La feroz batalla electoral en las redes sociales de Brasil: de v¨ªdeos tiernos a falsedades y memes
Los favoritos, el muy digital Bolsonaro y el m¨¢s anal¨®gico Lula, y sus seguidores libran un duro pulso tambi¨¦n en plataformas como Facebook, WhatsApp, TikTok, Telegram o YouTube
Asomarse a la campa?a electoral brasile?a en redes sociales es entrar en un universo que parece infinito donde se libra una batalla feroz plagada de golpes bajos, v¨ªdeos tiernos, falsedades y memes. La actividad en los grupos de seguidores del presidente y candidato, Jair Bolsonaro, en Telegram, por ejemplo, es realmente trepidante. Abruma. El bombardeo de breves v¨ªdeos elogiosos del ¡°capit¨¢n del pueblo¡± o contra su gran adversario, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, conocido en esos ambientes como expresidiario, ladr¨®n o nueve dedos (porque perdi¨® un me?ique en un accidente laboral), es constante. Y est¨¢ intercalado por im¨¢genes de sus actividades presidenciales y electorales, de supuestas noticias, de invitaciones a sumarse a los pr¨®ximos mitines¡ o de comentarios particulares. Como este de un tal Zeonpinheiro: ¡°Estoy desanimado, son tantas las pruebas de que van a cometer un fraude en las elecciones ?y nadie hace nada!¡±, haci¨¦ndose eco de una falsedad.
Brasil vota dentro de tres semanas para elegir presidente, gobernadores, renovar la C¨¢mara de Diputados y parte del Senado. Mientras las encuestas electorales tradicionales dan ventaja a Lula desde el mismo inicio de esta carrera a la Presidencia (est¨¢ a 11 puntos), en redes su desventaja es evidente: Bolsonaro suma 43 millones de seguidores en Internet, el triple de los que tiene Lula. Son m¨¢s, y mucho m¨¢s activos. A veces da la sensaci¨®n de que la campa?a en redes una guerra en la que un bando ha adoptado la t¨¢ctica de guerrilla urbana mientras el otro se mueve como un ej¨¦rcito cl¨¢sico. Las autoridades electorales se han aliado con las empresas tecnol¨®gicas en el arduo empe?o de que la contienda digital se someta a las reglas m¨¢s b¨¢sicas.
La batalla incluye webs antag¨®nicas inspiradas en Netflix. Bolsoflix promete ¡°los mejores v¨ªdeos antiBolsonaro para disparar en las redes¡± mientras Lulaflix, creada por la campa?a del mandatario, seg¨²n Folha de S. Paulo, se presenta como el lugar para ¡°conocer la verdad sobre el expresidiario¡±.
Es un universo inmenso que vive, desde hace meses, una actividad fren¨¦tica de la que participan decenas de millones de internautas brasile?os que pasan horas y horas enganchados, revisando las ¨²ltimas novedades pol¨ªticas en su red favorita mientras los favoritos a ganar las elecciones intercambian acusaciones de calibre grueso.
Telegram, Facebook, Youtube, WhatsApp o TikTok son, por ejemplo, las principales cajas de resonancia de las teor¨ªas conspiratorias que Bolsonaro difunde sin pruebas sobre las urnas electr¨®nicas. Pero son tambi¨¦n¡ªtanto para ¨¦l como para Lula¡ª un espacio para arengar a los m¨¢s fieles y mantener las filas prietas. Los equipos de todos los candidatos han hecho grandes inversiones en la campa?a en redes, sea para presumir de logros, atacar a los adversarios o agitar el miedo a la victoria del contrario.
El favorito, Lula, est¨¢ realmente preocupado con las fake news, como ha dejado claro en varios de sus m¨ªtines. Ya ha acudido a los tribunales en un intento de frenar la desinformaci¨®n. Circula de m¨®vil en m¨®vil la idea, agitada por el bolsonarismo, de que si el izquierdista gana por tercera vez las elecciones, cerrar¨¢ iglesias, una acusaci¨®n especialmente sensible en un pa¨ªs conservador donde las mentiras circulan veloces y para millones de personas su principal fuente de informaci¨®n son los mensajes de WhatsApp de sus allegados o lo que ven en redes. Entre los que contribuyen a agitar el miedo sobre Lula y las iglesias est¨¢n el primog¨¦nito del presidente, el senador Fl¨¢vio Bolsonaro y otros destacados aliados de su padre. Los desmentidos de Lula no han logrado desacreditar la mentira.
