El lado oscuro de los c¨®nsules honorarios: terrorismo, blanqueo y tr¨¢fico de drogas
Una treintena de estos representantes espa?oles han utilizado su cargo para beneficiarse de negocios turbios. Una investigaci¨®n internacional destapa las tramas de corrupci¨®n y delitos de m¨¢s de 500 de estas figuras en todo el mundo
¡°Te har¨¦ c¨®nsul en tu pa¨ªs. Todos tus amigos ser¨¢n c¨®nsules¡±. El traficante de armas marfile?o Faouzi Jaber intentaba as¨ª, en oto?o de 2012, engatusar a los potenciales compradores de un enorme cargamento de misiles y granadas. Representaba al brazo armado de Hezbol¨¢, la milicia proiran¨ª libanesa considerada grupo terrorista, y promet¨ªa un atajo para acceder al mundo diplom¨¢tico. Jaber ahora se encuentra en una prisi¨®n federal de Estados Unidos por conspirar en apoyo de paramilitares colombianos. Desde la c¨¢rcel, relata: ¡°S¨¦ c¨®mo funcionan los consulados honorarios, c¨®mo se crean. Los c¨®nsules honorarios mueven drogas, dinero. Conozco a muchos que se meten en todo tipo de tonter¨ªas¡±.
En los ¨²ltimos 60 a?os, m¨¢s de 500 c¨®nsules honorarios de decenas de pa¨ªses han sido acusados p¨²blicamente de infringir la ley o han tenido problemas con la justicia, a menudo abusando de un cargo opaco. Nueve de ellos han sido vinculados a grupos terroristas, 26 han estado implicados en casos de tr¨¢fico de drogas y 17 han sido sancionados por otros gobiernos, como Gennady Timchenko, c¨®nsul honorario de Serbia en San Petersburgo, que forma parte del c¨ªrculo de oligarcas pr¨®ximos al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Otros han acabado en la c¨¢rcel por cr¨ªmenes que van desde el contrabando de armas o de estupefacientes hasta el asesinato, pasando por el blanqueo de dinero o la estafa.
Los casos identificados son un fragmento de un problema mucho mayor: nadie monitoriza a estos c¨®nsules y muchos gobiernos ni siquiera publican sus nombres.
Es el sistema que destapa Diplomacia en la Sombra (Shadow Diplomats), una investigaci¨®n coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigaci¨®n (ICIJ) y Propublica en la que han colaborado EL PA?S, La Sexta y El Peri¨®dico de Catalunya. M¨¢s de 150 periodistas de 46 pa¨ªses han creado la primera base de datos sobre las transgresiones de un colectivo lastrado por personas que han abusado de su estatus, sorteado la ley o favorecido sus agendas pol¨ªticas.
Los consulados honorarios, creados hace siglos como una alternativa de bajo coste para Estados sin embajadas, permiten a cualquier pa¨ªs nombrar sin apenas control a ciudadanos particulares para servir a los intereses patrios en el extranjero. Estos c¨®nsules acceden a la esfera diplom¨¢tica, codiciada por quienes buscan abrirse puertas en la industria o la pol¨ªtica, y reciben parte de la protecci¨®n de los diplom¨¢ticos de carrera: gozan de inmunidad en el ejercicio de sus funciones y tanto sus archivos como su correspondencia consular son inviolables.
El buen c¨®nsul honorario, que no tiene remuneraci¨®n sino para cubrir gastos, asiste a nacionales del pa¨ªs que representa o favorece las relaciones bilaterales. Pero en cientos de casos como los analizados se dedica tambi¨¦n a actividades complementarias que llegan hasta la financiaci¨®n del terrorismo, el fraude o el blanqueo de dinero. Son casos como el del empresario guineano Ali Saade, c¨®nsul honorario de Sud¨¢n del Sur en el L¨ªbano: el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos se?ala que es uno de los financiadores clave de Hezbol¨¢. O el abogado retirado Jack M. Webb, que desde el consulado honorario de Ghana en Houston estaf¨® 354.000 d¨®lares a base de inflar las tarifas que cobraba por tramitar visados.
¡°Los c¨®nsules act¨²an de forma completamente aut¨®noma y no est¨¢n controlados por el Estado al que representan. El Gobierno no tiene forma de intervenir en sus asuntos¡±.
