Qui¨¦nes son el pr¨ªncipe Heinrich y los ¡®reichsb¨¹rger¡¯ que planeaban un golpe de Estado en Alemania
Los 25 detenidos en Alemania por idear la toma del Parlamento alem¨¢n forman parte de un grupo extremista de derechas que no reconoce la legitimidad de la Rep¨²blica Federal que sali¨® de la II Guerra Mundial
Se llama Heinrich XIII, tiene 71 a?os y forma parte de una antigua familia aristocr¨¢tica alemana, la casa de Reuss, que tiene la tradici¨®n de llamar a todos los hijos varones Enrique (Heinrich) y distinguirlos con un numeral. Es un personaje bastante conocido en su ciudad, Fr¨¢ncfort, por su linaje y por haber sido empresario. Pero desde este mi¨¦rcoles pesa sobre ¨¦l una acusaci¨®n muy grave: ser el cabecilla del grupo de 25 personas detenidas en Alemania por planificar un golpe de Estado. La organizaci¨®n, que las autoridades alemanas califican de terrorista, est¨¢ formada por miembros de un movimiento de extrema derecha llamado Reichsb¨¹rger (Ciudadanos del Reich) que no reconoce la Alemania democr¨¢tica.
Los reichsb¨¹rger son una de las principales preocupaciones de las fuerzas de seguridad, que los considera muy radicales y, en algunos casos, dispuestos a tomar las armas. No es un grupo organizado como tal. Son grup¨²sculos o individuos nost¨¢lgicos del imperio alem¨¢n que cuestionan la propia existencia de la Rep¨²blica Federal de Alemania y su ordenamiento jur¨ªdico. No reconocen la Constituci¨®n ni las fronteras y niegan la legitimidad de los representantes pol¨ªticos elegidos democr¨¢ticamente. Viven en una especie de realidad paralela en la que rechazan usar los documentos de identificaci¨®n oficiales y en su lugar emiten tarjetas ficticias como sus propios permisos de conducir, el equivalente del DNI o placas de matr¨ªcula ¡°del Reich alem¨¢n¡±. Muchos se niegan a pagar impuestos.
Hace tiempo que este movimiento est¨¢ en el punto de mira de las autoridades. Seg¨²n la Oficina para la Protecci¨®n de la Constituci¨®n, el servicio secreto interior alem¨¢n, el entorno de los reichsb¨¹rger tiene ¡°un alto potencial violento¡±. En el ¨²ltimo informe sobre las amenazas extremistas a la seguridad nacional, de 2021, la oficina calcul¨® que hay unas 21.000 personas asociadas a esta ideolog¨ªa y que, de ellas, 2.100 son violentas o hay riesgo claro de que lo sean. Sus ideas se superponen con las de la extrema derecha de los grupos neonazis. Coinciden en el revisionismo hist¨®rico y en los principios nacionalsocialistas.
Entre los 25 detenidos este mi¨¦rcoles por planear un asalto al Parlamento alem¨¢n hay perfiles muy distintos: el autodenominado pr¨ªncipe Reuss, que iba a ser el jefe del Estado del nuevo orden que quer¨ªan imponer; una exdiputada del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD); antiguos mandos del Ej¨¦rcito alem¨¢n; expolic¨ªas; pero tambi¨¦n un chef, un piloto, un abogado y un tenor. Un m¨¦dico adinerado don¨® 20.000 euros al grupo con los que, seg¨²n relata Der Spiegel, se atendieron ¡°asuntos espirituales¡± y se contact¨® con presuntos adivinos que ten¨ªan que verificar si los posibles compa?eros de armas eran de fiar.
El grupo, una red muy extendida, con sospechosos en 11 de los 16 Estados federados alemanes, Austria e Italia, est¨¢ formado tambi¨¦n por un movimiento llamado Querdenker (pensadores laterales, seg¨²n su autodenominaci¨®n), y por partidarios de la ideolog¨ªa de la conspiraci¨®n de QAnon de EE UU, seg¨²n la Fiscal¨ªa alemana. Bajo la denominaci¨®n de Querdenker, conocidos por protagonizar las protestas contra el Gobierno alem¨¢n durante la pandemia de coronavirus, se esconde un movimiento muy heterog¨¦neo de negacionistas, conspiracionistas, ultraderecha y ciudadanos de a pie enfadados por las restricciones.
