma en 2016. Una narraci¨®n magistral, pero tambi¨¦n un retrato de una ciudad en ca¨ªda libre. Roma ten¨ªa entonces dos papas y ning¨²n alcalde. Una extra?a grieta por donde emergi¨® un sistema pol¨ªtico procedente del alcantarillado. Una encrucijada que marc¨® a fuego el devenir de los siguientes a?os.
Lagioia es tambi¨¦n el director del Sal¨®n del Libro de Tur¨ªn y un agudo observador de la realidad italiana. Una cualidad muy ¨²til para descifrar el complejo panorama que vendr¨¢ tras las elecciones del pr¨®ximo 25 de septiembre, cuando todo apunta a que el pa¨ªs ser¨¢ el primero de Europa en tener un gobierno de extrema derecha.
Pregunta. ?C¨®mo ve el escenario que se abrir¨¢ con estas elecciones?
Respuesta. Parece que habr¨¢ una victoria neta de la derecha. Y cuadra con la estrategia electoral que ha usado el centroizquierda: votadnos o llegar¨¢n ellos. Anteponen el peligro de los otros a sus propias propuestas. Piden el voto ¨²til. As¨ª que es evidente que est¨¢n en apuros. Y si gana Hermanos de Italia, tendr¨ªamos a la primera mujer como presidenta del Consejo de Ministros [Giorgia Meloni]. ?Y viene de la extrema derecha! Algo que no ha conseguido nunca la izquierda. Deber¨ªan interrogarse tambi¨¦n sobre eso.
P. ?Cree que Italia cambiar¨¢ mucho?
R. Econ¨®micamente hay poco que puedan hacer. La agenda de los pr¨®ximos a?os consistir¨¢ en gestionar el Plan de Recuperaci¨®n y el dinero que llegar¨¢ de Europa [unos 200.000 millones de euros]. Pero lo preocupante para alguien que viene de la izquierda como yo es el tema de los derechos y la pol¨ªtica internacional. En ese plano la derecha est¨¢ muy dividida. Meloni es atlantista y Salvini, filorruso. Pero la idea que tienen ambos sobre los derechos es propia de los a?os 50.
Para los electores la ret¨®rica es m¨¢s importante que el ejemplo personal. Los italianos, desde este punto de vista, son muy cat¨®licos: vicios privados y p¨²blica virtud¡±
P. Parece una postal de la familia tradicional cristiana que no corresponde a la de ning¨²n candidato. Salvini divorciado y con una novia, Meloni madre sin estar casada y no hablemos de Berlusconi¡
R. Es incre¨ªble. Quiere decir que para los electores la ret¨®rica es m¨¢s importante que el ejemplo personal. Los italianos, desde este punto de vista, son muy cat¨®licos: vicios privados y p¨²blica virtud. No somos luteranos o protestantes. El cat¨®lico puede hacer en su casa lo que quiera y fuera guarda apariencia. Y eso hace que a los electores no les importe.
P. El gran promotor de esa idea fue Berlusconi.
R. S¨ª. Y de ¨¦l me interesa ese aspecto literario y humano. Hoy no logra terminar un discurso. Se come las palabras. No s¨¦ si es la edad o una ralentizaci¨®n de alg¨²n tipo. Es una figura tr¨¢gica, pero que sigue en pie para ese electorado.
P. ?Y Meloni?
R. Su historia es mucho m¨¢s literaria que la de Enrico Letta [secretario general del Partido Democr¨¢tico], que es el cl¨¢sico buen chico y estupendo estudiante. El padre de Meloni se fue de casa cuando era peque?a, se crio en ese ambiente duro. Una mujer en un partido fundamentalmente de fascistas. Si yo tuviera que escoger qu¨¦ historia contar, me decantar¨ªa por la de Berlusconi o la suya. Aunque no les votar¨ªa nunca. Esas biograf¨ªas atraen a la gente. Quieren ser Berlusconi para ser ricos. Y les gusta Meloni porque es una persona que podr¨ªan encontrar en su barrio.
P. ?Qu¨¦ tipo de personaje ser¨ªa Meloni en una novela?
R. Una combatiente en nombre de unos principios equivocados. Y es muy interesante, claro. Tiene una buena ret¨®rica, pero es un enigma c¨®mo conseguir¨¢ gobernar. Ella tiene valores absurdos para el siglo XXI en los que un pa¨ªs moderno dif¨ªcilmente puede reconocerse. Pero no sabemos c¨®mo puede gestionar la cosa p¨²blica. Con la Liga, en cambio, ya vimos c¨®mo lo hicieron desastrosamente durante la pandemia en Lombard¨ªa. O Berlusconi, cuya gesti¨®n dispar¨® la prima de riesgo hasta los 550 puntos. A la izquierda le falta una visi¨®n, pero la capacidad de la derecha para gobernar es bastante escasa.
En una novela, Meloni ser¨ªa una combatiente en nombre de principios equivocados¡±
P. ?Tiene sentido seguir hablando de la matriz fascista del partido de Meloni, de los nost¨¢lgicos¡?
R. No creo que haya un peligro del retorno del fascismo. Adem¨¢s, los italianos nos cansamos de todo rapid¨ªsimo y tumbamos un gobierno cada poco. Igual en un a?o y medio ya no querremos a Meloni. Pero el peligro es que toda una serie de derechos adquiridos pueden estar amenazados. Mire lo que ha pasado en EE UU con el aborto. En algunas regiones de Italia, como Las Marcas, donde gobiernan ellos, ya es complicado abortar.
