Varias ONG internacionales suspenden su actividad en Afganist¨¢n por la prohibici¨®n de trabajar en ellas a las mujeres
Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados y Care Internacional exigen a los talibanes que permitan trabajar a sus empleadas
Tres importantes ONG extranjeras anunciaron este domingo la suspensi¨®n de sus actividades en Afganist¨¢n debido a la decisi¨®n de los talibanes, que se conoci¨® el s¨¢bado, de prohibir a las mujeres trabajar para las ONG, locales e internacionales, consideradas vitales para el pa¨ªs, cuya grave crisis humana se ha agravado desde que los talibanes recuperaran el poder el 15 de agosto de 2021. En una declaraci¨®n conjunta, Save the Children, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC por sus siglas en ingl¨¦s) y CARE Internacional anunciaron que dejan en el aire sus proyectos humanitarios hasta que ¡°se aclare¡± el anuncio de los talibanes.
¡°Suspendemos nuestros programas, exigiendo que se permita a hombres y mujeres continuar ayudando a salvar vidas en Afganist¨¢n¡±, afirmaron las tres organizaciones: ¡°No podemos llegar de forma eficaz a ni?os, mujeres y hombres que necesitan ayuda desesperadamente sin nuestro personal femenino¡±, remarca un tuit de NRC.
A Taliban ban on NGOs employing women has forced NRC and other humanitarian organisations to suspend services across #Afghanistan. We cannot effectively reach children, women and men in desperate need without our female staff. https://t.co/sWhBVU4rDc
— Norwegian Refugee Council (@NRC_Norway) December 25, 2022
El domingo, altos funcionarios de la ONU y decenas de ONG que operan en Afganist¨¢n debatieron el camino a seguir despu¨¦s de que los talibanes les ordenaran dejar de trabajar con mujeres.
La orden a las ONG para que prohibieran a sus empleadas seguir desempe?ando sus tareas se recog¨ªa en una carta del Ministerio de Econom¨ªa, confirmada por su portavoz, Abdulrahman Habib. El Ministerio amenaz¨® con no renovar sus permisos para trabajar en el pa¨ªs si no acataban la directriz. El texto justificaba la medida aludiendo a ¡°graves denuncias¡± de que las trabajadoras humanitarias no hab¨ªan respetado el r¨ªgido c¨®digo de vestimenta isl¨¢mico que los talibanes pretenden imponer y que obliga a las mujeres a cubrir todo su cuerpo, incluso el rostro.
La misiva no especificaba si esta orden afectaba a las expatriadas extranjeras que trabajan para las ONG. Tampoco si esta directriz se extend¨ªa al personal femenino de las agencias de Naciones Unidas presentes en el pa¨ªs. No est¨¢ a¨²n claro c¨®mo afectar¨¢ esta prohibici¨®n a estas agencias, que tienen una gran presencia en Afganist¨¢n y cuya asistencia se considera imprescindible para garantizar la supervivencia de millones de afganos sumidos en una grave crisis humana. Cuando se le pregunt¨® al portavoz si este veto inclu¨ªa a las agencias de la ONU, Habib dijo que la carta se aplicaba a las organizaciones que dependen del organismo de coordinaci¨®n de las organizaciones humanitarias, conocido como ACBAR. Esta entidad no incluye a las agencias de Naciones Unidas, sino a m¨¢s de 180 ONG locales e internacionales. La ONU, sin embargo, subcontrata a menudo a ONG para llevar a cabo sus proyectos humanitarios.
¡°La prohibici¨®n repercutir¨¢ en todos los aspectos del trabajo humanitario, pues las mujeres son fundamentales en la labor humanitaria, ya que las empleadas ocupan puestos clave en los proyectos destinados a la vulnerable poblaci¨®n femenina del pa¨ªs¡±, declar¨® el domingo un alto funcionario de una ONG extranjera.
Millones de afganos dependen de la ayuda humanitaria proporcionada por donantes internacionales a trav¨¦s de una amplia red de ONG. En un comunicado, la ONU record¨® a las autoridades afganas que al marginar a las mujeres ¡°sistem¨¢ticamente excluidas de todos los aspectos de la vida p¨²blica y pol¨ªtica de la vida pol¨ªtica¡±, est¨¢n ¡°haciendo retroceder al pa¨ªs al socavar los esfuerzos para llevar la paz y una estabilidad significativa¡±.
