Paseo por la China del culto al omnipresente Xi Jinping
A las puertas del Congreso del Partido Comunista, que arranca este domingo, una exposici¨®n cimenta la figura del l¨ªder, que aspira a un tercer mandato sin precedentes
Los dos j¨®venes posan ante un Dongfeng 17, un misil bal¨ªstico hipers¨®nico de alcance medio, desarrollado por China en los ¨²ltimos a?os. Se hacen fotos, primero uno, luego el otro. No es nada habitual tenerlo tan cerca. El cohete mide 11 metros, pesa 15 toneladas y tiene capacidad convencional y nuclear, seg¨²n el Centre for International and Strategic Studies. Ahora mismo, descansa como un tronco de acero puntiagudo sobre un enorme cami¨®n. El proyectil es uno de esos que inquietan a Washington porque colocan a Pek¨ªn en primera l¨ªnea en t¨¦rminos de tecnolog¨ªa militar. China ensay¨® con ellos hace poco: los lanz¨® en agosto, durante los ejercicios b¨¦licos que puntearon el contorno de Taiw¨¢n tras la visita a Taip¨¦i de Nancy Pelosi, presidenta de la C¨¢mara de Representantes estadounidense, seg¨²n recogi¨® el diario oficialista chino Global Times. Los dos j¨®venes, de 23 a?os, cuentan que son estudiantes de ingenier¨ªa nuclear. Y que han venido a esta exposici¨®n para disfrutar del ¡°rejuvenecimiento de China¡±. Su parte favorita, aseguran: ¡°Las muestras de armamento¡±.
El proyectil DF-17, su hermano mayor, el DF-41, adem¨¢s de un dron, un helic¨®ptero, un tanque y la r¨¦plica del rover chino que aterriz¨® en Marte en 2021 son solo el aperitivo de la exposici¨®n titulada Avanzando en la nueva era. Se encuentran desplegados en un patio a la entrada del Centro de Exposiciones de Pek¨ªn, un edificio construido por arquitectos sovi¨¦ticos en los a?os cincuenta del pasado siglo. La muestra fue inaugurada hace un par de semanas por el presidente Xi Jinping, para resaltar sus 10 a?os en la c¨²spide del poder y calentar motores de cara a este domingo, cuando da comienzo el XX Congreso del Partido Comunista, en el que se espera que Xi vuelva a recoger la batuta para ejercer un tercer mandato sin precedentes.
Si alguien tiene dudas sobre los apoyos con los que cuenta Xi dentro del c¨®nclave a unos d¨ªas del gran evento pol¨ªtico quinquenal, la visita a las tripas del edificio de aire estalinista ¡ªorganizada el pasado mi¨¦rcoles por el servicio de prensa del Congreso¡ª enseguida las aclara: el l¨ªder es omnipresente.
El d¨ªa de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n, hace poco m¨¢s de dos semanas, Wang Huning, uno de los principales ide¨®logos del partido, miembro del Comit¨¦ Permanente del Politbur¨®, el m¨¢ximo ¨®rgano de poder, y parte del c¨ªrculo ¨ªntimo del presidente, asever¨®: ¡°La raz¨®n por la que el Partido y el pa¨ªs pueden alcanzar logros hist¨®ricos [...] radica en que el secretario general Xi Jinping est¨¢ al frente¡±. Con sus palabras no dejaba ning¨²n resquicio sobre su continuidad en lo m¨¢s alto. ¡°A trav¨¦s de esta exposici¨®n, debemos guiar a los cuadros y a las masas para que sigan avanzando inquebrantablemente bajo la direcci¨®n del Comit¨¦ Central del Partido con el camarada Xi Jinping en el centro¡±, a?adi¨®.
La muestra arranca con un v¨ªdeo proyectado en una enorme pantalla. Suena m¨²sica ¨¦pica mientras pasan como fogonazos una retah¨ªla de ¡°logros¡±: un supercomputador, la ¡°lucha¡± contra la covid, el 70? aniversario ¡°de la guerra antifascista¡±, la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, un cohete despegando, los astronautas de la estaci¨®n espacial china. ¡°Esta pasada d¨¦cada¡±, dice una voz con aire propagand¨ªstico, ¡°hemos completado la construcci¨®n de una sociedad pr¨®spera. Hemos ense?ado al mundo nuestro trabajo duro e innovaci¨®n¡±.
A partir de aqu¨ª, una gu¨ªa vestida de rojo serpentea a trav¨¦s de un sinf¨ªn de estancias, comenzando por la sala de ¡°desarrollo econ¨®mico¡±. El auricular a trav¨¦s del cual llegan sus explicaciones se entrecorta y se escuchan frases sueltas: ¡°La fuerza tecnol¨®gica china¡ reforma¡ legislaci¨®n para implantar valores¡¡±. Entre tanto se ven robots, infinidad de paneles explicativos, turbinas, instrumentos musicales, una inteligencia artificial; hay hasta un pedazo de la Luna que la misi¨®n china trajo de vuelta, contenida en una esfera que los visitantes escudri?an acercando el rostro.