Al menos 29 c¨®nsules honorarios espa?oles en el extranjero o representantes de otros Estados en el pa¨ªs han protagonizado alg¨²n esc¨¢ndalo o han tenido problemas con la justicia. En el reciente caso de tres c¨®nsules honorarios investigados por tr¨¢fico de drogas en Barcelona, el informe de los Mossos, de 2020, no deja dudas: ¡°Los c¨®nsules act¨²an de forma completamente aut¨®noma y no est¨¢n controlados por el Estado al que representan [...]. El Gobierno espa?ol no tiene forma de intervenir en sus asuntos¡±.
Trama G¨¹rtel y desv¨ªo de dinero
Los tres casos de Barcelona llevan hasta el clan Jodorovich, uno de los m¨¢s importantes grupos de narcotr¨¢fico de la ciudad. Una trama de blanqueo de dinero conectar¨ªa la organizaci¨®n criminal con Jos¨¦ Luis L¨®pez Fern¨¢ndez, Jos¨¦ Mar¨ªa Calmet y Juli B¨¢rcena San Jos¨¦, c¨®nsules de Albania, Mali y Croacia, respectivamente. Pero no son una excepci¨®n. Hay c¨®nsules con papeles destacados en millonarias tramas de corrupci¨®n, como Pablo Collado Serra, empleado de una de las empresas de Francisco Correa, imputado en el caso G¨¹rtel y aun hoy c¨®nsul honorario de Malta en Madrid; o Jos¨¦ Luis Gamarra, que fuera c¨®nsul de Filipinas en Bilbao, y que en 2013 fue condenado a seis a?os de c¨¢rcel por apropiaci¨®n indebida de m¨¢s de siete millones de euros de la ONG Anesvad.
Entre la treintena de casos identificados hay blanqueo de dinero, tr¨¢fico de drogas, ¨®rdenes internacionales de b¨²squeda y captura, y en el extremo m¨¢s macabro, infanticidios: Rosario Porto fue c¨®nsul honoraria de Francia en Santiago de Compostela a?os antes de ser detenida, en 2013, como sospechosa del asesinato de su hija Asunta; Mario C¨¦sar Deus Yela representaba a Macedonia del Norte en Barcelona cuando fue acusado de asesinar a sus gemelos.
Actualmente, hay cerca de 500 c¨®nsules honorarios de pa¨ªses extranjeros en Espa?a, que a su vez tiene algo m¨¢s de 400 de estos diplom¨¢ticos repartidos en 143 pa¨ªses. La actividad consular suele ser una ocupaci¨®n secundaria: son abogados, profesores universitarios, economistas y, sobre todo, empresarios. Llegan al cargo porque un embajador o c¨®nsul de carrera presenta una candidatura al Ministerio de Exteriores del pa¨ªs y este la aprueba. No hay formularios ni m¨®dulos oficiales para presentar un nombre y dif¨ªcilmente se rechazan. La ¡°honorabilidad y el prestigio¡± es de lo poco que exige el reglamento del sector, de 2007.
A diferencia de los cargos en la compleja carrera diplom¨¢tica, a veces para ser c¨®nsul honorario casi basta con quererlo. Joan Gaspart, c¨®nsul honorario de Seychelles en Barcelona desde 1983, explica que ¨¦l mismo decidi¨® asumir ese rol durante un viaje por el archipi¨¦lago, que le enamor¨®. ¡°Estando all¨ª me inform¨¦ de si ten¨ªan consulado en Espa?a, me dijeron que no, habl¨¦ con el Ministerio de Asuntos Exteriores y despu¨¦s de una serie de tr¨¢mites me concedieron el t¨ªtulo¡±, recuerda.
Mapa de consulados honorarios
No hay incompatibilidades con los cargos pol¨ªticos, aunque el pa¨ªs de destino es libre de vetar un nombramiento si lo considera problem¨¢tico. As¨ª ocurri¨® en 1993, cuando Costa de Marfil propuso proclamar al empresario y pol¨ªtico Jes¨²s Gil, fallecido en 2004, c¨®nsul honorario de su pa¨ªs en Marbella. Un par de meses despu¨¦s del anuncio y cuando Gil ya hab¨ªa presumido de c¨®mo su nuevo rol le permit¨ªa fichar jugadores marfile?os para el Atl¨¦tico de Madrid, Exteriores rechaz¨® la designaci¨®n por considerarla incompatible con sus funciones como alcalde de Marbella.
