Sunak destituye al presidente del Partido Conservador por ocultar su fraude fiscal
El primer ministro brit¨¢nico, obligado a mostrar mano dura con la corrupci¨®n para imponer su autoridad en Downing Street
Rishi Sunak ha expulsado este domingo a Nadhim Zahawi de la presidencia del Partido Conservador, un puesto con rango ministerial, para intentar frenar las cr¨ªticas por su supuesta actitud blanda ante los casos de corrupci¨®n. ¡°Cuando me convert¨ª en primer ministro el a?o pasado, promet¨ª que mi Gobierno desplegar¨ªa integridad, profesionalidad y rendici¨®n de cuentas en cada uno de sus niveles¡±, comienza la carta, con membrete de Downing Street, en l...
Rishi Sunak ha expulsado este domingo a Nadhim Zahawi de la presidencia del Partido Conservador, un puesto con rango ministerial, para intentar frenar las cr¨ªticas por su supuesta actitud blanda ante los casos de corrupci¨®n. ¡°Cuando me convert¨ª en primer ministro el a?o pasado, promet¨ª que mi Gobierno desplegar¨ªa integridad, profesionalidad y rendici¨®n de cuentas en cada uno de sus niveles¡±, comienza la carta, con membrete de Downing Street, en la que Sunak ha comunicado a Zahawi su cese.
El pasado fin de semana, el diario The Sunday Times revel¨® que Zahawi hab¨ªa tenido que llegar a un acuerdo con la Hacienda brit¨¢nica (HMRC, en sus siglas en ingl¨¦s) para realizar un pago complementario de cinco millones de libras (unos 5,7 millones de euros, al cambio actual), de los que al menos un mill¨®n eran en concepto de sanci¨®n. El pol¨ªtico, de origen iraqu¨ª, hab¨ªa vendido con ¨¦xito las acciones de la empresa de consulta demosc¨®pica YouGov, que contribuy¨® a fundar con otro socio. Gran parte de esas acciones estaban a nombre de una sociedad instrumental localizada en Gibraltar, Balshore, a nombre del padre de Zahawi.
Ni el ya cesado ministro, ni la propia Hacienda, revelaron en su momento el conflicto resultante, que, aparentemente, chocaba de modo frontal con el c¨®digo ministerial (de ¨¦tica y buena gobernanza) al que est¨¢n sometidos todos los miembros del Gobierno brit¨¢nico. Sunak quiso ganar tiempo y puso el asunto en manos del asesor especial para asuntos ¨¦ticos, Laurie Magnus, cuyo dictamen ha resultado demoledor. ¡°Ha quedado claramente establecido que ha habido una violaci¨®n grave del c¨®digo ministerial. Como resultado, te informo de mi decisi¨®n de apartarte del puesto que ocupas en el Gobierno de Su Majestad¡±, ha escrito a Zahawi el primer ministro.
Sunak ha tenido que hacer de tripas coraz¨®n para deshacerse de un pol¨ªtico muy querido entre sus compa?eros conservadores, aunque ciertamente le han ayudado las informaciones que, en apenas una semana, se han ido acumulando sobre los negocios de Zahawi.
Nacido en 1967, el pol¨ªtico defenestrado procede de una familia kurda de Irak con conexiones y fortuna: su padre lleg¨® a ser gobernador del Banco Central del pa¨ªs. Huyeron del r¨¦gimen de Sadam Husein en medio de la noche, y el peque?o Nadhim lleg¨® a Londres con 11 a?os sin hablar apenas ingl¨¦s. Aunque se licenci¨® como ingeniero, enseguida se volc¨® en los negocios, con un claro instinto para hacer dinero. Hasta hoy era el miembro del Gobierno con una mayor fortuna personal, despu¨¦s del propio Sunak: m¨¢s de 66 millones de euros, a trav¨¦s de su compa?¨ªa Zahawi&Zahawi, seg¨²n consta en el registro p¨²blico mercantil de Inglaterra.
Despu¨¦s del dinero logrado con la venta de la empresa de encuestas YouGov, Zahawi se volc¨® en la pol¨ªtica, su segunda vocaci¨®n, donde tuvo una carrera ascendente. En 2010 se convirti¨® por primera vez en diputado de la C¨¢mara de los Comunes, al conquistar el esca?o de la circunscripci¨®n de Stratford. Pero no abandon¨® sus conexiones con algunas de las familias m¨¢s poderosas del Irak que comenz¨® a construirse despu¨¦s de la invasi¨®n estadounidense de 2003. La compa?¨ªa de su padre, Iraq Projects Business Development, comenz¨® de inmediato a adquirir contratos de limpieza, mantenimiento y log¨ªstica por parte de la Administraci¨®n provisional del pa¨ªs, en manos de Washington.
