La mancha ultra en Alemania: un problema subestimado que saca a la luz la trama golpista
Los radicales de extrema derecha son la mayor amenaza de seguridad para el pa¨ªs, que hasta hace poco minimizaba su peligrosidad
El complot del pr¨ªncipe Heinrich XIII y sus veteranos correligionarios para dar un golpe de Estado en Alemania puede parecer risible si uno se queda en la superficie. Lo que pretend¨ªan ¨Dderrocar un Gobierno democr¨¢tico¨D no se correspond¨ªa con los medios ni el apoyo con los que contaban. Sin embargo, eso no resta un ¨¢pice de peligro a un estrafalario grupo humano formado por un arist¨®crata, antiguos altos mandos militares y de la polic¨ªa, una jueza exdiputada del partido ultraderechista Alternativa para Alemania y una serie de profesionales (un cocinero, un tenor, un m¨¦dico) que ten¨ªan en com¨²n la creencia en delirantes teor¨ªas de la conspiraci¨®n. Contaban con acceso a armas, sab¨ªan usarlas y estaban dispuestos a empu?arlas. Por eso, la desarticulaci¨®n de esta presunta red terrorista ha vuelto a poner sobre la mesa un problema que Alemania ignor¨® durante demasiado tiempo: el extremismo de derechas.
Eclipsado durante a?os por el terrorismo islamista, en 2020, el entonces ministro del Interior, el conservador Horst Seehofer, anunci¨® un cambio de actitud respecto a ese peligro interno. ¡°El extremismo de derechas es la mayor amenaza a la que se enfrenta actualmente nuestro pa¨ªs¡±, proclam¨®. Hac¨ªa apenas unos meses que un pistolero ultraderechista hab¨ªa asesinado a nueve personas de origen extranjero en Hanau. El atentado m¨¢s sangriento, pero ni mucho menos el ¨²nico, a lo que se han sumado una serie de esc¨¢ndalos de infiltraci¨®n de la ultraderecha en el ej¨¦rcito y la polic¨ªa. La m¨¢s llamativa oblig¨® a disolver una de las compa?¨ªas de una unidad de ¨¦lite cuyos soldados y mandos hab¨ªan robado armas y se intercambiaban parafernalia nazi.
¡°Los extremistas de derechas est¨¢n justificadamente clasificados como la mayor amenaza porque est¨¢n dispuestos a utilizar la violencia para conseguir sus objetivos antidemocr¨¢ticos. Unos pocos bastan para causar grandes da?os¡±, alerta Alexander Yendell, investigador de la Universidad de Leipzig especializado en extrema derecha y autoritarismo. Adem¨¢s, su n¨²mero est¨¢ creciendo. La Oficina para la Protecci¨®n de la Constituci¨®n, los servicios secretos internos alemanes, detectaron en 2021 m¨¢s elementos potencialmente violentos que en 2020 entre los Reichsb¨¹rger (ciudadanos del Reich), el movimiento que niega la legitimidad del Estado alem¨¢n moderno, al que pertenec¨ªan varios de los 25 detenidos esta semana.
En la Fundaci¨®n Amadeu Antonio, que lleva el nombre de un trabajador angole?o asesinado por neonazis en 1990, llevan m¨¢s de una d¨¦cada haciendo seguimiento al entorno de los reichsb¨¹rger y han detectado una creciente radicalizaci¨®n. ¡°Se les consideraba gente rara, marginal, que quema pasaportes y no quiere pagar impuestos y pretende vivir en su propio reino. Pero se han subestimado las creencias que les unen: al no aceptar la existencia del Estado alem¨¢n, se vuelven muy violentos con los representantes del Estado¡±, se?ala su portavoz, Lorenz Blumenthaler. Aunque entonces pas¨® algo desapercibido, uno de sus miembros asesin¨® a un polic¨ªa de las fuerzas especiales (SEK) durante una operaci¨®n en 2016. El hombre, que se hab¨ªa radicalizado por internet, hab¨ªa comentado en un bar que sab¨ªa que le estaban vigilando y que pensaba llevarse por delante ¡°a un par de polic¨ªas¡± si iban a buscarle.
Los golpistas liderados por el arist¨®crata pretend¨ªan iniciar una guerra civil antes de Navidad. Pensaban atacar la red energ¨¦tica, asaltar el Bundestag y crear el caos en el pa¨ªs para establecer un ¡°nuevo orden¡± con un nuevo ej¨¦rcito reci¨¦n creado. Hablaron de someter a fiscales y jueces a un juicio al que llamaban ¡°N¨²remberg 2.0¡å.
Los expertos coinciden en que Alemania ha subestimado el problema durante demasiado tiempo. Para Blumenthaler, la explicaci¨®n hay que buscarla, en parte, en la historia, en una ¡°falta de desnazificaci¨®n¡± que permiti¨® la supervivencia de comunidades de extrema derecha. Durante a?os ¡°el problema de la violencia de ultraderecha se minimiz¨® porque sus objetivos eran principalmente las minor¨ªas: personas sin hogar, inmigrantes, izquierdistas, jud¨ªos o discapacitados¡±, asegura. Su fundaci¨®n ha documentado 219 v¨ªctimas desde 1990, el a?o de la reunificaci¨®n alemana, mientras las cifras oficiales ¡°siguen siendo hoy d¨ªa significativamente inferiores¡±, subraya.