Los detenidos, explic¨® el mi¨¦rcoles el fiscal federal, Peter Frank, se encuadran tanto en el entorno de los llamados ciudadanos del Reich como en ese ambiente de radicalizaci¨®n alimentado por teor¨ªas de la conspiraci¨®n. Al no ser un partido ni una organizaci¨®n de nivel nacional, ni tener una ideolog¨ªa definida, son grupos dif¨ªciles de monitorizar, aunque la polic¨ªa vigilaba la red golpista desarticulada al menos desde el verano. Ten¨ªan pinchados sus tel¨¦fonos y controlaban sus grupos de chat. As¨ª es como descubrieron que el pr¨ªncipe Reuss estaba llamando a la acci¨®n violenta: ¡°?Ahora vamos a aplastarlos, se acab¨® la diversi¨®n!¡±, exclama en una de las llamadas interceptadas.
A los investigadores les ha sorprendido la edad de los terroristas: casi todos son mayores de 40 a?os y sus dos cabecillas ¡ªHeinrich XIII, del brazo pol¨ªtico, y R¨¹diger P., un antiguo coronel del Ej¨¦rcito, del militar¨D rondan los 70 a?os. El at¨ªpico l¨ªder arist¨®crata del complot ya estaba fichado como simpatizante del movimiento Reichsb¨¹rger. Hace a?os, en una conferencia en Z¨²rich (Suiza), neg¨® la legitimidad de la Rep¨²blica Federal, difundi¨® teor¨ªas de la conspiraci¨®n antisemitas y habl¨® de Alemania como ¡°un pa¨ªs ocupado¡±. Tambi¨¦n defendi¨® la monarqu¨ªa como el sistema m¨¢s perfecto. Los investigadores creen que quer¨ªa ser el pr¨®ximo kaiser (emperador) alem¨¢n.
El ¡®k¨¢iser¡¯, un ¡°viejo amargado¡±
Su familia rompi¨® con ¨¦l hace tiempo. En agosto, Heinrich XIV, portavoz de la casa Reuss, que gobern¨® en Turingia durante 800 a?os hasta el colapso de la monarqu¨ªa alemana, cont¨® a un diario regional que Heinrich XIII se hab¨ªa distanciado de ellos ¡°por voluntad propia¡±. Lo llam¨® ¡°viejo amargado¡±, dijo que era aficionado ¡°a las teor¨ªas conspirativas¡± y que estaba confundido. La familia Reuss, subray¨®, no ten¨ªa nada que ver con las declaraciones pol¨ªticas de su pariente. Pese a que en Alemania ya no hay pr¨ªncipes, Heinrich XIII segu¨ªa usando esa denominaci¨®n.
Los reichsb¨¹rger se consideran continuadores del imperio alem¨¢n (1871-1918) y difunden su visi¨®n del mundo a trav¨¦s de internet, donde tienen sus propias p¨¢ginas web, canales en redes sociales y foros de discusi¨®n. Algunos tambi¨¦n hacen caja ofreciendo los falsos documentos de identificaci¨®n ¡°DNI del Reich¡±. Seg¨²n la Oficina para la Protecci¨®n de la Constituci¨®n, uno de esos grupos, llamado Herederos de Bismarck, trat¨® de crear su propia web de noticias el a?o pasado. En sus cabezas, los patriotas son ellos, y por eso quieren liberar a Alemania del Gobierno actual.
Los detenidos estaban convencidos de que el pa¨ªs est¨¢ gobernado por miembros de un ¡°Estado profundo¡± (del ingl¨¦s deep state) y que una sociedad secreta llamada La Alianza se dispon¨ªa a intervenir para liberar a los alemanes. Los miembros del brazo militar de la red deb¨ªan ayudarles a deponer a los poderes actuales. Eran conscientes de que se producir¨ªan muertes, asegura la Fiscal¨ªa, pero las consideraban un paso intermedio para lograr el pretendido ¡°cambio de sistema en todos los niveles¡±.
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