Brasil vive una avalancha de diputados y candidatos con placa y pistola
La polic¨ªa Katia Sastre, que salt¨® a la fama y al Congreso en 2018 tras matar a tiros a un atracador, es aliada de Bolsonaro y encarna la creciente presencia de uniformados en la pol¨ªtica. M¨¢s de 1.800 se presentan a las pr¨®ximas elecciones
Decidi¨® meter la pistola en el bolso en el ¨²ltimo minuto, justo antes de salir de casa con una de sus hijas hac¨ªa el colegio. Era el D¨ªa de las Madres, iban a una fiesta escolar en la ciudad de Suzano (S?o Paulo). La brasile?a Katia Sastre, polic¨ªa militar, aparc¨® el coche y estaba a las puertas de la escuela, en un corrillo de madres y colegialas, cuando apareci¨® el ladr¨®n empu?ando un rev¨®lver del 38. Ven¨ªa de intentar robar un coche, apunt¨® al grupo. Ella reaccion¨® al instante. Ech¨® la mano al bolso, sac¨® su pistola, se acerc¨® y le peg¨® tres tiros. Las ...
Decidi¨® meter la pistola en el bolso en el ¨²ltimo minuto, justo antes de salir de casa con una de sus hijas hac¨ªa el colegio. Era el D¨ªa de las Madres, iban a una fiesta escolar en la ciudad de Suzano (S?o Paulo). La brasile?a Katia Sastre, polic¨ªa militar, aparc¨® el coche y estaba a las puertas de la escuela, en un corrillo de madres y colegialas, cuando apareci¨® el ladr¨®n empu?ando un rev¨®lver del 38. Ven¨ªa de intentar robar un coche, apunt¨® al grupo. Ella reaccion¨® al instante. Ech¨® la mano al bolso, sac¨® su pistola, se acerc¨® y le peg¨® tres tiros. Las im¨¢genes grabadas por una c¨¢mara de seguridad se hicieron virales cuando Brasil se preparaba para las elecciones de 2018. La fama le abri¨® la puerta a una candidatura y la catapult¨® al Congreso a lomos de la ola bolsonarista. Ahora, la polic¨ªa Sastre est¨¢ en campa?a para ser reelegida diputada federal en los comicios del d¨ªa 2, cuando Luiz In¨¢cio Lula da Silva y el presidente Jair Bolsonaro se disputar¨¢n la Presidencia.
Junto a un consejo de ministros plagado de generales salidos de los cuarteles, proliferan en el Brasil de Bolsonaro los parlamentarios de placa y pistola. Sastre, de 46 a?os, encarna esa creciente presencia de miembros de las fuerzas de seguridad y militares en la pol¨ªtica brasile?a. El fen¨®meno viene de antes, pero vive una aut¨¦ntica explosi¨®n desde la llegada al poder del ultraderechista, capit¨¢n del Ej¨¦rcito en la reserva. Con la policial Katia, como se la conoce, fueron elegidos 115 uniformados (incluidos dos de los 27 gobernadores) en los comicios pasados.
La parlamentaria, del Partido Liberal ¡ªel de Bolsonaro¡ª, atiende a este diario por tel¨¦fono desde el interior del Estado de S?o Paulo, que est¨¢ recorriendo en campa?a. ¡°Mi bandera en estos cuatro a?os es la seguridad p¨²blica, he invertido (dinero p¨²blico) en programas para sacar a los ni?os de la calle y que no se impliquen en las drogas, para fortalecer a las familias, para combatir la violencia dom¨¦stica, no solo contra las mujeres, sino tambi¨¦n los ni?os¡ Para mejorar el armamento, porque ahora mismo el crimen organizado tiene mejores armas que las instituciones p¨²blicas¡±, explica. Est¨¢ en sinton¨ªa absoluta con l¨ªder de la extrema derecha brasile?a: ¡°Soy totalmente de derechas, conservadora, apoyo al presidente Bolsonaro y, aqu¨ª en S?o Paulo, a Tarcisio [de Freitas, otro militar retirado que fue ministro de Infraestructuras]¡±.
Tras dos d¨¦cadas en el cuerpo, no era la primera vez que esta madre de dos hijas disparaba a un sospechoso. ¡°Ya tuve otras ocurrencias de este formato, pero nunca en un d¨ªa libre y con mi hija presente¡±, revela. Iba de paisano, con su melena rubia suelta, gafas de sol y un bolso enorme donde guardaba el arma.