En los ¨²ltimos meses, se ha estrechado el cerco sobre las mujeres. Los talibanes, que volvieron al poder en agosto de 2021, les prohibieron hace menos de una semana que siguieran estudiando en universidades p¨²blicas y privadas, arguyendo la misma raz¨®n: el c¨®digo de vestimenta, que supuestamente las estudiantes han violado, seg¨²n su versi¨®n. Esta decisi¨®n veta a las afganas de la educaci¨®n superior, despu¨¦s de que los talibanes privaran a las adolescentes de completar su educaci¨®n secundaria al cerrar los institutos femeninos. Con el veto en el ciclo superior, todas las estudiantes afganas mayores de 12 a?os quedan privadas de educaci¨®n. El anuncio no solo sumi¨® en la desesperaci¨®n a muchas j¨®venes afganas, que aparec¨ªan deshechas en llanto en v¨ªdeos difundidos en las redes sociales, sino que suscit¨® una nueva oleada de condenas internacionales.
El derecho a estudiar no es el ¨²nico que los talibanes han arrebatado a las afganas desde su llegada a un poder que ya hab¨ªan ocupado entre 1996 y 2001. Tambi¨¦n se las ha excluido de numerosos empleos p¨²blicos. Las afganas no pueden viajar sin ir acompa?adas de un pariente cercano var¨®n y se les ha ordenado que se cubran fuera de casa, idealmente con un burka. Tampoco se les permite entrar en los parques y jardines de Kabul.
El director regional de Unicef, George Laryea-Adjei, conden¨® este domingo el ¨²ltimo decreto de los talibanes, que defini¨® como ¡°el ¨²ltimo retroceso flagrante de los derechos de las ni?as y las mujeres, que tendr¨¢ consecuencias de gran alcance para la prestaci¨®n de servicios sanitarios, nutricionales y educativos a los ni?os¡±, tuite¨®.
UNICEF strongly condemns the Taliban decree banning female humanitarian workers at NGOs in #Afghanistan from work. This latest egregious rollback of rights for girls & women will have sweeping consequences on the provision of health, nutrition & education services for children.
— George Laryea-Adjei (@G_LaryeaAdjei) December 25, 2022
Decenas de organizaciones humanitarias trabajan en zonas remotas de Afganist¨¢n y muchos de sus empleados son mujeres. ¡°En mi familia somos 15 y yo soy el ¨²nico sost¨¦n de la familia. Si pierdo mi trabajo, mi familia se morir¨¢ de hambre¡±, afirma Shabana, de 24 a?os, una trabajadora de una ONG en Kabul.
Otra mujer afgana de 27 a?os, que no desea dar su nombre por miedo a las represalias de los talibanes, y que deb¨ªa empezar a trabajar este domingo, afirm¨® ¡°El duro trabajo que he hecho durante los ¨²ltimos a?os en el ¨¢mbito de la educaci¨®n se ha hecho a?icos, pero somos lo bastante valientes para no aceptar las prohibiciones, y luchar por nuestros derechos. Puede llevar tiempo, pero si creemos en nosotras mismas, volveremos m¨¢s fuertes que nunca¡±, afirm¨®.
En amplias zonas de Afganist¨¢n, las pr¨¢cticas culturales vetan que un hombre hable, examine u ofrezca asistencia humanitaria a mujeres que no son parientes cercanos. Estas pr¨¢cticas, agravadas por la estricta separaci¨®n de sexos que los talibanes han reforzado, vetan que, por ejemplo, un m¨¦dico var¨®n atienda a una mujer en un parto, incluso si la vida de la parturienta o la del beb¨¦ est¨¢n en peligro. De hecho, la escasez de sanitarias en Afganist¨¢n sigue siendo, seg¨²n diversos estudios internacionales, una de las barreras que impide la reducci¨®n de la mortalidad maternal. Muchas de las afganas que trabajaban en asistencia sanitaria est¨¢n empleadas en estas ONG, que desempe?an un papel crucial en el sistema sanitario afgano y en otros ¨¢mbitos, como el educativo.
En septiembre de 2021, menos de un mes despu¨¦s de que los talibanes retomaran el poder, Filipe Ribeiro, entonces representante de M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) en Afganist¨¢n, asegur¨® a este diario que los talibanes hab¨ªan garantizado a su organizaci¨®n que sus trabajadoras no tendr¨ªan problemas. Seg¨²n Naciones Unidas y los organismos de ayuda, m¨¢s de la mitad de los 38 millones de habitantes de Afganist¨¢n viven en la pobreza, una situaci¨®n agravada por el duro invierno afgano.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.