Xi Jinping se encamina hacia una nueva era en el poder
Arranca el XX Congreso del Partido Comunista de China, en el que est¨¢ previsto que el l¨ªder consolide un tercer mandato sin precedentes
Cuando arranque este domingo el XX Congreso del Partido Comunista de China, la gran cita pol¨ªtica quinquenal del pa¨ªs, no habr¨¢ apuestas ni quinielas. Pocos tienen ya dudas sobre el resultado: supondr¨¢ la consagraci¨®n del actual presidente, Xi Jinping, en el poder y, por tanto, de su forma de ejercer la batuta de mando. El jefe del Estado, presidente de la Comisi¨®n Militar Central y secretario general del Partido, tiene previsto asegurarse un tercer mandato sin ...
Cuando arranque este domingo el XX Congreso del Partido Comunista de China, la gran cita pol¨ªtica quinquenal del pa¨ªs, no habr¨¢ apuestas ni quinielas. Pocos tienen ya dudas sobre el resultado: supondr¨¢ la consagraci¨®n del actual presidente, Xi Jinping, en el poder y, por tanto, de su forma de ejercer la batuta de mando. El jefe del Estado, presidente de la Comisi¨®n Militar Central y secretario general del Partido, tiene previsto asegurarse un tercer mandato sin precedentes y sin oposici¨®n interna rese?able. Entre las reformas a abordar durante el c¨®nclave, cuyas deliberaciones a puerta cerrada se desarrollar¨¢n a lo largo de casi una semana, se encuentra, adem¨¢s, la de retocar la Constituci¨®n del partido. Seg¨²n diversos analistas, para incluir su pensamiento a la altura del de Mao Zedong, elevando su figura a lo m¨¢s alto del pante¨®n de la Rep¨²blica Popular y reforzando el control al frente del Estado. La cita concluir¨¢ en seis d¨ªas con el anuncio de la composici¨®n de los m¨¢ximos ¨®rganos de poder.
Xi (de 69 a?os) marcar¨¢ con un discurso pronunciado este domingo en el Gran Sal¨®n del Pueblo, ante cerca de 2.300 delegados del partido, el inicio del congreso en Pek¨ªn. Y en el lenguaje que module a lo largo de una alocuci¨®n que se augura larga ¨Dla de hace cinco a?os dur¨® 203 minutos¨D se espera que emita se?ales claras sobre su continuidad en la c¨²spide del partido, cualquier posible enmienda constitucional, adem¨¢s de l¨ªneas maestras sobre las directrices pol¨ªticas a seguir durante los pr¨®ximos a?os, de Taiw¨¢n a la pol¨ªtica de cero covid. Una de las grandes inc¨®gnitas es si apostar¨¢ por nombrar un sucesor, algo que ya evit¨® en 2017. Pero habr¨¢ que esperar hasta la semana que viene para conocer un desenlace que muchos consideran que ya ha sido escrito.
En lo que algunos denominan un congreso ¡°hist¨®rico¡±, por la relevancia para China y para el mundo del encumbramiento de Xi, cuyo auge discurre en paralelo al de la superpotencia y segunda econom¨ªa del planeta en la escena geopol¨ªtica, otros consideran que quiz¨¢, a la larga, solo sea recordado como un breve evento, otra muesca m¨¢s en la era del actual presidente. Su liderazgo arranc¨® en 2012, y podr¨ªa extenderse incluso m¨¢s all¨¢ de 2027, despu¨¦s de que dejara abierta la puerta a su continuidad con la modificaci¨®n en 2018 de la Constituci¨®n.
¡°Xi tiene b¨¢sicamente tres grandes objetivos para el congreso¡±, asegura Christopher K. Johnson, presidente de China Strategies Group y miembro del Centro de An¨¢lisis de China del Asia Society Policy Institute. En su opini¨®n, que desgrana durante un encuentro en l¨ªnea con corresponsales extranjeros, el actual l¨ªder pretende fijar su mandato durante al menos otros cinco a?os ¨D¡°quiz¨¢ m¨¢s¡±¨D; asegurarse el manejo personal de las grandes decisiones sobre la mesa, y ¡°engrandecer a¨²n m¨¢s su posici¨®n¡± en el muy selecto espacio reservado a los grandes hombres del partido, elevando su ideolog¨ªa al nivel de la de Mao, y posiblemente recibiendo ¡°algunos nuevos honores¡±.