Sastre ha dicho que, cuando eres polic¨ªa, en un instante as¨ª los pensamientos van a la velocidad de la luz: ¡°No puedo fallar el tiro, porque le va a dar a un ni?o; no puedo tirar desde lejos porque puedo darle a alguien que pasa; hay que elegir bien el momento de sacar el arma porque ¨¦l tiene el dedo en el gatillo y puede matarte¡±. La v¨ªctima, de 21 a?os, se uni¨® a los miles de brasile?os, sobre todo j¨®venes negros, que mueren cada a?o en enfrentamientos con la polic¨ªa.
El debate sobre la inseguridad estaba en efervescencia cuando el v¨ªdeo la hizo famosa en mayo de 2018. Poco tard¨® en ser invitada a presentarse en las elecciones que se celebraron cinco meses despu¨¦s¡± ¡°Me resist¨ª bastante, hasta que comprend¨ª que pod¨ªa ayudar mejor a la gente desde el Congreso¡±.
Bolsonaro, que sali¨® de las Fuerzas Armadas por la puerta de atr¨¢s tras amenazar con poner una bomba en protesta por los bajos salarios, construy¨® su larga carrera pol¨ªtica sobre la defensa de los intereses corporativos de la soldadesca. Pasaron muchos a?os hasta que ampli¨® el foco a las fuerzas de seguridad. Fue un movimiento inteligente porque los agentes, los militares y sus familias son un inmenso caladero de votos. Entre los que est¨¢n en activo y los retirados, suman unos cinco millones de profesionales y potenciales votantes, seg¨²n c¨¢lculos del Foro Brasile?o de Seguridad P¨²blica (FBSP) publicados por la revista Piau¨ª. Con sus familias, la cifra rondar¨ªa los 18 millones de personas en un pa¨ªs de 210 millones de habitantes.
El director-presidente del FBSP, Renato de Lima, afirma que ¡°Bolsonaro acaba usando a los polic¨ªas para construir su proyecto de poder¡±. El desembarco de miembros de las fuerzas de seguridad en pol¨ªtica obedece a la conjunci¨®n de una cuesti¨®n estructural y una coyuntura, dice. Explica que, por un lado, las condiciones de trabajo son inhumanas, la carrera es desestimulante, hay muchos suicidios¡ las asociaciones policiales ganan fuerza con los a?os y sus l¨ªderes empiezan a vislumbrar que puede ser una carrera pol¨ªtica. Y eso coincide con el refuerzo de la pol¨ªtica conservadora y con Bolsonaro y ese discurso suyo de ¡°yo voy a resolver la seguridad¡±, ¡°los polic¨ªas son unos h¨¦roes¡±. Est¨¢ la ventaja a?adida de que, a diferencia de los jueces, por ejemplo, no tienen que renunciar a la carrera. Si dejan la pol¨ªtica pueden retomar el uniforme, la placa y la pistola.
Esa amalgama de intereses se tradujo en un aumento considerable de los uniformados electos. Si en 2010 fueron 27, en 2018 se multiplicaron hasta los 115. Junto a la polic¨ªa Sastre, que busca reconquistar su esca?o, m¨¢s de 1.800 agentes y militares se presentan a los comicios del 2 de octubre en los que, adem¨¢s de elegir presidente, los brasile?os van a renovar el Congreso, los gobernadores y las C¨¢maras estatales. Es un 25% m¨¢s de candidaturas que hace cuatro a?os. Pronostica De Lima, del Foro de Seguridad, que semejante avalancha hace que muchas compitan entre s¨ª, lo que facilitar¨¢ la dispersi¨®n del voto y es probable que la cifra de electos en la llamada bancada de la seguridad disminuya.
Pr¨¢cticamente todos los candidatos est¨¢n alineados con la derecha, solo un 3% se declara de izquierdas. El Partido de los Trabajadores (PT) tambi¨¦n ha puesto el foco en los polic¨ªas, por ejemplo, con la candidatura de la mayor Denice Santiago para alcaldesa de Salvador de Bah¨ªa. Es una agente que impuls¨® las rondas para combatir la violencia machista. ¡°El PT aprovecha el fen¨®meno, coloca candidatos, pero no tiene un discurso alternativo de seguridad p¨²blica¡±, lamenta el especialista. Un dato: el Estado de Bah¨ªa, donde el PT gobierna hace a?os, es el segundo en letalidad policial por detr¨¢s de R¨ªo de Janeiro.
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