Un chalet en la Costa del Sol y un consulado honorario v¨ªa web
Existe una industria de consultores que se comprometen a vender consulados honorarios de pa¨ªses pobres a cualquiera dispuesto a pagar. Lo hacen sin tapujos, como la p¨¢gina web Elma Global, que reza: ¡°Uno puede viajar a trav¨¦s de canales diplom¨¢ticos como un ¡®VIP¡¯, a menudo sin visados. Volvo y otras marcas ofrecen grandes descuentos a diplom¨¢ticos [...]. Algunos c¨®nsules utilizan su estatus diplom¨¢tico para establecer un buen comercio con buenas ganancias para ambos extremos¡±.
El consulado se emplea como tarjeta de visita, como razona el doctor en derecho Jos¨¦ Antonio de Yturriaga, exembajador de Espa?a en Rusia:¡±En Alemania se dec¨ªa, medio en serio medio en broma, que el mayor deseo que ten¨ªan los grandes empresarios y personalidades era tener un chalet en la Costa del Sol y ser c¨®nsul honorario de cualquier pa¨ªs, aunque fuera de Ruanda o Burundi¡±, comenta el diplom¨¢tico, que tambi¨¦n fue c¨®nsul general en Oporto: ¡°?ramos siete u ocho de carrera. Los dem¨¢s eran honorarios, pero nos trataban a todos igual¡±.
Fuentes del Ministerio de Exteriores, que en Espa?a tiene que dar el visto bueno final a sus c¨®nsules en otros pa¨ªses, admiten que ¡°es muy t¨ªpico que los empresarios busquen este cargo, puede que en algunos casos por motivaciones espurias, pero en muchos por prestigio¡±.
Los c¨®nsules identificados en Diplomacia en la Sombra han explotado esa aura de invulnerabilidad, no necesariamente reflejada en la ley, para evitar impuestos, multas de tr¨¢fico, registros policiales o incluso cargos criminales, esgrimiendo una protecci¨®n que no ten¨ªan. En 2015, el empresario Jean Laprade, c¨®nsul honorario de Canad¨¢ en Guinea, viol¨® a una ni?a de 12 a?os en su sede consular y logr¨® huir de vuelta a Canad¨¢ despu¨¦s de que las autoridades, creyendo que gozaba de total inmunidad, desistieran de su arresto.
Tambi¨¦n las comunicaciones de estos diplom¨¢ticos est¨¢n protegidas. Pueden utilizar valijas consulares en sus relaciones con otras oficinas, si media la autorizaci¨®n de los dos Estados; y sus archivos se consideran inviolables en muchos casos. Pero las fronteras que el tratado de Viena sobre relaciones consulares (sin actualizar desde 1963) establece a estas salvaguardas a¨²n dejan margen para el delito. En 2017, el exconsul honorario de Italia en Egipto ocult¨® m¨¢s de 21.000 antig¨¹edades egipcias ¡ªmonedas, vasijas e incluso un sarc¨®fago¡ª en un contenedor diplom¨¢tico enviado al puerto de Salerno (Italia). Un fortuito error de papeleo llev¨® a las autoridades a registrar la mercanc¨ªa y permiti¨® recuperar las reliquias.
Ruiz-Mateos y la virgen del pasaporte
La corrupci¨®n en las redes consulares es tan antigua como los intentos de sofocarla. En 1927, un panel internacional advirti¨® de que otorgar privilegios especiales a ciudadanos particulares les permit¨ªa competir ¡°de forma desleal¡± con rivales de negocios. ¡°Los c¨®nsules honorarios est¨¢n m¨¢s ocupados con sus asuntos personales que con los del pa¨ªs que les ha otorgado el t¨ªtulo¡±, conclu¨ªan los expertos hace casi 100 a?os.
En los a?os 80, un pasaporte y una imagen religiosa coincidieron en el centro de un pintoresco culebr¨®n internacional que ejemplifica las redes que pueden tenderse desde estos cargos. El entonces c¨®nsul honorario de Nicaragua en Madrid y su mujer regalaron una Virgen del Perpetuo Socorro al presidente de Honduras, Roberto Suazo, con la esperanza de canjearla por un pasaporte diplom¨¢tico para Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz-Mateos, que en aquel entonces se encontraba fuera de Espa?a tratando de sortear a la justicia. El esc¨¢ndalo se sald¨® con la renuncia del embajador de Honduras en Espa?a.