¡°Parece estar en camino de lograr la mayor¨ªa de esos objetivos¡±, asegura este analista, con casi dos d¨¦cadas a su espalda trabajando para la diplomacia y la inteligencia estadounidense. Un buen term¨®metro de hacia d¨®nde sopla el viento en Pek¨ªn, a?ade, es el ritmo de la ¡°m¨¢quina de propaganda¡±, que ¡°est¨¢ corriendo a toda velocidad¡± en los ¨²ltimos tiempos, para conferirle un trato ¡°hagiogr¨¢fico¡± a Xi y ¡°canonizar su pensamiento¡±. Hay otros indicios, a?ade, que explican la aparente tranquilidad del l¨ªder al frente de un partido en el que ha ido eliminando casi toda oposici¨®n posible, asegur¨¢ndose un ¡°control personal¡± en los principales ¨®rganos de seguridad, y colocando a aliados en posiciones clave.
El reciente viaje a Samarcanda (Uzbekist¨¢n), que marc¨® su primera salida al extranjero desde el inicio de la pandemia, fue una forma de proyectarse al mundo ¨Dcon un careo con su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin, en el que este reconoci¨® las ¡°preocupaciones¡± de China sobre la invasi¨®n de Ucrania¨D. Y a la vez funcion¨® como un gui?o dom¨¦stico: el periplo indicaba que en casa hab¨ªa dejado todo bien atado antes de la gran cita.
En su reaparici¨®n p¨²blica en Pek¨ªn tras el viaje, despu¨¦s de 10 d¨ªas desaparecido en los que se desataron especulaciones infundadas sobre su ausencia, visit¨® una exposici¨®n propagand¨ªstica sobre los logros del pa¨ªs en la ¨²ltima d¨¦cada. En ella, su imagen resulta omnipresente, subrayando la centralidad del l¨ªder en el v¨¦rtice de la pir¨¢mide. El d¨ªa de la inauguraci¨®n, Wang Huning, uno de los principales ide¨®logos del partido, miembro del Comit¨¦ Permanente y parte del c¨ªrculo de confianza del presidente, subray¨®, por si quedaban dudas: ¡°La raz¨®n por la que el Partido y el pa¨ªs pueden alcanzar logros hist¨®ricos [...] radica en que el secretario general Xi Jinping est¨¢ al frente¡±.
En la misma l¨ªnea se manifest¨® el s¨¢bado el portavoz del XX Congreso, Sun Yeli, durante una comparecencia en la que pronunci¨® el nombre de Xi innumerables veces. Con el lenguaje alambicado propio del evento, anunci¨® que en la cita se revisar¨ªa ¡°exhaustivamente el trabajo de los ¨²ltimos cinco a?os, los grandes logros alcanzados y la valiosa experiencia acumulada durante el periodo transcurrido desde el inicio de la nueva era en la que el Comit¨¦ Central del Partido, con el camarada Xi Jinping en su n¨²cleo, se uni¨® y dirigi¨® a todo el Partido y toda la naci¨®n en la defensa y el desarrollo del socialismo con caracter¨ªsticas chinas¡±. El portavoz defendi¨® tambi¨¦n la necesidad de una reforma constitucional ¡°para adaptar el marxismo al contexto chino y las necesidades de nuestro tiempo¡±.
Xi se encuentra al frente de una China que es hoy m¨¢s rica y poderosa que hace 10 a?os. Con mayor capacidad militar. Que ha llegado a la Luna, puesto en ¨®rbita sat¨¦lites, alcanzado Marte. Que ha desplegado en esta d¨¦cada por encima de 40.000 kil¨®metros de v¨ªas de alta velocidad ¨Dm¨¢s que el resto del mundo junto¨D, seg¨²n recoge el libro Xi Jinping. A Study on Power (2022), de Kerry Brown.
Pero la d¨¦cada de Xi al mando de China se ha convertido, a la vez, en un relato sobre la creciente acumulaci¨®n de poder en una sola persona y el incremento del control y la vigilancia a todos los niveles. Todo bien envuelto en el nacionalismo de un pa¨ªs en que los ni?os y los j¨®venes, desde primaria hasta la universidad, est¨¢n obligados a estudiar el pensamiento del l¨ªder.
El australiano Richard McGregor, autor de El partido (2010), una especie de Biblia sobre el funcionamiento interno de una de las instituciones pol¨ªticas m¨¢s opacas del mundo, no tiene una respuesta categ¨®rica sobre el rumbo que tomar¨¢ tras el Congreso. Pero ofrece un diagn¨®stico: bajo el decenio de Xi, explica, se ha pasado ¡°del liderazgo colectivo al Gobierno de un solo hombre; de mandatos limitados, al l¨ªder vitalicio; de la meritocracia, a la lealtad; del sector privado al sector estatal; de la riqueza a la prosperidad com¨²n; de la globalizaci¨®n a la independencia tecnol¨®gica. Y, por ¨²ltimo, de la coexistencia entre Estados Unidos y China, a la confrontaci¨®n¡±. En cuanto al propio Partido Comunista, cree que tambi¨¦n se ha vuelto ¡°m¨¢s fuerte¡± y ¡°resiliente¡±.