El Partido de los Trabajadores ya sufri¨® en sus carnes hace cuatro a?os las secuelas de otra mentira. Manipulando los planes para educar en igualdad y contra la homofobia en ls escuelas, Bolsonaro convenci¨® a millones de personas de que un Gobierno progresista ense?ar¨ªa a los escolares a ser gays. No era verdad, pero poco import¨®. Cumpli¨® su misi¨®n. Ahora, Lula ha creado un clip de 30 segundos titulado ¡®No creas en fantasmas¡¯ para intentar desmentir la falta de historia sobre las iglesias.
Al bolsonarismo se le nota comod¨ªsimo en Internet. Es su h¨¢bitat. La inesperada victoria electoral del ultraderechista ¡ªun diputado mediocre nost¨¢lgico de la dictadura con un discurso antipol¨ªtica¡ª hace cuatro a?os germin¨® all¨ª. Desde que puso la vista en la Presidencia de Brasil, Bolsonaro es un candidato digital, mientras que Lula fue hasta hace nada m¨¢s bien anal¨®gico.
A medida que la campa?a ha ido entrando en la fase crucial, el equipo de Lula y sus seguidores se manejan con mayor desenvoltura en el mundo virtual. El expresidente logr¨® que otro candidato, el diputado federal con m¨¢s seguidores en redes, Andr¨¦ Janones, de 38 a?os, renunciara a su candidatura y se sumara a su campa?a. Janones arenga a sus m¨¢s de 11 millones de seguidores con un estilo agresivo que parece imitar al clan Bolsonaro.
El diario Folha de S.Paulo informaba hace unos d¨ªas de que ¡°Lula ha roto la hegemon¨ªa de Bolsonaro en YouTube y TikTok¡±. Ese mismo d¨ªa, el peri¨®dico Estad?o titulaba: ¡°Lula supera a Bolsonaro en anuncios en Google e invierte 1,3 millones de reales solo en YouTube¡±. Eso son 250.000 d¨®lares. Los grupos de seguidores de Lula emulan a menudo ese ambiente de paz y amor que el expresidente predica en sus discursos. El mensaje viene a ser, si quiere que Brasil vuelva a los felices a?os de principios de este siglo, vote por Lula. ?l, como el actual mandatario, se presenta como un hombre del pueblo. Por ejemplo, un v¨ªdeo de TikTok, que luego migr¨® a otras redes, le muestra recordando con ojos vidriosos su dura infancia: ¡°Yo viv¨ª en un cuarto con cocina y 13 personas. As¨ª que, tengo conciencia de lo que este pueblo est¨¢ pasando¡±.
En cualquier caso, la ventaja de Bolsonaro es enorme en el mundo digital. El presidente se mud¨® a Telegram en cuanto Twitter suspendi¨® la cuenta del expresidente estadounidense Donald Trump porque sus normas son m¨¢s laxas que las de la mayor¨ªa de las plataformas. Tiene un canal con 1,3 millones de seguidores donde va colgando los ¨¦xitos de su Gobierno; la pelea en el barro se la deja a sus hijos, aliados o seguidores, agrupados en canales con hasta 60.000 suscritos.
Miles de internautas no solo observan sino que crean, espont¨¢neamente o no, contenido que las campa?as u otros usuarios hacer circular. Y lo crean a una velocidad que deja at¨®nitos hasta a especialistas. ¡°Estoy alucinado con la velocidad de la industria del meme¡±, confesaba a sus 15.700 seguidores en Twitter un investigador en Inteligencia artificial. Bajo la frase, una imagen que bromeaba con la afici¨®n a las armas del presidente (y el gesto de disparar, que ha convertido en su marca) y un comentario que hizo sobre su supuesta potencia sexual durante un discurso el d¨ªa de la independencia. Al lado, su esposa, Michelle.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Am¨¦rica y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la regi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.