En 2007, Liberia ces¨® a casi todos sus c¨®nsules citando informes de actividad criminal. Canad¨¢, Bolivia, Costa Rica o Montenegro est¨¢n entre los Estados que han reportado fallos de supervisi¨®n o problemas peligrosos.
Seguir en el cargo a pesar de todo
Nadie est¨¢ obligado a quedarse con un c¨®nsul que no quiere. El pa¨ªs que le recibe puede retirar el cargo por la v¨ªa oficial declar¨¢ndole persona non grata o bien retir¨¢ndole la autorizaci¨®n, conocida como exequ¨¢tur. Estos ceses se suelen producir entre bambalinas, con ¡°gestiones discretas¡±, seg¨²n se?alan fuentes diplom¨¢ticas: una situaci¨®n que dificulta a¨²n m¨¢s cuantificar el alcance de la corrupci¨®n en estas redes.
Al menos cuatro de los casi 500 c¨®nsules honorarios designados por otros pa¨ªses en Espa?a permanecen en el cargo pese a haber tenido alg¨²n encontronazo con la justicia. El economista Alberto L¨®pez es c¨®nsul honorario de Costa de Marfil en A Coru?a desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas. Su estatus ha resistido una denuncia por la presunta malversaci¨®n de 400.000 euros de una empresa en concurso de acreedores. Se mantuvo incluso despu¨¦s de que huyera a Venezuela. No se vio afectado por la orden de b¨²squeda y captura internacional decretada en marzo de 2018. Y no peligr¨® cuando, un mes m¨¢s tarde, fue detenido en Caracas por la Interpol: el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela rechaz¨® extraditarle a Espa?a.
Tambi¨¦n contin¨²an en el cargo Pablo Collado, c¨®nsul honorario malt¨¦s en Palma de Mallorca e imputado en la trama G¨¹rtel; y Manuel Moreno Maestre, designado por Turqu¨ªa en la demarcaci¨®n de Sevilla e imputado en el caso Acuamed. Desde las embajadas de ambos pa¨ªses en Espa?a aseguran conocer la situaci¨®n de sus representantes y subrayan que tomar¨¢n las medidas oportunas una vez que concluyan sus procesos judiciales.
S¨ª ha tomado cartas en el asunto, aunque dos a?os despu¨¦s del comienzo de la investigaci¨®n, la embajada de Croacia en Madrid, que asegura haber iniciado los tr¨¢mites para destituir a Juli B¨¢rcena San Jos¨¦ por su presunta vinculaci¨®n con la trama de blanqueo de dinero para el clan Jodorovich. El todav¨ªa c¨®nsul croata en Barcelona explica que ¨¦l mismo inform¨® a las autoridades del pa¨ªs en 2020 y que ha comunicado a la embajada su intenci¨®n de dejar el cargo, como tarde, al final de este a?o.
Pero no es imposible deshacerse de un c¨®nsul problem¨¢tico. Cuando el empresario Jacinto Soler Padr¨®, c¨®nsul de Austria en Barcelona, se vio envuelto en la pol¨¦mica sobre la dudosa legalidad de la compra del grupo industrial La Seda, en los a?os noventa, la embajada austriaca se apresur¨® a prescindir de sus servicios. M¨¢s reciente es la destituci¨®n de cuatro c¨®nsules honorarios destinados a Barcelona por Finlandia, Filipinas, Letonia y Bulgaria, debido a sus manifestaciones a favor de la causa independentista en 2018. Uno de los cesados, Albert Ginjaume, fue detenido en junio de este a?o por su presunta relaci¨®n con una red de tr¨¢fico de drogas. La operaci¨®n de la Guardia Civil se sald¨® con la intervenci¨®n de 3,2 toneladas de khat valoradas en 61 millones de euros.
Han colaborado en esta historia:
Debbie Cenziper (Propublica), Will Fitzgibbon (ICIJ), Delphine Reuter (ICIJ), Eva Herscowitz (Northwestern University), Emily Anderson Stern (Propublica), Miguel Gonz¨¢lez (El Pa¨ªs) y Daniele Grasso (El Pa¨ªs)
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