McGregor, que atendi¨® a un grupo de periodistas de forma telem¨¢tica, cree que el congreso ser¨¢ una ¡°consagraci¨®n¡± de Xi, porque el poder ya lo tiene: lo ha ido cimentando desde hace a?os. El mayor reto al que se enfrenta el pa¨ªs, estima, es c¨®mo abandonar la estricta pol¨ªtica de cero covid que Pek¨ªn mantiene a pesar del zarpazo econ¨®mico que implica y el creciente descontento social, tras confinamientos masivos en megaurbes como Shangh¨¢i. El experto opina que Xi ha sido ¡°levemente receptivo¡± a nuevas ideas para tratar de atajar los problemas de crecimiento que ya estaban all¨ª incluso antes del coronavirus. Y explica que habr¨¢ que estar atentos, para ver de qu¨¦ lado cae la moneda, a la persona que sea tocada estos d¨ªas con la varita para ejercer como futuro primer ministro.
Aunque el nuevo Ejecutivo no se nombrar¨¢ hasta marzo, el Congreso de estos d¨ªas ya da algunas pistas sobre su composici¨®n. La tarea del c¨®nclave concluye en seis d¨ªas con el nombramiento de un nuevo Comit¨¦ Central ¨Dformado en la actualidad por algo m¨¢s de 200 miembros¨D del que a su vez sale el Politbur¨® ¡ª25 miembros¨D. Y, subiendo un poco m¨¢s los escalones de la pir¨¢mide, se obtiene el Comit¨¦ Permanente, que conforma el v¨¦rtice superior: los actuales seis compa?eros de mesa de Xi. La composici¨®n de este ¨®rgano, el m¨¢ximo exponente de poder del partido, se anunciar¨¢ el d¨ªa despu¨¦s de la clausura del Congreso, con un desfile de sus miembros, en el que el orden resulta clave: el n¨²mero dos suele ser tradicionalmente el primer ministro, y el tres, el presidente de la Asamblea Nacional Popular.
En ese baile, los miembros m¨¢s j¨®venes podr¨ªan indicar la presencia de un delf¨ªn. Aunque McGregor no lo cree probable: ¡°?Querr¨ªa uno ser nombrado sucesor? Es bastante peligroso¡±. En su opini¨®n, es factible que el d¨ªa despu¨¦s del Congreso todo siga m¨¢s o menos igual. Sobre todo porque ha ido desapareciendo cualquier forma de disidencia interna al eliminar facciones rivales a trav¨¦s de campa?as anticorrupci¨®n, seg¨²n diversos analistas. ¡°Xi pone mucho m¨¢s ¨¦nfasis en la seguridad nacional que en la pol¨ªtica econ¨®mica¡±, concluye.
Quienes han sufrido en sus carnes el zarpazo de esa seguridad nacional no son muy optimistas con lo que est¨¢ por venir. Wu Qiang, un intelectual que fue despedido de su trabajo como profesor en la Universidad de Tsinghua en 2015, tras llevar a cabo un trabajo de campo en el movimiento Occupy Central de Hong Kong, dice que para entender el pr¨®ximo quinquenio hace falta observar los ¨²ltimos 10 a?os de Xi en el poder. Habla de las ¡°purgas pol¨ªticas y sociales¡± que ha puesto en marcha, con campa?as anticorrupci¨®n, por un lado, y, en paralelo, contra activistas, abogados de derechos humanos y periodistas. Y de c¨®mo ha ido gradualmente abandonando el liderazgo colectivo para concentrar el poder en una sola persona.
Wu, que estos d¨ªas ha recibido el aviso de la polic¨ªa advirti¨¦ndole de que no converse con la prensa ¨Dun mensaje similar al de muchos activistas¨D, se encuentra en una cafeter¨ªa de Pek¨ªn. Sorbe un caf¨¦, mira con suspicacia alrededor y dice que el Congreso va a confirmar esta ¡°forma ¨²ltima de autoritarismo¡±. Y lo compara con el Leviat¨¢n de Thomas Hobbes, que ¡°controla toda la vida pol¨ªtica, econ¨®mica y social¡±. No cree que el giro de Xi sea un movimiento brusco e inesperado. En su opini¨®n, fue una elecci¨®n consciente del partido, que lo nombr¨® hace a?os con el objetivo de reforzarse, contrarrestar las ¡°revoluciones de colores¡± y prevenir un colapso como el de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
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