P. ?La disidencia es posible en un clima de este tipo?
R. El peligro tambi¨¦n est¨¢ en la ret¨®rica. Esa idea de que quien no piensa como ellos es un desviado, t¨¦rmino que us¨® Meloni hace poco refiri¨¦ndose a determinados comportamientos. No es un pol¨ªtico quien debe decidir cu¨¢ndo un joven es un desviado o un virtuoso. La salud p¨²blica debe preservarse, pero esas ideas transformadas en leyes autoritarias, o en una visi¨®n de la sociedad que nos hace retroceder 30 a?os, son un peligro real.
No creo que haya un peligro de retorno al fascismo. Los italianos nos cansamos de todo rapid¨ªsimo. El peligro es que toda una serie de derechos adquiridos pueden estar amenazados¡±
P. Usted habla en su libro del influjo del Vaticano en Roma. ?Hay algo de eso en Italia para que la sociedad sea tan permeable a estas pol¨ªticas?
R. El Vaticano ha decidido desinteresarse completamente de la pol¨ªtica italiana. Algo que deber¨ªa ser bueno, porque siempre ha protagonizado injerencias. Ahora parec¨ªa que estaba del lado de Draghi un poco, quiz¨¢ porque viene de los jesuitas. Pero tampoco es que le hayan apoyado mucho. La Iglesia mira hoy a un tablero mundial. La cultura cat¨®lica no tiene ya tanta influencia como en la ¨¦poca de la Democracia Cristiana.
P. ?Entonces, qu¨¦ sucede?
R. Italia no ha echado cuentas con el fascismo como hizo, por ejemplo, Alemania con el nazismo. Adem¨¢s, ha pesado la crisis econ¨®mica. Muchos de los que la sufrieron se sienten ahora tutelados por la derecha. Primero les pas¨® con el Movimiento 5 Estrellas y la Renta Ciudadana, pero gobernar les debilit¨®. Sucede siempre en Italia. Ha pasado con Draghi tambi¨¦n, un movimiento insensato.
P. ?Entendi¨® algo?
R. Bueno, Conte vio que se estaban debilitando y le hizo caer para fracasar ¨¦l personalmente.
P. Conte es otro gran personaje de novela.
R. ?Claro! Nadie sab¨ªa qui¨¦n era cuando le nombraron presidente del Consejo de Ministros. Y encima lo logr¨® con dos coaliciones opuestas: de izquierda y de ultraderecha. Vittorio Sgarbi le defini¨® maravillosamente: ¡°Conte es un vice de sus vices¡±. [se r¨ªe]. Era el presidente del Consejo, pero aceptaba sus ¨®rdenes. Y esa persona se encontr¨® gestionando uno de los l¨ªos m¨¢s grandes de las ¨²ltimas d¨¦cadas como la pandemia. Y, mire, logr¨® mantener unido al pa¨ªs.
P. Italia ha hecho del caos un sistema de gobierno.
R. S¨ª, pero eso se debe a que el sistema proporcional se dise?¨® porque es un pa¨ªs con un pasado autoritario y de dictadura. Y eso hac¨ªa que fuera imposible ganar solo. Y se supone que es una garant¨ªa para la democracia.
P. ?Por qu¨¦ la cultura y los intelectuales no han levantado la voz en estos periodos de autoritarismo reciente, como s¨ª hicieron personas como Nanni Moretti en otras ¨¦pocas?
R. Al principio con la Liga hubo un poco de contestaci¨®n. Pero ahora es m¨¢s complicado. En la ¨¦poca de Moretti, o incluso de Pasolini, ten¨ªas el Partido Comunista. Pod¨ªas polemizar, pero al mismo tiempo era una referencia con la que pod¨ªas ser antidemocristiano, antifascista¡ La ¨²ltima vez que hubo una respuesta as¨ª fue con Berlusconi, y coincide con el final del Partido Comunista. El problema es que el intelectual italiano de izquierda se ha encontrado sin representaci¨®n pol¨ªtica. Y eso lo hace menos fuerte o solidario.
El problema es que el intelectual italiano de izquierda se ha encontrado sin representaci¨®n pol¨ªtica. Y eso lo hace menos fuerte o solidario¡±
P. En los programas de los partidos no hay rastro de la cultura. Ni de los libros. Usted es director del Sal¨®n del Libro de Tur¨ªn. ?Qu¨¦ significa una ausencia as¨ª en un imperio cultural como Italia?
R. La cultura y los libros no se consideran un argumento electoral. Pero tiene una centralidad estrat¨¦gica, tambi¨¦n econ¨®micamente. La industria editorial en Italia es la mayor en el sector cultural: mueve 3.000 millones de euros anualmente. Es dos veces la del cine y cuatro la de la m¨²sica. Pero no hay una ley que armonice y apoye todo el sector. Es una parte importante del PIB, pero los pol¨ªticos no creen que sirva para ganar elecciones. Ni siquiera la izquierda.
P. La ciudad de los vivos habla de una Roma que sale de una legislatura en el Ayuntamiento de un alcalde posfascista ?Hay alguna lecci¨®n para entender lo que le espera a Italia?
R. Esperemos que no. Porque la Junta de Gianni Alemanno fue desastrosa. La incubaci¨®n de una corrupci¨®n enorme que aflor¨® luego en el caso de Roma Capitale. Si la Italia gobernada por los posfascistas se parece a la Roma de Alemanno, ser¨¢ un desastre.
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