Hay tambi¨¦n fotograf¨ªas enormes de Xi por todas partes. La exposici¨®n est¨¢ dispuesta de tal modo que uno nunca pierde de vista al secretario general del partido, jefe del Estado y presidente de la Comisi¨®n Militar Central, as¨ª como el l¨ªder tampoco le pierde de vista a uno: aqu¨ª un Xi sonriente entre ni?os, all¨¢ entre ancianos de zonas rurales, a la izquierda, aplaudiendo en una ceremonia, a la derecha, dando la mano a los trabajadores de una f¨¢brica. La d¨¦cada de Xi es tambi¨¦n un viaje hacia la concentraci¨®n del poder en una sola persona, que incluye el cambio en la Constituci¨®n en 2018 para poder optar al tercer mandato.
¡°Valores centrales del socialismo¡¡±, contin¨²a la gu¨ªa, que enseguida pasa a otra estancia en la que un mural muestra ¡°rostros felices de gente con vidas felices¡±, momento en el que aprovecha para indicar los centenares de aldeas que abandonaron el umbral de pobreza en estos 10 a?os. No se toca, en cambio, la dura represi¨®n de los uigures en Xinjiang ¡ªque podr¨ªan constituir ¡°cr¨ªmenes contra la humanidad¡±, seg¨²n un reciente informe de la ONU¡ª.
La muestra, exenta de toda cr¨ªtica, dedica una parte a la lucha contra la covid. Un mural esculpido al modo del realismo socialista muestra escenas heroicas de m¨¦dicos, militares y civiles. ¡°Esp¨ªritu antipand¨¦mico¡±, se lee. ¡°La vida es superior. Todo el pa¨ªs comparte un solo coraz¨®n¡±. Por all¨ª, ante un maniqu¨ª vestido con EPI, deambulan dos estudiantes de contabilidad, procedentes de la Universidad de Energ¨ªa El¨¦ctrica del Norte de China, en Pek¨ªn. Ruth y Alice, estos son los nombres que dan, tienen 22 a?os y ense?an el pin en la solapa del abrigo que las acredita como dos de los m¨¢s de 96 millones de miembros del partido.
Una de ellas cuenta que entr¨® incluso antes de acceder a la universidad, en 2019. ¡°El Partido Comunista de China ha guiado hacia grandes logros¡±, argumenta su decisi¨®n. Su parte favorita, explican, ha sido la dedicada a la pol¨ªtica. Por ser m¨¢s concretas, la que se refiere a la pol¨ªtica de ¡°un pa¨ªs dos sistemas¡±, a Hong Kong, Macao y a Taiw¨¢n, ¡°un problema hist¨®rico que siempre ha estado ah¨ª¡±, definen. ¡°Nos gustar¨ªa tanto que se resolviera. Nuestra vida ha mejorado, pero queremos que sea perfecta. Y esto llegar¨¢ cuando Taiw¨¢n sea parte de China¡±.
Tras ver a Xi plantando un ¨¢rbol, a Xi en un bosque, a Xi saludando desde el coche descapotable en un desfile, se puede observar a Xi dando un apret¨®n de manos a su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin, y justo al lado, a tama?o algo menor, en una videoconferencia con el presidente estadounidense, Joe Biden. La estancia contigua es la dedicada a ¡°un pa¨ªs dos sistemas¡±. Un v¨ªdeo que pasa en bucle afirma sobre Taiw¨¢n: ¡°La reunificaci¨®n de la patria es un requisito inevitable para el gran rejuvenecimiento de la naci¨®n china en la nueva era. La gran tendencia a la reunificaci¨®n es imparable. Debe realizarse¡±. Y sobre Hong Kong, menciona las ¡°medidas¡± que han hecho pasar a la isla ¡°del caos al buen gobierno¡±. Ni una l¨ªnea para las protestas. Ni una frase sobre los opositores encarcelados. Ni sobre la merma de libertades. Ni sobre el cierre de medios cr¨ªticos.
Un fogonazo de disidencia en Pek¨ªn
En una atípica muestra de disidencia en estos tiempos, con el XX Congreso del Partido Comunista a las puertas y Pekín blindada, el jueves aparecieron en un puente de la capital china un par de pancartas de protestas contra la política estricta política de cero covid y contra el presidente, Xi Jinping. Los carteles fueron retirados enseguida por la policía, pero sus imágenes fueron replicadas ampliamente en redes sociales.
Según las fotografías compartidas, las pancartas proclamaban: “No a las pruebas PCR y sí a la comida, no a los confinamientos y sí a la libertad” y llamaban a la huelga y a derrocar a Xi Jinping. En una búsqueda este viernes en las redes sociales chinas, donde se censuran cuestiones sensibles, ya no quedaba rastro de las imágenes ni de mensajes de apoyo, pero seguían circulando en plataformas como Twitter, que solo funciona fuera de China.
El cerco en torno a los activistas, que han sido silenciados en los últimos años con el endurecimiento de las medidas por parte de Pekín, se ha estrechado en los días previos al cónclave del partido. “Un buen número de amigos fueron advertidos por la policía la semana pasada”, dice al teléfono Wu Qiang, un intelectual que fue despedido de su trabajo como profesor en la Universidad de Tsinghua en 2015, tras realizar trabajo de campo en el movimiento Occupy Central de Hong Kong. A él el aviso le llegó este jueves, en forma de visita policial, después de conceder entrevistas a medios extranjeros.
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