Los asesinatos de kebab
El mejor ejemplo son los en su momento bautizados como ¡°asesinatos del kebab¡±, porque dos de ellos se produjeron en restaurantes de comida r¨¢pida turca. Una serie de 10 muertes de inmigrantes sin aclarar se atribuyeron a mafias extranjeras y ajustes de cuentas hasta que la Polic¨ªa descubri¨®, a?os despu¨¦s, que estaba detr¨¢s un grupo terrorista neonazi llamado NSU. El jefe de los servicios secretos tuvo que dimitir por los monumentales errores cometidos durante la investigaci¨®n. Blumenthaler apunta a que ahora que el terrorismo de derechas tiene como objetivo al Estado y a sus representantes ¡°la cuesti¨®n ha adquirido un nuevo grado de relevancia pol¨ªtica¡±.
Alemania ha vivido en los ¨²ltimos a?os varios atentados sangrientos protagonizados por radicales de derechas. El m¨¢s reciente es el de Hanau, en 2020, cuando un ultraderechista de ideas ¡°profundamente racistas¡± mezcladas con teor¨ªas conspirativas, dispar¨® indiscriminadamente en dos bares frecuentados por la comunidad turca. En 2019, un neonazi mat¨® a tiros al pol¨ªtico Walter L¨¹bcke, un conocido defensor de la pol¨ªtica alemana de brazos abiertos con los refugiados. Meses despu¨¦s, otro ultraderechista intent¨® entrar armado en la sinagoga de Halle y al no conseguirlo mat¨® a dos personas que pasaban por la calle.
La desarticulaci¨®n de la banda de golpistas tambi¨¦n ha aflorado la conexi¨®n entre los radicales violentos y Alternativa para Alemania (AfD) un partido legal que entr¨® por primera vez en el Bundestag en 2017 enarbolando las cr¨ªticas a la pol¨ªtica de refugiados alemana tras la crisis migratoria de 2015. Entre los detenidos figura Birgit Malsack-Winkemann, exdiputada de la formaci¨®n que pretend¨ªa ser la ministra de Justicia del nuevo orden resultante del golpe. Pese a que esta legislatura no entr¨® en las listas, Malsack-Winkemann conservaba el permiso para acceder al Bundestag. Pensaba usarlo para introducir a dos docenas de asaltantes armados en el hist¨®rico edificio del Reichstag y tomar como rehenes a los diputados.
¡°Siempre que se detiene a un grupo de extrema derecha aparecen v¨ªnculos con AfD o con sus miembros¡±, se?ala Blumenthaler. El canciller, Olaf Scholz, asegur¨® que la presencia de la pol¨ªtica entre la lista de arrestados ¡°es obviamente un caso m¨¢s que notable y de gran gravedad¡±. Adem¨¢s de la exdiputada, que hasta su detenci¨®n el mi¨¦rcoles ejerc¨ªa como jueza en un tribunal de Berl¨ªn, est¨¢ detenido Christian Wendler, que form¨® parte de una agrupaci¨®n local de AfD en Sajonia. ¡°Habr¨¢ que ver c¨®mo de estrechas son las conexiones y qui¨¦n m¨¢s est¨¢ implicado, pero hay otro problema: la operaci¨®n ha demostrado que los reichsb¨¹rger manejan dinero. Sabemos que hay empresarios ricos que financian a grupos de extrema derecha y ser¨¢ importante vigilar los flujos de dinero¡±, a?ade Yendell.
En un pa¨ªs te¨®ricamente vacunado por la historia del siglo XX, la mancha ultraderechista se ha extendido en los ¨²ltimos a?os por el ej¨¦rcito y las fuerzas de seguridad. Varios gobiernos regionales han tenido que intervenir al descubrir grupos de chat de funcionarios con mensajes racistas y antisemitas. El a?o pasado, Defensa tuvo que retirar a un pelot¨®n completo de una misi¨®n de la OTAN en Lituania por entonar c¨¢nticos antisemitas y dedicar el cumplea?os feliz a Adolf Hitler en una fiesta. Los ejemplos se acumulan. Un informe reciente de la Oficina para la Protecci¨®n de la Constituci¨®n contabiliza m¨¢s de 300 casos entre julio de 2018 y julio de 2021 de miembros de los cuerpos de seguridad con actitudes ultraderechistas (insultos racistas, gritos de Sieg Heil, el saludo hitleriano con el brazo en alto) o conexiones con los ciudadanos del Reich o partidos neonazis.
La ministra del Interior, Nancy Faeser, lleva tiempo trabajando en un proyecto de ley para expulsar r¨¢pidamente a los extremistas de las instituciones. Ahora, los expedientes se alargan de media cuatro a?os. La macrooperaci¨®n contra los reichsb¨¹rger ¡ªcon 54 sospechosos en 11 de los 16 Estados federados alemanes, Austria e Italia¡ª ha dado nueva urgencia a ese texto, informa Der Spiegel, que adelanta el borrador del texto, donde se lee: ¡°Los funcionarios cuyo comportamiento contradiga abiertamente los valores b¨¢sicos de la democracia parlamentaria son inaceptables en la funci¨®n p¨²blica¡±.
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