Zahawi, que hab¨ªa conseguido ya ser elegido vicepresidente de la comisi¨®n parlamentaria bipartidista en apoyo del Kurdist¨¢n, no dejaba de viajar a la regi¨®n a costa del Gobierno local, con el que cada vez ten¨ªa mejores contactos. Se convirti¨® en el asesor inevitable para todas las compa?¨ªas petrol¨ªferas que quer¨ªan sacar beneficio de una regi¨®n convulsa pero con un prometedor potencial de riquezas.
El momento, sin embargo, en que su nombre empez¨® a ser conocido para la opini¨®n p¨²blica, tuvo lugar durante la pandemia. Como viceministro para el Desarrollo de la Vacuna de la covid-19 realiz¨® un trabajo eficaz y r¨¢pido. Contribuy¨® a que el Reino Unido fuera el primer pa¨ªs en poner en marcha una campa?a masiva de inmunizaci¨®n, lo que acab¨® siendo uno de los mayores logros propagand¨ªsticos del Gobierno de Boris Johnson. Tal fue la notoriedad alcanzada por Zahawi que, cuando el propio Sunak ¡ªentonces ministro de Econom¨ªa¡ª decidi¨® presentar su dimisi¨®n en protesta por la acumulaci¨®n de esc¨¢ndalos en el Ejecutivo de Johnson, Zahawi fue elegido para reemplazarle. Fue en esos d¨ªas cuando el pol¨ªtico lleg¨® a adquirir cierta fama de oportunista. Acept¨® el nombramiento de Johnson, solo para convertirse, semanas despu¨¦s, en el emisario encargado de decirle al entonces primer ministro que sus d¨ªas estaban contados y deb¨ªa abandonar Downing Street.
Cuando Johnson, tentado por un canto de sirenas que se desinfl¨® de inmediato, estuvo a punto de competir por el liderazgo del partido ¡ªdespu¨¦s de la vertiginosa ca¨ªda del Gobierno de Liz Truss¡ª, Zahawi fue de los primeros en apoyar p¨²blicamente su candidatura. Unas horas despu¨¦s, ped¨ªa a su amigo que renunciara a sus ambiciones, por el bien del partido.
Aliados y enemigos
Sunak podr¨ªa haber prescindido de un personaje tan acomodaticio, pero lleg¨® a Downing Street en una posici¨®n de debilidad que le obligaba a acumular aliados y mantener cerca y contentos a sus enemigos. Pero 100 d¨ªas despu¨¦s de convertirse en primer ministro, comienza a crecer la decepci¨®n entre las filas conservadoras, que ven a su l¨ªder como un economista competente pero temeroso, y como un pol¨ªtico sin fuelle ni ¨ªmpetu. El caso Zahawi ha sido la ocasi¨®n perfecta para dar un golpe de mano e intentar mostrar autoridad.
Su predecesor al frente del Partido Conservador, Jake Berry, ya hab¨ªa allanado el camino a Sunak al asegurar en la BBC que la permanencia de Zahawi en el puesto era ¡°insostenible¡± mientras el asesor especial del Gobierno para asuntos ¨¦ticos le estaba investigando por sus problemas pasados con Hacienda.
El asunto hab¨ªa dado una valiosa munici¨®n al l¨ªder de la oposici¨®n, Keir Starmer, al contribuir a aumentar la idea repetida por los laboristas de que Sunak es un primer ministro d¨¦bil con demasiadas deudas con su partido. ¡°Ya sabemos todos que el primer ministro se resist¨ªa a preguntar al presidente de su partido [Zahawi] sobre sus deudas familiares con Hacienda y su evasi¨®n fiscal. Su imposibilidad de deshacerse de ¨¦l, cuando todo el pa¨ªs es capaz de ver lo que sucede, nos demuestra lo desesperadamente d¨¦bil que es: un primer ministro sobrepasado por el caos¡±, aseguraba Starmer durante la sesi¨®n de control del mi¨¦rcoles en la C¨¢mara de los Comunes.
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